Mientras tanto Tsubaki estaba en la azotea del edificio viendo las nubes pasar, sus ojos estaban enrojecidos, ella había llorado levemente.
¿Por qué Sona no era capaz de entender sus sentimientos? Si se sentía feliz mientras estaba con Goku, ¿por qué tendría que alejarse de él?
Si Goku representase en verdad una amenaza ya habría actuado tiempo antes, Tsubaki se negaba a creer que Goku les causaría algún daño.
"¿Tsubaki-sempai?"
El corazón de Tsubaki se aceleró al oír aquella voz, rápidamente alzó la cabeza y se percató de que era Goku, quien venía con una bandeja.
-¿Qué haces aquí Goku-san? -preguntó Tsubaki borrando rápidamente de su rostro esa expresión de tristeza, no quería que Goku la viera así.
-En ocasiones suelo pasar el rato aquí... pero me ha sorprendido verla a usted -confesó Goku sonriendo nerviosamente, en ocasiones era molesto que le estuvieran acosando a cada rato.
-¿Qué te dije sobre el 'usted'? -preguntó Tsubaki con una mirada inflexible y un chibi Goku bajó la cabeza al escuchar aquellas palabras de Tsubaki.
-Perdón Tsubaki-sem... Tsubaki, es difícil acostumbrarse -se quejó Goku rascándose la nuca pero enseguida se fijó en algo- Tus ojos... ¿has estado llorando Tsubaki-san? -preguntó-
-No, no hay razones para que deba llorar -mintió Tsubaki desviando hacia otro lado su mirada.
-Alguien me dijo una vez que llorar es una forma de liberar esos sentimientos que nos encadenan, de cierto manera todos nosotros vinimos llorando a este mundo -habló Goku recordando aquellas palabras, ahora las entendía a la perfección
-Wow, eso es muy profundo Goku-san, gracias tomaré nota -agradeció Tsubaki dibujando una sonrisa en su rostro- Tú... también... ¿lloras?
-No, no hay razones para que deba llorar -parafraseó Goku sonriendo y Tsubaki soltó una pequeña risa que ocultó con sus manos.
"Buen punto"
"Tuve una gran maestra"
-Pero hay algunas noches en que recuerdo a mi abuelo y me pongo a llorar, recordando todos los momentos que vivimos, las veces que hacía una trastada y él me corregía -habló Goku sonriendo con nostalgia y Tsubaki se compadeció.
-Yo también recuerdo a mi abuela todas las noches, pero ahora que se ha ido la recuerdo con una sonrisa por todos esos bellos momentos que viví con ella, fue la única persona que me apoyó -habló a su vez Tsubaki y parpadeó dos veces.
Goku se percató de aquello y con cautela retiró los lentes de Tsubaki y se llevó una sorpresa, era muchísimo mas hermosa sin los lentes.
-He notado cómo parpadeabas y he pensado que tus lentes podrían estar empañados -habló Goku tomando una servilleta y limpiándolos a su vez.
Tsubaki se mostró sorprendida por ese gesto y sonrió, su sonrisa se ensanchó al ver que Goku volvía a ponerle los lentes lentamente.
-Si quieres puedes decírmelo... sé que has estado llorado hace rato Tsubaki-san -habló el azabache viendo a la heterocrómica, quien asintió.
-Hay alguien con quien disfruto hablar y pasar el tiempo, pero una amiga mía me ha dicho que me aleje de esa persona porque podría hacerme daño, ella no es quien para decidir en mi vida, si puedo ser feliz con esa persona no dudaría en estar con ella -contó Tsubaki expresando su molestia y Goku asintió escuchando.
-Eso suena muy complicado, pero creo que tu amiga debería dejarte feliz.... -Tsubaki asintió estando de acuerdo con las palabras de Goku- pero no deberías enfadarte con ella, es tu amiga y sólo procura lo mejor para ti, aunque puede que equivocada y no lo sepa -añadió el pelinegro-
-Entonces sugieres... ¿Que me ponga en su lugar para ver las cosas desde su perspectiva? -preguntó Tsubaki y Goku asintió confuso sin saber su realmente quiso decir aquello.
Tsubaki asintió, ver las cosas desde un solo ángulo seguro no era la opción más correcta.
-Nuevamente vuelves a ayudarme con tus palabras Goku-san... en verdad eres realmente genial... -Tsubaki le dio un rápido abrazo pero rápidamente se separó, quizás se apresuró demasiado al realizar aquel gesto.
-Somos amigos, así es mi deber ayudarte Tsubaki-san -habló Goku sonriendo y Tsubaki asintió, le alegraba realmente ser su amiga.
Goku se llevó las manos al dorso y tomó la bandeja que contenía su almuerzo, la abrió revelando un par de bolas de arroz salsa.
-¿Quieres? Las he preparado yo -preguntó Goku sonriendo, estos años se habia espabilado para aprender lo básico de cocina: arroz, legumbres...
-Oh, eso sí que es nuevo... definitivamente no pareces el tipo de persona que sepa cocinar -se burló Tsubaki y Goku hizo un puchero- Está bien, las comeré contigo. Pero antes debes lavarte las manos, ¿o lo hiciste antes de venir aquí?
Goku miró por todos lados pero no había ninguna fuente, Tsubaki le estaba mirando con cara de "si no te lavas no comes", lo que le hizo tragar seco.
-Sabía que tendrías esa reacción, ten -Tsubaki le extendió una toallita hidroalcohólica y Goku sonriendo se limpió las manos con ella.
-Genial, ¿podemos comer ahora? -preguntó Goku ansioso y Tsubaki negó con el dedo- ¡Oh, venga ya Tsubaki-san! Estoy que me muero de hambre.
-Primero hay que bendecir la comida -indicó Tsubaki juntando sus manos y cerrando sus ojos y Goku la imitó haciendo la misma pose.
Goku entreabrió su ojo derecho para ver si Tsubaki había terminado, se desesperó al ver que había pasado una eternidad con la bendición.
-Ahora sí, podemos... -Tsubaki no pudo terminar aquella oración cuando Goku ya tenía media bola de arroz en la boca, suspiró sonriendo-... comer.
Tsubaki tomó la otra bola de arroz y probó un bocado, arrugó la frente ya que parecía que ese arroz hubiera sido pisado por un tractor y luego cocinado en un jacuzzi de hombres de tercera edad. ¿Eso siquiera podía llamarse arroz?
-¿Qué tal está? ¿Te ha gustado mi comida? -preguntó Goku sonriendo con algo de esperanza.
-Está horrible, ¿dónde aprendiste a cocinar? -habló Tsubaki conteniendo su risa y Goku se rascó la nuca- Pero como lo has hecho tú, me lo comeré como si fuera el plato más delicioso del mundo -añadió empezando a comer.
-¿Me enseñarías a cocinar? -preguntó Goku sonriendo, la verdad es que su comida podía mejorar en todos los aspectos posibles.
-Claro, cuando quieras te enseño -respondió Tsubaki con una sonrisa- ¿Te parece quedar mañana en mi casa a mediodía?
"Eso suena genial"
"¿Todavía recuerdas la dirección?"
"Claro, izquierda, todo recto, dos pasos hacia atrás y dos a la derecha, girando dos veces el cuerpo y caminando hacia la derecha"
"Jajaja, ¿memorizaste la dirección de mi casa? Muy tierno de tu parte, desconocía esa faceta"
"En realidad no la memoricé..."
"Te creo, pero en primer lugar debes llamarme Tsubaki-sensei si quieres ser mi discípulo..."
"Pero si hace nada dijiste nada lo contrario"
"No repliques mis órdenes niño novato"
"Esto no es divertido... es triste"
"Es mi responsabilidad ayudarte Goku-san como tu amiga... pero te advierto de que no será tarea fácil seguirle el ritmo a mi alto nivel de cocina"
"Ya me estoy arrepintiendo..."
"Ah no jovencito, de ésta no te libras"
"Sigh...."
Tsubaki soltó una pequeña carcajada al ver a un chibi Goku bajar sus hombros en derrota, los dos siguieron hablando durante un par de horas más, riéndose y conociéndose mejor el uno al otro.
Más tarde.
Goku sonreía mientras servía unos platos en el local, sus memorias estaban en el momento donde charlaba con Tsubaki hace unas horas.
Su conversación fue simplemente fantástica y natural, de entre todas las personas con las que había hablado con Tsubaki disfrutaba más.
Cuando el rostro de Tsubaki le venía a la mente inconscientemente esbozaba una sonrisa, tal vez porque ella era realmente hermosa o porque se lo pasaba bien a su lado charlando y riéndose.
En el momento en que empezó las clases en la secundaria Kuoh siempre la tuvo en mente como alguien fría e impasible, pero ahora que la conocía era bastante divertida aunque seguía siendo estricta... pero en algunas ocasiones.
Sabía perfectamente que ella era una diablesa pero a pesar de aquello le caía bien, pensó que tal vez los demonios no eran tan malos como decían en la mayor parte de escrituras y en varios textos.
Siendo sinceros no se imaginaba a Tsubaki, Sona o Rias viviendo en el infierno rodeada de fuego y azufre, pensó que tal vez el infierno real podía ser un lugar sumamente diferente al que se decía.
Si existían demonios también deberían existir los ángeles y seguramente Dios, ¿y si un ángel le hubiera bendecido con el sistema? Podía ser una probabilidad, no tenía pruebas pero tampoco dudas de que ellos le hubieran dado el sistema.
Necesitaba mucha más información del mundo sobrenatural si quería sobrevivir, con la habilidad 'persuasión' del sistema sólo podía saber la raza de cada ser pero no tenía más información.