94 ¡ESTE NO ES UN BUEN MUNDO REALMENTE!

En la entrada externa al santuario Awamiya un auto de color rosa se estacionó justo por detrás de la SUV de Yuuma.

Del vehículo bajaron tres personas.

Uno de ellos era un joven de apariencia normal, de contextura delgada, cabello lacio y negro y una mirada un poco dubitativa.

"Lo siento chicas, pero mi abuela fue demasiado insistente para que viniera a verla lo más rápido posible" – el susodicho joven habló con pesar.

"No te preocupes Kei-kun, si tu abuela te llamó con mucha insistencia seguro que es por algo importante"

Al costado del chico iba una muchacha de apariencia agradable, con cabello largo y de color entre naranja y marrón, con ojos de color castaño oscuro.

"Como dice Eiko, primero veamos qué es lo que quiere tu abuela… espero que no sea sobre las estatuas Jizou que destruí antes de irnos la última vez que estuvimos aquí"

Caminando por delante de la pareja, una niña muy peculiar habló de una manera que difícilmente correspondería con la forma de hablar de alguien de su edad.

A simple vista se podría decir que esta niña con las justas tendría diez años, tenía el cabello morado con un flequillo sobresaliendo por encima de su cabeza. Su vestimenta y calzado eran extravagantes, teniendo unos zapatos enormes con diseños de filosos dientes. Y en sus manos sostenía un peluche de un alienígena.

Pero lo que más caracterizaba a la pequeña eran sus ojos, los cuales tenían una constitución demasiada extraña, pues tenían unos iris en forma de… ¿calavera?

Estas tres personas eran Keitaro Gentoga, el nieto de la sacerdotisa Touko Awamiya; Eiko Hozuki, la amiga de la infancia de Keitaro; Yayoi Hozuki, la prima menor de Eiko.

"¿Ehhh? ¿En verdad volviste a hacer eso Yayoi?" – Keitaro habló con una sonrisa complicada.

"Bueno, fueron solo un par de estatuas más de las que ya había destruido. Es que había algunos espíritus alojados en- mmm, mmm" 

"¡Shhh! ¡Yayoi-chan, no debes confesar tu crimen!" – antes de que Yayoi siga hablando, Eiko le tapó la boca rápidamente.

"Ah diablos… si es por ese motivo que mi abuela me hizo venir y me da una reprimenda por tu culpa, ya no iremos a ningún lugar embrujado durante una semana entera"

"¡Noooo!"x2

Ante las palabras de Keitaro, Yayoi gritó de una forma cómica.

La forma de actuar y las cosas que decían entre ellos hacían ver que este peculiar grupo era muy unido.

A pesar de conocerse por unos meses, en el caso de Keitaro con Yayoi, la química y la confianza que se gestó entre ellos era muy buena. Y en el caso de Eiko, pues no había mucho que decir, pues ella y Keitaro se conocían desde la infancia.

No obstante, la verdadera razón por la que ellos podían congeniar muy bien era por un motivo en específico, un motivo que involucraba acciones demasiado riesgosas, las cuales ponían al filo de la navaja sus propias vidas.

La verdadera razón del por qué ellos tres podían llevarse muy bien era que, de menor o mayor medida, estaban demasiado involucrados con el tema de los sobrenatural.

Pero ¿Cómo es que estos tres chicos estaban metidos en este asunto?

Empezando por Keitaro, hace más de dos años estuvo involucrado en un en una desafortunado evento, junto a una amiga, en el cual ambos fueron afectados por la maldición de espíritu.

Desde entonces, Keitaro adquirió la habilidad especial de ver espíritus. 

No obstante, el chico no lo vio como algo positivo, sino más bien, tuvo miedo de entrar en contacto con la gente, por lo que se encerró en su habitación para evitar que alguien saliera lastimado, desarrollando así una fuerte aversión hacia cualquier cosa relacionada con lo sobrenatural. 

No obstante, y gracias a la ayuda de sus amigos y familiares, logró recuperar la confianza en sí mismo, y así poco a poco volvió a un estilo de vida normal. Gracias a esto terminó la preparatoria y logró ingresar en primer lugar a la universidad.

Asi mismo, y para mejorar sus habilidades para relacionarse, consiguió un trabajo de medio tiempo como tutor académico. Fue gracias a ese trabajo (y a la intervención de alguien en específico) que Keitaro conoció a Yayoi, quien resultó ser la prima de su amiga de la infancia Eiko.

Este fue un encuentro que iniciaría una extraña y peligrosa amistad.

Desde entonces, Keitaro fue arrastrado por este par de primas y se ha visto envuelto en varios sucesos que involucran a espíritus y fantasmas peligrosos, teniendo su vida al límite en algunos casos.

Pero ¿Por qué se metería en ese tipo de situaciones si es que tenía una fuerte aversión a lo sobrenatural?

Pues la explicación radicaba en la niña de ojos peculiares.

Desde muy pequeña Yayoi tenía la capacidad de ver cosas que no existían en la realidad, como si fueran seres borrosos y oscuros que tenían rostro y cuerpo de humanos, sin poder distinguirse bien.

Pero como era muy pequeña no entendía muy bien que era las cosas que observaban. Aun cuando le hicieron varios exámenes médicos, nunca encontraron algo anormal. Ella no tenía miedo de estas cosas que podía ver, sino que podría decirse que tenía una especie de curiosidad.

Sin embargo, no le dio mucha importancia y continuó con su vida junto a su madre y su padre, pasándola bien en familia y disfrutando de su compañía.

Lamentablemente, hace dos años Yayoi perdió a sus padres en un accidente automovilístico, y luego de ese accidente las cosas cambiaron para ella.

Cuando se recuperó de sus lesiones, los médicos se dieron con la gran sorpresa que Yayoi había aumentado su IQ en comparación al de un niño de su edad. Su forma de razonamiento fue, muchos casos, muy superior al de un adulto promedio.

No obstante, para la niña esto era lo de menos, pues ella se dio cuenta que los seres borrosos que veía en el pasado ahora se veían nítidamente, con todas sus características definidas.

En ese momento ella supo que lo que siempre había visto eran fantasmas y espíritus, los cuales existían en la realidad entre los humanos vivos.

Desde entonces Yayoi pudo ver tanto a los vivos como a los muertos entremezclados, tal y como lo hacía Miko.

Sin embargo, había algo que la niña vio por primera vez inmediatamente después del accidente automovilístico de sus padres, algo que la marcaría hasta el día de hoy.

¡Lo que la niña vio luego de abrir los ojos, aparte del auto destruido y de los cuerpo sin vida de sus padres, fue un extraño espíritu enorme, con forma de embrión, el cual secuestró el alma de su madre! 

Desde entonces, y a pesar de su corta edad, Yayoi se obsesionó con el tema de lo paranormal y el ocultismo debido a su deseo de vengarse de aquel espectro por quitarle el espíritu a su madre. 

Por ello es que ha arrastrado a su tutor/ amigo Keitaro a todos lados, metiéndose en varias situaciones emocionantes pero peligrosas, en la búsqueda del alma de su madre.

Y por último, pero no menos importante, estaba la prima de Yayoi y la amiga de la infancia de Keitaro, Eiko Hozuki.

Eiko es una joven de buen corazón que, al igual que su prima Yayoi, está obsesionada con el ocultismo. A pesar de eso todavía le tiene miedo, sin embargo parece que el miedo la excita más que nada. En otras palabras, es una adicta a la adrenalina.

Y como de los tres ella es la que tiene una licencia de conducir y un auto (el coche de color rosa) es quien lleva a Yayoi y a Keitaro a los diversos lugares en donde realizan sus aventuras.

"¿Oh? mira Kei-kun, tu abuela parece tener visita"

Luego de caminar un poco, Eiko habló al ver a tres personas al lado de la abuela de Keitaro.

"Ahora que lo mencionas, cuando llegamos había una SUV de lujo estacionada frente a la entrada principal ¿Ellos serán los dueños?" – Keitaro murmuró mientras miraba a las tres personas.

Las dos chicas eran muy jóvenes, quizás aun sean estudiantes de preparatoria, aunque no podía asegurarlo ya que vestían ropas casuales.

No obstante, el hombre que estaba a lado de ellas, era alguien que definitivamente sería el dueño de la moderna SUV estacionada fuera del santuario.

Era alto, mucho más alto que el promedio japones, se veía que tenía un cuerpo muy entrenado, no como los que se van a los gimnasios y se inflan con esteroides, sino como esos atletas de alto rendimiento que aparecen en las olimpiadas. Y por si fuera poco, tenía uno de esos rostros que Keitaro solía odiar, pues era de esos que siempre llamaba la atención de las chicas.

¡En resumidas cuentas, ese tipo era lo opuesto a Keitaro en muchas formas!

Yayoi no dijo nada y solo se quedó mirando a las tres personas que acompañaban a la abuela de Keitaro, en especial a las dos chicas que parecían estar riendo.

Rapidamente, Touko notó la llegada de su nieto u sus amigos, por lo que caminó apresuradamente en su encuentro.

"¡Kei-chan, te demoraste mucho!"

"¡Abuela, tú me llamaste de improvisto, estaba en el otro extremo de Tokio, así que venimos lo más rápido que pudimos" – Keitaro suspiró – "Ya que estamos aquí, dime ¿Qué era eso tan importante que querías decirme en persona?"

"Ven ,quiero que conozcas a Yuuma-kun, es el un ex estudiante de la facultad de literatura de la Universidad de Reio" – Touko comenzó a caminar de regreso.

"¿Eh? Es alguien que estudió en nuestra misma facultad?" – Eiko murmuró.

"Abuela, espero que no me hayas llamado solo para conocer a alguien que estudió en mi universidad ¿verdad?"

Keitaro, Eiko y Yayoi siguieron a la apresurada sacerdotisa.

"Deja de hablar y camina" – Touko habló con un tono un poco impaciente – "¡Y no te llamé por eso, sino por qué, al parecer, por fin podremos quitarte esa maldición de la mano!"

"¡¿Ehhh?!"x3 

.........

 

"¡Woah!¡mira Miko, mira! ¡Mira cómo puedo manejar mi energía vital! ¡Es como esos amines de peleas!" 

De pie en la puerta principal del templo, Hana estaba realmente emocionada mientras liberaba y retraía su energía vital de su cuerpo.

Ya había pasado casi una hora desde que Yuuma la había ayudado a no solo poder ver cosas paranormales, sino también a tener control de su desbordante Energía Vital.

No obstante, y sin que fuera una sorpresa para muchos, Hana estuvo más emocionada con todo esto, y se puso a jugar ni bien logró obtener el control de sus habilidades.

"¡Hana, no hagas eso, recuerda lo que dijo sensei!" – Miko, quien estaba a su lado, tenía una gota de sudor recorriendo su frente – "Si sigues usando tu energía de esa manera, la agotarás, y tu cuerpo se sentirá debilitado"

Si bien estaba regañando a su amiga en estos momentos por usas sus nuevas habilidades tan descuidadamente, sería mentir si dijera que ella no quería hacer lo mismo, pues hasta hace poco Miko también estaba haciéndolo. 

No obstante, a diferencia de Hana, Miko no tenía tanta energía vital en su cuerpo, por ello es que se cansó más rápido luego de sus pruebas, sintiéndose un poco débil.

Pero Hana, era diferente. Ahora que Miko había logrado la capacidad de manipular su energía, podía ver que su amiga tenía una gran cantidad de energía vital que desbordaba su cuerpo, por ello es que no parecía cansarse.

"¡Lo se Miko! pero esto es tan divertido que no puedo-"

*Grrrrr*

De repente, el estómago de Hana comenzó a sonar.

"Ah, jajaja, parece que ya me dio hambre" – con un poco de pena y vergüenza, Hana sonrió levemente.

"Pfff, jajaja" – Miko no pudo aguantar su risa.

"¡No te rías!¡No es nada gracioso!"

Por un momento, las dos chicas comenzaron a reírse despreocupadamente, como si hubieran olvidado el tema de los espíritus o fantasmas.

Yuuma, quien estaba a lado de la sacerdotisa, sonrió al ver como las dos chicas parecían estar de buen humor.

"Esas chicas se ven muy alegres a pesar de enterarse de muchas cosas que normalmente haría que algunos adultos tuvieran pesadillas" – Touko murmuró – "Si fuera yo a su edad, no actuaría tan a la ligera"

"Son tiempos diferentes Touko-san" – Yuuma respondió relajadamente – "Además, yo estoy aquí, no tienen por qué estar preocupadas por nada"

Touko solo sonrió amargamente ante las palabras del chico, pues las consideraba un poco exageradas, pero no lo refutó ya que esa confianza no era vacía.

"Parece que tu nieto llegó"

Luego de un momento, Yuuma dirigió la mirada hacia la entrada del santuario, en donde vio a tres personas caminado.

Un muchacho flacucho y con una actitud un poco tímida, una chica de bonito rostro y una niña con vestimenta extravagante.

"¡Vuelvo en un momento!"

Al ver a su nieto, Touko fue inmediatamente a darles el encuentro.

Hana y Miko, quienes ya habían dejado de reírse, se acercaron a Yuuma al ver que había llegado nuevas personas al santuario.

"¿Humh? ¿Esas son las personas a quien esperábamos sensei? Ellos se ven un poco… ¿Eh? ¡¿Ehhh?! ¡¿Qué diablos es eso que tiene ese chico en la mano?!" – Hana casi pega un grito al ver detenidamente al nieto de la sacerdotisa.

Para los ojos de la mayoría de las personas dedicadas al ocultismo y al tema sobrenatural, lo que Keitaro tenía en su mano derecha era algo que solo podían apreciar como una especie de aura siniestra.

Pero para las ojos de las dos chicas, gracias a las habilidades otorgadas por su sensei, todo era tan claro como el agua.

¡Hana se dio cuenta de que había algo espeluznante envuelto en la mano del muchacho!

"¡Sensei!… lo que esa niña sostiene en sus manos… ¡ese peluche!" – Miko, al igual que su amiga, exclamó al ver que la niña estaba sosteniendo algo que era realmente espantoso.

Miko pudo ver que, incluso más aterrador que el espectro asociado a la mano del muchacho recién llegado, el peluche que la niña de vestimenta extraña sostenía en sus manos no era simple, para nada.

¡Ella podía ver que una aura siniestra emanaba de dicho peluche, formando una imagen de un enorme espectro que tenía por rostro a una calavera sin carne! 

La sensación que estas cosas le transmitían a las dos chicas, en especial a Miko, era algo que nunca habían sentido en sus vidas.

"Tranquilas, no se preocupen, todo estará bien"

Poniéndoles las manos sobres sus hombros, Yuuma hizo que las dos chicas calmaran sus agitados corazones.

Sin embargo, él mismo estaba un poco emocionado, pues al igual que sus alumnas, había sentido la energía espiritual que transmitían el espectro en la mano del chico y el peluche de la niña.

Esa cantidad de energía era algo con lo que nunca se había topado anteriormente, y eso lo hacía sonreír un poco.

En este instante recordó la información que el sistema le mostró cuando tocó la espada sagrada del templo.

'Sistema, me dijiste que esa espada del santuario era capaz de eliminar a espíritus de Rango inferior, eso quiere decir que los espectros se pueden clasificar en niveles ¿verdad?'

*Ding, ding, ding*

[Exactamente, como lo dice mi señor, los fantasmas, espectros o espíritus de este mundo se pueden clasificar en varios niveles]

'Dime ¿esas clasificación le pertenece a alguno de los mundos que están mezclados ne este mundo?' – volvió a preguntar Yuuma.

[Informado a mi señor, los fantasmas, espectros o espíritus que actualmente pululan en este mundo provienen de varias historias, las cuales tienen su propio sistema de clasificación, por ello es que creé una forma de clasificarlos para uste en base a su nivel de energía en los siguientes niveles: Bajo, Medio, Alto, S]

'Vaya, eso es de mucha ayuda' – nuestro protagonista murmuró mentalmente – 'Por favor, describe esos niveles y compara mis estadísticas actuales para saber en qué nivel podría encontrarme'

[Los espectros/fantasmas/espíritus de 'Rango Bajo' son aquellos que pueden afectar a los humanos parcialmente, sin poner en peligro sus vidas. Son una especie de parásitos que solo buscan alimentarse de la energía vital que los seres vivos desbordan, pueden tener o no conciencia. La fuerza que pueden ejercer es comparable a la de uno a cinco veces la de un humano promedio]

'Hmm, eso suena como los espectros que he estado eliminado durante todo este tiempo en la escuela y en la ciudad'

[Afirmativo mi señor]

'Continua'

[Los clasificados como 'Rango Medio' son aquellos que tienen mayor capacidad de razonamiento. Al igual que los de Rango inferior, los clasificados en este nivel también buscan alimentarse de la energía vital de los seres vivos pero sus métodos son más elaborados. Su acción directa puede afectar la vida de los humanos. La fuerza que pueden ejercer es comparable a la de diez o veinte veces la de humanos en promedio]

'Oh, eso suena muy bien… parece ser que no me encontrado con este tipo de espíritus, sino recordaría a alguien que tuviera una fuerza muy grande'

[Los seres paranormales de 'Rango Alto' son más especiales, pues su poder es algo que los humanos normales no pueden enfrentar. Son capaces de destruir varias edificaciones humanas, pero su poder está limitado y atado a una zona en específico, siendo difícil su desplazamiento. Son capaces de generar potentes maldiciones. La fuerza que pueden ejercer es comparable a la de cincuenta a setenta veces la de humanos en promedio, y son capaces de usar energía espiritual tanto para el ataque como para la defensa]

[Las estadísticas actuales de mi señor lo posiciona en este nivel]

[Por último, los seres clasificados como 'Rango S' son verdaderas calamidades. Pueden ser Dioses sintoístas del pasado que fueron corrompidos, manifestación corpórea de las calamidades que azotan a la humanidad, o Espectros de Rango Alto que rompieron sus ataduras a un solo lugar. son capaces de destruir poblados enteros, por ello solo los Espiritualistas de enorme poder o los Clanes Antiguos provenientes de cada historia son los únicos que pueden enfrentarlos. La fuerza que pueden ejercer es demasiado abrumadora, comparable a la de, por lo mínimo, cien a más humanos promedio, y son capaces de usar energía espiritual tanto para el ataque como para la defensa]

¡Esta información hizo que las cejas de Yuuma se alzaran, pues no esperaba encontrarse con este tipo de información!

Mientras en el exterior sus ojos veían como es que Touko se acercaba con su nieto y sus amigas, múltiples pensamientos cruzaban su mente.

No obstante, ninguno de esos tenía algo que ver con miedo o tenor. Mas bien, inusualmente, una creciente emoción se alzaba en su corazón.

'Sistema, supongo que esta clasificación la tenías desde el primer día que llegué aquí ´verdad?'

[Afirmativo mi señor. Toda la información se catalogó desde el momento en el que su alma llegó a este mundo. Se mantuvo en secreto ya que no tenía el nivel para saberlo. Yo actué como guardián evitando cualquier problema o interacción con seres poderosos hasta que tenga un crecimiento adecuado]

'Bueno, bueno, eso explica muchas cosas' – Yuuma sonrió mentalmente – 'Supongo que cuando forcé mis memorias el 'destino' que me cuidaba se perdió, dejándome a merced de estas cosas ¿no es así?'

[Exacto mi señor]

Si fuera antes de recuperar sus verdaderos recuerdos, Yuuma quizás hubiera estado preocupado por saber que en este mundo había seres más poderosos que él. 

¡Sin embargo, en estos momentos Yuuma solo sentía que su ya olvidado sentido de la emoción por la batalla comenzaba a rebrotar dentro de su indómita alma!

'¡Jajajaja, parece ser que este no era un buen mundo después de todo! ¡Realmente interesante!' 

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