Kain estaba una vez más en el mundo pintado de Eliana, todo estaba en el completo caos y oscuridad como la última vez que lo visito. Los dragones, demonios y gigantes andaban por toda la tierra. Vivian en cierto sentido de manera pacífica, cada criatura gobernaba su hábitat y nadie se inmiscuía en el espacio del otro. Bueno, a menos que apareciera un archidragon, en ese momento, todos tenían que esconder su cabeza en el suelo como si fueran avestruces y apartarse del camino. Pero dejando eso de lado, Kain estaba mirando los grandes lagos de lava y veía como los demonios se bañaban en ella. Unos cuantos kilómetros más allá, los dragones volaban por los cielos como si fueran águilas y trataban de cazar a los retoños de Shub-niggurath. Por su parte, los gigantes habitaban las regiones montañosas y se acostaban bajo el oscuro cielo cubierto de nubes. Todo parecía pacifico hasta que se escuchó un poderoso rugido. Varios kilómetros más allá descendió un gigantesco archidragon. Kain pudo sentir el leve temblor que genero su descenso sobre la tierra.
Desde lo alto de la montaña, Kain podía ver como a kilómetros, el archidragon caminaba con su cabeza en alto, como si fuera el amo y señor de la tierra. Avanzo por entre medio de las montañas olfateando hasta que encontró lo que buscaba y de un manotazo, abrió una montaña. Después metió sus enormes fauces y extrajo de su escondite a los retoños de Shub-niggurath. Al igual que otras veces, una vez que el archidragon termino de comer, se elevó de manera majestuosa por los cielos y atravesó las oscuras nubes dando un poderoso rugido. Al rato siguiente, los dragones y dragones eternos, volaron en esa dirección y se lanzaron como una jauría de lobos sobre los restos de los retoños de Shub-niggurath.
-¿Nunca te aburres de mirar?- dijo el señor Xiao. Estaba con los ojos cerrados juntando la energía para crear el portal.
-Para nada- dijo Kain con una sonrisa -cuando luche contra Midir, pensé que fue un aterrador enemigo. Pero mirando como se mueven los dragones eternos de este lugar, puedo decir que Midir estaba debilitado. Seguramente por la mano y crianza de Gwyn. Era como la diferencia de un perro entrenado por humanos y uno que creció en la naturaleza-
-Así es-
El señor Xiao termino de juntar la energía y haciendo un ademan con las manos, creo un vórtice de oscuridad. Después le hizo señas a Kain y este último se acercó para seguirlo. Una vez que entraron al vórtice, avanzaron por una pasarela que atravesaba una terrible oscuridad. Ni siquiera la oscuridad del abismo era tan profunda. Era como la oscuridad del universo que anticipaba el fin y se dispersaba con cada nuevo inicio. Todo el lugar era como un cono de oscuridad y Kain y el señor Xiao lo pasaban por una pasarela que conectaba la entrada y la salida. La pasarela era más o menos visible porque emitía un leve brillo de energía del alma. De lo contrario no se diferenciaría de lo demás.
-Dime ¿Algo puede habitar en ese lugar?- pregunto Kain viendo como la oscuridad se retorcía como si fuera una masa de brea que trata de sobreponerse sobre otra. Podría considerarse un lago de oscuridad, pero este estaba por todos lados, tanto por el techo como por el suelo.
-En un sentido estricto, no debería vivir nada en este lugar, pero como todas las cosas en este mundo, nada es imposible. Existen criaturas llamadas perros de tindalos, algunas entidades malignas y dioses-
-Momento- dijo Kain frunciendo el ceño y deteniendo su avance -se supone que oscuridad y divinidad no se mesclan. Por eso Gwyn termino de esa manera. Él no era un pigmeo, pero por mesclar su divinidad para poder maldecir a los guerreros anillados, termino en un estado hueco-
-Así es- dijo el señor Xiao y se dio la vuelta para responder -divinidad y oscuridad no se mezclan. La divinidad es algo cercano al ciclo del fuego y de la vida. Mientras que la oscuridad es más cercano a la muerte y el fin de las cosas. Pero hay dioses que lo han logrado. Por supuesto, no son muchos, pero los hay. Incluso conozco a una mujer que mesclo su divinidad con todos los elementos. En esa época la nombraron el Dios del Mal. Vaya broma-
Kain se quedo pensando por un momento mientras el señor Xiao lo alentaba a avanzar para cruzar el pasillo de oscuridad.
-¿Cómo lo puedo hacer eso?- pregunto Kain mientras lo seguía
El señor Xiao se largó a reír a carcajada limpia y no paro en cinco minutos. Después se limpió las lágrimas de los ojos y sonrió a Kain como un padre sonríe a su ingenuo hijo -muchacho- dijo -si fuera tan fácil, cualquiera lo podría hacer. Los dioses que han logrado mesclar su divinidad con la oscuridad son contados con los dedos de mi mano derecha y me sobran dedos. Así de pocos son. Que yo sepa, uno de ellos es la Dios del Mal. La otra es esa mujer Belka y al otro no lo conozco de nombre. Sé que existe porque un amigo me hablo de él, pero eso es todo. Nunca lo he conocido en persona-
Kain soltó un suspiro de desaliento y el señor Xiao se rio de buena gana. Continuaron viajando hasta el final del pasillo de oscuridad y al final, Kain le pregunto.
-Viejo, el fuego primordial que me diste ¿Con eso se genera una divinidad?-
El señor Xiao cerró los ojos porque mas o menos intuía lo que estaba pensando Kain. No obstante, sabia que Kain no sería tan estúpido como para arrojarse al mar de tinieblas bajo sus pies. Al menos, ese pensamiento mantenía.
-Así es- dijo el viejo Xiao tratando de disimular su preocupación y enmascarándola con una sonrisa -ahora que vas a ese mundo, trata de hablar con los dioses. A lo mejor podrías desarrollar una divinidad de herrería como esa muchacha o a lo mejor una basada en la guerra como la coqueta diosa. Eso es lo mejor para ti, muchacho-
-Ya veremos- dijo Kain con una sonrisa carnívora llena de emoción.
Después de eso, cruzaron el vórtice de salida que solo era un poco menos oscuro que las murallas y toda la visión de Kain, se apagó.
-o-
Kain estaba una vez más en este mundo, al igual que las otras veces, estaba acostado sobre un alfombra de hojarasca mientras miraba los largos árboles que parecían alcanzar el cielo. La luz del sol pasaba por entre medio de las ramas e iluminaba el bosque. Kain se sentó haciendo crujir la hojarasca bajo su espalda. Después miró alrededor y vio al viejo Xiao sentado sobre una roca. Estaba leyendo mientras esperaba que Kain se despertara.
Kain se apoyó sobre su mano derecha y recogió su pierna derecha para hacer fuerza y levantarse. Una vez que se puso de pie, camino hasta el viejo Xiao haciendo crujir la hojarasca bajo sus pies.
-Viejo- dijo Kain con calma -avísame cuando este por aparecer la calamidad en el mundo de mis hijos. No se te olvide-
-No muchacho, de lo contrario ese mundo pasara demasiado rápido por otro periodo de oscuridad- dijo el señor Xiao mientras cerraba el libro y se ponía de pie. -Bien- continuo el señor Xiao -aquí nos separamos. Confió en que no necesitas nada más-
-Un caballo hubiera estado bien, pero también sería agradable viajar a pie- dijo Kain con un rostro melancólico mientras bajaba su voz -no hay ningún apuro-
-Fuerza muchacho, de lo contrario, tu inmortalidad solo será una carga-
-Sí-
Después de eso, Kain y el señor Xiao se separaron. Una vez que Kain se vio solo, avanzo por el bosque buscando el camino de tierra que lo dirigiría a la carretera. De esa manera se encaminaría a Orario. Camino a paso lento, casi pidiéndole permiso a un pie para dar el siguiente paso. Una vez que llego al camino, siguió caminando por varias horas hasta que le dio la tarde y aun no llegaba a la carretera. Así que viendo que no había razón para avanzar, se detuvo a un costado del camino e hizo una fogata. Ahí se acostó sobre el suelo y vio como el cielo pasaba de azul a uno anaranjado y por último, a uno oscuro y estrellado. Cómo a eso de las doce de la noche se durmió y soñó con la primera vez que viajo a este mundo con Lilia y Catalina. Escucho sus voces, se rio de lo que le decían y se enamoró de sus gestos. A la otra mañana se levantó con lágrimas en los ojos. Se limpió los ojos y se fue a lavar la cara. Después de que dejo la hoguera bien apagada, retomo su viaje.
-o-
Kain llevaba cinco días caminando por la carretera y se estaba arrepintiendo de no haberle pedido un caballo al viejo Xiao. No es como si lo necesitara, pero de esa manera sería un viaje más placentero. Pero dejando de lado la caminata casi interminable, Kain avanzaba por la carretera con el campo de pastizales hacia su izquierda y unos cuantos kilómetros más allá, se elevaban las montañas majestuosas cubiertas por una rica vegetación. Kain iba jugando con una piedra, ya la venía chuteando por unos trescientos metros mientras seguía avanzando. No obstante, de repente dejo de chutear la piedra, ya que escucho el traqueteo de una carreta a unos cien metros por detrás de él. Así que se volteó para mirar y vio un carreta tirada por un caballo de color café, era un modelo bastante humilde que avanzaba a paso lento. Iba conducida por una persona con capucha. Kain siguió avanzando mientras esperaba que la carreta pasara por su lado. Cuando estuvo tres metros por detrás de él, Kain se detuvo, puso su mejor sonrisa y le hizo dedo para que lo llevaran. Para su mala suerte el carruaje paso de largo.
Kain soltó un suspiro y siguió caminando, no dándole importancia a ese hecho. No obstante, unos quince metros por delante, se detuvo la carreta y el conductor le hizo señas para que se acercara. Kain sonrió y troto hasta alcanzarlos.
-Voy a Orario- dijo Kain una vez que alcanzo al conductor.
La persona con la capucha nunca se descubrió y hablo con una voz femenina, en un tono cristalino y agradable -vamos cerca de Orario, puedes subirte a la parte de atrás. El único requisito es que no molestes a la persona detrás de mi-
Kain miró detrás del asiento del conductor, en donde se llevaban las cargas y vio a otra persona sentada contra la baranda de la carreta. -No hay problema- respondió Kain y se subió al carruaje. Se gano al final de la zona de carga, apoyado contra la baranda y se sentó. Al poco rato, el carruaje retomo su avance a paso lento y siguió con dirección a Orario. Como era un poco duro el piso, Kain saco un cojín de su anillo y se sentó sobre él. Después saco otro y se lo ofreció a la persona que estaba al frente, pero ella negó. No obstante, después de una o dos horas, se retractó.
-Disculpe- dijo la persona con una voz falsa, típica de una mujer que se trata de hacerse pasar por hombre -me podría prestar el cojín-
Kain que en ese momento miraba al cielo y escuchaba los cascos del caballo y el roce de las ruedas, salió de sus pensamiento y saco el cojín de nuevo -claro- respondió -para empezar, ustedes me ayudaron, así que digamos que te devuelvo el favor-
-Gracias- respondió la persona cargando el falsete.
Kain soló sonrió, ya conoció a una persona que hacia lo mismo y era por problemas personales. Así que pensó que la joven que estaba delante de él, también tendría sus razones. Por lo tanto, Kain no le dijo ni le converso de nada. En la tarde, cuando se estaba oscureciendo, se detuvieron a un costado del camino. Acordaron comer por separado y Kain no se hizo problemas. Se gano al otro lado de la carretera, a unos cincuenta metros de ellas y monto una hoguera.
Una vez que sació su hambre y que se oscureció, Kain se acostó sobre una frazada y miró el cielo estrellado por un par de horas, hasta que se aburrió y durmió.