Justo cuando Han Chengye y los demás estaban desesperados sobre cómo pagar sus préstamos, una voz repentinamente vino desde afuera.
—Qué interesante. Sin Han Jingting, vuestra Corporación Han realmente va en picada día tras día —al ser dichas las palabras, varios guardaespaldas rodearon a un joven que entraba pavoneándose.
Los miembros de la Familia Han fruncieron el ceño al escuchar esto.
—¿Quién eres? ¡No es tu lugar señalar con el dedo los asuntos de nuestra Familia Han!
—Exactamente, esta es la antigua residencia de la Familia Han. ¿Qué te da el derecho de venir aquí? ¡Sal ahora mismo!
La expresión de Han Chengye también se volvió más sombría mientras demandaba con irritación,
—¿Quién eres y qué asunto tienes con la Familia Han?
El asistente con gafas avanzó, declarando altivamente,
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