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Soy tu Omega

Erick beso a Saya, sus cuerpos estaban unidos. La voz ronca de Erick sonó en la habitación haciendo sonrojar a Saya -Me perteneces Saya abrazo al Alfa, lo amaba tanto que dolía. Respondió con una sonrisa -Siempre fui tuyo (Vea las etiquetas antes de leer)

Palesh · Urban
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"¿Cómo esta hoy mi hermano?"

Olivia observó a su jefe desayunando a su lado, observo de nuevo el mensaje de Carla y otra vez a su jefe.

-Saldremos en cinco minutos

La voz gélida de Erick la hizo entrar en razón. Sonrió, envió un mensaje al conductor para que estuviera listo y respondió a Carla "Parece de buen humor", si, el rostro de su jefe era como una escultura, no se movía, ella que lo había seguido por años podía notar sus cejas ligeramente relajadas… si, definitivamente estaba de buen humor, además sus feromonas eran ligeramente menos agresivas de lo normal, ella era una beta con una gran sensibilidad así que además de su trabajo normal como secretaria también se encargaba de recopilar datos sobre las fluctuaciones de su jefe para la señorita Sachs, podía notar ese cambio sutil.

-Cielo ¿Puedes venir un momento?

La cálida voz de una anciana la llamó, Olivia sintió que todos sus dientes le dolían de la amargura ¿A quién planeaba engañar?, llevaba el tiempo suficiente como para darse cuenta del ritmo de los pasos de la mujer, era el mismo que el del chofer y de los dos guardias del piso de su jefe: profesionales, probablemente del ejercito… ¡Ella no era una viejecita cálida!

Se talló la piel de gallina de los brazos y respondió educadamente

- ¿Pasa algo señora?

-Oh cariño, puedes decirme Delia, ¿Ya desayunaste? Puedes llevar esta lonchera para que el amo Erick coma en la empresa, hay suficiente para ambos

Olivia asintió tratando de alejarse rápidamente de la mujer… le daba miedo, claramente estaba sonriendo, pero sus ojos la miraban como si mirase a un objeto, no había luz ni sonrisa en ellos. Su acento inglés solo lo hacía más tenebroso.

Delia observó con disgusto como esa niña llenaba formularios descaradamente, sabía que era necesario llevar un registro para la salud del joven amo, pero era obvio que esa mocosa no había tenido ningún entrenamiento, lo hacía descaradamente sobre la mesa, a la vista de su joven amo, como si midiera a un animal, no había delicadeza en sus acciones. Se sintió algo culpable, no debería retirarse en ese entonces, su pobre niño Erick estaba siendo tratado de esa manera y parecía acostumbrado, el disgusto que sentía hacia los señores Moore se le atasco en la garganta como una bola de bilis.

Erick estaba más o menos consciente de la actividad mental de su nana, aunque su preocupación no era necesaria le hacía sentirse mejor que alguien se preocupara por él. La relación entre él y su nana era como la de una madre y un hijo, los sentimientos de ambos eran sinceros, pensó que ya que ella estaba allí bien podría presentarle al pequeño vendedor, a ella seguramente le agradaría. Pensar en eso hizo que comiera ligeramente más rápido, le preguntaría al niño si quería comer en su casa, el seguramente estaría de acuerdo.

Al ver a su joven amo de buen humor el humor sombrío que rodeaba a Delia se disipo y empaco alegremente algunas viandas más para Erick.

Carla del otro lado del país estaba en un tour para ser juez en algunas competencias infantiles, ver a niños menores de 10 años mover la raqueta como si fuera un espantamoscas o calificar sus peleas de Judo llenas de manotazos y arañazos le hacían querer gritar al cielo, ¿Era tierno? Si, ¡Pero aún tenía un montón de tareas que hacer y sus pausas a cada cinco minutos para consolarlos o arreglarlos alargaba todo innecesariamente! Tampoco podía quejarse, no todos eran genios del deporte como ella, pero porque era un genio no podía comprender como alguien necesitaba ser corregido por el mismo error más de dos veces, era demasiado frustrante.

Llevaba un día afuera, pero su hermano ni si quiera había hecho nada sobre Noah, si tenía que seguir todo el programa que Olivia había hecho para ella moriría. Escribió un mensaje a su hermano, obviando las llamadas perdidas que él le había dejado y sin la intención de dar explicaciones.

- ¿Quieres helado?

Pregunto una niña mientras corría hacia ella con un montón de helados, presiono el botón de enviar, pero antes de que pudiera ayudar a la pequeña, esta tropezó tirando el helado en sus botas de gamuza blanca. Frustrada, espero a que atendieran a la niña que resultó ser una participante, ese suceso alargo el evento por otra hora. ¡Carla quería volver a casa!

Erick había terminado de comer y se había subido al auto cuando un mensaje de su hermana llegó "Olvide mi diario en la mesa de tu estudio ¿Puedes guardarlo?" sintió que las venas en las sienes se le marcaban, esa chica no tenía ley, sabía que tenía prohibido entrar a su estudio, pero aún lo hacía, además probablemente era una mala broma. Envió a Olivia a recogerlo, pero antes de que entrara lo pensó mejor, era la privacidad de su hermana después de todo, no lo dejaría en manos de alguien ajeno.

-Espera- Dijo tallándose las sienes en un intento de hacer retroceder su dolor de cabeza- lo haré yo mismo

Olivia vio a su jefe subir las escaleras, por costumbre lo siguió un par de pasos atrás, cuando llegaron al segundo piso lo esperó al final del pasillo.

Erick entro impaciente, buscando el cuaderno forrado de felpa que vio a su madre regalar a su hermana en la navidad pasada, solamente que no encontró nada, pensando en el mal sentido del humor de su hermana salió con pasos pesados, afuera recordó al sobre sobre la mesa, él no lo había puesto ahí.

Olivia observo desconcertada como su jefe salía y volvía entrar.

Erick abrió el sobre descuidadamente, con la intención de irse de inmediato, faltaban 10 minutos para que comenzara la oficina, él era el jefe y planeaba ser el ejemplo de lo que esperaba de sus empleados, pero todo eso le dejo de importar cuando vio el contenido: Su hermano abrazando a su pequeño vendedor.

Frunció el ceño y vio la siguiente imagen: su hermano de la mano con el niño, cambio las imágenes cada vez más rápido… su hermano besando al pequeño vendedor, su hermano en una cita con el Omega apoyado de manera dependiente de él, incluso había una un tanto subida de tono…

Se lo imagino, al niño siendo dependiente, besando, acariciando… era algo que ya había imaginado antes cuando se dio cuenta de que le gustaba el pequeño, solo que ahora el objeto de ese cariño se volvió su hermano.

Sus manos comenzaron a temblar, las fantasías que antes estaban cubiertas de burbujas rosadas ahora eran como ácido sulfúrico quemándole el corazón, su mente se puso en blanco y un pitido lleno sus oídos, no podía ver o escuchar nada, se inclinó sobre el escritorio tratando de respirar hondo, pero su cuerpo no respondía, las imágenes cayeron sobre la alfombra, rodeando a Erick, como si lo acosaran. Quería controlarse, pero en su mente se repetían las palabras "Predestinado" el bastardo que había engañado al pequeño vendedor era su hermano, probablemente también había hecho esas marcas en el cuerpo del niño, el que ocupaba la mente del pequeño era su hermano… esa verdad lo descoloco. Sus emociones se salieron de control y un gruñido surgió de su pecho.

Olivia sintió como la feromona del jefe comenzaba a volverse fuerte de manera anormal, recordando su entrenamiento y pensando que era más peligroso ir por las escaleras se hizo bolita y se escondió debajo de una mesa en el recibidor, lejos de cosas peligrosas.

Delia sintió el cambio y en un segundo sacó de la encimera una máscara de gas, del lavavajillas saco una 190B completamente cargada y corrió hacia arriba cuando lo que parecía ser una ola expansiva salió del estudio del segundo piso. Se abrazó al barandal con fuerza, pero sin soltar el arma.

Olivia sintió como todo temblaba, escucho los cristales romperse y la mesa que no estaba pegada al piso voló como si fuera de papel, intentó ponerse de pie pero su tacón resbalo con los cristales rotos, cayó de nuevo mordiéndose ligeramente el labio, tirada y escupiendo sangre, esa imagen era demasiado aterradora pero fue más aterrador ver a la nana de su jefe subir con un arma y una máscara de gas dirigiéndose de manera entrenada hacia el estudio, cuando pasó a su lado pudo escuchar un "Novata" de manera despectiva. Desde la puerta abierta vio como la anciana disparaba a su jefe hasta que este cayó de rodillas y después caer al suelo mientras su cabeza era acunada por la anciana.

Mientras llamaba a la señorita Leah y su esposo, pensó que si su bono de ese mes no era lo suficientemente grande realmente renunciaría.

Para recordales que Saya tiene 21 años y Erick 27, Niño es una especie de apodo cariñoso.

En fin, este es un capitulo mas largo que los anteriores. Me divierto mucho escribiendo la historia, espero que ustedes también disfruten leerla.

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