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CAPITULO 2

Estaba paralizada, no sabía cómo reaccionar, mi corazón está loco y no deja de latir tan rápido, es como si fuese una bomba a punto de estallar dentro de mí pecho, Lucas me toma de la mano y me arrastra hasta estar frente al hombre que me cogió como nunca antes nadie lo hizo, ni siquiera él aunque en realidad nunca tuvimos esa oportunidad.

—Ella es Maya, la chica de la cual te hablé.

Paso saliva cuando sonrió de lado —Así que tu eres la famosa Mey. Supongo que mi hijo... no mintió al hablar bien de ti.

Cuando tomó mi mano sin permiso mi cuerpo se estremece por completo, mi voz se había perdido porque estaba diciendo esto en doble sentido, "Lo que pasó anoche... ¡mierda!". Su mirada lasciva me hace hablarle a mi novio para olvidar que estaba aquí

—¿Estas bien?. —dijo Lucas al verme fijamente —Estas muy pálida.

Le dije que estaba bien para quitármelo de encima pero, su padre no me deja de observar en cada oportunidad que tuviera y lo hacía perfectamente bien ya que nadie se daba cuenta de la tensión que había entre nosotros por no decir en mi. No entiendo como demonios me estaba sucediendo esto, "de haberlo sabido, habría salido corriendo de esa habitación"

No me quitaba esos pensamientos de la cabeza ya que fui demasiado negligente al acostarme con un extraño, tomé el vaso con agua porque sentía mi garganta seca y le di un sorbo enorme porque deseaba que el tiempo se acabará aquí

—Debió haber sido una noche sorprendente.. para ambos.

El agua se fue por otro lado de mi cuerpo y estaba ahogandome, Lucas me ayudó y miró molesto a su padre diciendo que aún no llegamos a eso, mi cara se tornó tan roja como un tomate que me disculpe para poder ir al baño, prácticamente salí corriendo de esa situación y al estar sola con mi conciencia me di cuenta que estaba temblando demasiado

Lavé mi cara con suficiente agua, me miré al espejo y aun estaba roja de la vergüenza.

—¡Mierda, ¿Cómo puede decir eso con tranquilidad?! —murmuro cabreada —¡Dios...!

Cierro mis ojos y me apoyo contra la pared para calmar mi corazó, al sentir que estaba logrando un ritmo normal abrí los ojos para quedarme congelada como pedazo de témpano de hielo, mis ojos observan fijamente los suyos mientras siento que su pierna derecha se mete entre mis piernas subiendo mi vestido lentamente

—Así que la conejita tiene dueño...

—¿Qué... hace aquí?.. —Intenté escapar pero me lo impide al tomarme de la cintura con fuerza —¿Qué demonios?..

—¿Qué pasaría si mi hijo... supiera que... su dulce flor ya fue desflorada por su padre?. —mi piel se eriza totalmente cuando sujeta una de mis piernas y sube su mano hasta llegar a mis glúteos —Te ves... demasiado ansiosa.

—Esto no es correcto, vayase antes de que alguien...

Mis mejillas se ruborizan cuando me obliga a enrollar sus piernas en su cintura y al mismo tiempo profundiza un beso que me deja sin aliento, quería quitármelo de encima pero mi cuerpo sintió el extasis de la noche anterior al recordarlo con su beso.

—¿Acaso tienes miedo de alguien entre y nos vea de esta forma... o solo tienes miedo de que mi hijo nos vea así? —mis ojos le suplican que se marche pero solo sonríe de lado mientras baja las mangas de mi blusa y los tirantes de mi sostén —La puerta no tiene seguro. —susurra en mi oído —Cualquiera puede entrar en este momento. —mi mente se nubla cuando siento que hay algo duro rozando mi intimidad hasta que se libera.. —Puedo detenerme si es lo que quieres. —sonríe de lado —Es lo que pensé.

Fue una bomba de emociones lo que explotó cuando lo sentí, mi alma vibró deseando más, me aferro a él mientras silencia mi voz al sostener un beso tan voraz e intenso que me vi perdida en la locura del placer afrodisíaco que mi cuerpo estaba sintiendo

Inclino mi cuerpo hacia atrás y su mano me sujeta para que apegarse más a mi, su voz diciéndome lo que soy me vuelve loca y sonrió como una zorra que pide más en murmullos pero el me ordena no contenerme. Mi cuerpo se tensa cuando escucho personas pasando por la puerta, podrían escucharme, podrían entrar y verme pero aun así siento que mi cuerpo se excita mas al pensar en podrían descubrirnos

Me ordena poneme de pie, y me hace quedar de espaldas contra su cuerpo, suspiro cuando siento sus mordisqueos en mi espalda y sus dedos recorrer mi cuerpo, mi intimidad hasta terminar en un par de palmadas en mi trasero

—Nunca olvides que solo yo, podré verte de esta forma. Queda claro —estalla su mano en mi trasero más fuerte —No te escucho conejita

Obedecer no es lo mio, no quería darle esa satisfacción pero, cuando su mano me toma del cuello inclinando mi cuerpo hacia atrás mientras con la otra juega en esa parte sensible de mi cuerpo me hizo caer

—Si...

—¿Si, que?. —murmura exigente —Habla... —Aprieto mis labios porque no quería decirlo. —De acuerdo. —murmura y segundos después repite los movimientos con sus dedos en mi intimidad, trazar círculos hasta provocar que mis piernas fallezcan —Le he enviado un mensaje a mi hijo desde tu celular.

—¿¡Que!?... —mi corazón se detuvo —¿Porqué has hecho eso?..

Suelto un gemido cuando lo siento dentro y comienza a embestir, me toma de las muñecas y las coloca detrás de mi cuerpo embistiendo con más fuerza, mi cuerpo entró en calor como un volcán en erupción, estaba a punto de colapsar ya mis piernas no podían soportarlo, mi cuerpo vibra en sin fines de emociones que creía que me volvería loca y exijo más al apegar mi trasero a él para que aumente el ritmo

—¡¡Mey!!...

Mi alma abandonó mi cuerpo cuando escuché a Lucas del otro lado de la puerta, volteo a ver a su padre sobre mi hombro y el solo sonríe de forma malvada y continúa embistiendo.

—Será mejor que digas algo o de lo contrario... va entrar.