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Metrópolis Encantada

Los tentáculos desaparecen y, a su vez, las puertas del autobús se abren. El conductor baja tranquilamente y saca un cigarrillo para prenderlo.

Ryo, por su parte, sale del autobús abalanzándose sobre el conductor. "¿Qué coño haces? Esto es un secuestro en toda regla. Te pedí que me dejaras salir."

"Heh, lo siento, no te debí escuchar." Unos tentáculos quitan a Ryo de encima del conductor para que este se levante.

"No me escuchaste... ¡Mis huevos! Ya me estás llevando a la preparatoria Orionboshi, voy a llegar tarde por tus jueguecitos y tus tontearías." Incrimina Ryo.

"El viaje de regreso cuesta doce arcanos." Dice el conductor prendiendo finalmente el cigarrillo.

"¿Arcanos? ¿Qué demonios es e-?" Ryo mira a su alrededor y ve una ciudad vibrante y colorida. Los edificios y las calles están decorados con símbolos mágicos y los transeúntes son fácilmente identificables como maldiciones, magos y hechiceros de todo tipo y color.

Ryo mira al conductor. "Entonces consigo doce monedas de esas y me llevas a la escuela, ¿verdad?"

"Eso es, yo pasaré por este mismo sitio cada media hora, así que no debes preocuparte por encontrarme. Disfruta de tu estancia en la Metrópolis Encantada ^^" El conductor sonríe gentilmente.

'Tanta ironía y excentricidad me pone enfermo.' Ryo da la media vuelta y se aleja del bus. Empieza a vagar por la Metrópolis Encantada.

La luz de las calles es bastante tenue; no parece que sea ni de día, ni de noche, ni ningún otro momento del día. Aparte de tener mercados, farmacias y lugares de ocio, hay distintas tiendas de objetos mágicos y bibliotecas de hechizos.

'Acabemos rápido con esto.' Ryo entra en una cafetería y suelta por las buenas. "¿Tenéis algún trabajillo que yo pueda hacer por aquí? Necesito doce arcanos con urgencia."

Absolutamente todos los presentes lo ignoran. Uno de los camareros aparta bruscamente a Ryo, quien tapaba la salida a la terraza. Sin embargo, uno de los clientes lo mira y hace un pequeño gesto de habla.

Ryo se acerca. El chico es extrañamente idéntico a él: tiene el mismo cabello negro y los mismos ojos azul hortensia, aunque el desconocido luce un rostro algo más adulto que el de Ryo.

"¿Tienes algo que decir? Realmente necesito ese dinero." Ryo se sienta en la misma mesa del chico, que solo estaba tomando un café solo.

El joven da un trago con el que termina el café y se limpia con la servilleta. "Me llamo Sonny, creo que estamos en la misma situación. Llevo en la metrópolis tres días, es complicado conseguir dinero; ahora mismo llevo solo tres arcanos porque me acabo de gastar uno de ellos en el café."

"Ryo Shura, encantado." Dice Ryo con un gesto cordial de cuello.

"Te propongo una alianza, Ryo. Trabajemos juntos para salir de aquí." Sonny le tiende la mano.

"Hmm... acepto." Exclama Ryo encajando su mano con la de Sonny.

Ambos salen de la cafetería. La calle está algo más oscura que antes y las luces de los locales resaltan con mayor brillantez.

Sonny saca tres arcanos del bolsillo. Son de bronce y algo más grandes que las monedas comunes. "La forma más eficaz de conseguirlos es en la Torre de los Ritos. ¿Eres un curse tamer?"

"No, no tengo ningún contrato. ¿Estamos yendo hacia allí?" Pregunta Ryo.

"La verás enseguida, es una torre morada. En su interior hay distintos rings de combate. La entrada cuesta un arcano y cuantos más combates ganes, mayor será la recompensa; va por rondas." Contesta Sonny mientras caminan hacia las afueras de la ciudad.

Cada vez se cruzan con menos gente. Ryo se fija con disimulo en un vagabundo que se retuerce de dolor en el suelo mientras pide ayuda.

"No le hagas caso, debe ser un maldito de gravedad." Le dice Sonny a Ryo. "Mucha gente acude a la Metrópolis Encantada porque es uno de los pocos lugares donde se pueden dar remedio a problemas paranormales. No obstante, la gran mayoría no consigue reunir el dinero suficiente para curarse y terminan condenados a vivir el resto de sus días en estos callejones, mientras la locura los consume."

Ryo y Sonny no tardan en llegar a la Torre de los Ritos, que es efectivamente morada y aparatosa.

La entrada está decorada con imágenes y pancartas de distintos peleadores.

En la recepción, les atiende una mujer con un traje que la sexualiza bastante (lo dejo a imaginación del lector). "Buenas. ¿Desean inscribirse en la competición?" Sonríe con amabilidad forzosa.

"Sí." Sonny coloca dos arcanos sobre la mesa. "Inscríbame como RosquillitaRosa84. Y a él..." Mira a Ryo esperando una respuesta.

"Inscríbame como León Azul." Es lo primero que se le pasa por la cabeza porque el león es junto al t-rex su animal favorito.

Otra asistente con un traje similar los acompaña a una habitación. "Esperen aquí, les avisaremos para combatir por esta pulsera." Y les entrega un brazalete mágico a cada uno.

La sala es fría y está algo maltrecha. Cuenta con un pequeño sofá donde los dos muchachos de ojos azules se sientan.

"Este lugar es ilegal, ¿verdad?" Pregunta Ryo.

Sonny clava la mirada en el suelo y cruza los dedos de las manos." La Torre de los Ritos es un grupo organizado que vive al margen de la ley; organizan combates clandestinos, pero no debes preocuparte, nunca incumplen su código moral de apuesta y premio."

"Aun así..." Continúa Sonny. "El gobierno no organiza nunca redadas porque esto no hace daño a nadie, es un negocio más. Además, es el "panem et circenses" de muchos ciudadanos.

"Veo que sabes mucho de esta ciudad." Añade Ryo.

"Todo esto me lo contaba mi padre cuando yo era algo más niño." La pulsera mágica de Sonny empieza a vibrar.

"Suerte, compañero." Ryo le da una palmada en la espalda para alentarlo.

Pasan unos cuantos pausados y silenciosos minutos. Ryo estaba afilando el gladio que había sacado de la mochila de la escuela cuando, de repente, la puerta se abre.

Sonny cae de rodillas justo bajo el dintel. Lleva la cara y los brazos vendados. Los parches del torso absorben aún algo de sangre. Las asistentes que lo habían traído hasta allí se marchan y es Ryo quien lo incorpora sobre el sofá.

"He perdido." Sonny aprieta el puño y empieza a llorar de impotencia. "¿Es que no voy a poder salir de aquí nunca? ¿Es que no voy a poder nunca cumplir con ninguna expectativa?"

"No todo está perdido." Ryo intenta tranquilizarlo.

"¡Ryo, escúchame!" Sonny sorbe la mucosa llorona. "No sabes nada de mí, yo soy un cobarde enchufado de la Naicho. No merezco el título de vicecapitán de división. Soy un bueno para nada que vive de su difunto padre."

La sala sigue igual de fría.