Basil Jaak llegó al Bar de la Fragancia Nocturna, solo para ser recibido por un grupo de hombres vestidos con trajes negros, empuñando tubos de acero y machetes. Lo único que faltaba en su atuendo era la palabra Gangsters escrita en sus rostros.
—¿Es esto una fiesta de disfraces o algo así? —preguntó Basil Jaak.
—Estamos haciendo ejercicios de formación —respondieron.
—¿Dónde están Primo y Zoc?
—Arriba.
—¡Ah, continúen entonces!
Imperturbable, Basil Jaak se dirigió arriba.
Al abrir la puerta de la habitación privada, se encontró con el cañón de una pistola apuntándole.
Pelo Amarillo sostenía el arma, pero pronto reconoció a Basil Jaak y rápidamente bajó la pistola, riendo avergonzado, «Jaak, no me di cuenta de que venías».
—Mantén tus armas seguras. No queremos disparos accidentales —comentó Basil Jaak con calma.
—El seguro de esta ni siquiera está desactivado. No dispararía —murmuró Pelo Amarillo, a pesar de guardar el arma en su bolsillo.
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