La anticipada fiesta de compromiso se convierte en el anuncio de una ruptura y un aviso de expulsión de la casa. En un solo día, Anna perdió todo. Por accidente, activó un espacio y tomó las provisiones del negocio para vengarse. Pero, ¿quién hubiera pensado que vendrían desastres naturales? El mundo está cambiando y los recursos se vuelven escasos. Entonces, el estilo de pintar cambió. Mientras otras personas se desesperaban por encontrar algo de comer, Anna seguía cocinando en casa. Cuando otras personas luchaban por comida, Anna yacía en su cama mientras picoteaba sus patatas fritas favoritas. Cuando otras personas se esforzaban por conseguir algo de agua, Anna estaba cómodamente acostada en su bañera. Los parientes vinieron a la puerta pidiendo ayuda. Anna solo los miró fríamente y escupió: —¡Largo de aquí! Su ex prometido también vino, pidiendo reconciliación y amor. Su nuevo hombre lo echó de la puerta y la cerró de un portazo. Luego miró a Anna con una mirada de lástima —Esposa, ¿ya no me quieres? Soy fácil de mantener. Anna miró al hombre que parecía un cachorro y lo acercó con una sonrisa en su rostro. ... Fue solo más tarde que se dio cuenta de que el cachorro en realidad era un gran lobo feroz... ¡Pero las mercancías no podían devolverse! … Notas: la portada es una imagen de IA. Solo la edité un poco.
Ella solo recogió alguna medicina que consideraba útil del mostrador y no tomó demasiado. Después de todo, Dylan y Marcos sospecharían si estas cosas desaparecieran.
Además, sentía un ligero dolor de cabeza, por lo que se detuvo.
No había necesidad de ser tan codicioso.
Anna caminó hacia el almacén y vio que Dylan y Marcos estaban frente a una nevera grande. El contenido de la nevera era alguna medicina que realmente necesitaba temperatura fría o para mantenerla a salvo.
Debido a la inundación, esta nevera estaba técnicamente desenchufada.
Así que algunas medicinas ya no se pueden usar.
Pero aún había algunas cosas que podrían ser utilizadas, que Marcos y Dylan seleccionaban cuidadosamente y ponían en sus mochilas.
—¿Cómo va? —preguntó Anna.
—Hay un montón de ellas —Dylan respondió con una sonrisa—. Nuestra primera mochila está llena. ¿Y tú?
—También está llena, pero traje una segunda bolsa y también bolsas de plástico para llevar la comida de Kitty —respondió Anna.
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