—Confío en que ninguno de ustedes quiere que le pase nada malo a su general, ¿verdad? —la mirada de Duan Ling Tian se fijó la multitud de oficiales delante de él.
De inmediato, la escena se sumió en un silencio sepulcral, porque los casi 90.000 oficiales se habían quedado en silencio.
—Bueno. Oigan todos. Hoy yo, Duan Ling Tian, estableceré aquí una orden militar... Dentro de tres días, ¡con certeza llegaremos a Ciudad Barbarie del Sur e irrumpiremos para vengar a nuestros más de 10.000 hermanos muertos!
Al poco tiempo, la voz de Duan Ling Tian se volvió apenas más fuerte y su porte imponente perforaba los cielos.
Lo que decía Duan Ling Tian hizo brillar los ojos de los casi 90.000 oficiales.
Ahora, no se atrevían a menospreciar a este joven de ropas violetas. Este joven era una persona que había logrado identificar las fallas en una táctica de guerra formulada por Gu Xuan... Con Nie Fen como testigo, así lo creían.
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