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Re//4U - El día sin mí

Libro en versión editorial y física disponible en Amazon. Tras un destello en el cielo, Noah es atrapado en un bucle del cual haga lo que haga no puede escapar; mientras, gracias a su terquedad, termina relacionado con una red de secuestros. "El amor y la muerte" detrás de un muro color negro.

IsamarG · Urban
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22 Chs

With You

Hola, soy Noah; desde aquí tomaré el control.

14 de julio 2008.

Ha pasado un día desde que me escapé del hospital, supongo que Derek estará preocupado; perdí el celular así que no tiene formas de comunicarse conmigo. Pero, ¿Dónde estoy? ni si quiera yo lo sé con exactitud. Ayer, al salir del hospital, regresé directo a mi apartamento; hacía aire y estaba comenzando a ponerse nublado. Entré, fui a mi habitación y me cambié de ropa; mientras lo hacía, sentí en mi bolsillo un papel, lo saqué y en él venía escrita una dirección. Soy muy despistado, no supe quien lo había puesto ahí, lo primero que pensé fue en alguien del hospital, pero no me llegaba a cuadrar, la letra parecía de chica, la primera persona que llegó a mi mente fue Rosé, en la anterior noche; terminé de cambiarme y fui en busca de aquel lugar. Como hacía viento y estaba nublado, me puse una sudadera con capucha, blanca.

Al salir, comencé a vaguear, el nombre de la calle no me sonaba de nada, por lo que o está al otro lado de la ciudad o muy lejos de donde yo solía andar. Desde entonces he estado preguntando por la calle cada cierto trayecto avanzado. Ahora mismo es de noche, hay mucho viento, tengo la capucha puesta y estoy acurrucado en una parada de autobús.

15 de julio 2008.

Desperté por temprano, estaba helado; en verdad odio el frío de madrugada más que nada, pero tenía que seguir avanzando. Por lo que oía de la gente, cada vez estaba más y más cerca de mi objetivo. Pasaron las horas, ya era la tarde, tenía hambre y solo me alimentaba en los supermercados con pan dulce. Entré a uno, compré el pan y pensé en preguntarle al cajero sobre la dirección; le extrañó, pero fue amable, me dijo que la calle que busco era en realidad esa calle, le di las gracias y me fui.

Abrí el empaque del pan y le di un mordisco mientras veía a los lados de la calle buscando el número.

Ahí estaba, la dirección de la nota; era una casa común, de dos pisos, como cualquiera de la calle. Primero toqué, esperando que alguien respondiera, pero nada. De nuevo el día comenzaba a nublarse, así que, sin esperar más, entré. No tuve problemas al hacerlo, la puerta estaba abierta. Todo era tan silencioso... en verdad estaba abandonada; los poco muebles que había estaban rasgados y llenos de polvo; ni si quiera se podía caminar bien, el suelo estaba repleto de basura, en su mayoría de sopas instantáneas y frituras. Cerré la puerta y subí al segundo piso.

Arriba había menos basura, ya podía moverme un poco mejor. Miré tres puertas; una daba con el baño, otra a una habitación la cual se encontraba vacía, y la última de igual forma era una habitación, pero tenía algo más, aparte de basura. Un colchón acomodado en la esquina, junto con un librero de pocos libros, mucho polvo.

Sobre el colchón había un libro, era Alicia en el país de las maravillas; de él, sobresalía un papel. Lo abrí, saqué el papel, hice a un lado el libro y me acosté de espaldas. Desdoblé el papel y comencé a leer. Era una carta de Rosé.

[Re//4U]

Se arranca,

se parte,

se raya

y se marchita.

Una historia de amor, mal contada.

[With You]

Soy Rosé, si, solo Rosé, me deshice de mi apellido hace mucho tiempo. No sé cuántos días habrán pasado para que encontrarás este lugar, espero no hayan sido muchos. Esta casa, es en donde solía vivir con mis padres, está un poco descuidada porque no me preocupaba por darle mantenimiento, igual no es como que alguien más, aparte de mí, viniera.

A este punto ya lo sabrás ¿No? era yo, quien controlaba al demonio de Laplace, pero dejemos eso para el final.

Quizá te preguntas sobre donde están mis padres o algo así; la verdad... es que me quedé sin nadie a mi lado. Desde que era pequeña siempre tuve problemas, mi madre me explotaba limpiando la casa, si encontraba una minúscula partícula de polvo, aparte de los golpes que recibía, tiraba agua y tierra del jardín para que volviera a empezar. Al hacer todo eso perdía mucho tiempo que podría haber invertido estudiando; si de igual forma iba a golpearme por sacar malas notas, hubiera ignorado sus regaños sobre la limpieza.

Cuando llegaba mi padre, me iba corriendo a mi habitación para esconderme bajo la cama. Te imaginarás como una discusión familiar afecta a un infante de tan solo 5 años de edad. Eso era mi día a día, violencia y discusión. Después de que mi madre sea golpeada, iba a buscarme, me sacaba a la fuerza y se desquitaba conmigo, golpeándome solo en las zonas que la ropa cubría, así al ir a la escuela, nadie notaría mis heridas. Terminaba sangrando y con un montón de moretones. Siempre decía que le arruiné la vida, que ojalá nunca me hubiera tenido; yo, ingenua, la perdonaba porque creía que decía eso por culpa de mi padre, siempre lo culpé.

Un día, fue demasiado; me dejó a punto de la muerte, un vecino que siempre observaba por la ventana, alcanzó a oír mis gritos, así que llamó a la policía. Entraron a la fuerza y me encontraron al final de las escaleras inconsciente. Mi padre había salido por cervezas así que solo detuvieron a mi madre.

Cuando desperté, estaba en un hospital. No recordaba con claridad lo que había ocurrido; tiempo después, el doctor se acercó, me revisó, hizo que me tomara unas pastillas y mientras ocurría todo eso, me explicaba lo sucedido.

Pasó la semana y mi salud iba mejorando. Me sentía muy sola, no tenía a nadie con quien contar, ni amigos, mucho menos familiares; mi padre, al parecer no fue encontrado, se sospecha que escapó de la ciudad; sin embargo, mi vecino se hizo responsable de los gastos e iba cada dos días a visitarme. Aunque no lo conocía de nada, fue la única persona que me brindó ayuda. Si no fuera por él, quizá habría perdido mi cordura hace mucho...

El doctor dijo que ya estaba mucho mejor, solamente me diagnosticó hacer un poco de rehabilitación ante cualquier problema. Desde ese día, el vecino dejó de venir. Lo único que me quedó, fue un peluche con forma de gato, el cual me había traído dos días atrás.

Cuando terminaba mi rehabilitación diaria, sin ninguna compañía, me sentaba en la esquina de la sala abrazando aquel peluche; sin decir una sola palabra, solo observando, sin querer hacer nada más. Sentía que no encajaba en ningún sitio, que si me acercaba a alguien mi presencia le molestaría e igual, todas las personas ahí eran mucho más mayores que yo. De qué me quejaba si no sería si quiera capaz de lograr una conversación.

Un día, fue diferente. Un nuevo paciente llegó a la sala de rehabilitación; yo, a lo lejos, lo observaba; era un niño de mi edad, o al menos eso me dijo la enfermera. Parecía tampoco tener a alguien y era rara la vez en que lo viera hablar. Su enfermera se percató de que lo veía, se acercó a mí y me indujo a acercarme. ¿Y sabes qué es lo más loco? Ese niño, eras tú. Me sentí aliviada al tener a alguien de mi edad con quien poder juntarme. Lo demás no creo que lo recuerdes, ni si quiera me reconociste cuando nos reencontramos en la biblioteca, aunque mi cabello era de otro color, pero... eso no importa. Yo nunca olvidaré aquel 12 de julio de 1992 en el que nos vimos por primera vez.

Fue la primera y última vez que estuvimos juntos; al siguiente día me enteré de que una familia cuidaría de ti, pero ya era tarde, ya no estabas y nunca más volviste a aquella sala.

Después, salí del hospital, nuevamente sola, hacia mi casa. El doctor dijo que una asociación gubernamental me daría lo necesario para poder sobrevivir, pero dime tú, ¿Qué podría hacer una niña de esa edad ante tal situación?. Llegué a mi casa, la misma en la que ahora estás, se sentía un gran vacío. La soledad puede ser horrorosa ¿Lo sabías? supongo que si. Subí a mi habitación y lloré toda la tarde.

Pasaron meses, mi madre terminó su condena, yo, feliz porque regresara, la estuve esperando todo el día al lado de la puerta, sin embargo, nunca más me volvió a dirigir la palabra. Desde entonces no fue capaz de hacer nada por sigo misma y yo, me dediqué a cuidarla, esperando que algún día me volviera a hablar.

El tiempo corría, ahora los años no duraban nada, con 15 años, trabajaba, estudiaba y cuidaba de mi madre, que ahora ni si quiera salía de su habitación; y así por los siguientes 3 años, repitiendo la misma rutina. Despertar, escuela, trabajar, ducharme, cenar y dormir. Así, sin parar. Siempre le dejaba el desayuno y la comida a mi madre en la entrada de su puerta, pero nunca la comía, hasta en la noche, yo misma iba con ella a darle de cenar con mis propias manos. Le daba porciones extra para recuperar lo que no comía.

Cuando cumplí 18, la policía irrumpió en mi casa. Al parecer una vecina se quejaba de los olores que provenían de aquí. En verdad hay gente que no puede atender sus propios asuntos.

Encontraron el cuerpo de mi madre sin vida, en estado de putrefacción, rodeado por centenares de platos con comida, en el mismo estado, que yo le había preparaba. Mi madre murió hace 3 años; todo ese tiempo estuve cuidando y alimentando nada más que un estúpido cadáver. Desde entonces, no quise volver a tener algo de mi familia; me deshice de todo, incluso mi apellido; fui a una estética y cambié el color de mi cabello, así pensé que sería más difícil que alguien me reconociera, solo quería dejar todo atrás.

Llegó el 11 de julio de este año, me acerqué al otro lado de la ciudad, necesitaba caminar, respirar, sentir el viento, despejar mi mente, y ya me había quedado sin comida, así que aproveché para ir de compras. Lo mismo de siempre, sopa instantánea y frituras, mi dieta balanceada. Cuando ya iba de regreso, te vi, aún con todos estos años, logré reconocerte; estabas sentado junto con quien parecía ser tu novia, se veían tan bien juntos, lástima que no me quedé mucho tiempo, bajé la vista y me fui. Mentiría si digo que no sentí nada, la verdad me deprimí, sentí como el viento ahora me generaba escalofríos y las calles soledad. Tuve envidia.

Ya se había oscurecido y yo aún estaba muy lejos de mi casa. No se me podía quitar de la mente aquella imagen tuya, sentía mucha impotencia. Lo lamento, soy patética...

Mientras caminaba observando el suelo, mi espalda se iluminó. Un destello de luz cubrió por completo a la ciudad, fue muy hermoso, y sé que tu también lo viste. Aquello no era un fuego artificial, lo vi con claridad, era una estrella. Con mi mente desordenada pedí un deseo, quería volver a pasar un día contigo... Desde ese momento, me convertí en un tipo de demonio de Laplace, controlando el tiempo, lo habido y por haber. Me propuse repetir aquel día una y otra vez hasta poder pasarlo contigo; pero, eras muy escurridizo, siempre, por alguna cosa o por otra, terminabas por irte, por alejarte. Y volvía a aquella esquina sola, ahora, abrazando al gato sonriente de Alicia, porque mi peluche fue desechado. Que necedad.

En este punto, ya sabrás como termina todo. Y aunque en este eterno bucle me he sentido de lado, ya no quiero seguir, estoy agotada. Cancelaré el efecto. No quiero que te sientas culpable o algo parecido, solo haz de cuenta que no existo, que en este día nunca existí.

Olvida aquel día sin mí y vive normalmente...

Mantenme en tu corazón y cuídate.

Rosé, la niña pelinegra que te habló en el hospital.

[Without You]

Me levanté y acerqué a la ventana. "Parece que comenzó a llover". Cerré la ventana y volví al colchón. Ya era tarde, cada minuto que pasaba había menos luz.

Mi necedad me había cegado, no me permitía ver lo que tenía delante. Que estúpido soy, mi mente se cerró, no pensaba otra cosa más que la verdad se relacionaba con Lucky, todo encajaba. Estaba seguro que la persona asesina de mis padres era el culpable de todo esto, pero... soy un inútil. Me odio, odio mi mente, me hace sobre pensar las cosas sin dejarme ver lo obvio. Ni si quiera yo sé, qué pasa por ella.

El sonido de la lluvia me hacía sentir solo; me quede quieto, sin decir nada, observando solamente el techo de aquella fría habitación. -Todo... fue mi culpa-. Al poco tiempo me quedé dormido.