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Soy tu Omega

Erick beso a Saya, sus cuerpos estaban unidos. La voz ronca de Erick sonó en la habitación haciendo sonrojar a Saya -Me perteneces Saya abrazo al Alfa, lo amaba tanto que dolía. Respondió con una sonrisa -Siempre fui tuyo (Vea las etiquetas antes de leer)

Palesh · Urban
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Comida

Saya observaba consternado el menú, había querido decir que pagaría su parte pero con lo que llevaba encima apenas podía pagar un café solo y… realmente tenía hambre, todo a su alrededor estaba limpio e impecable, el diseño del restaurante era bastante hermoso, una serie de bombillas caía sobre cada mesa, las sillas de hierro negro tenían cojines dorados y las mesas eran de mármol, el suelo de madera le daba a todo el conjunto un ambiente cálido que hacía sentir cómoda a la gente pero ¡Todo era tan caro!

-Esta bien, yo invito- dijo Erick adivinando lo que Saya pensaba por su expresión-Ya es hora de la comida, ¿No estas hambriento? Este lugar siempre logra abrirme el apetito

-Esta bien, realmente no tengo hambre- dijo Saya acariciando sus rodillas en donde Erick no podía ver, ¡Estaba tan hambriento! Sentía que podía comerse un elefante, además había un ligero aroma a comida en el aire, no era intrusivo y era algo que podías captar por breves momentos, pero parecía seducir a Saya. Un gruñido de su estómago delato su condición haciendo enrojecer al Omega-Tal vez tenga solo un poco de hambre

Erick quería reír, cada vez que estaba con el niño se sentía bastante relajado y de buen humor ¿Cuándo se había sentido tan bien? Tal vez nunca, la pregunta de Joseph volvió a acosarlo "¿Tal vez se siente atraído por ese Omega?" Su sonrisa se redujo un poco, el niño era bastante joven… ¿Tal vez era un estudiante de secundaria? El no tendría un sentimiento tan profano por un pequeño.

Saya ya había pensado lo que quería comer, un mesero se acercó al notarlo.

-Quiero un jugo de naranjas y una ensalada

Eso era lo más barato del menú, pero aún era algo que Saya no podía permitirse, Erick se sintió insatisfecho, el niño había pedido tan poco, por esa razón se veía tan delgado, quería alimentarlo mejor

-Los niños en crecimiento deberían comer más, pide un poco de carne también

-Ya soy un adulto- Saya se quejo inflando ligeramente las mejillas, era algo que hacía cuando estaba molesto con su hermana e involuntariamente, en ese ambiente relajado se había olvidado de comportarse como usualmente lo hacía ante extraños- En un par de meses iré a la universidad

Erick se sorprendió, el pequeño Omega no parecía mayor de 16 años, su cuerpo era delgado y pequeño, recordando cuando había sostenido su cintura frunció el ceño ¿No era eso simplemente desnutrición?

-Bien, sigo siendo mayor que tú, los jóvenes deberían comer bien, no te preocupes demasiado por tu peso

El cielo sabía que Saya no quería ser delgado, era solo que su metabolismo le impedía engordar, podía comer lo que fuera sin engordar, incluso había ido (aunque muy reacio) al doctor para ver si era una enfermedad, pero simplemente era así como funcionaba su cuerpo, ese era uno de los pocos rasgos que no compartía con Maya.

-Entonces quiero filete- Dijo Saya aún enfurruñado, el filete era lo más caro del menú además de los vinos, era una broma, no quería que Erick gastara tanto dinero, pero aun quería mostrar su agravio- y quiero postre

Erick obviamente se dio cuenta de las intenciones de Saya por el brillo pícaro de sus ojos, pero antes de que el niño pudiera retractarse agrego una ensalada y un pastel de chocolate para Saya además de diversas frutas de las que Saya solo había oído hablar y otras que no conocía, la única que había probado era la sandía, pero cuando se sirvió se sorprendió al ver una pequeña sandía del tamaño de un puño en forma cuadrada ¡Eso no era una sandía!

-Esta bien comer algo de fruta mientras esperamos la comida- dijo Erick poniendo un pedazo de durian en la boca abierta de Saya- Pruébalo, su olor es fuerte pero el sabor es bastante agradable

Saya mastico inconscientemente, una dulce fragancia se extendió por su boca dejando un agradable regusto. El comportamiento juguetón de Erick había acabado con las pocas reservas que le quedaban a Saya que comenzó a probar cada fruta, Erick se alegro de que el chico ya no pareciera tratarlo como un extraño. Antes, aunque Saya tenía buena voluntad hacia él, Erick podía decir que era más bien admiración, sus actos estaban alienados, quería que Saya lo tomara como un igual y esperaba que esta atmosfera agradable no se esfumara cuando esa comida terminara, casi con miedo siguió haciendo una lista mental de los platos que pediría para extender la comida.

El filete llegó después de media hora, la carne olía particularmente deliciosa, estaba adornado con una salsa negra haciendo la vista más artística. Saya sentía que aunque ya había comido bastante fruta aún podría comer doble ración de filetes. La carne era muy tierna y, mientras comían comenzaron a platicar, Saya estaba evitando conscientemente el tema de la familia de Erick y Erick solamente quería saber más de Saya así que la comunicación fue bastante fluida, aunque más bien era Saya hablando y Erick escuchando.

Saya le contó a Erick como había conseguido el trabajo en la florería, le conto sobre lo que quería escuchar y como Leah Sachs lo había inspirado (en ese momento los ojos de Erick se volvieron complicados), habló sobre el como estaba aprendiendo a hacer arreglos y contó todas las anécdotas graciosas que le habían sucedido en los últimos días. No habló de su hermana y tampoco habló sobre los problemas que había tenido.

-Las cosas son bastante diferentes en la ciudad, quería cosechar verduras, pero no había suficiente espacio, afortunadamente Noah… No acepte rendirme y logre hacer un huerto vertical, también tengo una maceta de Rosas en mi balcón, no ocupa mucho espacio y me hace sentir en casa

Se detuvo, estaba tan relajado contando sobre su vida que casi suelta la sopa, quería decir que Noah le había enseñado sobre los huertos verticales, pero lo cambió, esperaba que Erick no lo hubiera notado.

Erick no lo había notado, nunca pensó que el niño era del campo, pero eso explicaba su amor a la naturaleza. Saya se recordó que tenía que mantener la guardia alta, pero Erick lo hacía sentir cómodo, toda su imagen era la de un alfa confiable ¿Cómo no iba a bajar la guardia? Habían pasado mucho tiempo hablando y el sol estaba poniéndose, era hora de irse

-Aún es no has comido postre

Dijo Erick viendo como el niño se había despertado de su estado relajado anterior, se sentía un poco decepcionado, pero aún quedaba el postre, quería alargar un poco el tiempo

-En realidad… era una broma

Dijo Saya recordando avergonzado como había sido arrogante al principio, a pesar de su físico casi mágico aún se podía ver una pequeña barriguita de todo lo que había comido

-Es inútil, ya lo pedí

Erick hizo una seña al mesero y un pequeño orbe blanco en una delicada vajilla apareció, no parecía un pastel. Cuando el plato se puso frente a Saya quien observaba curioso, el mesero tomo un pequeño contenedor con un líquido de aroma dulce y lo roció sobre el orbe, después con una pequeña pistola encendió el orbe en llamas haciendo que se derritiera, dentro del orbe había un pequeño y delicado pastel de chocolate con bombones y fresas, todo el proceso era bastante mágico para Saya que no podía esconder una sonrisa encantada.

-Puedes sumergir las fresas en el chocolate blanco derretido, sabe bastante bien

Dijo Erick, ese era el postre favorito de su hermana. Saya lo hizo obedientemente y una fresa fue embarrada en el chocolate, Saya se lamió los labios quitándose el dulce, Erick solo podía ver como esa pequeña lengua rosada se arrastraba por los labios regordetes, el chico parecía seducirlo inconscientemente. Erick bebió de su vaso tratando de aliviar la sequedad que repentinamente había atacado su garganta, de nuevo la pregunta de Joseph lo acosó como una maldición "¿Se siente atraído por ese Omega?" pensó que tal vez, solo un poco.