LA VERDAD

—Regresa aquí Anna, no te atrevas a alejarte de mí —Katherine gritó a la chica que no había aumentado su paso mientras bajaba las escaleras, pero la mujer mayor estaba teniendo dificultades para seguirle el ritmo.

—Cuidado con los pasos Kate, no queremos que te caigas —advirtió Gracia desde atrás, intentando alcanzar a su hermana y sobrina.

Ella les había dicho innumerables veces que Anna ya no era una niña y que ellos ya no podían tomar decisiones por ella. Pero tanto Katherine como su padre se han negado a escucharla. Ambos piensan que pueden controlar a Anna.

—Vámonos —Anna caminó rápidamente hacia donde Noah estaba sentado tranquilamente mientras hablaba con un sirviente.

Él se había aburrido antes y decidió provocar a este sirviente para hacer pasar el tiempo. El hombre temblaba bajo su escrutinio y él disfrutaba cada reacción que el hombre tenía. Finalmente, se giró para mirar a su esposa, una sonrisa escasa adornando sus labios en el momento en que la vio. La mujer que ha iluminado su mundo de una manera inexplicable.

La sonrisa que una vez decoró su guapo rostro desapareció cuando notó lo pálida que se había vuelto su cara.

Los ojos azules de Anna estaban húmedos de lágrimas. Parecía estar utilizando toda su fuerza para evitar llorar. Estaba herida. Su familia, no creían nada de lo que decía y aún querían que se casara con Mack después de todo lo que él ha hecho.

—¿Qué te pasa? ¿Quién te ha herido? —La voz de Noah se había vuelto más oscura y un poco ronca, no quería verla en ese estado. Estaba listo para matar a cualquiera que haya causado dolor a su querida esposa.

Se levantó de donde estaba sentado y caminó hacia ella. Al ver al hombre pararse ante ella, Anna apartó su mirada de él en un intento de ocultar su rostro.

Noah era la última persona que ella esperaba que la viera en este estado, pero aquí estaban. Durante días ella había tratado de ser fuerte por sí misma. Había intentado no pensar en su familia, había intentado no pensar demasiado en lo que Mack le había hecho.

Él la humilló delante de su familia y ellos le creyeron.

Noah cogió la mejilla de su esposa antes de que ella pudiera volver a ocultar su cara de él. No había ninguna marca en su cuerpo, lo que significaba que nadie le había infligido dolor físico.

Él atrapó sus lágrimas antes de que cayeran con su pulgar y en ese momento, Katherine y Gracia llegaron a la sala.

—Niña tonta, cómo te atreves... —Las palabras de Katherine se detuvieron abruptamente ante la imponente figura que estaba junto a su sobrina.

No era solo alto; era colosal, una presencia imponente que parecía proyectar una sombra sobre la habitación.

Noah tenía el ceño más fruncido en su rostro. Quería matar a cualquiera que se atreviera a hacer llorar a su esposa y algo le dice que esta mujer que está ante él ahora mismo tenía que ver con eso.

—Ya les dije que no me voy a casar con Mack —Anna afirmó con firmeza, sus ojos azules reflejando tanto dolor como desafío. Tomó una respiración profunda tratando de calmarse los nervios, estaba herida por su tía.

Katherine, dándose cuenta ahora de la magnitud de la situación, tartamudeó:

—¿No... no es suficiente con que no quieras casarte con Mack? ¿Traer a un asesino para matarnos a todos en nuestra mansión es absurdo? —No pudo ocultar la intimidación en su voz, su mirada fija en el hombre imponente ante ella y Noah sonrió.

Katherine entrecerró los ojos al hombre grosero pero guapo que no parecía ni un poco desconcertado por sus palabras.

—¿Quién es él?

—¿Qué está haciendo de pie junto a su sobrina en una proximidad tan cercana?

Él sostenía la cintura de Anna y ella lo permitía como si fuera normal. Katherine apretó los dientes.

—Invitarlo a esta mansión no te salvará Anna. Te casarás con Mack cueste lo que cueste —se volvió hacia Noah—. U... Usted también puede olvidarse de mi sobrina, Mr. Anna está comprometida con otra persona y se casarán en una semana —afirmó Kate.

—¿Es así? —Noah se volvió a mirar a su querida esposa que negó con la cabeza—. Estaba cansada de que su tía la obligara a casarse con Mack.

—Te ahorrarías a ti misma y a todos si supieran la verdad, ¿no crees? —le preguntó, y Anna frunció los labios—. Decirles la verdad a su familia no era el problema, pero no sabía cómo lo tomarían.

—¿De qué verdad estás hablando? —Gracia preguntó, mirando a ambos con sospecha—. Había algo en estos dos que no podía precisar. Sentía como si estuvieran ocultando algo, algo que podría darle un infarto.

—Perdonen por no venir a tiempo para visitar, todo sucedió tan rápido —Noah dijo con una sonrisa que no llegaba a sus ojos—. La única razón por la que estas mujeres todavía podían estar de pie frente a él era porque eran las tías de Anna. No le gustaba cómo trataban a su esposa.

El matrimonio forzado era como una tradición en cada familia adinerada. Es la forma moderna de matrimonio. La gente rica no cree en el amor, solo creen en el poder y las conexiones. El dinero puede comprar cualquier cosa. Incluyendo el amor que otros buscan. Cuando uno tiene la conexión adecuada, el bienestar de la familia está asegurado para toda la vida.

—¿De qué estás hablando? —preguntó Katherine.

—No pueden seguir de pie si quieren oír lo que este joven tiene que decir —El general Sui entró en la sala con la ayuda de su bastón—. Ha estado observando a Noah de cerca y el hombre parecía genuino. No parecía pobre o como un cazafortunas como él había pensado. Si su nieta dice que quiere casarse con él, es posible. Todo lo que tienen que hacer es conocerlo.

—Vamos todos a cenar, ¿sí? —El anciano lideró el camino sin esperar a que ellos aceptaran o no.

Esta noche es solo una de las muchas noches locas en la casa de la familia Sui. El general siempre trata de mantenerse al margen. Tener tantas mujeres en una casa era realmente caótico, quizás si sus hijas Kate y Gracia hubieran aceptado permanecer casadas su vida hubiera sido más tranquila. Después de perder a su hijo, su familia estaba perdida y devastada durante años. Perdieron todo lo que tenían y tuvieron que empezar de nuevo.

Kathy y Gracia dedicaron su juventud al bienestar de Anna, asegurándose de cuidar bien de la única hija de su hermano y ayudando a su padre a levantar la familia de nuevo. Anna creció con mucho amor de todos. Aunque su tía Kathy podía ser dura a veces, aún así la quería entrañablemente como a una hija.