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Capítulo 33 – Los Hipócritas Parientes Ye

Editor: Nyoi-Bo Studio

Xia Ling se veía más pálida que de costumbre mientras agarraba la caja con la rosa.

Para el horror de todas sus compañeras de cuarto, la lanzó al piso con gran fuerza. La habitación retumbó con un estridente eco a medida que los fragmentos de cristal caían al piso.

—Tú…Xingling —Lan Lan tenía miedo de hablar.

Xia Ling no le prestó atención. Con una mirada en blanco, casi mecánica, buscó una escoba, barrió los fragmentos y los colocó dentro de una bolsa de basura. Salió de la habitación, caminó tres cuadras y la botó en el contenedor de basura más sucio que vio.

La noche era silencio total.

Literalmente, se arrastró de vuelta al dormitorio; exhausta, se metió a la cama.

Una tras otra, las pesadillas volvían.

Una enorme celda de prisión se erguía en medio de la neblina. No supo cuando entró dentro de la celda, todo lo que sabía era que cada vez que buscaba, desesperadamente, una ruta de escape, sin importar en qué dirección corría, terminaba frente a un tramo de barricadas de acero frías, justo en la ruta de su fuga... Y, algo escondido en el bosque se acercaba por detrás...

Empezó a sudar frío.

Se envolvió los brazos alrededor de sus rodillas mientras se sentó en su cama, tenía demasiado miedo como para cerrar sus ojos. Sostuvo esa posición toda la noche.

Por la mañana, Lan Lan la miró como si estuviera viendo a un fantasma.

—Xingling, ¿estuviste robando una casa anoche o se te acabó el amor? ¿Por qué estuviste sentada toda la noche en vez de dormir? Además, hoy no te ves muy bien con esos círculos negros debajo de tus ojos —preguntó.

Xia Ling actuó como si no escuchara nada, y se fue a asear para la práctica.

En un paso de la rutina, casi se dobla un tobillo. Y mientras cantaba perdió el tono varias veces.

Llamó por teléfono a Wei Shaoyin para informarle que no iría por algún tiempo. Burlándose, Wei Shaoyin respondió: —Sí, seguro. Mejor que reflexiones al respecto. Para la última canción fuiste más un estorbo que una ayuda, ¿estás pensando abandonar un debut en ese estado?

No tenía ganas de discutir con él, así que débilmente le dijo: —Si eso es todo, voy a colgar.

Wei Shaoyin se detuvo por un momento y preguntó: —Xia Ling, ¿qué te pasa? ¿Estás metida en algún problema?

Ella respondió: —No.

Wei Shaoyin continuó dándole un sermón: —Es mejor que sea así. Si algo pasa, avísale a Tan Yin; él está a cargo de los aprendices, no tienes por qué ser reservada con él.

 —Lo entiendo —dijo.

Le dolía la cabeza mientras colgaba el teléfono.

¿Cómo podía ella decirle a Tan Ying algo así? Algo como: "Director Tan, el Presidente Pei de Imperial Entertainment quiere que sea su mujer, por favor ayúdame a liberarme de él".

… No era como sí Tan Ying pudiera eliminarlo.

Una pesadilla tras otra, la infinita niebla la rodeaba en el momento en que cerraba sus ojos.

Estaba demacrada y cansada. Había estado varios días, sin descansar adecuadamente. Se había estado preparando para el próximo movimiento de Pei Ziheng y Chu Chen, pero era como si se hubieran desaparecido, sin realizar ningún movimiento en lo absoluto.

Así fue hasta el año nuevo, cuando el campamento de entrenamiento, anunció dos semanas de descanso.

La vida de un aprendiz era difícil. Casi no tienen descansos durante todo el año, y la licencia de dos semanas para el año nuevo fue la única oportunidad que tuvieron para volver a casa. Así que en el momento en que comenzó el receso, la mayoría salió del campamento lo más pronto que pudo. Lan Lan y las otras dos compañeras de cuarto se fueron a casa casi instantáneamente, la única persona que se quedó en la vacía y muerta habitación fue Xia Ling.

Tan Ying le preguntó por qué no se había ido.

Xia Ling estaba un poco desorientada. En sus recuerdos, había mucha información sobre sus padres, pero todo eso parecía muy ajeno a ella, ya sea la palabra "padres", o las dos personas vivas involucradas.

Ella no sabía cómo enfrentarlos.

—Padre —lo repitió varias veces como para hacerse reaccionar.

Tan Ying dijo: —Ve a visitarlos, Ye Xingling. Has estado aquí sola por mucho tiempo, tus padres te extrañan mucho. Volver para las reuniones durante las celebraciones y los festivales es el deber de un hijo.

Así es... Deber.

Lo pensó tranquilamente. Ya que ella había tomado el cuerpo de Ye Xingling, ella debía asumir las responsabilidades que vinieron con él. Muy bien, visitar a la familia de Ye Xingling en su nombre será su manera de agradecerle por prestarle este caparazón.

La familia Ye estaba en esa ciudad. Xia Ling siguió la memoria muscular que poseía el cuerpo, viajó a través de la mitad de la ciudad y llegó a una puerta.

La madrastra abrió la puerta. Era fría, se inclinó hacia delante. Sin embargo, Xia Ling se sintió aliviada por eso. Después de todo, no tenía idea de cómo llevarse bien con sus llamados "padres", pero era más que inmune a las miradas frías y a la enemistad.

El padre Ye se sentía sumamente culpable y la miró como tratando de pedir disculpas. Aun así, todo lo que dijo fue: —Xingling, sé que no es justo para ti, pero se un poco más tolerante con tu tía Liu, ¿de acuerdo? Estos años no han sido fáciles para ella. 

Xia Ling asintió con la cabeza con indiferencia.

Pero por dentro, le pareció una burla. Sí, ella recordaba correctamente, esta tía Liu era en realidad una amante que hostigaba a su legítima madre para que se fuera de la casa. No era de extrañar que sintiera resistencia para llamarla "madre".

Cualquier amor sobre el cual la gente habla no es real. La única realidad es la fugaz naturaleza de las personas.

Todavía no dormía bien por la noche, la misma pesadilla se repetía una y otra vez. Al día siguiente, cuando vio cómo se trataban el padre Ye y la tía Liu, recordó a Pei Ziheng, la forma en que la cobijaba dentro de su abrigo, la forma en que le daba de comer... todas las pequeñas cosas del pasado volvieron a su cabeza.

La madrastra era extremadamente sarcástica con ella.

—¡Vaya, es una celebridad y no está acostumbrada a vivir en una pequeña casa de pueblo como la nuestra o algo similar! ¡Ha estado con una cara larga desde que regresó! ¡Si te sientes tan infeliz, lo mejor será que simplemente empaques y vuelvas al campamento de entrenamiento lo más pronto, en lugar de enredar las cosas en casa! 

Fingió no escuchar el relato del padre Ye.

Pasaron algunos días antes de que el padre Ye se le acercara y dijera: —Xingling, has estado de vuelta por un tiempo y aún no has visto a Feifei. ¿Vamos juntos como una familia a visitarla mañana? 

Xia Ling no hizo ningún comentario al respecto.

Ella y esta supuesta hermana eran básicamente extrañas. En sus recuerdos, el ocupante original de su cuerpo parecía haber sentido gran simpatía por su hermanita, Ye Xingfei. La sonrisa de Ye Xingfei siempre estaba llena de pura felicidad, aparentemente capaz de erradicar todos los problemas del mundo.

Pero esa no era la forma como Xia Ling se sentía.

Todo lo que Xia Ling conocía sobre relaciones de parentesco, lo vivió en su vida pasada, y lo agotó en Xia Yu. En esta vida, ella no necesitaba más apegos, sólo necesitaba tratar a esta llamada hermana de manera justa y nada más.

El padre Ye, la tía Liu y ella se dirigieron al hospital en un autobús público lleno. Esta familia no tenía medios; eran de clase media en el mejor de los casos, y tenía que controlar el presupuesto meticulosamente, incluso para las cosas más pequeñas, por lo que las rutas que eligieron fueron las más baratas, pero también las más congestionadas. Pasaron unas dos o tres horas el autobús, cuando finalmente bajaron de éste, Xia Ling sintió un vertiginoso mareo que hizo que incluso caminar se sintiera extrañamente fácil.

Con cada paso, sentía como si caminara sobre las nubes. Siguió al padre Ye y a la tía Liu dentro del edificio del hospital, llegó a la zona VIP en el nivel superior.

La tía Liu de repente tomó del brazo al padre Ye y dijo: —Querido, me siento mareada y con nauseas, creo que debe haber sido el viaje. Me siento como si fuera a vomitar, acompáñame al baño, rápido... 

El padre Ye la ayudó rápidamente, mientras le lanzaba una mirada de impotencia a Xia Ling. Un segundo más tarde dijo: —Xingling, ¿qué tal esto, podrías entrar al pabellón primero? No está lejos de aquí, sólo camina hasta el final del pasillo, 2206. Es fácil de encontrar.

Ella respondió: —Está bien.

Se dio la vuelta y buscó el pabellón.

Fue fácil encontrarlo. Al final del pasillo había una puerta con textura de madera que abría hacia el pabellón; era preciosa y tenía un aire de magnificencia, mucho más presentable que la que tenía en casa. Ella miró hacia arriba para comprobar el número del pabellón de nuevo. 2206, éste era.

Empujó la puerta para abrirla y entró.