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Sueños En Flores

Omegaverse. Con toda su vida planeada entorno a una sola persona Henri tiene que enfrentarse a algo que no estaba en sus planes, la traición de su Alfa ¿Qué pasará ahora con su vida y su corazón roto?. Esta es la historia de Henri que algunos me pidieron, hice el esfuerzo y decidí escribirla como regalo para ustedes, es mi regalo de año nuevo

Alecbug · Fantasy
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7 Chs

Inicio.

-Vendré por ti-

-Eres muy considerado-

-Eres mi Omega- Le dijo Diego, Henri se sonrojó.

Henri miró a su novio irse en el auto y suspiró.

¿Había alguien más bueno que él? Sí, tal vez, pero nadie era como él, su primer y único amor.

Nadie cambiaría los momentos que habían vivido juntos y aunque él era un mimado de lo peor definitivamente con él se casaba, era su alfa.

Miró hacia la casa y vio a Alex en la entrada.

Alex era el novio de su primo Mariam.

Henri caminó hacia la casa, Alex no se dió cuenta de que había llegado porque estaba concentrado en su celular, así que Henri aprovechó esto y lo miró de arriba a bajo, que bueno estaba pensó, si tan sólo a su primo eso le importara...

Antes de que pudiera acercarse lo suficiente Alex volteó y le sonrió, que guapo era, pensó Henri de nuevo sin poder evitarlo mirando su sonrisa, pero de nuevo en su mente luego pensó que ojalá Mariam supiera apreciarlo.

-¿Cómo estás?- Lo saludó Alex.

-Bien, gracias por preguntar ¿Tu?- Le devolvió la pregunta.

-Bien- Contestó Alex bajando la mirada a su falda sin pensar que hacerlo podría ser imprudente o grosero, haciendo que Henri se avergonzara.

Antes había usado vestidos pero jamás una falda y menos una tan corta.

-Am...- Dijo Henri azorado, no quería decir nada porque realmente no sabía si lo miraba por lo raro que era verlo en falda o por lo raro que se le veía la falda.

-Es raro, Mariam me había dicho que odiabas los vestidos cortos- Le dijo Alex que recordó de pronto las quejas de Mariam sobre que Henri quería que ambos usaran faldas ya que no se animaba a hacerlo solo.

-Am...- Se encontró sin saber que decir de nuevo Henri pero decidió explicarse finalmente de la mejor manera que pudo -Lo hago, sólo que, bueno...- Mi novio se fija mucho en los omegas con falda, completó en su mente -Quería probar algo diferente- Mintió creyendo ser convincente.

Alex sabía que mentía, el novio de Henri era un cretino que siempre estaba mirando el culo de los otros omegas, lo había visto antes, además Mariam le había contado que Diego le había pedido a Henri que usara falda, tal vez por eso Henri había terminado usando una aunque no le gustaran...

Sin embargo aunque dedujo esto no dijo nada -Bueno, siempre es bueno cambiar- Le dijo no queriendo meterse en eso para no incomodarlo.

Henri sonrió aliviado de dejar el tema -¿Ya hablaste con Mariam?- Le preguntó.

-No, no lo he hecho, iba a entrar pero me distraje con el celular, creo que subiré... Ay no, se me descargó el celular y todavía tengo cosas que hacer- Se quejó Alex intentando prenderlo de nuevo.

-Dámelo, te prestaré un cargador- Le dijo tomándo su celular mientras los dos caminaban hacia dentro de la casa y luego hacia la escalera.

Mientras subían, tontamente para distraerse intentó prenderlo, sólo quería fingir hacer algo porque caminaba muy cerca de él y se ponía nervioso por alguna razón -Nop, está muerto definitivamente- Dijo para luego de pensarlo arrepentirse por haber hablado y haber dicho algo tan tonto además, era obvio que no encendería si no tenía batería...

Entró en su habitación y se relajó respirando por fin, estar cerca de Alex lo ponía nervioso, lo bueno era que casi no hablaban nunca...

Miró el celular apagado en su mano y pensó intentando recordar dónde había puesto el cargador para ese tipo de celular, se quedó quieto por un momento recordando.

-¿Pasa algo?- Preguntó Alex haciéndolo saltar y dar un grito de sorpresa.

-¡Jesús!...- Dijo tocándose el pecho para calmarse -Pensé que habías ido con Mariam- Le aclaró el motivo de su sorpresa, de verdad lo hacía lejos.

Agradeció no haber hecho nada raro cuando creyó que estaba sólo.

Alex rió -No, esperaba el cargador.- Le explicó el motivo de que lo siguiera a su cuarto.

Henri sintió que sus nervios regresaban pero intentó disimularlos buscando el cargador -Si, déjame pensar dónde lo puse-

Se iba a ir pero se devolvió dónde Alex para decirle algo, pero antes decirle algo se dio la vuelta y fue en busca de la silla de su tocador, la puso en frente de Alex y dijo -Mejor espera sentado- Alex alzó una ceja sentándose sin entenderlo del todo pero luego entendió porqué.

Aunque el cuarto de Henri estaba muy bien ordenado él parecía no saber dónde estaba su cargador.

La verdad para él fue muy cómico verlo buscando.

Abrió cajones y sacó cosas y más cosas, miró sobre las repisas y dentro de sus bolsas, también abrió algunas cajas, movió su sábana y almohadas y miró debajo de su cama, en ese momento no pudo evitar mirar su trasero, pero luego desvió la vista, no queria ser idiota.

Cuando Henri por fin lo encontró en un cajón, dónde por cierto ya había mirado, y le pudo pasar el cargador, el cuarto de Henri ya era un desastre, quiso reírse un poco pero se contuvo y en su lugar preguntó -¿Quieres que te ayude a arreglar todo?- Pensó que arreglar todo eso a él sólo le tomaría mucho tiempo, además lo había desarreglado por ayudarlo a él así que lo correcto sería ayudarlo.

Henri miró a su alrededor y se sonrojó, en la busqueda del cargador había hecho de su cuarto un chiquero. -No, no hace falta, lo arreglaré en un momento- Se negó aunque tenía ganas de aceptar su ayuda sólo para acabar más rápido,  pero de verdad estar tan nervioso por su presencia no era agradable así que era mejor si lo mantenía lejos.

-Bien- Alex se levantó del asiento sin insistir, tampoco quería ponerse a ordenar. -Gracias por el cargador, te lo devolveré después y perdona la molestia- Se despidió saliendo de la habitación para ir dónde Mariam.

Henri vio su cuarto y suspiró, tenía que comenzar a ordenar.

Al día siguiente Henri necesitaba su cargador así que fue a buscarlo al cuarto de Mariam.

Su primo estaba dormido aún, aunque se suponía que él debería estar en el entrenamiento...

-Mariam, se supone que deberías estar nadando ¿Qué haces aquí? aún hay tiempo para que vayas...- Se detuvo de pronto notando unos aromas en Mariam.

-Hueles a alcohol y a -Henri abrió los ojos -¡Estuviste con Alex! ¡Hueles a él!- Dijo impresionado.

No podía creer que Mariam tuviera encima el olor de Alex ¿De verdad ellos... ¿Ellos habían?... No era posible, se dijo en su mente, era tonto pero no lo creía, Mariam no era así..

Pero es que Mariam apestaba tanto a él que de verdad era una prueba contundente, ellos de verdad... Era impactante, se había impactado tanto que su pecho se oprimió...

Mariam se removió en la cama y apartó las sábanas lentamente, abrió los ojos y lo miró -Eres muy ruidoso, por lo menos saludame antes ¿no?- Le pidió Mariam haciendo que Henri recordara sus modales.

Iba a disculparse pero en su lugar tuvo que cubrir su nariz, el aliento de Mariam apestaba a alcohol y el olor le resultaba desagradable. -No te ofendas pero necesitas crema dental- Le dijo.

Mariam se rió, luego algo más despabilado se quitó la sudadera que Alex le había prestado para que no le diera frio cuando regresaban a toda velocidad en su motocicleta.

Henri notó como el olor de Alex se iba inmediatamente de Mariam, supo que no era Mariam quién olía a él, era esa prenda...

De alguna forma se sintió desilusionado, sintió pena por Alex, quería que su primo se tomara en serio a Alex, hacían buena pareja... Aunque pensó eso sintió que algo no le cuadraba...

Alex era guapísimo, olía muy bien y era un gran tipo, era una lástima que no le interesara sexualmente a Mariam...

De alguna forma sentía que la impresión que le había oprimido los pulmones antes cedía y lo dejaba respirar...

Pensó en Mariam y de todo corazón se sentía mal por él porque él aun era virgen y no tenía una vida sexual, él realmente no sabía de lo que se perdía... Era un Omega y no podía disfrutar de una de las ventajas de serlo, el placer sexual, era muy triste...

Henri luego de pensar eso de su primo se sintió culpable por ser tan mala persona y decirse eso a sí mismo para...

-Mariam, ¿Saliste otra vez no es así? ¿Me vas a decir cómo consigues salir sin que nadie te vea alguna vez? Eres tan egoísta al no decirme...- Se quejó queriendo cambiar de tema para quitarse el pensamiento de Mariam y Alex saliendo en la noche a coger, no sucedía aun pero se los había imaginado y era asqueroso, también porque quería dejar de ser malo con su primo en su cabeza.

-¿Para qué quieres saberlo? ¿Qué no coges ya lo suficiente con Diego como para escaparte para coger más? Eres un maldito conejo en celo, eso es lo que eres- Lo molestó Mariam.

Henri se sonrojó, él si tenía sexo con Diego, pero no tanto, sólo habían tendido sexo durante sus celos porque a él le daba mucha vergüenza hacerlo mientras estaba consciente, cuando estaba normal dejaba que él lo tocara pero no iba más allá que por encima de la ropa... Pero aún sabiendo esto dijo - No es suficiente, nunca será suficiente, algún día lo entenderás y te vas a sentir culpable por decirme cosas feas- odiaba mentir así pero... Tenía que hacerlo para parecer un experto.

Fingiendo estar ofendido quiso cambiar de tema. -De todas formas, te ves horrible, tienes unas ojeras enormes como el trasero de un mandril, así resaltan. Eres demasiado blanco, deberías cuidarte más.

La cena de esta noche es importante y tu te vas a ver fatal por tu irresponsabilidad ¿Qué no podías irte de fiesta mañana? ¿Y qué hay de las actividades que tienes para hoy?- Lo regañó de verdad sintiéndose algo mal por eso sin razón...

-Tranquilo, llamé y dije que no podía ir hoy, ayudaré a los Aiden con la cena, además, las ojeras se me quitarán para la cena- Contestó Mariam.

-Ayudar... ¿En qué vas a ayudar?- ¿Mariam ayudaría? Él no estaba enterado de eso ¿Por qué él no se enteraba de nada? Él también podía ayudar...

-Sólo voy a supervisar que todo esté en perfecto orden en lo que los Aiden y Sarah van por el vicepresidente al aeropuerto- Le explicó Mariam.

-¿Y no pueden encargarse de eso antes de ir por él para que tu no faltes a tus actividades?- ...Ahí estaba él siendo mala persona de nuevo, quería irse...

-No, todos andan muy ajetreados haciendo papeleo para cuando él llegue, todo tiene que estar listo para poder cederle el cargo de vicepresidente.-

-Aun no me creo que la empresa de nuestra familia vaya a dar a manos de un extraño- Suspiró Henri queriendo cambiar de tema de nuevo. -Todo en lo que nuestros padres creían y en lo que nuestro abuelo creía, eso de que la empresa debería estar por siempre a cargo de nuestra familia se ha ido al caño.

Creo que para tomar una decisión así nuestro abuelo ya tiene que estar muy mal de la cabeza, es que entregarle todas sus acciones a ese señor del que nunca habíamos oído hablar cuando nuestro tío, su hijo, puede hacerse cargo de sus acciones también...-

Él no estaba de acuerdo con la decisión de su abuelo, lo quería, pero empezaba a dudar de su cordura, realmente quería visitarlo pero desde que la abuela había enfermado él se había aislado y no aceptaba más que llamadas telefónicas.

-No te aflijas por eso Henri, la empresa sigue siendo de nuestra familia, no le dió las acciones, sólo se las cedió temporalmente para darle poder en la empresa, ese señor sólo será como un administrador, la mano derecha del abuelo, le informará sobre lo que sucede y será la voz del abuelo, es su representante, pero eso será todo.- Le aclaró.

Mariam tenía razón, él siempre era tan inteligente... -¿Cómo te lo imaginas? Yo me imagino a un tipo con rostro de mayordomo, un beta estirado de traje negro y blanco- Empezó con sus cosas sin sentido sin poder evitarlo y por supuesto Mariam le siguió la corriente, por eso lo amaba...

-Gordo de tanto estar sentado, calvo del estrés de tomar decisiones difíciles y casi ciego, de leer tantos documentos, oh, me lo imagino vestido de traje, sudando como puerco embotado en un traje- Finalizó riéndose y por fin se levantó de la cama. -Ahora largo, quiero desvestirme-

-Puedes hacerlo en el baño- Le señaló Henri nada dispuesto a levantarse de la cama de Mariam dónde anteriormente se había sentado, en ese momento ya se sentía bien de nuevo y además aún no tenía su cargador...

-Como quieras, voy a empezar a quitarme la ropa, si me ves desnudo será por tu culpa- Y sin más comenzó a desvestirse, no le daba vergüenza que lo vieran desnudo, en las duchas del instituto eso era muy normal.

Henri abochornado cerró los ojos -Entonces... Aún no tienes intimidad con Alex- Sacó el tema, se suponía que no debía preguntarle eso pero la curiosidad había ganado, no lo creía posible ¿Cómo era posible que aun no pasara nada? No podía ser... Aunque luego se odió por preguntar.

-No- Contestó con simpleza Mariam.

-¿Por qué no?- Siguió, Alex era tan buen partido, no entendí a Mariam.

-No siento ganas- Contestó su primo.

¿Era posible eso? ¿No se excitaba con Alex? -No te... Eeh, ¿Él no te excita ni un poco?-

-No-

-¿Pero te gusta?-

-Sí-

-¿Cuanto?-

-Lo suficiente para besarlo-

-¿Entonces te gustan sus besos? ¿O los besos?- Sabía que debía dejarlo pero la curiosidad podía con él...

Mariam lo pensó un momento -Sus besos, besa bien-

-¿A cuantas personas has besado?- Le picó la curiosidad a Henri, es que Alex tenía esa pinta de saber hacer de todo en el sentido más picante de la palabra, pero Mariam tal vez no tenía una referencia para saber si él besaba bien o no.

-Cinco-  Contestó Mariam.

-¡¿Cinco?! ¿Y yo por qué no sabía?... - Henri suspiró, por los muchos secretos de Mariam, por eso, se contestó a él mismo -Y ¿Él besa mejor que cualquiera con los que te has besado?- Dijo refiriéndose a Alex.

Mariam contestó sin pensar -No- Henri se rió dentro de él, jaja así que Alex no era tan bueno...

-¿Cuántas personas de las que te han besado consideras que besan bien?-

-Tres-

-¿Quienes?-

-Mi primer beso, Alex, y el chico de ayer-

¿Qué rayos?... -¿Te besaste con un chico ayer? ¿Alex no estaba contigo?- ¿Cómo había podido besar a alguien estando su novio con él? Diego, Diego no le permitiría mirar tan siquiera a alguien... Aunque él como su novio si miraba a muchos...

-Sí- contestó Mariam.

-Entonces cómo... Olvidalo- No entendía nada de la relación de Alex con Mariam, pero al parecer no eran novios, o no se comportaban como tal, no los entendía para nada- Entonces ¿De esos tres quién besa mejor?- Siguió preguntando.

-Mi primer beso- Contestó Mariam.

-¿Y con quién fue?- Mariam jamás le había dicho quién era, o cómo lo había conocido. Nunca decía nada de él excepto que era un imbécil.

-Con un imbécil, ya Henri ¿A dónde quieres llegar?- Quiso poner fin a la entrevista. Podía hablar con Henri y tolerarlo durante mucho tiempo, pero no cuando le preguntaba sobre él.

Henri suspiró, siempre era lo mismo con Mariam, en cuanto hablaba de él o intentaba sacarle algo de información se ponía tan cortante, no toleraba hablar de él.

Sin más que hacer respecto al tema Henri decidió retomar su meta principal, intentar hablar con Mariam sobre su extraña inapetencia sexual... -¿No te preocupa no tener el celo, ni el hecho de que no te exites con nadie? Eso no es normal, creo que deberías ir a medico, eres un Omega Mariam- Le preocupaba la vida de su primo...

-No te preocupes Henri, sabes que yo me desarrollo lento, no hay de qué preocuparse, estoy bien con eso.

Sé que crees que estoy frustrado sexualmente, pero la verdad es que yo no tengo necesidad sexual, ni siquiera siento las ganas de tocarme a mí mismo, así que estoy bien y es normal ¿Recuerdas como eras antes del celo? pues así soy yo, estoy bien.-

Henri pensó en cómo era su vida antes del celo, antes tenía una vida pura dónde ni siquiera un pensamiento sexual surcaba su mente y nunca había tenido un sueño húmedo, con su casta inocencia intacta, así era antes de conocer a Diego...

Claro que en eso tenía catorce y no sabía nada de sexo, pero Mariam sí que sabía, con todo el porno que veían juntos y con todas las cosas que seguramente había visto fuera entre Omegas en celo y Alfas cachondos... -¿Estás seguro?-Le preguntó para asegurarse.

-Sí, esto es sólo una etapa, cuando el conejo follador que hay en mi se despierte tu serás el primero en saber y juntos hablaremos de pollas y de técnicas para complacer- Henri se rió, Marim era más desvergonzado que él y eso que era virgen, no se veía hablando de pollas con Mariam pero aun así le daba risa... Aunque de verdad quería ser el primero en saber cuando Mariam despertara su lado sexual...

-Diciendo eso me tranquilizas, ahora me voy, Diego y yo vamos a- Mariam lo interrumpió.

-¿Coger?-

-No, vernos. Coger no es lo único que hacemos ¿Sabes?- Lo decía de verdad, iban a cenar, al cine o a fiestas para gente adulta, muy aburridas por cierto.

-¿Puedes mirarme a la cara y decirme eso de nuevo?- Le preguntó Mariam sólo porque sabía que no lo haría.

-Si abro lo ojos te veré desnudo- Contestó Henri, Mariam pensaba que era un devorador de hombres, lo que no era verdad en lo absoluto.

-Excusas, excusas.- Dijo Mariam dando por finalizada la conversación.

Henri sólo sonrió y salió de la habitación pensando que ya era demasiado tarde para reparar su imagen, además, él mismo se había construido esa imagen...

Horas después Henri terminaba de arreglarse, sólo esperaba que a Diego le gustara su vestido, había tardado mucho eligiéndolo...

Se acomodó el cabello y suspiró, que insulso era, ojalá su cabello fuera de un negro profundo o incluso de un rojo intenso como el de Mariam, su cabello rubio oscuro no era nada fuera de lo normal, tal vez era hora de un tinte, tener el cabello chocolate sonaba tentador... Miró su maleta y luego fijó su vista en el collar sobre la cama.

¿Estaba tomando la desición correcta?.

Quería a Diego pero por supuesto sabía que él no era perfecto, en realidad era consciente de que él miraba a otros Omegas de manera inapropiada, era mandón y algo Snob, pero lo amaba, con él había sucedido su primera vez, se había enamorado de él a primera vista, ya llevaban mucho tiempo juntos, era inteligente y tenía un futuro prometedor, además, una vez que Diego lo marcara todos sus defectos quedarían en su pasado, al menos los más difíciles de soportar, como sus celos y sus inapropiadas miradas a los Omegas guapos, con la marca Diego sólo lo miraría a él...

Volvió a mirar el collar anti mordidas que había dejado sobre la cama, era lo correcto, Diego era su pareja, con él tendría una bonita familia...

Se miró al espejo, caía en la categoría de bonito, no hermoso, y tenía 18 años, sentía que era el momento de ser madre, en realidad, había escuchado esos instintos desde antes, desde su primer celo se sentía apto para ser madre... No entendía porqué tenía que esperar tanto cuando ya tenía a Diego, tampoco entendía porqué se ponía tan ansioso por dejar que Diego lo marcara ¿Era su novio, no? Era lo correcto...

Alguien tocó su puerta y él dió el permiso para que pasara, era Mariam.

Mariam alzó una ceja -¿Te pondrás el vestido rosado hoy? ¿No era para... ? Ya, déjame adivinar ¿Te verás con Diego después de la cena?- Le preguntó nada más verlo.

Henri comenzó a retocarse los rizos en el espejo -Sí- Contestó y sonrió -Nos veremos después de la cena, mi celo empieza en poco y me iré con él en estos días ¿Cómo me veo?- Le preguntó.

-Hermoso, pero tienes que llamarlo y decirle que te recoja a las nueve o diez- Recordó informarle Mariam.

-¿Por qué?- Preguntó Henri.

-El vuelo del vicepresidente se atrasó- Contestó Mariam.

¿Era en serio? ¡Iba a llegar tarde! Los Stone odiaban la impuntualidad y ya eran bastante antipáticos de por si como para darles motivos, de verdad no quería enojar a sus suegros...

-Aah, Genial, ese vicepresidente va a poner todo de cabeza y este es sólo el comienzo, ya arruinó mi muy cronometrado plan de la noche y eso que ni ha llegado ¿Qué será de nosotros cuando llegue?- Sabía que era injusto pero no puedo evitar echarle la culpa a alguien.

-Cálmate y ya deja en paz a ese pobre hombre, no es como que él pueda controlar su vuelo ¿no? No lo mires como el enemigo, ya sé que es un extraño pero vendrá aquí porque el abuelo se lo pidió, piensa en que gracias a él el abuelo estará más tranquilo- Le dijo Mariam.

-Si lo dices así...- Aceptó -No lo voy a tratar como el enemigo, pero no confío en él y lo estaré vigilando- Avisó.

Tenía sus dudas respecto a la mano derecha de su abuelo porque no le encajaba que el abuelo le cediera la vicepresidencia de la empresa a un extraño, a todos no les encajaba eso, así que Henri tenía sus teorías sobre cómo el tipo había convencido al abuelo para hacerlo ceder, resumiendo, todas terminaban en chantaje o amenazas.

Mariam alzó los hombros como diciendo que no podía hacer nada más para evitar la antipatía de Henri hacía el nuevo pobre gordo sudado que sería vicepresidente.

Henri decidió tomar su teléfono y llamó a su novio -Amor-

-¿Henri? ¿Ya estás listo?-

-Si, estoy listo, pero no puedes venir, el tipo ese...Su vuelo se atrasó y ahora llegaremos media hora tarde a la ópera suponiendo que cenemos rápido y que el tipo no quiera charlar-

-Henri, mis padres odian la impuntualidad, mamá se pondrá muy desagradable-

- Lo sé amor, lo lamento, sólo ven a eso de las nueve y media, ¿si?, te amo, ya quiero verte-

-Yo igual a ti, te quiero- Contestó Diego.

-¿Mucho?-Siguió Henri.

-Mucho ¿Y tú?-

-Mucho, adiós, te veré en unas horas- Henri olvidó su molestia y ahora tenía una enorme sonrisa, siempre era así después de ver o hablar con Diego, le gustaba que fuera tan romántico con él y le dijera cuánto lo quería por teléfono.

De pronto se dió cuenta que Mariam lo miraba fijamente con el rostro serio -Perdona Mariam, me olvidé de ti ¿necesitas algo?- Dijo poniendo el celular sobre el tocador

-Si, maquillame por favor- Le pidió aburrido sentándose en la cama.

-Ooh, ¡¿En serio?!- Le preguntó emocionado, Mariam nunca quería maquillarse, no lo necesitaba claro, pero le gustaría que él se dejara maquillar de vez en cuando...

-Pero sólo las ojeras- Lo cortó Mariam, Henri se bajó de sus nubes, era demasiado bueno para ser verdad.

-Ow, bueno, pero no sólo tienes ojeras, son más bien círculos rojos que rodean tus ojos- Le dijo para ver si se dejaba poner sombras.

-Entonces sólo hazme ver natural- Le pidió.

Mientras lo maquillaba Henri le preguntó -Oye Mariam ¿Nunca has sentido la necesidad de verte más bonito?- Lo decía porque él parecía tener tanta confianza en él mismo, él no necesitaba maquillarse porque ya sin maquillaje llamaba mucho la atención con su belleza pero ¿No querría pulirse más para Alex y estar más lindo para él?

-¿Ya estamos otra vez con las preguntas?- Dijo Mariam.

-No te muevas- Le pidió.

-Pensé que ya era bonito- Respondió sinceramente Mariam.

-No, me refiero a bonito... Um, más delicado, femenino- Se explicó.

-¿Por qué estás tomando la sombra marrón? ¿Recuerdas que sólo me vas a hacer algo natural no? -

-Sí, será natural-

-Ser femenino no es mi estilo, eso te va mejor a ti, yo soy un chico y me gusta vestirme como tal, elegante y cool- Contestó Mariam.

-Yo también soy un chico y tengo puesto un vestido- Le hizo ver, aunque ¿No era beneficioso para él que Mariam no usara vestidos acaso? Si ya sin maquillaje atraía bastante la atención, Mariam con un vestido definitivamente haría que él fuera el familiar feo de la familia y al lado de Mariam desaparecería más inmediatamente del rango de visión...

-Pero eres un chico diferente a mi, nuestros estilos son diferentes y está bien, me gusta mi estilo, como a ti te gusta el tuyo- Dijo Mariam.

Henri pensó que no estaba bien pensar de esa manera ¿Y qué si se hacía invisible al lado de Mariam? Mariam merecía lucir más su belleza natural, tenía que mostrarle el camino..

- Pero ¿Nunca has tenido la necesidad de estar bonito para alguien? de verte deseable, que los demás te miren y piensen que eres hermoso, hablo de la necesidad de vestirte para atraer la mirada de un Alfa- Le aclaró.

-No, me veo bien con este estilo y le gusto como soy a mi novio, a Alex le gusto así, así que no, no he sentido la necesidad-

Claro, lo olvidaba, incluso a un playboy como Alex la belleza y sencillez de Mariam le parecían irresistibles ¿Para qué querría Mariam esforzarse en ser más bonito y deseable si ya tenía a Alex? Que tonto era... Aunque aún así, no pudo evitar señalar algo -Pero Alex no te gusta de esa manera, así que no cuenta. Mariam, quiero que algún día tengas el deseo de verte bonito para hacer que el corazón de alguien se acelere...-

-No me desees tanto mal- Le dijo por molestar.

Henri le palmeó el hombro.

A veces Mariam lo irritaba tanto, él estaba libre de esa clase de preocupaciones, libre del camino sinuoso de la necesidad de atraer pareja y asegurar la concepción para calmar al llamado natural de preservar la especie que todos lo Omegas llevaban en los genes.

-Lo digo en serio, cuando pasa es porque ya estás perdidamente enamorado y quiero que te enamores, el amor es la cosa más hermosa que puede ocurrirnos como individuos independientemente de quien seamos....

...Siento que estoy tan perdidamente enamorado de Diego que no puedo amarlo más, y quiero que tu experimentes este sentimiento. Desde que Diego y yo nos conocimos supimos que eramos él uno para él otro y siento que ya es hora de dar el siguiente paso...- Cuando dijo eso un cuchillo en el pecho se le clavó ¿De verdad quería a Diego de esa manera? Lo quería, estaba enamorado de él, lo había atraído a primera vista, pero ¿Eran el uno para el otro?... Claro que sí, incluso se dejaría marcar por él y eso era porque sentía que Diego era el correcto, aunque una voz dentro de él gritó "Mentiroso".

Mariam lo miró impresionado -Te refieres a... ¿La marca?-

Henri asintió ruborizado... La marca decía mucho -Ya es hora, hoy no me llevaré en la maleta el collar, lo dejaré, así el podrá morderme- Se refería al collar que los Omegas se ponen en el cuello antes del celo para evitar que los marquen.

Quería saber qué pensaba Mariam al respecto, sintió desde el principio que si se lo decía él iba a oponerse...

Después de que Mariam pensó un poco finalmente contestó -Es tu desición y si sientes que es el momento tu... Tienes todo mi apoyo-

Henri lo miró ¿Era en serio? ¿No se opondría? ¿Por qué? ¿Y porqué se sentía de esa manera?¿No se suponía que estaba perfecto si no se oponía?

Henri lo abrazó -Sabía que me apoyarias, gracias Mariam- Decidió hacer esto, después de todo ¿Esa era la reacción que debería tener hacía el apoyo de Mariam, no?

-Sabes que puedes contar conmigo siempre- Le dijo Mariam.

El teléfono de Henri sonó cortando el momento, se sintió agradecido ¿Cómo se supone que seguiría esa conversación? -Aah, lo siento, voy a contestar- Le dijo a Mariam -¿Hola? Si amor, ah, bien, llévalos, no, no, no me molesta, no puedo ser egoísta, si tus padres quieren verse la obra completa están en su derecho y no tienen que frenarse sólo porque yo voy tarde, si llevalos, te llamaré cuando termine la cena para que vengas a recogerme, si, lo sé, te amo- Colgó. -Verán la primera parte sin mi- Dijo el Omega desanimado, de verdad quería agradarle a los padres de su novio demostrandoles que era responsable y puntual, de alguna manera sintió que no llenaba las expectativas del novio perfecto, eso lo hacía sentir algo mal .

-No te preocupes, seguramente entenderán tus razones. Ahora, termina de maquillarme por favor- Lo apuró Mariam.

-Oh, lo siento- Sonrió a modo de disculpa y siguió en lo suyo.

Llamaron a la puerta.

-Adelante- Contestó Mariam.

-Señorito, el señor llamó, dice que ya están a diez minutos de aquí-

-Entonces que empiecen a poner la mesa y a servir la comida, que ya todo esté puesto antes de que lleguen-

Mariam era tan seguro dando órdenes, seguro él si le caería bien a sus suegros, pensó Henri.

-Como mande- Diciendo esto el mayordomo se fue.

-Ya estás listo- Le avisó Henri.

-Genial, Gracias- Mariam se levantó de la cama y fue a mirarse al espejo -Umm... Sí, soy tan guapo, ahora vamos, tenemos que ir a nuestros lugares-

Ambos bajaron y se situaron en el recibidor para que después el mayordomo abriera la puerta justo cuando ellos llegaban, todo estaba perfectamente sincronizado, todo según lo planeado.

-Señor Belle, ésta es nuestra humilde mansión y desde ahora también la suya, déjeme presentarle, estos son mis queridos sobrinos, Mariam y Henri-

-Es un placer conocerlo señor- Contestó Henri muy cortés.

Estaba impresionado, el gordo sudado era demasiado guapo, cielos, eso era poco, estaba buenísimo, era rubio y alto, y sus músculos se marcaban aún sobre el traje, además tenía esa aura de peligro, Henri miró su rostro y tragó, que guapo

Por un momento dudó en que Diego era un buen partido, luego se reprendió, eso no era importante, Diego era bueno, pero aun así... Que ojos tan hermosos y misteriosos tenía el hombre, no se había impresionado tanto por una persona desde que había conocido a Alex y eso era mucho decir.

-Sí, es un placer conocerlo- Afirmó Mariam.

-Que maravillosa sorpresa, un pelirrojo, hace años no veía uno con el cabello de un rojo tan intenso, es hermoso. Tiene usted a los Omegas más hermosos de este país bajo su techo, es un Alfa afortunado- Dijo el hombre.

Henri lo notó, el señor Belle se había fijado en Mariam, Mariam era una belleza, cuando Mariam estaba presente no había ojos para nadie más, siempre era así, sintió el sabor amargo del penúltimo lugar en la boca.

-Gracias, señor- Agradeció Mariam el cumplido sonriendo.

-Así es, soy muy afortunado.- Contestó su tío -Bueno, pasemos a la mesa, el chef cocinó algo especialmente para usted- Lo invitó a pasar al comedor caminando delante de él para guiarlo.

Como el anfitrión era el señor Aiden éste salió delante para mostrarle el camino, y su esposa e hija esperaron a que él fuera tras de él para ellas comenzar a caminar, con Mariam y Henri al final de esa marcha.

Henri sabía que era tarde, de verdad necesitaba irse, no quería que sus suegros lo tuvieran en mala estima, hacer esto le costó mucho pero dijo -Tío, Señor Belle ¿Les importaría mucho si me retiro de la mesa? Es que tengo un compromiso con mis suegros y ya voy tarde- Se sonrojó por el esfuerzo.

-Por mi no hay problema, adelante, entiendo que eres un Omega con compromisos- Le dijo el señor Belle encantador ganándose automáticamente su simpatía.

-Si el señor Belle no tiene ningún inconveniente tienes permiso de ir, perdona, había olvidado que tenías que ir a la ópera con tus suegros, dile a Alejandro que te lleve, los choferes ya pasaron su horario laboral- Le dijo su tío.

-Diego vendrá por mí, él ya está en el teatro pero me pidió que lo llamara- Le informó a su tío.

-No lo llames, él ya está allá con sus padres, sería desconsiderado y descortés llamarlo, tienes que dejarles una buena impresión a los Stone, pídele a Alejandro que te lleve-

Henri asintió -Bueno entonces con su permiso me retiro, que pasen buena noche- Les deseó.

Era excelente, así podría darle una buena impresión a sus suegros y darle una sorpresa a su novio. Subió por su maleta y le pidió al señor Alejandro que lo llevara.

Cuando llegó al teatro subió por la escalera, de repente quería ver a Diego, tal vez no era perfecto, pero era aquel al que quería y con el cual había creado sus planes de vida, no había un sólo plan que no lo incluyera a él, lo quería en su vida, era su Alfa y creía en él, en lo bueno que era y lo bueno que podía llegar a ser.

Entró en el palco de los Stone y los saludó.

-Señores Stone- Miró alrededor pero no vio a Diego, aunque podía sentir su olor en el ambiente -¿Cómo están? ¿Dónde está Diego?- Les preguntó aunque ellos se miraron el uno al otro y después de un rato contestaron entre casi titubeos.

-Él no está- Dijo la señora Stone, pero era muy raro, él podía olerlo, un ruido llegó de detrás de una puerta.

Henri dio unos pasos para seguir su olor como hipnotizado pero la señora Stone lo tomó de la muñeca con fuerza y apretandolo le dijo -No sigas, te lo prohibo- Con cara de arpía.

Henri estaba impresionado, jamás la había visto tan autoritaria y con los ojos tan abiertos y amenazantes, una vez pasada la impresión Henri dio paso al enojo ¿Cómo se atrevía ella? Hecho una furia Henri se soltó de su agarre de un tirón y le dijo amenazante -No me vuelva a tocar -

Con determinación siguió caminando hasta llegar al lugar que la vieja con tanta fiereza quería proteger y lo que vio lo dejó aturdido.

Diego, su supuesto Alfa, tenía sobre él a un Omega delgado, besándolo con pasión mientras lo tocaba... Y así fue como todo se fue a la mierda.