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Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · Fantasy
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503 Chs

Reflejada en el espejo.

Mientras encaraba a la Bruja que la observaba desde el espejo, Emilia suspiró.

La Bruja de la Codicia, Echidna, estaba vestida únicamente de blanco y negro monocromático.

Habiendo descubierto a Echidna en esta reproducción de su habitación en este mundo de sueños, Emilia confirmó su sospecha de que este lugar fue construido por su propia mente.

Un mundo pacifico, tranquilo, amable, en el que su vida en el bosque continuaba para siempre.

Un mundo en donde ella podía pasar sus días junto a las sonrisas de Fortuna, Juice, Archi y de todos los demás.

_Emilia: Pero un mundo así no existe, ¿verdad?

_Echidona: Claro que no. Esto es un falso mundo construido a partir de tus recuerdos y deseos. Sin embargo, los algoritmos que preceden a través de la Prueba trascienden el conocimiento humano. Las personas que ves en este mundo son exactamente lo que habrían sido, si hubiera habido un solo cambio.

Emilia acababa de recordar la verdadera historia detrás del congelamiento del Bosque de Elior.

Si no hubiera habido víctimas en ese entonces, y la tranquilidad del bosque se hubiera preservado, todos hubieran sonreído durante sus vidas.

La imagen de Fortuna y Juice, sentados jovialmente en la mesa, se había grabado en la mente de Emilia.

Era exactamente esa escena lo que la joven Emilia había deseado ver desde el fondo de su corazón, e igualmente era así para la Emilia del presente, con sus recuerdos restaurados.

_Echidona: ¿Haber presenciado esta realidad inaccesible ha hecho que quieras sumergirte en este mundo?

Como si estuviera espiando el corazón de Emilia, Echidona la atacó con una dulce tentación.

Emilia levantó su cabeza. Echidona le devolvió la mirada, sus ojos eran fríos como su voz. Ella se acarició el cabello blanco como la nieve, dejándolo fluir sobre el hombro y por la espalda.

_Echidona: Tu madre, y ese buen hombre. Habiendo presenciado esa felicidad, ¿no te dan ganas de continuar con esto para siempre? Estoy segura de que pensaste que te fue placentero pasar tus días con todos en el bosque, y que todos tus amigos fueran tan familiares contigo.

_Emilia: …¿Qué estás tratando de decir?

_Echidona: Solo es un resentimiento, o algo así. Que me hayas encontrado significa que ya has alcanzado tu respuesta respecto a este mundo. Y sé que esa respuesta tuya fue escoger la realidad por sobre este sueño excesivamente aburrido. Si vamos a ver los resultados a pesar de todo, podría dejar algunas heridas.

_Emilia: …

_Echidona: En vez de la felicidad de tu madre y tus conocidos, elegiste una realidad en donde ellos tuvieron un desafortunado final. El resultado de esta Prueba es: Que eres una mujer desgraciada que se prioriza a sí misma por encima de los demás.

La feroz crítica de Echidna atravesó el pecho de Emilia.

Sus palabras eran tan hirientes que Emilia empezó a sentir dolor y, aunque en realidad no fue apuñalada, Emilia se llevó la mano al pecho e impulsivamente retrocedió un paso.

La reacción de Emilia hizo que Echidona resoplara.

_Echidona: Siempre y cuando esto te haya dado algo de conciencia propia. Siguiendo con el tema, la Prueba no toma en consideración la personalidad de sus desafiantes. Mientras estén calificados, —aunque tengan una pésima moralidad, o sean un cúmulo de narcisismo egoísta— la Prueba los aceptará. Así que quédate tranquila. Ya que podrás alcanzar tus metas en poco tiempo.

_Emilia: Muuuy… débil es el punto que buscas. ¿Eres así con todo el mundo?

_Echidona: En absoluto.

Echidona se encogió de hombros en respuesta a la tensa declaración de Emilia.

_Echidona: Aparte de ti, solo hay dos personas en el mundo con las que interactúo con rencor.

_Emilia: No me hace nada feliz ser una de los tres elegidos… Ni recuerdo haber hecho algo para que me odies de esta manera.

_Echidona: No hay necesidad de que te veas tan preocupada. Mi odio por ti no tiene nada que ver con que seas una semielfa; y tampoco se trata de tu genealogía. Es independiente de tu sangre o naturaleza, solo te odio. —No, eso tal vez no sea estrictamente correcto.

_Emilia: ¿—?

Echidna bajó la mirada, sintiendo algo raro acerca de la última parte de su declaración.

Emilia frunció el ceño ante la Bruja pensativa, antes de sacudir ligeramente la cabeza.

Era imposible que ella se marchara y simplemente dejara en el aire esas declaraciones anteriores como si nada.

Echidona había dicho muchas cosas que necesitaban ser desmentidas. No solo por el bien de Emilia, sino por el honor de todos en el bosque.

_Emilia: No creo que pueda hacer mucho con el hecho de que me odies. Sé que es difícil ganarse el cariño de todos. Ya que muchas personas me han dicho que me odian.

_Echidona: En ese caso, entonces sería bueno que mostrases un poco de prudencia y te quedases en el bosque.

_Emilia: Pues no voy a hacer eso. Estoy segura de que lo dije en la última Prueba. Voy a derretir el hielo y los salvaré a todos. Entonces mantendré mi pecho en alto y les mostraré a todos que, ahora, el mundo es un lugar fácil de recorrer.

_Echidona: Fácil de recorrer. Qué mentira tan descarada. Sigue habiendo mucha discriminación entre razas, y la gente no puede aceptar fácilmente a quienes difieren de ellos. Es por eso que lugares como el Santuario conservan su función incluso hoy en día. Los desacuerdos a los que te refieres siempre van a resultar en un aumento de víctimas en el mundo, ¿Me equivoco?

_Emilia: …No te equivocas.

Los severos comentarios de Echidona llevaron a Emilia al borde del pesimismo.

Emilia aún recordaba los días que pasó con Puck en el bosque. Cómo las aldeas cercanas le tenían miedo y le lanzaban muchos abucheos y mucho odio.

La actitud despiadada de Echidona hizo que Emilia pensase en esos días. Aunque ella tratase de no recordarlo, las heridas y las cicatrices sin curar continuaban afirmando su dolor.

_Emilia: Pero voy a actuar como si te equivocaras.

_Echidona: …

Aún concentrada en el dolor, Emilia firmemente refutó a Echidona.

Emilia observó a Echidona entrecerrando sus ojos y mordiendo su labio, poniendo fuerza en su mirada.

_Emilia: Ser diferente a los demás, a veces, hace que ocurran desacuerdos dolorosos. Además, que te acompañen muchos o pocos, es un gran factor que puede determinar quién es la víctima y quién el agresor.

_Echidona: Y eso se ha ido repitiendo a lo largo de toda la historia. La gente no puede aceptar a los que no son iguales a ellos. La disparidad en números representa exactamente la disparidad en fuerza. Los muchos oprimen a los pocos. Ahora que entiendes esta verdad, y te has vuelto un poco más sabia, ¿Qué vas a hacer? ¿Reunirás a los pocos y crearás una utopía para los débiles? ¿No sería eso exactamente la esencia de este lugar llamado Santuario?

_Emilia: Esa es… una opción que se podría elegir, creo. Pero quiero elegir un camino diferente. Aunque no pueda cambiar que hubo víctimas y agresores, el futuro es otra historia.

Justo cuando Emilia dijo la palabra "futuro", la expresión de Echidona se paralizó.

Emilia sintió que Echidona estaba enojada, como si esto fuera algo que absolutamente no quería escuchar de Emilia, de entre todas las personas. Pero Emilia continuó.

_Emilia: Estoy segura de que haré muchas cosas durante la Selección Real. Tal vez enfrentaré aún más insultos y odio que antes. Pero me gustaría repetir por siempre que nunca me detendré. Para preguntar qué tiene de malo ser diferente a los demás. Para preguntar qué es lo tenebroso de no ser iguales a nuestros vecinos.

_Echidona: Preferiría que no me obligases a decir esto, pero ésta es la verdad fundamental. Las personas no pueden aceptar las discrepancias entre ellos y los demás. En esencia, todas las criaturas desean que los demás sean igual a ellos mismos. Que les gusten las mismas cosas, que amen las mismas cosas, que odien las mismas cosas, que aborrezcan las mismas cosas… Se sienten seguros cuando las cosas son así, y aman su capacidad de simpatizar. Tu opinión será denegada; por tildarse como las divagaciones de los débiles.

_Emilia: ¡Pero eso es una excusa para no pensar! ¡Y apesta!

_Echidona: ¿A-Apesta…?

Gritó Emilia. Los ojos de Echidona se abrieron de par en par, como si no esperase oír esa palabra.

Emilia sacó pecho mientras clamaba ¡Así es!.

_Emilia: ¡Apesta un montón!… Si no eres como tu vecino, lo odias; ¿acaso eres un niño? Es ridículo que alguien se tape los oídos por una razón como esa. Se los diré innumerables veces a cualquiera de esos idiotas. En lugar de gritar sin pensar lo que no te gusta, si buscan silenciar mis incesantes quejas, les será más fácil cambiar un poco sus formas de pensar.

_Echidona: Absolutamente egocéntrica. Un autoengaño increíble. ¿Eliminarás las opiniones de otros que no deseas escuchar, para poder imponer las tuyas?

_Emilia: No estoy eliminando nada. Depende de ellos si quieren abrir sus oídos. —Simplemente estoy segura de que yo soy más terca.

Con la mano en la cadera, Emilia le demostró a Echidona que su voluntad no se doblegaría.

La expresión de Echidona se volvió amarga, desviando su mirada de Emilia.

_Echidona: Sea lo que sea que afirmes, el mundo no ha cambiado todavía. Suponiendo que descongeles con vida a los habitantes del bosque, estarán en un mundo con una sociedad que no está preparada para aceptarlos. Lo único que lograrás será arrojar a aquellos que fueron amables contigo a la adversidad. Todo por tus creencias hipócritas.

_Emilia: …

_Echidona: Deseas liberar a tus amigos lo más pronto que puedas. Pero si los liberas, tus amigos sufrirán porque el mundo los rechazará. Vivir es un sufrimiento, y la muerte también es un sufrimiento. En un mundo como este, ¿qué puede hacer tu voluntad individual? ¿Qué puede cambiar? ¿Qué cambiará?

Echidona sinceramente le preguntó esto a Emilia.

Ella había verificado la resolución de Emilia a través de las dos Pruebas, la del pasado, y la del presente inalcanzable. Ahora, Echidona le estaba preguntando a Emilia su resolución para el futuro.

Sobre las posibilidades de Emilia si ella seguía sus intenciones.

Sobre la ruta que tomaría para alcanzar su futuro imaginado.

Sobre lo que usaría Emilia como piedra angular, y sobre qué base concreta crearía ese camino.

Emilia asintió en respuesta y habló.

_Emilia: ¡Lo pensaré después de que termine la Prueba!

_Echidna: —¿Eh?

_Emilia: Eso es como ensillar el caballo antes de comprarlo. Si me concentro en el futuro, podría olvidar dónde estoy. Sé cómo suena esto cuando soy yo la que lo dice, pero soy muy torpe. Si tengo que escalar una pared, pero me preocupo de lo que hay al otro lado, terminaría cayéndome en el agujero al pie de la pared.

Entre las Pruebas y su discusión con Subaru, Emilia sintió que tenía una visión bastante correcta y objetiva de sí misma.

También sintió que su valoración de sí misma ya no estaba restringida.

Ella no era alguien lo suficientemente hábil como para manejar muchas cosas por su cuenta.

Era una cuestión de si, después de esforzarse mucho en el objetivo que tenía delante, lograría o no obtener resultados.

Emilia tenía esperanzas para el futuro. Perspectivas para el futuro.

Decidida a perseguir esas esperanzas y perspectivas, ella debía dar el primer paso para alcanzarlas.

Lo que debería estar haciendo ahora mismo era precisamente eso, ese primer paso.

_Echidona: …Finalmente recordé lo inútil que es debatir contigo. Honestamente, esto fue muy estúpido de mi parte.

_Emilia: Sé que eres lista, pero creo que es muuuy injusto que silencies las opiniones de otros de esa manera.

_Echidona: ¿Crees que hemos intercambiado opiniones? Presenté preguntas, y tú replicaste con respuestas vacías. Lo había olvidado. Eres una niña sin esperanza, incapaz de mantenerte de pie por tu propia cuenta, confiando constantemente en los demás, una mujer débil.

_Emilia: Tienes razón… Soy una chica débil.

Emilia bajó la mirada y sacudió ligeramente la cabeza.

Pero inmediatamente miró de vuelta, enfrentando su mirada con la de Echidona.

_Emilia: Pero… ¿De verdad es malo ser débil?

_Echidona: … ¿Qué?

_Emilia: Sé que la persona que me enseñó algo muy importante diría esto. No está mal ser débil. Está mal querer permanecer débil.

Ella pensó en el chico con cabello negro y ojos desagradables.

Lamentando su impotencia, pero amable; y por eso sufrió más heridas que nadie en sus esfuerzos. Él era un chico importante que tomó prestado la ayuda de todos, pero sin embargo sufrió las partes más dolorosas.

Él absolutamente diría eso.

_Echidona: Te has vuelto desafiante.

_Emilia: Sí. He tardado mucho en volverme desafiante.

Viendo cómo una sonrisa surgía en el rostro de Emilia, Echidona percibió que no había lugar para el debate.

Echidona no tenía ningún método para detener a la persistentemente optimista y entusiasta Emilia.

Seguir con este problema podría incluso comenzar a impactar su dignidad como Bruja.

_Echidona: …Bueno, disfruta la Prueba que falta. Cuando la hayas completado, te espera una realidad más dura y severa que las de estas Pruebas. Estoy segura de que llegarás a comprender lo difícil que será mantener tus brillantes ideales.

Parecía que Echidona iba a desaparecer del espejo.

Al ver cómo el reflejo de Echidona comenzaba a desvanecerse en el espejo, Emilia siguió hablando.

_Emilia: Gracias por aparecer expresamente para hablar conmigo. Me aseguraré de recordar lo que me dijiste. Y…

Echidona frunció el ceño, viéndose amargada, ante lo cual Emilia prosiguió.

_Emilia: Gracias por mostrarme este mundo.

_Echidna: …

_Emilia: Tal vez fuera un mundo inalcanzable; pero, aun así, era un mundo que quería ver. Nunca pensé que llegaría el día en que viera a Madre y… a Padre Juice riéndose de esa manera. Gracias.

Sí que le dolió cuando Echidona le dijo que este mundo no era real.

Pero, aunque fuera un mundo inalcanzable, esas escenas eran lo que hubiera ocurrido.

Esas escenas estaban tan llenas de felicidad y amor, que Emilia temblaba de alegría y tristeza.

Estoy muy feliz de haber visto eso, fue lo que pensó Emilia desde el fondo de su corazón.

_Echidona: …Tú…

Y así, Emilia expresó su gratitud —Y la expresión de Echidona cambió.

Su expresión había sido la de ser testigo de algo desagradable, su actitud había sido la de soportar el desagrado, su postura había sido de desprecio hacia toda acción de Emilia, y ella había mostrado varios rostros hasta ahora —Pero esta expresión era diferente de todas esas.

—Echidona, a punto de soltar lágrimas, simplemente miraba a Emilia.

_Emilia: ¿Echidona?

_Echidona: Te odio. —Simplemente, te odio.

Dijo Echidona, con una voz estrangulada y un rostro abatido.

Su imagen en el espejo se deformó, y la Bruja de pelo blanco desapareció del cristal en un instante. En cambio, lo que apareció fue una chica con el pelo largo y plateado y…

_Emilia: —¡Hg!

Una oleada de rechazo atravesó el pecho de Emilia, mientras que ella rápidamente desviaba su mirada del espejo.

Su pulso se había acelerado, y su respiración se había vuelto irregular.

Se suponía que estaba preparada para esto, pero, aun así, le aterrorizaba su reflejo en el espejo.

_Emilia: …

Pasó un siglo en el congelado Bosque de Elior antes de que Puck salvara a Emilia del hielo. —Ella nunca había visto como se veía al crecer.

La razón era simple. Solo estaba asustada.

Su siglo durmiendo en el hielo significó que el corazón de Emilia había permanecido inmaduro, mientras que su cuerpo había madurado llegando a la adultez.

Cuando recuperó la conciencia y se dio cuenta que no podía controlar muy bien su cuerpo, Emilia fue sacudida por la ilusión de que este no era su cuerpo, y pasó muchas noches llorando.

Las reacciones de las aldeas vecinas ayudaron a estimular ese trauma.

Emilia compartía los mismos rasgos físicos que la Bruja de la Envidia, por lo que los aldeanos la temían como a un demonio. A pesar de que se dieron cuenta de que Emilia no les haría daño, continuaron alejándola.

Una vez que la gente supo que Emilia no les haría nada, lo que ella obtuvo fue una vida de discriminación, rencor y abucheos. Durante ese tiempo, Emilia llegó a reconocer, al menos inconscientemente, que la gente la odiaba por el parecido con la Bruja de la Envidia.

Fue entonces cuando ella comenzó a rechazar los espejos y mantener su mirada lejos de su propio rostro, el cual todos detestaban.

Puck notó esas heridas mentales, y alejó todo objeto reflectante a su alrededor. Incluso llamaría su atención cuando ella estuviera recogiendo agua, distrayéndola para que no se viera a sí misma en la superficie del agua.

—Una de las cláusulas en su contrato con Puck, en la que él estaba a cargo del aseo diario de Emilia, fue probablemente para protegerla.

Para proteger a su hija, quien no podía verse en un espejo, Puck usó el contrato como pretexto para enmascarar su trauma.

_Emilia: …De verdad tengo demasiadas personas cuidando de mí.

¿Cuánto tiempo había pasado sola y enfadada, sin darse cuenta de cómo se sentían los demás?

Ésta sería la última vez que ignoraría lo que le habían dado.

Ella tomó un respiro y se quedó quieta.

Levantó su cabeza, comprometiéndose personalmente a verse a sí misma en el espejo.

Reflejada en el espejo, había una chica con pelo largo plateado y unos ojos amatistas que la observaba con tanta atención que parecía que fuera el fin de los tiempos.

_Emilia: —Vaya.

Dijo de una forma que parecía fuera de lugar.

Al ver su rostro maduro en el espejo, Emilia suspiró.

_Emilia: Me parezco menos a Madre Fortuna de lo que pensé, qué pena…

Después de sus malhumorados murmullos, el mundo se rompió en pedazos.

Este feliz y deseado mundo que inevitablemente tendría que terminar, terminó aquí y ahora.

※ ※ ※ ※ ※

_Emilia: —ah, hauh.

Después de recuperar la consciencia, Emilia se dio cuenta de que se había quedado dormida mientras se apoyaba en la pared.

Se había desplomado y se quedó sentada en el suelo con las piernas extendidas a un lado, apoyándose en la pared grabada con los mensajes de Subaru. Se pasó los dedos por su pelo despeinado y se imaginó cómo se veía en este instante.

Así que esa era su apariencia, temida por muchos como la de la Bruja, y de la que Subaru constantemente decía que era "linda" o que la "amaba".

Emilia, con su empobrecida comprensión de la estética personal, no sabía quién de los dos tenía razón.

Sin embargo, Madre Fortuna era la concepción de Emilia de la persona más hermosa y genial. Por eso ella no pensaba que los ojos desagradables eran algo malo y, a decir verdad, a ella le gustaban los ojos desagradables de Subaru.

_Emilia: Acabo de volver, este no es el momento para pensar en cosas raras.

Llevándose las manos a las mejillas, Emilia puso freno a sus propios pensamientos.

Esto era muy absurdo y débil de su parte. Ella volvió a salvo de la Prueba, ¿y solo por ver los mensajes escritos a manos de Subaru se sintió tan contenta? 

_Emilia: Pero… esto quiere decir que la segunda Prueba terminó, ¿cierto?

Murmuró Emilia mientras se ponía de pie y empezaba a pensar en sus resultados.

Basándose en cómo actuaba Echidona al final, lo más probable era que ya hubiera terminado la Prueba. A diferencia de la primera Prueba, Emilia no tuvo la sensación de haber superado algo.

Pero ella realmente logró sacar su corazón casi cautivo, y consiguió regresar.

_Emilia: …

Fortuna y Juice. Al pensar en lo cercanos que eran, el corazón de Emilia dolía profundamente.

Pero suprimió su lamento y le dio la espalda al cuarto de la Prueba.

Suponiendo que la tercera Prueba estaba lista, Emilia tendría que salir y volver a entrar como lo hizo con la segunda Prueba.

Si ella aprovechaba este impulso para derrotar la tercera Prueba, liberaría al Santuario.

Por el bien de Subaru, por la solicitud de Ram, y para hacer realidad la gran conversación con Roswaal. Las personas necesitaban que ella actuase.

_Emilia: —Sí que está oscuro.

Al pasar por el oscuro pasillo de la Tumba, con sus pisadas en el suelo resonando por todo el lugar, Emilia entrecerró sus ojos al darse cuenta de lo tenue que era la luz que llegaba desde la entrada de la ruina.

Quizás las nubes estaban bloqueando la luna, o tal vez este brillo brumoso era la luz de las estrellas.

En el Santuario, donde se pierde casi toda fuente de luz al caer la noche, solo la luz natural servía para atravesar la oscuridad.

_Emilia: —¿Eh?

Eso era lo que reflexionaba Emilia mientras caminaba.

Pero, cuando ella dio un paso fuera de la Tumba, una horda de miradas enfocadas en ella hicieron que su garganta se atascase involuntariamente.

_???: ¡E-Estamos en su presencia!

Alguien gritó y, en ese instante, un parloteo surgió entre la multitud.

Un alboroto se desplegó en frente de la sobrecogida Emilia, causado por una abrumadora muchedumbre que tenía su atención concentrada en ella.

—Eran los residentes del Santuario.

Las personas que vivían en el Santuario aparte de Garfiel y Lewes.

Emilia no había interactuado con ellos más de lo necesario durante su estancia aquí. En parte porque el estado mental de Emilia no había sido lo suficientemente tranquilo para eso, y también porque ninguno de ellos había intentado interactuar proactivamente con Emilia.

Emilia sentía una especie de resignación cuando la gente la miraba así.

Los residentes detestaban el linaje de Emilia, pero tenían la expectativa de que ella liberaría el Santuario y, sobre todo, debían determinar si ella era alguien digna de dirigirlos.

Y así, Emilia pensó que era imposible que se mostrasen ante ella en un número tan grande antes de haber logrado liberar al Santuario.

Emilia estaba convencida de que la interacción con ellos solo se produciría cuando hubiera logrado resultados.

Por eso, Emilia se preguntaba por qué estaban reunidos aquí y por qué sus miradas dirigidas a ella no estaban llenas de odio, sino con grandes expectativas.

_???: No puedo decir que esto sea lo mejor…

Ante la desconcertada Emilia, una chica dio un paso adelante del grupo de aldeanos.

Con su pelo largo y rosado, era Lewes.

Ella dio un paso adelante para representar a los aldeanos mientras le sonreía a Emilia.

_Lewes: Todos aquí están esperando. Preguntándose qué respuesta les dará sobre la Prueba, y… preocupándose por lo que sucederá después de que usted haya liberado el Santuario.

_Emilia: —Creo que es inevitable que se preocupen. Pero, ¿por qué dices que "esto no es lo mejor"?

_Lewes: Eso es fácil. Todos en el Santuario, sobre la pelea de Gar-bo y Su-bo, sobre su discusión con Ros-bo, y…. bueno, muchas otras cosas. Todos hemos estado discutiéndolo en detalle, y…

_Emilia: ¡¿D-Discutiéndolo?!

Mientras observaba cómo Lewes se rascaba su mejilla, las mejillas de Emilia se enrojecieron.

Aparte del choque de voluntades entre Subaru y Garfiel, Emilia también había forzado sus opiniones inmaduras durante su discusión con Roswaal.

Emilia se había convencido a sí misma de que no sería embarazoso si alguien escuchase esa discusión, pero ahora que sabía que alguien de verdad la escuchó, empezó a avergonzarse.

_Emilia: Pero, si hasta tú llegaste a escuchar sobre eso… Lewes-san, ¿Dónde lo escuchaste?

_Lewes: Hrm, acerca de eso... aunque no lo parezca, tengo unos oídos increíblemente agudos con los que es casi imposible que mantenga un secreto mientras permanezca en el Santuario.

_Emilia: En serio… Wow.

La confesión de Lewes, más que enojar a Emilia, hizo que se sorprendiera.

Sin darse cuenta de que la anciana con aspecto joven sacó su lengua, Emilia asintió reconociendo el por qué muchas personas se habían reunido aquí.

_Aldeano: E-Emilia-sama.

_Emilia: ¿S-Sí?

_Lewes: Suenan como si se acabasen de conocer por medio de un servicio de citas.

Él era uno de los residentes — y ya que vivía en el Santuario, probablemente era un semihumano mestizo.

Sus caninos eran un poco largos, y sus pupilas eran delgadas. Se veía igual de viejo que Roswaal, o tal vez un poco más viejo, viéndose un poco tenso mientras daba un paso adelante y dijo,

_Aldeano: Yo… no, nosotros, mmm… siendo completamente sinceros, aún estamos indecisos.

_Emilia: …

_Aldeano: Acerca de si confiar en usted, o qué va a significar aprender del mundo fuera del Santuario… El exterior está repleto de cosas que no conocemos, y eso nos asusta. Todos hemos nacido y vivido aquí adentro. No sabemos nada del exterior.

Garfiel también había dicho esto, el estilo de vida en el Santuario.

La barrera de cuatrocientos años forzó a las personas a vivir por generaciones aquí dentro. No tenían métodos de escape, y tal vez tampoco tenían necesidad de pensar en el exterior.

Pero ahora los medios para escapar estaban en frente de ellos, y esta persona extranjera y desconocida llamada Emilia estaba tratando de liberarlos.

Por supuesto que la gente se sentiría intranquila y rebelde. Y era improbable que muchos salieran al exterior, con mucha confianza.

Emilia temía que las preocupaciones de Garfiel fueran la opinión mayoritaria dentro del Santuario. Y este hombre en frente de ella estaba diciendo cosas que validaban ese temor.

_Aldeano: Tal vez nosotros quedaremos bajo el cuidado de Roswaal-sama en el exterior, ¿pero en qué se diferenciaría eso de nuestras presentes circunstancias? —Honestamente, estamos más preocupados que esperanzados. El cambio nos aterra.

_Emilia: …Sí…

_Aldeano: Sin embargo.

Emilia asintió y estuvo a punto de bajar su mirada; pero justo entonces, la declaración del hombre la detuvo.

El hombre se enderezó antes de continuar, con una expresión tensa.

_Aldeano: Todos escuchamos a Garfiel… todos escuchamos la voz del chico.

_Emilia: …

_Aldeano: Sabemos lo que ese esforzado chico estaba pensando, y cómo se sentía. Y sabemos la confrontación que hubo entre él y ese joven de pelo negro, y la discusión que usted tuvo con Roswaal-sama.

Con su espalda aún derecha, la expresión del hombre se retorció.

Arrepentido y a punto de llorar. Esta imagen se incrustó en el corazón de Emilia.

_Aldeano: Y, sinceramente, pensé que era patético. Que un chico de catorce años estuviera tan preocupado por nosotros, y que un joven de aproximadamente veinte años estuviera clamándonos de esa forma… Y aunque Roswaal-sama dijo que usted no podría hacerlo, nosotros también escuchamos las palabras que usted decía. Y, por eso, Emilia-sama...

_Emilia: —Sí.

_Aldeano: Independientemente del resultado y de lo que ocurra después de esto, creo que sus esfuerzos para desafiar la Prueba son increíbles. Venerables. No todos nosotros compartimos ese sentimiento, e incluso yo mismo no la he aceptado del todo. Pero le solicito que nos deje ser testigos hasta que termine.

No había necesidad de preguntar de qué querían ser testigos.

Siendo consciente de la mirada obstinada de ese hombre, Emilia miró a los que estaban detrás de él —a la multitud que lo aceptaban a él como representante— y asintió.

_Emilia: Entendido. Me aseguraré de terminar todo bien… y ustedes escucharán lo que yo tenga que decir.

_Aldeano: Sí. Es una promesa. Y pensar que juzgamos a una persona por rumores, sin haber hablado con ella… Nosotros deberíamos ser las últimas personas que hagan eso, eh. —¡Wahgh!

El hombre dejó caer los hombros, y justo entonces Lewes golpeó su cadera por detrás.

El hombre se sobresaltó y se dio la vuelta para quejarse, pero Lewes solo se puso a reír.

_Lewes: Sí que empezaste bien, seguro y serio, ¿cierto? Y caíste de nuevo a tu forma de hablar normal a la mitad. Ya que no estás acostumbrado a hacer esto.

_Aldeano: …M-Mis disculpas.

_Lewes: De todas formas, ahora ya sabe lo que pensamos. Perdón por la interrupción.

Con ese encantador diálogo, Lewes hizo que el hombre se retirase.

Emilia respiró profundamente, llenando su pecho con algo más que oxígeno.

Lewes estaba dando su apoyo, y la gente del Santuario habían venido a ver sus esfuerzos.

¿Quién podría estimar qué tanto esto la tranquilizaba?

_Emilia: Gracias, Lewes-san. Ahora, sé que puedo esforzarme muuucho.

_Lewes: Ya veo, Ya veo. Bien, bien… La siguiente debería ser la última Prueba.

_Emilia: Sí, así es. —La voy a ir a enfrentar justo ahora.

Con la fuerza que le otorgaron, Emilia se volteó para encarar la Tumba.

Pero, a mitad de su vuelta, se paró al recordar algo, y volvió a mirar a Lewes.

_Emilia; Ah, oh… ahora que lo recuerdo, Lewes-san, ¿has visto a Ram? Quería decirle que terminé la segunda Prueba, pero…

_Lewes: … Ram se fue para atender un asunto. Pero ella está rezando por su buena suerte. "Usted tiene sus tareas, y yo tengo las mías. Vamos a completar ambas". Es lo que dijo.

Eso sonó como algo que diría Ram y, aunque sabía que solo era un reporte, igualmente le dieron ganas de dejar salir una sonrisa forzada.

La tarea de Ram — ¿Dónde y con quién la logrará?

Emilia sintió algo estremeciéndose en el pecho, pero conscientemente lo suprimió.

Ram estaba creyendo en ella. Por eso, Emilia creería en Ram.

Igual que Subaru y los otros crearon un camino para ella, Emilia quería proseguir con sus esfuerzos y crear un camino también.

_Emilia: Me voy.

Lewes asintió en respuesta, y el parloteo de los aldeanos la despidió.

Llena con una resolución más fuerte que la primera y segunda vez, Emilia entró a la Tumba.

Donde—

<Enfrenta la inminente calamidad.>

La última Prueba se acercaba.

※ ※ ※ ※ ※

Ram sintió el ritmo de sus latidos aumentar en su pecho.

Ella nunca había sentido tanta hostilidad proveniente de esta persona.

Tener contacto físico con él, intercambiar palabras con él, recibir órdenes de él.

Esas cosas eran el súmmum de la alegría para Ram, siendo su razón para vivir.

Y el hecho de que ella sintiera euforia femenina —aun cuando él la recibía con hostilidad— le producía una gran alegría.

_???: …Có~mo te atreves a mostrar tu ca~ra.

Murmuró el hombre alto en frente de Ram, mirándola fijamente.

Su tentadora voz hizo que un dulce escalofrió atravesase la mente de Ram.

Tan solo por recibir su mirada heterocromática, ella sintió que todo su cuerpo por debajo de su cintura se debilitaba.

Aunque, naturalmente, éste no era el momento para mostrar esta actitud débil y femenina.

Una mujer así solo sería considerada inútil y descartable.

_???: E~ntonces, ¿por qué has venido a~quí?

_Ram: —Es simple.

Ella respondió como siempre, con un rostro inexpresivo y una conducta tranquila.

Mientras su rosado cabello se balanceaba, Ram sacó su varita de debajo de su falda, antes de apuntarla a la belleza frente a ella — apuntándola a su venerado maestro.

_Ram: He venido a sacarlo de su obsesión con la bruja.

Y ella confesó que estaba aquí para quemar a su amado, consumido por un amor insano, con el suyo propio.