2 Capitulo 2: Reencarnar

Después de recordar todo mi pasado, solté un suspiro.

Y me tumbé en el suelo, mientras cerraba los ojos.

"Os echo de menos" -susurré, pensando en mis padres, mientras una lágrima se me escapaba por el rabillo del ojo.

Después de que pasaran lo que parecían días, escuche una voz detrás de mí.

"Hola, lo siento por hacerte esperar, pero estos días ha habido un gran número de almas" -dijo la voz.

Me gire y vi lo que parecía un orbe blanco levitando.

Mientras seguía inspeccionando, lo escuche hablar otra vez.

"Bueno, vamos al lío, por lo que puedo ver en el historial de tu vida, eras algo friki y antisocial, pasabas los días jugando, viendo pelis, o leyendo". 

"Hmmm, no está mal, aunque tenias poco, donabas a centros con gente discapacitada y a personas necesitadas ".

"Y has muerto después de ser apuñalado hasta la muerte, tras salvar la vida de una niña. Mmmm. Vaya, que desafortunado, pero tu acción de salvar una vida, es lo que te da la oportunidad de vivir otra" - escuche decir al orbe. 

"Espera, quién eres tú, y de qué estás hablando de vivir otra vida?" -pregunte, mientras fruncía el ceño.

"Mira tengo mucho trabajo, así que no tengo tiempo para explicaciones. Soy uno de los varios dioses de este universo, y el encargado de la tierra" -contestó.

"Vale Dios. Me puedes decir de qué estás hablando?" -le pregunté, con algo de sarcasmo en la voz.

Hay que decir que no soy creyente, y de repente encontrarte con un ser que se hace llamar dios, es una experiencia realmente extraña, por decir lo menos.

"Te estoy diciendo, que gracias a tu acción de salvar a la niña, te has ganado la oportunidad de reencarnarte con un deseo en otro universo" -me respondió Dios. 

"Te explicaré rápidamente como funciona, elegiré un universo ficticio de los muchos que conoces, y reencarnaras en él con tus recuerdos y con un deseo que tu quieras, puede ser casi cualquier cosa, que no rompa las leyes de dicho universo, ni ciertas reglas" -Dios.

"Para empezar, no puedes desear ser el más fuerte de dicho universo, tampoco puedes desear tener un sistema. Como si fuera a hacer semejante estupidez. Tampoco puedes desear tener todos los poderes de dicho universo. "-Dios.

"¿Puedo elegir a alguien como Superman? " -pregunte mirando a Dios.

"Si" -respondió dios.

"Y tendré todos sus poderes?" -volví a preguntar.

"Si, pero en el caso de superman, empezarías con el cuerpo de un humano normal, y con el tiempo estando expuesto a la radiación solar, te harás mas fuerte " -Dios.

"¿Y puedo llegar a ser más fuerte que Superman? " -pregunté de vuelta.

"Exponiendote y entrenando lo suficiente, si, puede llegar a hacerte más fuerte" - me respondió.

"Ahora déjame decirte donde te reencarnas, y después me dirás qué deseo quieres" -Dios.

Espere unos minutos, cuando lo escuche hablar otra vez. 

"Reencarnaras en Marvel, ahora dime qué poderes quieres" -Dios.

Marvel, voy a reencarnar en Marvel. Pensé algo excitado.

Un universo que me encanta, pero como humano normal, nunca me había gustado vivir en él.

Ya que aunque pueden aprender habilidades, como la magia o hacerse más fuertes con sueros, como el Capitán América, es muy poco probable que pudiese tener tanta suerte como para conseguir un suero de supersoldado, o tener el talento del Dr. Strange. 

Sin no tuviese deseos, sin duda preferiría reencarnar en un mundo menos peligroso. 

Pero con un deseo, lo cambia todo. 

Tengo que elegir bien.

Después de estar pensando un rato, que deseo quería, ya tenía una idea.

"Quiero ser Dr. Manhattan" -le dije a dios.

"No puede ser, elige otro deseo" -Dios.

Lo suponía. 

Aunque tenía una leve esperanza, no era mucha, así que tampoco me deprimió tanto.

"Si no puedo ser Dr. Manhattan, quiero ser Silver Surfer" -le dije algo excitado.

Era uno de mis personajes ficticios favoritos, es uno de los seres más fuertes de marvel, e incluso su aspecto es genial. 

"Mmmmh, no debería, pero al ver tu excitación digna de un niño pequeño, te lo voy a conceder, pero tendrás algunos de tus poderes bloqueados, y tendrás que desbloquearlos con entrenamiento" -Dios. 

"Genial, pero puedo pedirte unas cosas, no es nada exagerado" -le pregunté.

"Depende, te escuchó" -Dios.

"Puedes hacer que cuando retire la piel impenetrable que tiene Silver Surfer,  mi aspecto sea más... bueno... vamos a decir que no quiero ser tan feo como en los cómics" - le dije.

"Si es solo eso, esta bien" -Dios.

"Y una última cosa, puedes hacer que pueda guardar la tabla dentro de mi cuerpo, y tampoco quiero ser el heraldo de Galactus, quiero ser un personaje independiente. Que mis poderes sean solo míos "dije con algo de esperanza.

"Mmmm, vale pero es tu última petición" -dijo Dios mientras desaparecía, y yo sentía que se me caían los párpados.

"¡Gracias!" -grité, aunque sonó casi como un susurro mientras me abandonaba la consciencia.

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