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•La fiesta - Parte 2•

Me sentía bien, diferente, feliz. Lo que nunca había hecho como un chico en mi adolescencia lo estaba haciendo como una chica. Si, nunca había ido a una fiesta como ésta, parecía una fiesta de las típicas películas de adolescentes, música moderna y de buen gusto, mucho alcohol y una que otra droga que no pensaría en probar. Lo único malo era la casa, que estaba muy reducida para la cantidad de personas que había. A cada rato sentía que me daban rozones, curiosamente puros chicos. Pero sabia que era normal, creo.

Comenzaba a marearme después de unas horas de estar bebiendo, y parecía que la fiesta estaba en su mejor apogeo. Bailaba y movía mis caderas al ritmo de la música, repegando mi trasero en Cris que al instante me dio la vuelta para quedar frente a frente, sonreíamos como tontos por el alcohol, era normal, me volví a girar para seguir restregando mi trasero en su entrepierna. Debo admitir que ya estaba subiendo el calor en mi. Y más subía cuando Cris me tomaba de las caderas y me acercaba más a él haciendo una fuerte presión que me excitaba.

Sinceramente durante estos tres meses solo deseaba volver a sentir la sensación que había sentido en aquel baño del billar. Masturbarme no era suficiente y mientras más notaba los cambios en mi físico gracias al ejercicio más quería estar con Cris sexualmente. La idea de que el goce de mi cuerpo me excita. Durante ese tiempo pensaba en eso. Me había gustado lo del billar. Pero… ¿Seria capaz de repetirlo? ¿Me saldría mejor si estuviera vestido como chica? Tenía muchas dudas que espero se resuelvan volvamos a tener otro acercamiento, si es que lo tenemos.

Se acercó a mi oído, ya que la música se escuchaba cada hora más fuerte, era la única forma en la que podíamos hablar, estando nuestros rostros muy cerca. —Hay dos habitaciones arriba…— bueno, supongo que ese acercamiento si ocurrirá. No era para menos, ambos lo deseábamos desde hace tiempo y ahora con mi gran cambio, estoy seguro que lo deseábamos aún más. Asentí y lentamente, sin que alguien se diera cuenta subimos las escaleras de la casa hasta el segundo piso donde habían dos habitaciones, una cerrada y otra abierta. No sabía si tendríamos problemas al hacerlo ahí, ¿Qué importa? Solo lo haremos y ya. Entré primero y el me siguió, cerró la puerta con seguro. Magnetic de Monsta X comenzó a sonar en la fiesta y las ventanas retumbaban poco al sentir la vibración de las grandes bocinas.

Me lancé a él uniendo nuestros labios y lenguas. Joder, que bien se siente besarlo. Me apretaba fuerte las nalgas mientras nuestras lenguas jugaban. Estábamos ambos muy excitados y nuestros miembros nos lo hacían notar, el mío menos ya que la falta ajustada lo retenía bastante. Pero el de él… El de él no podía ocultarse, me separé de sus labios y rápidamente me puse de rodillas, desabroché su pantalón y lo bajé junto con sus bóxers, pude ver su miembro duro. Ésta vez no dudé ni por un momento y lo comencé a lamerlo para después succionarlo, sacándolo y metiéndolo en mi boca de manera rápida, lo deseaba tanto. Sabía mejor que aquella vez en el billar.

Todo se sentía diferente, todo se sentía mejor, sin miedo y sin dudar de lo que estaba haciendo. Tomó mi cabeza y me jaló hacia su miembro haciendo que casi me ahogara, pero para mí sorpresa, me gustó. Me levanté y volví a besarlo con pasión.

Sin dejar de besarme o tocar mi trasero y cintura caminamos lentamente hacia la cama, nos acostamos, él sobre mi y entre mis piernas causando que mi minifalda se levantara demasiado, dejando casi al descubierto mi trasero tonificado y mi miembro erecto. Metió su mano dentro de los calzones de encaje que traía puestos para después comenzar a bajarlos hasta que me los quitó por completo. Tomó mi miembro con su mano y comenzó a masturbarlo. Mierda, que bien se siente. Dejó de hacerlo unos momentos después, para después dejar de besarme y bajar hasta mis piernas las cuales levantó y abrió. —¿Qué haces?— le pregunté cuando vi que miraba fijamente mi entrepierna.

—Date vuelta…— respondió con una voz agitada, obedecí. —Acuesta tu parte superior en la cama y levanta tu cadera.— obedecí nuevamente. Creo que ya sé a donde va esto. Sentí como nuevamente me volvió a abrir las piernas, no tardó demasiado para que sintiera si cara hundirse entre mis nalgas, comenzó a lamerme el… bueno, creo que ustedes lo saben. Solté pequeños gemidos con una voz que no reconocía. Se sentía genial, de las mejores sensaciones que tendría, estoy seguro. ¿Segura? Maldición, dejó de hacerlo, quería que siguiera haciéndolo… —¿Lista? Aquí voy…— dijo, para después introducir su miembro lentamente en mi, olvídenlo, quiero que siga haciendo esto… sentía cada centímetro de el entrar en mi, me encantaba, torcí los ojos de lo bien que se sentía y tome con fuerza las cobijas, no dolía, supongo que ya estaba lo suficientemente dilatado.

—Así… Sigue…— supliqué con lujuria. Había entrado todo, lo sentía más adentro que aquella vez, tal vez en esta posición entraba más… No lo sé, solo sé que comenzó a entrar y salir lentamente y cada vez lo hacía más rápido hasta que sentía como su cadera chocaba con fuerza con mis nalgas. Mis gemidos se volvieron gritos de satisfacción. Extrañé esto, por Dios. Se inclinó para acercarse a mi cabeza la cual giré un poco para poder besarlo, con su mano tomó mi cuello y comenzó a apretar ligeramente, maldición. No es normal lo bien que se siente, solo deseaba que no se acabara.

No importa el ruido que hiciéramos, la música lo opacaba todo, nadie podía escuchar mis gemidos, los suyos, ni mis gritos de placer. Cambiamos de posición, ahora él estaba acostado y yo me senté sobre su miembro, también en esta posición se sentía la profundidad a la que entraba, comencé a mover mis caderas tal y como lo había ensayado bastantes veces en mi habitación esperando el día en el que lo pusiera en práctica. Solo escuchaba gemidos de su parte, quiere decir que lo hago bien, comencé a dar pequeños saltos. —Voy a terminar, si continuas así…— me dijo, sonreí al escucharlo. Acerqué mi rostro a su oído.

—Termina entonces, lléname de leche…— le dije… espera, ¿¡Le dije!? —Quiero que me dejes llena de leche como la última vez, te extrañe dentro de mi y deseo que lo hagas otra vez…— ¿¡Pero que mierda!? Debo estar muy caliente si estoy diciendo esto. —Te lo suplicó… lléname de leche, por favor…— Y esto, damas y caballeros es el resultado de ver mucho material para adultos y estar en abstinencia durante meses. Un fuerte apretón hacia mis nalgas de su parte para después sentir como sus fluidos entraban en mi culo. Se sentía caliente tan delicioso. Torcí nuevamente los ojos al sentir semejante cantidad de fluidos dentro de mi. Me dejé caer sobre él mientras ambos respirábamos agitadamente.

Bueno, no tengo como defenderme, no hay explicación para lo que pasó aquí, solo puedo decir que me encantó el sentir como me cogía. Sin duda, valió la pena cada maldito día de espera. Aunque yo no había terminado, sentía como si lo hubiera hecho. Y sin duda, no era Light quien estaba aquí, era alguien más…