Donde esta mi libertad

Casi todas las noches tengo ese mismo sueño, estoy en mi caballo, mi respiración agitada, justo cuando veo frente a mi la línea de meta estoy tan cerca... pero justo en ese momento, despierto, es la misma escena despierto en esta habitación de hospital las enfermeras llegan y revisan mi respiración luego llega el doctor y me pregunta como me siento, al principio le contestaba por que me importaba ser cortes pero la verdad ahora no me importa tanto, luego llega mi madre y me trae los mismos panqueques con fresas y miel, seguro ella espera que esto pueda compensar mi mañana, pero solo los como por complacerla, aunque ya ni puedo saborear nada a menos que sea picante o amargo, después de eso todos se van y me quedo mirando la televisión. Mi nombre es Tomas y llevo un año en tratamiento por cancer de pulmón, antes de esto practicaba equitación y era el mejor, pude haber tenido una beca en una prestigiosa escuela de no haber sido por mi enfermedad, aunque no puedo decir que mi vida era la mejor antes de esto... mis padres se divorciaron cuando tenía siete, y solo he visto a mi padre un par de veces desde entonces, esta tan ocupado con sus novias que ni siquiera se molesta para ver a su hijo con cancer, pero eso ya no me importa tanto... mi madre tampoco es la mejor, está ocupada en la oficina para pagar mi tratamiento o eso dice ella, mi tío Héctor parece ser el único que se preocupa por mi, él viene y me trae dulces aunque los doctores le dicen todo el tiempo que deje de hacerlo... él me escucha y me da consejos sobre cómo conquistar chicas, aunque yo se que nunca pondré en práctica esos consejos, cuando él se va normalmente paso mi tiempo leyendo a Stephen King, la verdad ni siquiera me molesto en ver el hospital ni hablar con los de más pacientes sé que solo hablarán de cómo se recuperan de sus enfermedades y vuelven a casa con sus familias, o de sus vidas deprimentes, pero las novelas de terror siempre están ahí para mi, cuando recién me diagnosticaron mis amigos solían visitarme pero claro ellos también tienen sus propias vidas y las pocas veces que venían solo hablaban de todas las novias que tenían y como les gustaba jugar con ellas... con el tiempo eso se volvió asqueroso hasta para mi, ni siquiera le encuentro sentido a esas cosas del amor y las relaciones, seguro ninguna chica en su sano juicio querría estar con un chico enfermo de cancer. Esta historia comenzó con una mañana igual a esa nada especial hasta que mi madre llegó con unas enfermeras, la verdad eso me sorprendió, ella nunca salía del trabajo a esa hora pero me dijo que ese día me cambiarían de habitación, claro me opuse pero eso ya estaba decidido, como sea estaba acostumbrado a no tomar decisiones por mi cuenta, me llevaron en cilla de ruedas por ese largo pasillo, podía ver enfermeras y parientes caminar por todos lados, cuando por fin llegue a mi nueva cama..