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Sobreviviendo al fin del mundo en Latinoamérica

El caos se desato en todo el mundo, múltiples brechas dimensionales se han abierto y de ellas monstruos han invadido la tierra. Los intentos de defensa han fracasado y tratando de sobrevivir en latino américa un lugar donde los corruptos y criminales abundan se encuentra Leo un estudiante de ingeniería que era bombero voluntario con múltiples cicatrices mentales y una gran determinación se enfrenta al mundo para proteger a los que ama.

EXCALIBUR_st · Fantasy
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102 Chs

Capítulo 33 – Una pelea desesperada

Belcebú parecía furioso por la forma en la que arrugaba sus cejas. Estaba mirándonos a nosotros a través de esas cuencas vacías llena de gusanos. Volvió a abrir la boca creando un enjambre de moscas que volaban directo hacia nosotros.

Leo: ¡Reagrúpense alrededor de mí!

Todos escucharon mis palabras y pronto se acercaron a mí. Lo que me permitió activar escudo de viento una vez más deshaciéndome de las moscas. Cuando el escudo cayo Belcebú apareció por encima nuestro.

Belcebú: Me ocupare de ti primero

Belcebú se disparó como una bala hacia Diana. Cristina se interpuso entre ellos levantando su escudo, pero fue inútil. Salió dispara volando e impactando contra una pared. Julia que estaba cerca logro desviar a Belcebú con el escudo que le di. El carnicero y yo atacamos al mismo tiempo sin dejar espacio a que pudiera contra atacar de nuevo mientras que Diana revisaba a Cristina.

Cristina no tenía una clase y su nivel era 0 por lo que era una humana común y corriendo. Resistir ese tipo de impacto debió haber sido mortal. Por lo que requería atención médica urgente.

El anciano nos apoyó disparando balas de rocas, pero no le hacían ni cosquillas a Belcebú. El carnicero realizo un tajo descendente sobre Belcebú quien por alguna razón estaba sonriendo.

Belcebú: Cayeron

El cuerpo de Belcebú se convirtió en una nube de moscas cuando el cuchillo lo toco.

Leo: ¡Retírate!

Extendí mi mano y usé escudo de viento. Esto permitió crear una barrera alrededor del carnicero. Aunque fue una acción desesperada logre evitar el peor escenario o eso creía. La mitad del enjambre voló. El enjambre se agrupo y la figura de Milton fue vista y con ello un puñetazo impacto mi estomago haciéndome escupir sangre y enviándome a volar.

Julia: ¡Leo!

El ataque frenético de Belcebú no se detuvo. Belcebú continúo corriendo hacia mí, pero una esfera blanca había impactado contra el quemándole el rostro visiblemente.

Belcebú: No creas que no me he olvidado de ti. Solo espera tu turno.

Ese breve instante me permitió recomponerme en cierta medida. Mi visión estaba completamente roja, mi respiración era pesada y un sabor metálico inundaba mi boca. Aun así, no podía de dejar de pensar en que pasaría si moría aquí. Diana, el carnicero, el anciano y Cristina probablemente morirían aquí. Melissa y Alejandra se quedarían solas y lo que más me dolía Julia talvez moriría conmigo.

No puedo permitir que eso pase debo de pensar en una forma en que podamos darle vuelta a la situación. Cuando creí que no se me podía ocurrir algo recordé lo que había sucedido con la rata. ¡Podía generar una explosión! Pero eso podía ser contraproducente si lo utilizo con todos aquí. Debo de pensar con que puedo cambiar la harina. Con todos mis años de servicio como bombero voluntario había presenciado miles de formas diferentes de crear un incendio y lo que era más común aparte del gas en los incendios domestico era el aceite.

Por lo que no dude en sacar una botella de mi inventario. Cuando se acercó a Belcebú este ultimo la partió a la mitad haciendo que todo el líquido se derramara sobre él. Belcebú no tuvo tiempo a pensar sobre lo que se le había derramado encima por que el carnicero ya estaba sobre el apuntándolo con su cuchillo. Esto me permitió acercarme a él y mediante señas logre que el carnicero retrocediera.

Belcebú se unió en una pelea cuerpo a cuerpo conmigo una vez más. Pero a diferencia de las otras veces mis movimientos se habían vuelto torpes y rígidos. Solo podía pasar a una posición pasiva y a la defensiva.

Uno de los puños de Belcebú atravesó mi escudo y dije.

Leo: ¡Belcebú! ¿Sabes lo que es bueno contra demonios?

Esto provoco que Belcebú entrara en duda. ¿Qué tonterías está hablando este humano cuando está a punto de morir? Fue lo que pensó sin embargo contesto.

Belcebú: ¿Qué cosa?

Leo: ¡El fuego!

Lance un encendedor que había sacado previamente del inventario. Instantáneamente Belcebú se convirtió en un mar de llamas.

Belcebú: ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

El desgarrador grito de Belcebú había reverberado por todo el edificio.

Leo: ¡Diana ahora!

Diana se puso alerta y lanzo una bala mágica hacia Belcebú. Esto provoco que las llamas reaccionaran con la bala y convirtiendo el cuerpo de lo que antes era Milton en polvo.

Al ver que finalmente todo había terminado me tumbe al piso. La regeneración ya había empezado a ser efecto y el dolor estaba comenzando a desaparecer.

Revise mi condición y mi equipo. Mi escudo había quedado atrapado en el fuego junto a Belcebú por lo que lo había perdido por completo. Mi espada estaba bien, pero mis heridas eran peligrosas. Debía de recibir atención médica, pero podía aguantar. Podía ver a Cristina que se balanceaba entre la vida y la muerte. Diana no se había separado de su lado, pero solo logro estabilizarla.

Leo: ¿Puedo saber su estado?

Diana: ¡Esta en estafo critico! ¡Una de sus costillas está rota, el impacto contra la pared hizo que esa costilla perforara su pulmón provocando un neumotórax! ¡Necesito drenar el aire! ¡La magia solo me permite detener la hemorragia!

Leo: ¿Qué necesitas?

Diana: Una jeringa la más grande que puedan encontrar.

Leo: Entendido.

¿?: ¡JAJAJAJAJA! ¡Humanos me han sorprendido más de lo que creí!

Una voz escalofriante resonó en la habitación. La voz era ronca y de ultratumba, sonaba como realmente escalofriante y desgarradora, era como si tuviera la garganta completamente seca. Seguido de esas palabras una niebla negra empezó a emerger del ambiente y pronto se había convertido en una forma.

Belcebú: Aunque esta alma es solo un fragmento aun es suficiente para matarlos. Aunque no tenga un cuerpo físico.

Belcebú: Ese humano resulto ser demasiado inútil, pero aquí veo un cuerpo que puedo usar para mí.

Leo: Carnicero busca una jeringa para Cristina déjame este a mí.

Julia: Yo te ayudo.

Belcebú se había convertido en niebla esta vez y voló directamente hacía mí.