Ahora que falta para ser pronto las cinco de la tarde, recuerdo que hasta no hace poco han pasado cosas que, ciertamente no son cotidianas y están dentro de mis estándares.
Y la razón es simple: siempre habrá de mi parte la necesidad de salir de la aburrida cotidianidad que tanto me agobia; el anhelar sentimientos que agiten mi peculiar ser.
Actualmente me encuentro caminando con mi amigo Guffy hacia la torre Noreste como habíamos acordado.
No estoy seguro sobre lo que sucederá con perfecta exactitud, pero siempre estará la ansiosa necesidad de caer en la paranoia relacionada con un futuro incierto.
Guffy: Parece que estaremos cerca de llegar y aún faltan diez minutos.
Mikael: Ciertamente.
El debilitado sol se retiraba mientras las luces en las calles iluminaban la zona.
Para ser una prisión de fama tan repugnante y caníbal como se cuenta en el exterior, el interior está muy bien cuidado y me agrada la vista.
Son unos delincuentes limpios y decentes...
Pero viéndolo así, aquellos siguen siendo personas como nosotros, pero con voluntades que van en contra de la reglas de otras personas inseguras y llenas de supuesto poder y justicia.
Podrán ser criminales y psicópatas, pero ninguno de nosotros, quitando la mascara de la sociedad, es completamente bueno del todo y el hecho es innegable.
Guffy: Por cierto, mi hermano, ¿Cómo fue tu vida en el extranjero?.
Mikael: ¿Por qué lo preguntas de repente?.
Guffy: Nunca tuve la oportunidad de hacerlo y siempre he querido saber sobre Gran Lombardes.
Cada individuo vive cosas diferentes y así, igual que la perspectiva de éste, dependerá el vivir una vida agradable o desdichada en un lugar completamente desconocido.
Si hablase de mi vida, no sabría que responder, pero no muchas cosas talvez sean buenas para los demás.
¿Será esa la razón de mi problema?.
No siento nada...
Mikael: Bien, supongo, viví como cualquier chico de mi edad.
Guffy: Estoy pensado viajar y terminar mis estudios de la universidad en Gran Lombardes.
Mikael: No me sorprendería, ya que esa es la meta de muchos de nuestra edad.
Hay muchas cosas que pudieran suceder y se debe tener una clara fuerza de voluntad; y al cumplir esos requisitos, no te será imposible un futuro prometedor.
Mikael: Pienso lo mismo.
Luego de haber llegado a la torre Noreste, estábamos en una plaza que se encontraba en su frente.
Por el momento eramos los únicos ahí, ya que los vigilante se retiraban por la gran puerta de metal que luego fue sellada nuevamente.
La cero siete tiene varias entradas que son las torres que la definen.
Siempre que se abren las puertas están custodiadas tanto por dentro como por fuera, pero cuando no hay nadie por fuera, siempre lo estarán por dentro; ciertamente por lo que acabo de ver, habían cuatro guardias armados en el interior cuando los vigilante entraron.
No hay problema al estar aquí, por lo que veo, a la hora que sea, pero hay un limite al estar cerca de las instalaciones que conectan con el exterior: en este caso las torres donde se encuentran las puertas principales.
En ese instante escuche unos pasos que se acercaban.
Guffy: Están aquí.
Al voltear primeramente vi a Piraña quien se acercaba acompañado de un hombre gordo.
Parece que era verdad con lo de venir acompañado.
Piraña: Espero que hagas esto rápido y me digas cualquier cosa que sepas sobre lo de el tráfico de Ardilla.
Sin presentaciones y rodeos, quiere ir directo al grano.
Tanto Guffy como yo nos miramos por un momento pero luego él da un paso delante y comienza a hablar.
Guffy: No sé que tanto estés esperando de nosotros pero seré muy sincero al respecto, mi hermano.
Guffy: Nosotros no sabemos nada sobre el tráfico, sólo nos pagaron para trasladar mercancía, eso es todo.
Ante la respuesta, Piraña no se inmutó y escucho mientras analizaba lo que sucedía.
Su mirada era fría y con unos pocos movimientos, sacó una pistola de su cintura y apuntó a Guffy en la cabeza.
Lo primero que se escuchó luego de aquel acto, fueron aplausos provenientes de los árboles a nuestro alrededor.
Carón: Realmente eres fácil de predecir, mi hermano.
Decía mientras aplaudía el misterioso hombre que estaba escondido en los árboles.
Piraña: ¿Eres el que planeó todo esto?.
Carón: Desde que llegué a este lugar predecí que buscarías a los involucrados del incidente del tráfico, por lo que les dije a todos con antelación lo que acabaste de escuchar. Todo eso para tenerte aquí.
Además de él, dos hombres salieron detras de los árboles donde estaba Carón.
Parece que planeó desde el principio ganarle en número.
Piraña: No pensé que Ardilla me quería muerto.
Carón: Eso no es así, solo quiero desquitarme por lo que me hiciste hace tiempo.
Piraña: ¿Me tienes rencor por haberte negado en mis tiempos de gloria?.
Carón: ¡Cállate bastardo!.
Carón: Vamos a hacer un juego y nadie nos va a interrumpir.
Carón: Nos vamos a golpear y el que logre sacar más sangre del cuerpo del enemigo, será el ganador.
Ante la propuesta, Piraña sonrió y le entrego su arma a el hombre gordo que estaba con él.
Igualmente Carón le entrega su arma a sus hombres mientras aquellos se alejan.
Guffy: Alejémonos un poco.
Dice mientras da varios pasos atrás.
Mikael: Entiendo.
Ambos contrincantes se quitaron la camisa y se preparaban para pelear a puño limpio.
Un encuentro de uno a uno con testigos de su desenlace.
La tensión estaba en su punto más alto y la sed de sangre que ambos desprendían, intimidante para los menos capaces.
Es difícil deducir a un buen peleador viéndolos a ellos dos, quienes tienen buen físico y rebosan de confianza en sus capacidades.
Piraña: Escúchame con atención, bastardo, espero que no te mueras tan pronto.
Carón: Eso mismo dijo el tipo que se murió cuando recibió dos de mis puñetazos en la cara.
Carón: Hazme el favor de no morir tan rápido.
Piraña toma una postura cerrada de boxeo con la mano izquierda incitando entrar en combate.
En cuanto a Carón, su postura era mas abierta como king boxing.
Antes del intercambio de golpes, los contrincantes analizaban las posturas del otro sin siquiera entrar en acción.
Son peleadores experimentados.