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Si fuera ella

Rachel vivía tranquilamente. Creía que Ethan la amaba, pero lo que no sabía era que él veía a su difunta esposa Sara reflejada en ella, mientras que Mateu sufría porque el amor de su vida amaba a otra persona que no sentía nada por ella. Un amor no correspondido duele, pero lo que duele aún más es vivir con la ilusión de ser amada por la persona que más amas, cuando en realidad no es así y solo eres para esa persona un reflejo de un amor perdido.

Alondra_BMY · Urban
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Mucho más hermosa

La brisa era fresca y el sol empezaba a ponerse. La castaña estaba parada en la puerta, esperando a su amigo Mateu, quien la había invitado a ir a su casa para presentarla a sus padres.

La castaña dudaba si Mateu vendría por ella, mientras una ligera brisa movía un mechón de su cabello. Estaba sumergida en sus pensamientos, pero eso solo duró unos minutos, ya que el sonido de una bocina seguido de un frenazo la hizo reaccionar.

_ ¡Oh! ¡Estás aquí! _ dijo ella emocionada.

_ Claro _ exclamó él mientras se acercaba a ella _ ¿Qué? ¿Acaso pensaste que te iba a dejar plantada?.

Ella sólo lo miraba acercarse mientras él la tomaba en brazos para así unirse en un abrazo. Podía sentir su respiración muy cerca de su oreja, los latidos suaves de su corazón y el calor de sus brazos.

_ ¿Acaso me crees capaz de hacerle algo así a una chica tan hermosa como tú? _ Dijo él mientras le dedicaba una sonrisa cálida. _ Venga ya, Rachel, jaja. Vámonos, mis padres nos están esperando. _ Dijo, para luego optar por tomar la mano de esta y llevarlos hacia el coche.

Ambos se habían montado en el coche y partieron hacia la casa de Mateu. Seguían por la autopista en total silencio. Rachel echó su melena hacia atrás mientras se limitaba a observarlo. A través del cristal del coche, observó el hermoso paisaje del camino y capturó imágenes increíbles que sabía que serían de gran ayuda para su próximo mosaico.

Observaba cómo los pequeños rayos de sol se posaban sobre el rostro de Mateu, dejando ver sus hermosos ojos verdes y haciendo resaltar su cabello color café. Se escuchaban pequeños golpes provenientes del parabrisas, el viento había alcanzado un nivel violento, tanto que hacía revolotear el cabello de la castaña.

_ Si quieres, puedo subir la ventana por ti _ Le dijo él _ Aunque la brisa no te hizo tan mal, te ves mucho más hermosa con el pelo revuelto y la verdad no te sienta tan mal. Diría que ahora me pareces mucho más hermosa que hace unos minutos _ soltó él.

Aquellas palabras habían hecho que la castaña se sonrojara, cosa que la hizo dudar sobre qué tipo de emoción estaba experimentando. Nuevamente se volvió a tornar un gran silencio, cosa que no duró bastante debido a que Mateu exclamó lo siguiente.

_ La otra vez me habías preguntado sobre mi bebida favorita en la mañana, ¿te acuerdas? _ le preguntó él mientras volteaba a verla.

_ Pues sí, pero no llegaste a responder debido a que tenías que ir a recoger unos papeles.

_ Lo sé _ dijo _ Mi bebida favorita es el café.

_ Pensé que era el mate, puesto que siempre lo tomas _ dijo _ Espera _ hizo una pausa y luego prosiguió _ ¿Desde cuándo te gusta el café? Según lo que sé, nunca te ha gustado.

_ Estás en lo correcto, el café no me gustaba hasta que vi el hermoso color de tus ojos marrones, cosa que me hizo amarlo _ Dijo seguro.

Rachel no sabía lo que Mateu estaba haciendo por un momento, hasta que se dio cuenta. Al percatarse, golpeó su hombro tres veces y exclamó lo siguiente.

_ ¡Ah! ¿No ves lo que ocasionas haciendo este tipo de cosas?_ dijo ella mientras procedía a tapar su rostro con ambas manos.

El castaño solo sonrió al ver aquel acto. Rachel apoyó su hombro sobre la puerta del automóvil y colocó su cabeza sobre ellos, pero su único acto fue bostezar pesadamente. Seguía observando el paisaje, amaba cada cosa que veía, ya que le parecían hermosas obras para bosquejar.

El trayecto era demasiado largo, y como Rachel estaba muy cansada, se quedó dormida. Mateu siguió conduciendo mientras silbaba suavemente para no despertarla. Cuando llegaron a casa, aparcó el coche y despertó suavemente a Rachel.

_ Cariño, ya hemos llegado. Despierta ya _ Le decía él suavemente.

Ella se había despertado, arregló su cabello y luego bajó del auto. Mateu tomó su mano y la guió hacia la puerta. Tocó tres veces y la ama de llaves abrió.

Rachel se había quedado atónita porque no sabía que los padres de Mateu eran millonarios. Ambos ingresaron a la sala donde encontraron a los padres de este sentados en el juego de mesa.

Mateu se acercó a ellos, miró a Rachel y haciendo una señal para que se acercara a ellos, dijo.

_ Mamá, papá, ella es Rachel _ dijo mientras veía a sus padres _ Rachel, ellos son mis padres.

_ Hola querida, mi nombre es Martha Stills y él es mi esposo Eduard Stills _ dijo la señora mientras tomaba de la mano a Rachel.

_ Es un honor conocerlos señor y señor Stills _ dijo ella mientras sonreía cálidamente _ para mí es un placer tener el honor de conocerlos.

La presentación duró unos minutos, todos, minutos después, habían accedido al gran comedor en donde los esperaba una gran mesa llena de degustaciones. El ambiente era cálido, solo se escuchaban risas y más risas. Los padres de Mateu eran encantadores y trataron a Rachel de lo más hermoso, ella se había empezado a sentir como en su casa.

Había caído la noche y como el camino era tan extenso, los señores Stills le ofrecieron quedarse, puesto que si ella partía no llegaría temprano a casa. Mateu indicó dónde dormiría, pero ella solo optó por darle las gracias e ir a su habitación, pues ya era demasiado tarde.

El sol ya se había puesto. A las primeras horas de la mañana, se empezaron a oír bastantes ruidos molestos, los cuales hicieron que la castaña se despertara. Minutos después de haberse duchado, cambiado y lavado los dientes, le pareció raro algo de las cosas que se encontraban en la habitación, ya que todo era de su talla, tanto la ropa como el calzado. Después de tanto especular, bajó a la sala donde encontró a Mateu haciendo el desayuno él mismo.

_ Oh, estás aquí _ dijo él mientras se daba la vuelta para verla _ veo que la ropa te ha quedado muy bien y va acorde con tu talla.

_ Sí, no sabía que sabías mi talla _ dijo ella. _ Tampoco tenía idea de que sabías cocinar jaj _ dijo mientras lo miraba.

Holi, espero que estés disfrutando de este libro. Si es así, házmelo saber en los comentarios. Tqm ❤️

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