Joven Maestro Eugenio
En una de las suites presidenciales del hotel Glaze, un joven estaba bebiendo vino tinto mientras estaba sentado en un sofá. Tenía el cabello negro largo que le llegaba a los hombros y ojos morados raros. También tenía un rostro guapo, que podría hacer que el corazón de varias damas se descontrolara.
Su expresión era serena, pero sus ojos estaban llenos de anhelo. Al mismo tiempo, en su rostro aparecía de vez en cuando una expresión pervertida, mientras pensaba en alguien.
De vez en cuando, después de tomar un sorbo de vino, sonreía o a veces se reía a carcajadas. Había emoción en su voz, mientras pensaba en lo que estaba a punto de suceder después.
En ese momento, la puerta de la suite se abrió y entró otro joven. Este joven tenía la misma edad que el que estaba sentado en el sofá. Su expresión era fría.
Al llegar frente al joven, habló con voz respetuosa:
—Joven maestro Eugenio, ya se han hecho los arreglos. Deberías poder conocerla mañana a más tardar.