Capítulo 5: Regresando

Ethan sabía que para dominar la necromancia necesitaba más que solo práctica; requería un aumento significativo en su capacidad de maná. Solo tratar de mantener a cinco no-muertos al mismo tiempo agotaba sus reservas rápidamente, y era consciente de que, en una confrontación real, quedaría vulnerable demasiado pronto. Decidido a fortalecerse, empezó a investigar métodos para aumentar su maná a través de la Mysticweb.La Mysticweb ofrecía varias soluciones, desde pociones caras hasta artefactos raros que incrementaban la capacidad de maná de forma permanente. Sin embargo, con el limitado oro que le quedaba, Ethan tenía que ser selectivo. Optó por comprar un pequeño artefacto que, según las descripciones y comentarios, ayudaría a restaurar su maná gradualmente y de forma constante. El costo de 4500 monedas de oro dejaba su tesoro casi vacío, pero no tenía otra opción. Además, compró un manual de entrenamiento de maná por 2500 monedas de oro, que contenía ejercicios diseñados para expandir su capacidad interna de maná a través de la meditación y la práctica continua. Con esa última compra, se había quedado con solo unas pocas e insignificantes monedas.El Apofis le había ofrecido un método de meditación, que incluso prometía ser mejor que el que compró, pero Ethan no confiaba para nada en ella, por lo que simplemente ignoró la idea.Ethan pasó las siguientes semanas entrenando intensamente, siguiendo las instrucciones del manual y utilizando el artefacto. A medida que su capacidad de maná aumentaba lentamente, comenzó a notar una mejora en su control y la duración de los hechizos.Durante este tiempo, también entrenó otras habilidades de nigromante, como la invocación de esqueletos soldados. Estas invocaciones eran más convenientes que los no-muertos que utilizaba hasta el momento, y aunque un esqueleto soldado es más débil que un no-muerto, eran más sencillos de convocar ya que no necesitaba un cuerpo para revivir. El mayor inconveniente era el gran coste de maná que necesitaba inicialmente, pero a su vez, una vez hecho el gasto inicial de maná, mantenerlos era extremadamente barato. Encima, gracias a otra habilidad aprendida del "Arcanum Mortis", Ethan tenía la capacidad de guardar a sus súbditos en una dimensión de bolsillo personal. Aunque no podía guardar nada más allí además de los no-muertos, ya era lo suficientemente conveniente con solo eso. Gracias a eso, una vez pagado el coste de maná para sus esqueletos no era necesario volver a hacerlo.Lamentablemente, si quería aprender a invocar diferentes tipos de esqueletos, como los esqueletos magos, los esqueletos arqueros, entre otros, entonces tendría que comprar nuevos libros de habilidades. Pero con sus recursos agotados, Ethan sabía que debía regresar a Buenos Aires para continuar financiando su entrenamiento y fortalecer sus habilidades. Después de dar algunas indicaciones aquí y allá a sus empleados de la mina, finalmente tomó un avión de regreso. Este viaje había significado el cambio completo de su vida, pero no se arrepentía; siempre es mejor conocer las armas secretas del enemigo, incluso si eso significa ponerse en peligro en el proceso.

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Mientras tanto, en Egipto, Yassir regresó a su hogar con una sensación de victoria. Al llegar a la fortaleza de su familia, fue recibido por su hermana Yassmin, una hermosa mujer imponente y decidida, que era la jefa de la familia al-Rashid. Ella lo miró con una mezcla de expectativa y desconfianza.—Yassir, espero que traigas buenas noticias —dijo Yassmin, su voz tan fría como el mármol.Yassir asintió y, con un gesto, mostró la urna donde supuestamente había capturado al demonio. Confiado en su éxito, Yassir miró a Yassmin con una sonrisa burlona.—Aquí está el demonio —dijo Yassir, tratando de ocultar su sonrisa.Yassmin observó al demonio por unos momentos y, con un solo vistazo, se dio cuenta de que algo andaba mal. Tomó al Apofis, lo miró fijamente y luego se volvió hacia su hermano.—Esto no es lo que esperaba —dijo, su voz llena de decepción y enojo—. ¿Qué pasó, Yassir? ¿Te dejaste engañar por un demonio menor?Yassir tragó saliva, temiendo enfrentar la verdad.—¿Fui engañado? —se preguntó—. ¿El demonio al que perseguía logró escapar? ¿Pero entonces cómo fue posible? Revisé el lugar antes de irme, ¡a menos que...!La ira de Yassmin era palpable, pero se contuvo y preguntó:—¿A menos que? ¿Qué pasó?Sin perder tiempo, Yassir relató lo sucedido anteriormente. Al escucharlo, Yassmin tomó la decisión de viajar personalmente a Argentina para resolver el problema. No podía permitir que un error de su hermano pusiera en peligro sus planes.—Prepárate, Yassir. Viajaremos a buscar a ese sujeto de inmediato —ordenó, su tono dejando claro que no aceptaría objeciones.

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De vuelta en Buenos Aires, Ethan retomó su papel en su empresa. Actuó con total normalidad, se dedicó a revisar los informes financieros y las operaciones diarias, manejando sus tareas con mucha eficiencia. Sin embargo, no había demasiado que hacer en su empresa. Sara, su mano derecha y asistente, se había encargado de todo durante su ausencia y no había fallado en nada de su trabajo. El problema que estaba enfrentando Ethan en ese momento era la falta de monedas para fortalecerse usando la tienda de Malakai. Y es que tampoco podía sacar todos los fondos de la empresa; no tenía sentido fundirla solo para adquirir poder. Por eso, Ethan estaba pensando en algún otro método para conseguir monedas de oro.—Aunque la magia de nigromante va a tardar en ser efectiva en una batalla, es hora de implementar mi plan. Si no llega a funcionar, voy a estar en muchos problemas —pensó en voz alta Ethan.