¿Quién eres tú?

—Yan Yan, este es un regalo de ambos. Estamos muy agradecidos contigo por salvar a nuestra familia. Si no fuera por ti, nuestro Xuxu habría sido secuestrado. Y qué le habría pasado después, no necesitamos decirte ya que tú ya lo sabes —mientras decía esto, Zhuo Yuntian sintió un escalofrío recorrer su espalda—. Así que por salvar a nuestra familia, por favor acepta esta muestra de gratitud de nuestra parte.

—Pero, esto es demasiado... —Qin Yan no podía creer lo que estaba sucediendo. El documento frente a ella era un acuerdo de transferencia de acciones. Tan pronto como firmara el acuerdo, el uno por ciento de las acciones de Simu serían suyas. No tendría que hacer nada más que cobrar los dividendos.

Además, si fuera una compañía pequeña, un uno por ciento de las acciones no significaría mucho dinero. Pero en el caso de Simu, ese uno por ciento ascendía a millones de yuanes.

Por eso Qin Yan estaba sorprendida. Qi Yu y Zhou Yuntian le estaban dando demasiado.