webnovel

CAPÍTULO 79: SIEMPRE FUISTE TÚ...

- Hola nana... - Digo al despertar aún soñolienta.

 

- Hola mi niña, cómo te sientes?.

 

- Creo que bien... en dónde estoy?. - Pregunto algo confundida.

 

- Estás en el hospital... - Inmediatamente mi mente me muestra un resumen algo rápido de lo que había ocurrido.

 

- Nana!!!, qué pasó con Gisselle?. - Le pregunto algo alterada e intentando levantarme de golpe, pero mi nana y el dolor proveniente de uno de mis costados me detiene abruptamente.

 

- Calma calma, te vas a lastimar mi niña. Dile a Damián que lo necesito aquí por favor. - Le dice mi nana al final, a un hombre que está en la puerta de mi habitación, ya que este ha abierto la puerta al escuchar un poco la agitación que hay adentro. Este asiente al escuchar las palabras de mi nana para luego cerrar la puerta.

 

- Nana, dime!!!. - Le vuelvo a preguntar muy inquieta.

 

- Espera a que llegue tú esposo, él te va a explicar todo. - Me dice mientras intenta que yo me vuelva a recostar.

 

- No entiendo porque no me lo puedes explicar tú, estoy harta de que me traten como si fuera de porcelana nana!!!.

 

- Ya veo y escucho que estás muy bien, puesto que ya estás discutiendo... - Dice Damián al abrir la puerta de la habitación.

 

- Los dejo. - Dice mi nana al darme un beso en la frente para luego salir.

 

- Damián!!!, dime qué pasó con Gisselle?... - Le pregunto un tanto desesperada.

 

Él se acerca, se sienta en el borde de la cama sin dejar de observarme todo el tiempo.

 

- Damián!!!... 

 

Él toma mi rostro sin decir alguna palabra y luego junta sus labios con los míos, interrumpiéndome para luego comenzar a besarme con algo de fuerza, tomándome por sorpresa y mientras su lengua está dentro de mi boca reclamando cada rincón como suyo. Me doy cuenta de que yo también necesitaba sentirlo cerca después de que estuvimos a punto de no volver a estar juntos nunca más, ahora puedo sentir su ansiedad y alivio al mismo tiempo.

 

- mmmm... no sabes cuanto necesitaba esto... - Me dice después de besarnos al mismo tiempo en que nuestras frentes se tocan entre sí al respirar.

 

- Y con respecto a lo que me estabas preguntando y por lo que ya estabas peleando, te digo que... Gisselle está muerta... - En cuanto escucho sus palabras me quedo completamente muda.

 

- Cuando ustedes se dispararon, ella te logró herir en el costado y tú le diste bastante cerca del corazón. Yo, logré llegar a tiempo para recibirte y evitar que te golpearas al caer, te quité el arma que aún tenía un disparo y le disparé en la cabeza... - Yo solo lo sigo escuchando en silencio mientras repaso las imágenes de lo sucedido una y otra vez.

 

- Amor... - Suelto una gran cantidad de aire que tengo contenida en cuanto vuelvo a escuchar su voz.

 

- Me duele que todo haya terminado de esta manera, pero por fin se acabó esta pesadilla y vamos a poder vivir en paz.

 

- Si mi amor... - Me dice Damián bastante aliviado por mi reacción.

 

- No espera, falta el nuevo cómplice de Gisselle... el fortachón ese. - Le digo asustada al acordarme del hombre.

 

- No te preocupes mi amor, ese hombre era un espía... es uno de los hombres de Arturo que se fue ganando la confianza de Gisselle y nos mantuvo informados de todo, gracias a él te encontramos de inmediato. Lo único que no estuvo en nuestros planes, es que Gisselle había decidido secuestrarte sin decirle nada a él hasta que ya iba contigo hacia la fábrica abandonada. Si lo hubiéramos sabido antes, ella no se hubiera podido acercar a ti.

 

- Definitivamente eres mi héroe, te amo... - Le digo con una sonrisa para luego darle otro pequeño beso en los labios.

 

- Y yo te amo, aunque debo confesarte que gracias a ti, odio los hospitales y si te veo en peligro de nuevo, voy a sufrir un infarto. - Al escucharlo me rio y le doy besos por todo su rostro hasta que alguien llama a la puerta.

 

- Interrumpo?... - Dice Lisa al abrir un poco la puerta.

 

- No peque, no interrumpes. - Le responde Damián.

 

- Pasa por favor. - Le digo y luego ella ingresa cerrando la puerta para al final, acercarse a nosotros.

 

- Cómo te sientes?. - Me pregunta al pararse a uno de los lados de la cama.

 

- Bien y ahora que te veo, me siento un poco mejor. - Le respondo.

 

- Ale... yo... lo siento, siento todo lo que te he dicho y como me he comportado contigo últimamente. Sé que he sido una completa malcriada, pero estaba molesta y herida, no quería entender las razones que tuviste para irte y alejarte de nosotros, por eso hice cosas que no debí de haber hecho y por eso quiero que me perdones porque yo te quiero mucho... - Me dice con lágrimas en los ojos y yo no puedo evitar soltar unas cuantas.

 

- Muñeca... yo no tengo nada que perdonarte, yo te entiendo y tal vez en tu lugar hubiera hecho lo mismo. Antes, yo soy la que te debo de pedir perdón y te juro que de ahora en adelante vamos a estar los tres juntos como una familia y que no va a haber un día en que no te lo demuestre. Es una promesa y con el tiempo volverás a confiar en mí, mi muñeca hermosa... - Le digo al tenderle la mano para que se acerque a mí y así poder abrazarla.

 

Después de un rato de estar todos reunidos en mi habitación, conversando y riendo como hace mucho tiempo no lo hacíamos, observo como Andy juega con Lisa en uno de los sofás al mismo tiempo en que hablan los demás sobre diferentes asuntos. Damián habla con Hunter y con Arturo, mientras Kelly y mi nana hablan a mi alrededor de su boda que será en cuatro meses más o menos cuando Damián se acerca a mi algo serio.

 

- Amor, qué quieres hacer con el cuerpo de Gisselle?.

 

- Que la entierren en alguna otra parte que no sea de mi conocimiento porque yo no pienso estar presente en eso, ni quiero saber cuándo lo van a hacer. Yo ya enterré a mi prima junto con mi tío y esa mujer que ahora está en la mesa de una morgue, yo no la conozco y no es nada mío. La tumba que está bajo el nombre de Gisselle, estará ahora vacía y será un símbolo de quién fue la hija de mi tío antes de torcer su camino.

 

- Mi niña, pero sea lo que sea ella es tú familia... - Logra decir mi nana pero Kelly la interrumpe.

 

- Nana no, no la presiones y respeta su decisión. - Le dice Kelly.

 

- Será como tú decidas y quieras amor. – Me responde Damián.

 

Kelly se lleva a mi nana de la habitación, ella y Damián saben que yo no voy a ceder en esto.

 

- Tranquila, ya lo entenderá. - Me dice Damián y yo comienzo a sentirme mareada y a sudar frío.

 

- Damián, puedes llamar a una enfermera... no me siento bien. 

 

En cuanto él mira mi rostro, valida que no me siento muy bien, por lo que le pide a los demás que salgan y luego presiona el timbre de llamado para que vengan a la habitación.

 

- Ya vienen amor. - Me dice bastante preocupado.

 

- Quiero vomitar. - Logro decir antes de colocarme una mano en la boca para no hacerlo encima de las sábanas de la cama.

 

Al momento, ingresa una enfermera y Damián le dice mis síntomas, por lo que ella me acerca un cuenco metálico para que pueda vomitar mientras le pide a Damián que salga de la habitación. Él lo hace, pero después de que otra enfermera que entra, lo saca a empujones.

 

En la próxima hora, me colocan medicamentos para las náuseas y para el dolor, me sacan sangre para hacerme algunos exámenes de rutina. Los medicamentos me producen sueño por lo que después me quedo dormida bajo el cuidado y vigilancia de mi esposo, quien a pesar de todas las veces que le digo que se relaje que no es nada grave y que es solo la anemia, él sigue preocupado y muy serio.

 

Al volver a despertarme, me doy cuenta de que al parecer había dormido toda la noche porque ya se puede ver la luz del sol. Observo a mi alrededor y puedo ver que Damián esta dormido en el sofá más largo que hay en la habitación, así que decido tratar de levantarme para caminar un poco, procurando no hacer ruido, ya que si Damián se despierta no me lo va a permitir y la verdad es que ya me siento agotada de estar en la cama.

 

Me logro levantar con alguna dificultad, hasta me lastimo un par de veces, pero al final logro estar de pie. Descuelgo las dos bolsas de suero con medicamentos del atril que están conectados a mis brazos por vía intravenosa, comienzo a caminar lentamente tratando de no hacer ruido, usando solamente calcetines en mis pies. Me acerco algunas veces para velar el sueño de Damián, se puede ver que está cansado. Después de unos minutos, una enfermera entra junto con el doctor sin tener nada de delicadeza.

 

- Buenos días señora Evans, cómo se siente el día de hoy?. - Dice el médico al entrar como si estuviera en su casa.

 

- Mucho mejor doctor. - Le respondo un poco seria por su falta de cortesía y de educación por entrar así. No puedo entender porque todos hacen lo mismo, nunca dejan descansar, luego siento una presencia a mi lado. Veo por el rabillo del ojo que es Damián quien me mira como si me fuera a perforar la cabeza.

 

- Porqué estas levantada?. - Me pregunta en un susurro en forma de reproche, evidentemente.

 

- Muy bien, ya tengo los resultados de los exámenes y debo decirle que todo ha salido bastante normal, no hay nada de qué preocuparse.

 

- Discúlpeme que lo interrumpa un momento doctor, pero me preocupan mucho sus mareos y sus nauseas. Usted ha podido verificar como se encuentra su anemia?. - Le dice Damián aún a mi lado.

 

- Si, su anemia está bastante controlada y ella no es la causante de sus malestares.

 

- Qué quiere decir doctor?, tengo otra enfermedad?. - Pregunto algo angustiada.

 

- Si, usted tiene otra condición pero no es ninguna enfermedad... - Logra responder el médico cuando Damián lo interrumpe.

 

- Cómo que una condición?, por favor dígame que tiene mi esposa... - Dice Damián bastante ansioso y preocupado.

 

- Bueno, lo que sucede es que su esposa está embarazada, ustedes van a ser padres... - De inmediato me quedo en shock, las palabras del médico comienzan a sonar una y otra vez en mi mente, posicionando automáticamente mis manos en mi vientre.

 

- Voy hacer papá... voy hacer papá!!!!. - Dice Damián mientras me levanta por la cintura y comienza a darme vueltas, provocando que mis pies vuelen por el aire.

 

- Damián!!! bájame... - Le logro decir.

 

- Perdón perdón, me ganó la emoción, te lastimé?. - Me dice al sentarme en la cama con cuidado.

 

- No amor estoy bien, doctor… cómo es posible que después de lo que me ocurrió este embarazada y no lo haya perdido...

 

- Bueno... al parecer es un bebe igual de fuerte y de terco a sus padres. Además, como la herida fue a un costado y no afecto algún órgano vital y la hemorragia fue controlada con rapidez... pues por eso lo que pasó con usted no afecto al bebe. De todas maneras, voy a solicitar que le hagan una ecografía para asegurarnos de que todo esté en orden. - Dice el médico para luego salir junto a la enfermera quien ha dejado mi desayuno.

 

- Te amo te amo te amo. - Me dice Damián muy feliz, besándome todo el rostro.

 

- De verdad estás contento?... 

 

- Por supuesto que sí, es lo que más he querido desde que me enamoré de ti y mucho más desde que comenzamos a estar juntos como una pareja normal. Acaso tú no?... 

 

- Es muy sorpresivo, pero claro que estoy feliz de darte un hijo y de construir una familia a tú lado porque también es lo que he soñado desde que estoy contigo.

 

- Mi amor... - Logra responderme, pero lo interrumpo cuando me acerco para besarlo.

 

Unas horas después, llega el ginecólogo para hacerme la ecografía con todos los presentes porque están muy felices, sobre todo Lisa. Mi nana y Damián que no se cambian por nada ni por nadie, están muy ansiosos, parecen unos niños pequeños y la verdad es que me gusta verlos a todos así de felices.

 

Cuando la enfermera apaga las luces y el médico me coloca el transductor con el gel en mi vientre, los latidos del corazón de mi bebe comienzan a sonar por toda la habitación y todos se empiezan a emocionar aún más, pero Damián y yo, solo lloramos de la emoción como un par de niños pequeños sin podernos controlar.

 

- Te amo, gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo. - Me dice al darme un pequeño beso en los labios.

 

- Gracias a ti por amarme y hacerme tan feliz. - Le digo mientras nos tomamos de la mano para seguir viendo la pantalla del ecógrafo.

 

- Parece que todo está muy bien y puedo decirte que tienes ocho semanas completas de embarazo. - Comenta el ginecólogo al limpiar mi abdomen con una toallita.

 

- Ya se puede saber si es niño o niña?. - Le pregunta Lisa al doctor.

 

- No, aún es muy pronto para saberlo. - Le responde el ginecólogo mientras la enfermera enciende las luces y me ayuda a reincorporarme.

 

Al ver como están todos de emocionados, entre ellos Kelly y Andy que ya se están llamando tíos, me siento completamente feliz. Definitivamente esta es la mejor estadía que he tenido en un hospital.

 

Cuatro meses después...

 

Estamos en la boda de Kelly y de Andy, quienes se han acabado de dar el sí ante dios. Todo se ve grandioso como salido de un cuento de hadas y aunque no fue nada fácil ayudar a Kelly a planear su boda por el trabajo y el embarazo que me produjo bastantes molestias al principio, me siento muy bien por ellos. 

Miro a mi alrededor y todos se ven muy elegantes, alegres y muy conversadores. No veo la hora de que ya sea el día de mi boda con Damián nuevamente, pero los dos acordamos que la pospondríamos hasta que nuestro pequeño Travis nazca para que forme parte de ese gran día para nosotros como la familia que somos y si, vamos a tener un niño que espero que sea igual a su padre en todo.

 

- Acá estás y como me imagine, estás comiendo... - Me dice Damián al besarme en la mejilla con una enorme sonrisa, lo miro por unos momentos y puedo darme cuenta de que se ve súper atractivo.

 

- Bueno... tú hijo tiene hambre. - Le respondo antes de darle otro mordisco al pasaboca que tengo en la mano.

 

- Termina amor y vamos a bailar. - Me dice muy divertido mientras me ve comer.

 

- Damián... no creo que sea buena idea, voy a ocupar toda la pista de baile, estoy inmensa a pesar de que aún no tengo siete meses de embarazo. Parezco como si estuviera a punto de dar a luz. 

 

- Estás hermosa, todas las mujeres que están acá no se comparan contigo y así embarazada te ves mucho más sexy...

 

- Definitivamente el amor es ciego, acaso no te da pena que te vean conmigo?, con una pelota de playa?.

 

- Deja de decir tantas tonterías y vamos a bailar. - Me dice para luego arrastrarme a la pista de baile.

 

En el resto de la fiesta, no se me despego ni un solo instante, solo un par de veces y por muy poco tiempo. Solo lo hace cuando Hunter y Arturo necesitan alguna opinión sobre la agencia de seguridad que van a montar junto a mi esposo. 

 

Al anochecer, los novios se van a su luna de miel y al despedirlos, le pido a mi nana y a la organizadora que se terminen de hacer cargo de los invitados porque estoy muerta de cansancio y tengo los pies súper hinchados. Me quito los zapatos y comienzo a caminar hacia la casa porque la boda fue en el jardín como me lo pidió Kelly y mientras avanzo, voy comiendo otro pedazo de pastel cuando alguien desde atrás me levanta.

 

- Te tengo... así que te querías escapar de mi señora Evans. - Me dice mi esposo mientras me carga entre sus brazos.

 

- Como me voy a escapar de ti si no puedo ni caminar con mi alma, tal vez rodando... - Damián solo rueda los ojos cuando me escucha.

 

- Es broma... estoy cansada y me matan los pies. - Él se sonríe.

 

Llegamos a nuestra habitación y Damián me deposita en la cama.

 

- Amor, está muy oscuro, puedes encender las luces por favor?. - Le digo.

 

De inmediato se encienden unas velas que están por toda nuestra habitación, parpadeo varias veces para estar segura de lo que estoy viendo.

 

- Qué sucede?. - Pregunto mientras mi esposo está abriendo una botella de champaña al parecer y luego me ofrece una copa.

 

- Sabes que esto tiene alcohol y te acuerdas que estoy embarazada, verdad?. - Le digo mientras le muestro mi enorme panza, él solo se ríe.

 

- Si… ya lo sé, pero es solo para brindar y tú no vas a beber.

 

- Y por qué vamos a bridar?.

 

- Vamos a brindar por lo afortunado que soy de tenerte, de amarte, de que seas mi esposa, mi mujer, mi amiga, mi compañera, mi amante, mi jefa... - Me rio cuando dice la última parte.

 

- Brindo porque soy tan afortunado y feliz como nunca hubiera imaginado que se podría ser... salud!!!. - Brindamos.

 

- Pues yo también quiero brindar por esta felicidad tan grande que siento, porque pensé que estos sentimientos que me llenan ahora como el amor, solo se veían en las películas o en las novelas... brindo porque a pesar de todo lo que hemos pasado y vivido, me ha traído hacia la persona correcta porque siempre fuiste tú por quien anhele e imagine...

 

- Porque siempre fuiste tú... - Decimos los dos al mismo tiempo, él bebe un poco de su copa para luego quitarme la mía, acercarse a mí y besarme.

 

- Te amo Alexa...

 

- Te amo Damián...

 

Volvemos a besarnos y comenzamos a desnudarnos para entregarnos en cuerpo y alma toda la noche y como lo seguiremos haciendo por el resto de nuestras vidas...

 

 FIN.