webnovel

Re zero pesadilla o sueño (oc)

En un universo pararelo ,la bruja de los celos se lleva a un joven inocente a un mundo de fantasia demasiado peligroso ,podra mantenerse soportar los peligros que subaru enfrento seguira calmado o perdera la cordura y caera en la desesperacion. hola es mi primer fanfic espero que les guste si les gusto comenten y si quieren pueden seguirme. advertencia este fic puede contener muchos spoilers de la novela ligera ex, tapenshu, y bastantes cambios en la historia,otro prota ,acontencimientos cambiados,mayor importancia en otros personajes que casi no profundizan en el canon, mas bucles,nuevas muertes o cambiadas etc, que lo disfruten

Silverking0902 · Anime & Comics
Not enough ratings
51 Chs

Cap 13: mezquina arrogancia parte 4

Cuando Kino despertó, frunció el ceño mientras miraba un tejado desconocido.

Para Kino, que usualmente se despertaba más rápido de lo que le gustaría, el corto periodo de vaguedad mental entre dormido y totalmente despierto era un tiempo precioso. Por varios segundos, Kino se encontraba inmerso en este estado nublado y flotante mientras su mente luchaba por sus recuerdos, como qué había hecho antes de dormir y qué lugar era...

Kino sentía su frente palpitar dolorosamente. El dolor trajo todo de regreso rápidamente.

Yo... recuerdo...

Recordó la desgracia que había aguantado antes de acabar donde estaba dormido.

Levanto una mano hacia su frente, pero sus ojos fueron atraídos por el descubrimiento de una cicatriz seria cerca de su muñeca que él no recordaba. Inmediatamente se dio cuenta de que tenía los rastros de magia de sanación. Y que pudiera sentir los rastros de heridas en su cuerpo significaba...

Kino: ...No morí.

Tocando su frente presumiblemente rota y su muñeca que lo más probable era estuviera fracturada, dejó salir un suspiro, lamentando que la sanación hubiera eliminado todo el dolor físico. Si no fuera por el ardiente sentimiento de humillación en su pecho, casi hubiera pensado que la cosa entera nunca pasó.

No...

Ahora que Kino había recuperado la conciencia, la mirada traicionada que ella le ofrecía era algo que ningún encanto podría sanar.

...Kinomoto.

Emilia estaba sentada al lado de la cama, con sus ojos violetas llenos de melancolía. Por ninguna razón que él pudiera discernir, mientras hablaba con

Kino había doblado sobre su regazo la túnica que blanca que vestía

Los rayos del sol occidental filtrándose por la ventana abierta hicieron a Kino suponer que habían pasado varias horas del mismo día.

Lo primero que salió de sus labios fue suficientemente inocuo e inofensivo.

Kino: ... ¿La discusión de los candidatos a la realeza ya ha acabado?

Emilia abrió los ojos un poco más al ser atrapada con la guardia baja por cómo él trató de pretender que nada había pasado, aparentemente esperaba que pusiera algún tipo de excusa.

Emilia: Sí, ha terminado... La mayor parte de lo que todos querían decir se expuso en la sala del trono, por lo que el resto fue resolver los detalles menores acerca de la selección real. La mayoría de las cosas fueron resueltas por Roswaal al aprobarlas.

Emilia agitó su cabeza con un sutil lamento en su voz ante su propia impotencia.

Kino mente: nada de lo que hice la ayudo....

Kino: Fue así. Entonces probablemente perdiste mucho tiempo esperándome mientras estaba dormido.

Ella habló tranquila, pero con seriedad, sin dejarse influenciar.

...Hablemos.

Emilia se levantó de su asiento, abrazando fuertemente la tela de su manto doblado. La rigidez de sus mejillas decía mejor que cualquier palabra que la conversación próxima no se trataba de nada bueno.

Hay cosas que quiero preguntarte... En verdad, muchas cosas.

Sus labios temblaban como si dudara, pensando en exactamente qué tema debería abordar.

...Sí, yo, supongo que sí.

Kino tenía una muy buena idea de por qué ella estaba dudando. Todo lo que Kino había hecha hasta entonces había sido completamente inesperado.

...Por consiguiente, Emilia estaba pensando en la manera correcta para

preguntar acerca de la verdadera intención detrás de las acciones de Kino en ese día.

Tenía solo una descarada razón con la cual contestar. Pero, la pregunta que salió de los labios de Emilia no fue la que él quería.

Err, entonces... ¿Por qué... peleaste con Julius?

Kino: yo... no quise pelear con Julius...

Me negué incluso a pelar HASTA QUE¡¡

Ese imbécil me obligo a pelear, aunque yo no quería¡¡

Con enojo los dientes de Kino se dieron a relucir

Su respuesta, pronunciada casi como un suspiro, hizo que sonara como si ella entendiera lo que había dicho, que aceptaba no seguir más adelante en el asunto.

Su reacción hizo que Kino se relajaran con una sensación de alivio. Fue entonces cuando ella dijo...

Emilia: entiendo....

Mañana, Roswaal y yo regresaremos a la mansión. Tú te quedarás en la capital para enfocarte en el tratamiento médico.

Kino: ¿quedarme entonces no iré contigo?

Emilia: no...

¿Eh?

Cuando inclinó su cabeza en confusión, Emilia se forzó a ocultar sus pesadas emociones mientras se giraba hacia él.

Eso es lo que acordamos en primer lugar, ¿no? Viniste a la capital real para que tu puerta exhausta pudiera ser sanada. Ferris aceptó, por lo que serás sanado por él, hasta que te recuperes.

Kino: E-espera un minuto.

Emilia expuso los planes para a toda marcha. Mientras estés en la capital, estarás al cuidado de Ferris... o más bien Lady Crusch de la Casa de Karsten. Rem se quedará contigo, así que no tienes que preocuparte por nada.

Kino: espera porque no me dijiste hasta ahora ¡

Sus dedos se extendieron inmediatamente, sujetándose de la manga de ella como si eso fuese a evitar que se vaya.

Kino: Espera porque ... Yo...

En respuesta a la débil voz de Kino, Emilia miró hacia otro lado mientras decía, ...

Emilia: Te esfuerzas mucho cuando estás a mi alrededor. ¿No es así?

Kino contuvo el aliento ante sus palabras. La expresión de Emilia era ilegible.

Él se forzaba, tratando de atraer su atención.

Kino: No lo hice con esa intención...

No estoy equivocada, ¿verdad? Fue así cuando nos encontramos por primera vez, fue así en la mansión. Y fue así el día de hoy... Todo eso es porque estabas junto a mí, ¿no?

Su forma de hablar contenía mucho descontento.

Enfrentado a la negatividad y el cinismo que estaba tan fuera del carácter de Emilia, Kino solo pudo agitar su cabeza.

Eso no es lo que trataba de decir... Yo solo...

¿Solo?

Kino: no... yo... lo hice por...

Emilia: ¿Tristeza? ¿Sufrimiento? ¿Arrepentimiento? ¿Enojo? ¿Pena?

aturdido, gritó en sorpresa ante el repentino impacto de la suave tela en su rostro. Cuando quitó inmediatamente el material, se dio cuenta de que era la túnica blanca con el grabado de halcón que Emilia había estado sosteniendo en sus manos, y que ella lo había golpeado con eso.

Pero él no podía asociar a Emilia con una acción tan violenta. Incluso si aceptaba lo anterior, lógicamente, Emilia se lo había lanzado, él no podía aceptarlo emocionalmente.

Después de todo, la Emilia que Kino conocía siempre era amable y algo inocente es como una niña, y, aunque no estaba consciente de su propia mancha de terquedad, era una chica de corazón afable que no podía evitar ayudar a los demás, aunque quisiera.

Emilia: Entonces, ¿por qué?

la mirada violeta de Emilia titiló con una ola de emociones. Su rostro estaba tenso mientras mordía su labio, el cual parecía estremecerse por la fuerte emoción. Él nunca lo había visto.

Ni su expresión, ni la mirada encajaban con la chica que él conocía. Aun así, ambas eran dirigidas hacia él, entre todas las personas.

Entendía cuán fuera de lugar estaba su sentimiento

La ola de emociones se convirtió en lágrimas que llegaron sus ojos púrpuras.

¡Deja de mentir acerca de hacer todas esas cosas por mi bien...!

Sacudiendo ligeramente su cabeza, ella parecía estar descargando hasta la última cosa que la molestaba.

Viniendo al castillo, insultando a todos, peleando con Julius, intentar apuñalarlo

...!

Emilia: ¡Todo lo que quería es que hicieras las cosas que te pedí!

...

Oye, ¿recuerdas? ¿Qué pedí?

Y-yo...

Emilia estaba más que molesta de lo que pensé la había cagado. Fue por eso por lo que no pudo producir una respuesta a su pregunta desde el interior de su cabeza revuelta.

Con Kino incapaz de responder, Emilia cerró sus ojos firmemente.

Emilia: Te pedí que te quedaras en la posada con Rem y esperaras.

Te pedí que no fueras a las selecciones

Te pedí que cuidaras tu salud¡¡

Él recordaba que había usado las palabras por favor para ambas. Ambas veces, Emilia le había rogado que se comportara por el bien se su salud.

Pero Kino le habían valido sus palabras cada vez basándose en sus propias decisiones egoístas. En algún lugar profundo de su interior, pensaba las cosas muy frívolamente, como si los buenos resultados siempre lo dejaran limpiar las asperezas de sus promesas rotas. Pero, como resultado, Kino no

solo había ignorado sus súplicas, sino que tampoco tenía un resultado para compensar propiamente; de hecho, solo había traído desgracia para sí mismo y la había dejado atrás

Kino: te pido perdón, por favor perdóname, nunca fue mi intención hacer eso

Kino contrajo como si se hubiera tenido un calambre, rechazando sus esfuerzos por poner sus sentimientos en palabras. Mientras

luchaba por formar palabras, Emilia lo miraba con tristeza.

Sus palabras fueron imperdonablemente egoístas. Él nunca debió haberlas dicho.

Kino: tú... ¿no me crees?

Alguien que acababa de negar que ella lo entendiera no tenía derecho alguno a decir esas cosas.

Emilia: Quiero creerte... Quiero creerte, Kinomoto.

Ella sonaba como si quisiera llorar. Podría haber estado llorando ya. Pero Kino no tenía el valor para averiguarlo. No podía forzarse a mirar hacia ella, incluso a pesar de que pudiera estar llorando; incluso si él pudiese ser la razón para que estuviera en ese estado.

Kino solo quería llorar, pero él no lo permite

No mantuviste casi ninguna sola promesa, ¿no es así, Kinomoto? ¡Tú... lo prometiste,

pero las rompiste casi todas como si fueran nada y acabaste aquí, ¿verdad?!

Había pisoteado las promesas que hicieron juntos ...en otras palabras, su confianza.

Emilia prosiguió, diciendo, ¿No mantienes tu palabra, pero luego dices que quieres que confíe en ti...? Aunque lo pidas, no puedo. No puedo...

¡No! él quería gritar en voz alta. Pero en realidad, la garganta temblorosa de

Kino no produjo sonido; su cabeza se sentía pesada al moverla, demasiado pesada para levantarla en su posición con la cara abajo

Ella le preguntó, ...Oye, Kino. ¿Por qué quieres tanto ayudarme?

Seguramente esa era la duda que había en la mente de Emilia y la que se había abstenido de preguntar tantas veces antes. Viendo a Kino correr lleno de heridas, forzándose a sí mismo a sonreír siempre, o viéndolo aguantar grandes cantidades de dolor y saltar a las garras de la muerte, ella debió haber albergado esas dudas hace un tiempo. Por ende, era inevitable que presionara en ese punto ahora.

Kino mente: debo decirle si le digo, aunque me duela podre arreglar todo puedo arreglarlo

Kino: aunque tu no lo recuerdes me salvaste me ayudaste cuando estaba en peligro, pero también me ayudaste cuando estaba asustado, solo quería devolverte el favor, pero jamás quise causar estos problemas... así que

¿Yo... te... salvé...?

Cuando había sido invocado repentinamente a otro mundo, él estaba completamente perdido, no sabía nada y una violencia inevitable lo amenazaba; por lo que le concernía, ese mundo habría sido el fin para él.

Él continuó, No creo que entiendas ahora... cuánto me ayudaste. Pero eso... me salvó más de lo que pueden expresar las palabras.

Lo que Emilia había salvado en ese entonces no era su vida, sino el mismo Kino

La gratitud no comenzaba con Kino. La primera vez, fue Emilia quien lo salvó.

Todo lo que él había hecho desde entonces no era más que compensarla por lo que le había dado.

Emilia: Kinomoto, no te entiendo...

Kino: Se que no lo recuerdas, Pero es verdad. Tú me salvaste. Es por eso por lo que traté... de devolverte el favor...

No solo es eso, eran las palabras que debieron haber seguido. Pero Emilia explotó en sus emociones, su cabello plateado se sacudió violentamente mientras agitaba su cabeza, por ello las palabras nunca llegaron.

Emilia: ¡¡Te lo dije, no lo entiendo!! ¿Te salvé? No hice tal cosa. La primera vez

que te encontré fue en la bodega de botines. ¡Nunca te había visto!

Kino: espera No, escucha...

Emilia: ¡Si te hubiera visto antes, si eso fuese verdad, yo... yo...!

Enterrando su rostro en sus manos, Emilia rechazaba a Kino. Ella no lo escucharía más.

Kino: espera tiene explicación ya que yo vengo de otro mundo y de no ser por ti no hubiera sobrevivido además que he muerto 4 veces porque puedo volver de muerte ¡

Instantáneamente, la escena se congeló, y Kino se dio cuenta de que había tocado lo prohibido. Este era el mundo donde el tiempo se congelaba y todo se detenía.

Ya ni siquiera podía oír el feroz latir de su corazón. La voz de Emilia, la cual había estado escuchando hasta ese mismo momento, se volvió distante. Incluso los sonidos agudos desaparecieron sin rastro mientras el mundo de silencio llamaba.

no podía contener su rabia, tanto por sí mismo como por la sombra imponente sin respeto por la situación ...la sombra que le infligía dolor infinito cuando hablaba de su habilidad inusual.

Luego de la advertencia con el mundo detenido porque casi violaba el tabú, el tiempo comenzó a correr de nuevo.

De golpe, Kino se dio cuenta de que su cuerpo entero había roto en sudor frío.

Por el capricho de la sombra, no había recibido una penalización dolorosa. Él lo reconocía. Si hubiera seguido hablando como estuvo a punto de hacer, la sombra hubiera torturado su corazón despiadadamente dentro de ese mundo congelado.

Las palabras que habría dicho se quedaron en su garganta. Los pensamientos sinceros que él quería compartir no tuvieron lugar, era una carga que los hombros de Kino no tenían alternativa más que soportar.

Emilia dijo, ...Otra vez, no dices nada.

Su voz fría y dura atentó contra sus tímpanos. Sonaba a desesperanza ...como si ella se hubiera rendido. El enojo tan poco característico y la tristeza en su

pecho que no tenía salida ... ¿qué podría hacer él al respecto? Incluso si tratara de decirle cómo se sentía de verdad, ella ya no estaba escuchando. Y, si trataba de decirle todo, esa sombra maldita se metería en el camino para detenerlo.

Él preguntó, ¿Por qué... no entiendes...?

Kino: ya no lo soporto¡¡¡

Emilia: ¡¡¡

Kino: como tienes siquiera el descaro de hablarme TU DIJISTE QUE NO SOY TU AMIGO

Emilia se dio cuenta que también se había equivocado

Kino: Lo hacía porque me sentía agradecido y porque eres mi amiga¡¡ pero a ti no te importo¡¡

No te importa que te insulten o te denigren, pero tampoco te defiendes¡¡

Como puedes tu criticarme, ¡¡CUANDO TU ERES SOLO UNA NIÑA¡¡

No sabes nada de política, como si quiera piensas en si quiera gobernar, No sabes nada de la vida eres una ignorante¡¡ VIVES EN TU MUNDO DE FANTASIA¡¡

NO TE DAS CUENTA DE QUE ROSWAAL NO TE ESTA AYUDANDO SI NO QUE TE ESTA PERJUDICANDO QUE CREIAS QUE POR ASUSTARLOS GANARIAN RESPETO ESO NO ES RESPETO ES MIEDO TE TIENEN MIEDO¡¡¡

COMO PUEDES DECIR QUE SABES DE MI NO SABES NADA DE MI¡¡¡

TRABAJO COMO LOCO PARA SOBREVIVIR Y PORQUE POR QUE TENGO UN JEFE TACAÑO QUE NO ME DA LO SUFICIENTE PARA PODER COMPRAR ROPA¡¡, ¡¡¡CASI ME MATAN 2 VECES Y USTEDES SE LO TOMARON COMO SI NADA¡¡¡

NO PUEDO DORMIR EN LAS NOCHES PORQUE SI NO ESTOY TENIENDO PESADILLAS,

SIMPLEMENTE NO PUEDES DECIR QUE ME CONOCES¡¡¡

NO SABES QUE ME GUSTA¡¡¡ NO SABES QUE ODIO, NO SABES NADA DE MI¡¡¡¡

NO SABES LO MUCHO QUE SUFRIII¡¡¡¡

YA NO LO SOPORTOOOO¡¡¡

De manera agresiva Kino finalmente dejo todo lo que se tenía guardado

Entonces te lo compensaré todo.

Así podremos acabar con esto.

Su declaración, increíblemente clara, levantó la cara de Kino como si hubiera sido pateada. Y cuando vio que la mirada de Emilia estaba incluso más vacía que antes, se dio cuenta de que sus palabras apresuradas nunca debieron haber sido pronunciadas.

En una rabieta infantil, había pisoteado incluso sus pensamientos más puros, derribándolo todo.

...Es suficiente, Kinomoto Kurosaki.

Si la relación entre ellos se trataba solo de compensar favores, esa relación acabaría tan pronto como la deuda fuese saldada.

Esa era la única conclusión que podría alcanzar la situación, ahora que él había numerado las cosas que había hecho con la esperanza de darle algo sin la mínima idea de una recompensa.

Ella declaró, Rem llegará pronto. Y Beatrice sigue aquí Has lo que ellas digan. Por lo demás, me encargaré luego, así que...

Él ni siquiera pudo contestar. Ni había algo que pudiera pedir de ella. Emilia comenzó a caminar, poniendo distancia entre ellos ...distancia física,

pero una distancia emocional que era mucho más grande. En ese momento, a

Kino le faltaba el valor para extender los dedos hacia su espalda, o para verla mientras partía siquiera.

Cuando Emilia alcanzó la puerta, abruptamente se detuvo y murmuró. Yo...

Hablo con una voz baja como si quisiera decírselo más a sí misma que a Kino

...tenía esperanzas. Pensaba, que solo tal vez, tú... tú no me darías un trato especial, Kino. Pensaba que podrías verme como a una persona ordinaria como una chica ordinaria, igual que a cualquier otro...

Esta era la chica que había demandado trato justo en la cámara de la selección real.

A juzgar por su deseo tan escaso, el hecho de ser una semi-elfo debió haberle causado un sufrimiento intenso y prolongado. Pero...

Kino respondió con un murmullo tranquilo y vacilante.

Yo... creía... que...

Emilia no había hablado ya que quería una respuesta. Por ello, el murmullo de Kino no fue una respuesta, sino una declaración en beneficio propio.

Pensando en las palabras de Emilia, Kino negó con la cabeza débilmente.

Incluso si te deshaces de todas las personas del mundo, no puedo hacer eso.

No puedo verte igual que a todos los demás, simplemente no puedo.

Eso, al menos, era una verdad infalible.

Él escuchó las puertas cerrar. El aire se volvió tranquilo de nuevo.

Dejado solo en la habitación, Kino se dobló sobre sábanas con su mirada

Vagando

Kino se miro sus manos temblorosas y

Que fue lo que hice...

He lastimado a la inocente Emilia....

Porque lo hice....

No... es cierto solamente fui egoísta... y yo lo arruiné todo...

Como un vasallo de roswaal, mi conducta bajo la reputación de Emilia...

QUE HICE¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Todo es mi culpa ¡

Kino comenzó a llorar escondiéndose en las sabanas de la cama

Al ver que arruino su amistad con Emilia.

fin

epilogo

Entonces, ¿Tiene algo que decir, Sir Julius?

No, nada en absoluto. Todo fue de acuerdo con el reporte.

Dos hombres hablaban en la oscuridad de una habitación intacta por los rayos del sol. El espacio pertenecía al capitán de los guardias en la guarnición de los caballeros, adyacente al palacio real. Marcus estaba sentado en su escritorio oficial, con Julius de pie muy recto frente la mesa.

No podría presentar ninguna queja si fuera a expulsarme de los Caballeros de la Guardia Real por mi falta de conducta. Haga su voluntad, capitán.

Julius sacó su espada de la vaina en su cadera y la ofreció sobre el escritorio.

La visión de Julius ofreciendo su espada provocó un profundo suspiro de Marcus.

Entonces, durante la discusión sobre la selección real, detuviste a un hombre relacionado con una de las candidatas, lo llevaste hacia la plaza de marcha, lo golpeaste sin razón, y lo mandaste a la enfermería. A juzgar solo por el contenido de este documento, no puedo simplemente dejar que esto pase con una palmada en la muñeca.

Pero la mayor incógnita era qué demonios estaba pensando el "mejor" de los caballeros cuando hizo tal cosa. Naturalmente, la sangre de caballero en Marcus no era tan delgada como para no arriesgarse a adivinar. Continuó...

Estoy en libertad de tomar en cuenta las circunstancias. Muchos de tus compañeros caballeros en la plaza de marcha me han suplicado que muestre indulgencia. Habiendo dicho todo esto, en efecto fuiste demasiado lejos.

Las heridas aguantadas por el joven en la plaza de marcha excedieron con creces lo que era tolerable para un combate de práctica...

¿Hasta ese grado encontraste imperdonable que empañaran tu orgullo de caballero?

Adornar esto solo dará lugar rencores personales. Mis defectos personales

son los únicos culpables. Por favor, capitán, no gaste más palabras en mi beneficio.

Julius no cedió, mansamente esperaba su castigo hasta el final. Marcus bajó la vista, considerando qué palabras usar a luz de su inquebrantable postura.

Luego, Ferris abrió la puerta, entrando a la habitación con su gastado uniforme de guardia y una actitud casual.

Hola, disculpen por hacerlos esperar. ¡Su querida Ferri ha regresado!

Al ver a Marcus y Julius uno frente al otro, Ferris llevó una mano a su boca y sonrió maliciosamente.

Miau, ¿Ferri llegó en un mal momento? Están compartiendo miradas tan apasionadas...

Marcus replicó, ...Deja ese parloteo inútil y reporta, mocoso precoz.

Ohh, capitán, estas mostrando tus verdaderas emociones.

Supongo que debería comportarme ante mis hombres como en público...

Bueno, está bien. Haz tu reporte.

Con Marcus alejándolo, Ferris se puso junto a Julius.

De acuerdo con las órdenes del capitán, Ferri sanó completamente a Kinomowu.

Sus heridas están cerradas, sus huesos remendados, incluso sus dientes fueron restaurados. Estará totalmente bien.

Bien hecho. ¿No se te pasó algo?

Si a Ferri se le pasó, no se podía encontrar en primer lugar. No hay problema con su cuerpo... Sin embargo, no se puede decir lo mismo de su corazón.

Las orejas de gato de Ferris se crisparon mientras le lanzaba a Julius una mirada desafiante de reojo.

Eres realmente suave, Julius. ¿Cuántas chicas has desmayado con esa reflexividad y devoción? Incluso estás haciendo palpitar el corazón de Ferri.

No sé de qué hablas, Ferris.

No necesitas seguir haciéndote el duro. Esa chica con buenos instintos ya se dio cuenta, y todavía funciona en el tipo que no, así que, ¿por qué preocuparse? ¿O crees que la querida Ferri llega como cabeza hueca y no se da cuenta de lo que Julius y el capitán están pensando?

Cuando Julius se mantuvo en silencio, los ojos de Ferris se entrecerraron con mayor deleite

Tee-hee, eres tan liiindo cuando estas callado. Pero no te preocupes...Ya que lo sometiste a tanta tortura, no necesitamos preocuparnos por otras personas que vengan detrás de él y no sepan cómo detenerse.

...

Las palabras vacilantes de Ferris arrancaron una leve sonrisa de Julius. Marcus,

habiendo escuchado su conversación en silencio, asintió e indicó su entendimiento de la decisión de Julius.

Los jóvenes sin duda estaban de nervios por cómo la declaración del mocoso degradaba la clase caballeresca. Ser asignado a la guardia real significa una gran habilidad con la espada y un orgullo equivalente.

El descontento de los caballeros, creado por la conducta de Kinomoto en la conferencia de la selección real, había estado en busca de un lugar para explotar. Marcus continuó...

Si alguien más se hubiese adelantado y comenzado una confrontación, el muchacho bien podría haber perdido la vida por su insolencia.

Ferris retomó dónde Marcus lo dejó y señaló lo que había concluido Julius.

Así que un caballero tenía que detener a Kinomowu antes de que pudiera pasar. De no haber sido por Julius, Ferri podría haber tenido que encargarse de eso...

Julius explicó, Se trata de usar la persona adecuada para el trabajo correcto.

No podemos hacer que te conviertas en su enemigo cuando tienes que sanarlo.

Además, parecería más natural si yo fuera quien lo hiciera. También podría decir... Confiaba en que podría lograrlo de la mejor manera.

Marcus comentó, Sin duda fue correcto dejar un oponente más débil en manos de Julius. Practica con tu espada más seguido, ¿por qué no?

¡Nooo! Blandir espadas te deja todo sudado y te hace callos. Miau, ¡Ferri nunca podría mostrarle estas palmas blancas como perla a Lady Crusch otra vez!

Marcus, viendo a Ferris ignorar las ordenes de su capitán tan casualmente, suspiró con aspecto resignado.

Sir Julius Juukulius, este es su castigo. ...Por cinco días, está suspendido de sus obligaciones y se le prohíbe entrar a la guarnición o al palacio real. Retendré su espada hasta que ese tiempo haya pasado."

...Como ordene.

Julius, cerrando sus ojos como si digiriera el castigo declarado, entregó a Marcus su espada de caballero. Marcus, aceptando el arma que era el mero símbolo de su orgullo como caballero, sacudió su cabeza en silencio.

Lo siento. Propiamente hablando, esta no era una carga que habrías tenido que soportar.

Julius refutó, Capitán, usted siempre lucha por el mejor resultado posible. Los Caballeros de la Guardia Real una vez fueron disueltos, pero hoy, se jactan de ser los hombres más fuertes valerosos por su causa.

Ferris intervino, Es cierto. Ferri nunca le diría esto a nadie más aparte de Lady Crusch, pero ten más confianza en ti mismo, capitán.

Marcus respondió sin rodeos, ¡Si vas a decir cosas como esa, ponte ropa propia de un hombre!

Ferris se encogió de hombros como si dijera, Esa es la orden que nunca obedeceré. Marcus dejó con cuidado la espada de Julius sobre la mesa, antes de sentarse de nuevo en su asiento.

El asunto esta concluso. Hay otros asuntos que debo atender. Disformar.

Las palabras formales de Marcus anunciaron que había regresado a su persona pública.

Cuando los otros dos dejaron la habitación, la atmosfera se volvió tranquila una vez más. Marcus, ahora solo, se recargó en su crujiente silla y miró hacia el techo. El asunto en su mente era aparte del combate de práctica, y trataba sobre un reporte que había recibido de los guardias castillo después de acabada la conferencia.

'Si un intruso en el castillo lleva la cresta familiar del halcón, déjenlo pasar'...

Eso decía la orden emitida para los guardias en la entrada del castillo. Esa orden era la razón por la que los guardias habían solicitado instrucciones de Marcus luego de haber capturado al viejo relacionado con Felt.

En otras palabras, la aparición de un intruso estaba grabada en piedra desde un principio.

Cuando la cara de payaso del hombre que había emitido la orden llegó a su mente, Marcus apretó los dientes.

Maldito seas, Roswaal. ¿Qué demonios estas planeando...?

Su duro rostro se consumía en irritación mientras pensaba hasta dónde podría llegar el excéntrico...

Miau, el capitán tampoco es muy suave. Él vio todo lo sucedido, ¿entonces por qué no puede solo dejarlo pasar?

Permitir que tal acto quede impune sería inaceptable incluso bajo esas circunstancias. Yo tampoco desearía eso.

Ferris miraba desde un costado al apuesto rostro de Julius mientras ambos caminaban por el corredor de la guarnición lado a lado.

Los labios de Ferris hicieron un puchero ante la aparente satisfacción de Julius.

Entonces, Julius, ¿qué vas a hacer miau? Preguntó Ferris.

Naturalmente, seguiré la orden de mi capitán y pasaré un tiempo en la mansión. Le explicaré la situación a Lady Anastasia... Mi única preocupación es si ella podrá tomarse las cosas con calma mientras tanto.

Pero te gusta eso de ella, ¿verdad? ¡Ferri puede decirlo!

Las mejillas de Ferris se hincharon mientras interpretaba por sí mismo las palabras de Julius. Después, Julius miró a su compañero con orejas de gato como si acabara de recordar algo.

A propósito, Ferris, sobre el chico de antes...

Antes de que la pregunta fuese completamente formulada, Ferris respondió, toda la calidez se había ido de sus labios.

Esta con Lady Emilia en este momento. Después... se estará quedando en la mansión Karsten para convalecer.

Aceptando la respuesta, Julius cerró sus ojos y reflexionó un momento.

Convalecer... ¿es eso? Parecería que ha sufrido una herida mucho más grave que cualquiera antes vista.

No oíste ni una palabra sobre eso de tu querida Ferri.

El comportamiento de Ferris, sin embargo, volvió esta situación tan clara como el día. Julius pudo adivinar lo que había ocurrido desde que le entrego a Kino a Ferris. El astuto joven pronto llegó a su respuesta.

...Causar dolor a otros realmente está en la naturaleza de Lady Emilia.

¿Estás pensando, 'A pesar de que podría llevar una vida mucho más prudente'?

No. Esa misma naturaleza es la que le permite vivir tan noble y agraciadamente como ella lo hace. No me digno a desear que cambie. Por lo tanto, todo lo que puedo hacer es esperar que viva más honestamente, más genuina, sin nada de qué avergonzarse.

Julius levantó la mirada y continuó su caminata. Ferris lo siguió medio paso detrás, con las manos cruzadas tras su espalda e inclinando su cuerpo hacia enfrente mientras miraba a Julius.

¿Eso va para el chico también?

Eso va para todos, Ferris. Esa es la verdadera razón por la que empuño una espada.

Probablemente se quiebre, pensaba Julius.

Si iba a darse por vencido, hacerlo renunciar en ese momento y lugar sería un acto de misericordia.

Pero si...solo si...todo eso no era suficiente para doblegarlo, entonces...

No sería tan malo intercambiar espadas con un tonto lleno de ideales una vez más.

Bueno, incluso si eso es lo que piensas, Julius, Kinomowu podría no querer hacer eso de nuevo después de la paliza publica que le propinaste. Oye, oye...

¿Qué pasa?

Muchas cosas se juntaron a causa de ese duelo, pero él te puso de nervios sooolo un poco, ¿no es así?

Con las palabras de Ferris, aparentemente para ponerlo a prueba, Julius se detuvo y miró alrededor.

Ferris, me heriste. Soy un caballero. Sin embargo, imperfectamente, ese es el precepto por el que vivo.

Julius, juzgando su propia conducta para no tener nada de qué avergonzarse, miró directamente a Ferris.

Un disgusto... quizá él fue eso, un poco.

Bueno, puso un poco nervioso a Ferri, ¿sabes?

Los dos intercambiaron risas como si fuera la broma más divertida que alguna vez habían compartido. Finalmente llegaron a la entrada de la guarnición y se dieron un apretón de manos. Julius dijo, "Está bien, debemos partir. Deseo profundamente que tú y tu señor permanezcan con buena salud."

Lady Anastasia probablemente se quejará, así que, buena suerte con eso, Julius... Puedes dejarle todos los platos rotos a Ferri.

Ferris saludó casualmente antes de darse la vuelta y marcharse.

Julius miró desde atrás mientras su amigo partía...y un enemigo tomaba su lugar.

Lady Anastasia ascenderá a Reina.

Nah-ah. Lady Crusch es la más adecuada para el trono.

Y así, los caballeros intercambiaron sus declaraciones de guerra antes de regresar con sus respectivos maestros.

Los rayos del sol poniente se vertieron desde el cielo del ocaso, pintando de rojo equitativamente a todos los que moraban en la capital real.

De tantas maneras, la selección real ya había comenzado.

Fin del capitulo.