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Capítulo 9: Otra Alternativa

Yassmin observó a Ethan con ojos llenos de determinación, pero también de algo más: una profunda necesidad de encontrar una respuesta a su problema. Inspiró hondo antes de comenzar a hablar.

—Ethan, te contaré mi historia, y ojalá puedas ayudarme luego de que entiendas por qué necesito tanto al Apofis —dijo, su voz firme pero con un toque de vulnerabilidad.

Ethan asintió, dispuesto a escuchar. La tensión en el aire se suavizó un poco mientras Yassmin comenzaba su relato.

—Desde mi infancia, fui entrenada para un propósito elevado: ser la reencarnación de una de las figuras más poderosas y enigmáticas de Egipto, el Dios Ra. Junto a otros tres elegidos, fui seleccionada por los ancianos de mi familia y una orden religiosa secreta que asegura la existencia de los dioses. Esta orden ha seguido esta tradición desde los tiempos de Cleopatra, pero hasta ahora, sin éxito.

Hizo una pausa, sus ojos se perdieron en los recuerdos de su pasado.

—Cuando se descubrió la forma de acceder a otros mundos hace unos años, vi una oportunidad para romper mi destino. Me especialicé en la magia de sombras y la Teriantropía, adquiriendo la forma de serpiente para ser lo más compatible posible con el Apofis, el enemigo natural de Ra. Hice esto ya que descubrí que la clave para romper el vínculo con el ritual de reencarnación era el Apofis, pero aún me falta algo, su esencia de vida.

Ethan la observaba con atención, intentando comprender la magnitud de su situación.

—El problema —continuó Yassmin— es que necesitamos la verdadera esencia del Apofis, y no solo un cuerpo vacío. Yassir capturó una versión falsa y sin alma del demonio, lo cual fue inútil. Necesito absorber la esencia de vida del verdadero Apofis para eliminar la marca de Ra en mi alma.

Hubo un momento de silencio mientras Ethan procesaba la historia. Finalmente, miró hacia dentro de sí mismo, hablando directamente al demonio.

—Apofis, ¿hay alguna forma de eliminar esa marca sin matarte?

El Apofis permaneció en silencio por un momento, considerando la pregunta. Finalmente, su voz resonó en la mente de Ethan.

—Sí, hay una manera. Ella necesita la esencia de vida de un Apofis, y existe una forma de conseguirla sin asesinarme. Pero esto requiere una fusión más profunda entre nosotros, Ethan.

—¿Cómo sería eso posible? —preguntó Ethan, con un toque de sospecha.

—Teniendo sexo con ella —respondió el Apofis con una frialdad inusitada—. Puede absorber mi esencia de vida desde mi descendencia. Pero para esto, necesito fusionarme contigo, Ethan. Normalmente no tendría un cuerpo físico propio, pero si nos fusionamos entonces debería de ser posible.

—Esa fusión de la que hablas, ¿qué conlleva? Y ahórrate el tratar de engañarme, ya que sin importar lo que digas lo investigaré luego.

—Nuestras almas ya están vinculadas, esto pasó porque era mi única alternativa de esconderme en aquel entonces. Pero incluso si lo están, siguen siendo dos almas separadas, siendo tú, solamente tú, y yo siendo yo. Sin embargo, si fusionamos nuestras almas entonces ambos seremos un solo ser.

Ethan dudaba, comprendiendo los riesgos. Podía ser poseído por el demonio y perder el control incluso de su propio cuerpo. Le contó sobre esto a Yassmin, quien entendió inmediatamente sus temores.

—Es un plan viable, y en cuanto a tu preocupación, debería de ser así. En todo caso, ni tú, Ethan, ni el Apofis serían los que estarían al control, sería un nuevo ser. El problema es que nadie sabe cómo resultará esa nueva persona, pero siendo que el Apofis está debilitado y solo sobrevive gracias a ti, diría que la mayor parte de la fusión seguirás siendo tú —comentó Yassmin.

Ethan reflexionó sobre esto durante un momento y luego dijo:

—Aún no me decido, pero en caso de aceptar, ¿qué están dispuestos a pagar? Está claro que es bastante arriesgado para mí, tal vez incluso tendría mejor suerte si peleo contra ustedes.

—Aunque es cierto que fui yo la primera en retroceder en nuestro combate, no te confundas, incluso si mi hermano pudiera llegar a morir en la pelea, yo seguiría consiguiendo la victoria, no tengo ninguna duda —dijo ella con cierta ferocidad en su mirada, pero continuó—. Sin embargo, eso no significa que no te vaya a recompensar. Para empezar, te ofreceré 50 mil monedas de oro, así como también te ayudaré a expandir tu empresa a Egipto. Si tienes algo más que quieras, también se puede llegar a negociar.

—Información, quiero toda la información que tengan. Como sabrán, ingresé a la magia hace algo más de un mes, necesito más información ya que incluso si me ofrecen 50 mil monedas de oro, aunque para mí significarían 50 millones de dólares, no sé si es realmente un número significativo dentro de sus estándares. Y lo mismo pasa con todo lo que rodea a la magia, por eso, necesito toda la información que tengan disponible.

Al escuchar a Ethan, ambos hermanos quedaron paralizados; pensaban que él era un nigromante bastante fuerte y que había estado practicando desde que la humanidad descubrió la magia hace ya cinco años.

—Espera, ¿eso significa que solo aprendiste magia luego de nuestro encuentro? Imposible, ¿cómo podrías conseguir esa fuerza si estás practicando necromancia? A menos que seas un liche, no tiene sentido —reclamó Yassir, un poco enojado.

—Pero no miento, hasta esa experiencia contigo, nunca antes había sabido sobre la existencia de la magia.

—Perdona a mi hermano, pero entiende que para controlar a los esqueletos como tú lo haces o necesitas años de práctica o una mente que no sienta el cansancio o la sobrecarga como la de un liche.

—No diré nada sobre eso, pero tengo mis métodos.

Ethan no quería revelar sus secretos. Pero Yassmin no estaba enojada ni desconfiada, lo entendía perfectamente. Además, tenía sus pensamientos en otro lado. Sea cual sea el método que usó, era una verdad que en solo un mes había alcanzado a un nigromante mucho más avanzado. Tenía que encontrar una manera de conseguir que ese talento fuera suyo.