Carino entró a su habitación cerrando la puerta a su espalda, se echo sobre la cama y enterró su cabeza bajo una almohada.
Gruñó sin poder evitarlo, un sonido feo que nunca antes había salido de él.
Se sentía triste y molesto, sentía dolor y preocupación.
Sentía celos.
Hacia Breeze. La hembra había tenido sexo con Panther.
La idea de que Breeze conociera de esa forma a Panther lo enojaba, mucho.
Era la primera vez que se sentía celoso, sabía identificar el sentimiento al haber hablado con el doctor humano y también por haber leído un libro, era el mismo sentimiento que la protagonista había sentido cuando su novio había mirado a otra.
Pero no solo eran celos, sentía pena al recordar el dolor en la voz de su compañero cuando admitió haber sido usado, también estaba avergonzado al sentir celos a pesar de haber escuchado el mismo dolor en la voz de Breeze.
Sentía miedo, porque se daba cuenta que Panther podría elegir a cualquier hembra como compañera si quisiera. O macho.
«¿Soy malo?»
Carino sintió las lágrimas en sus ojos pero no las libero, no debía.
Recordó su conversación con Tammy, sobre que había sexo no doloroso.
Carino se sentó en la cama cuando su puerta se abrió, miró al hermoso macho que era su compañero entrar. Había preocupación en los ojos verdes.
—¿Estuviste apareado con Breeze? —preguntó antes que pudiera pensarlo.
Panther frunció el ceño.
—No, tuvimos sexo.
Carino sintió muchos, muchos celos. No le gustaba sentirlos.
—¿Preferirías convertir a ella o a otra hembra en tu compañera? Con una hembra si tendrías sexo, podrías aparearte.
—No, te quiero a ti.
—¿Una hembra no es mejor?
—No si yo te quiero a ti.
Carino bajó la mirada.
—Estoy celoso, de ella.
—No lo estés, no la quiero, nunca la quise, si estuvimos juntos fue porque fuimos obligados, en su celo se le encerraba conmigo, Breeze no fue la única hembra con la que estuve, ninguna me quiso, ni yo a ellas… Fue hace mucho tiempo.
—¿Te dolió?
Panther lo pensó un segundo, entonces tocó su pecho. Encima de su corazón.
—Aquí si.
—Tu… tu podrías tener a cualquier hembra o macho como compañero si quisieras, porque eres bueno y hermoso.
Panther sonrió, no le creía, lo molesto que no pensara de mismo así.
—Ya te lo dije, Carino, yo te quiero a ti como mi compañero.
Carino suspiró al sentir su pecho cálido.
—Y yo a ti.
Panther se sentó en la cama y extendió su mano, Carino la tomó entrelazando sus dedos.
—No me gusta que me evites…
Panther asintió.
—Lo sé, lo siento. No volveré a hacerlo.
Carino se acercó más a él y beso su mejilla, un segundo después Panther besó su frente.
—Te quiero —respiró contra su piel.
Miró los ojos verdes que le parecían preciosos al igual que todo en el otro macho y suspiró contento, Panther sonrió y frotó sus mejillas.
—También te quiero.
Solo escuchar esas palabras lo hacía sentir increíblemente especial y feliz.
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Panther escuchó a su compañero fuera del baño, lo escuchó ir y venir en el pasillo mientras salía de la ducha.
Confundido por eso, esperó por si Carino decía algo, sabía que no quería entrar al baño, pues había sido el primero en tomar una ducha, se secó y vistió para salir.
Encontró a su compañero nervioso, también sonrojado, algo pasaba, pero no sabía que. Era un comportamiento diferente a los últimos días.
Después de cenar, Carino había comenzado a comportarse extraño.
Panther estaba contento, había arreglado las cosas con su pequeño compañero, y ya no se sentía preocupado. Divertido, se acercó y frotó su mejilla contra la de Carino, besó su sien antes de retirarse.
—¿Qué pasa mi pequeño compañero?
Carino abrió y cerró la boca varias veces, se movió casi saltando sobre sus pies.
—¿Quieres ir al baño otra vez?
Carino negó, sus mejillas estaban rojas, olía aún más dulce de lo usual, rió y volvió a acercarse para frotar sus mejillas.
—Quiero dormir contigo…
Panther lo cargó y pegó contra su pecho con cuidado, sonrió contento por la petición.
—Si, mi cama es más grande.
Carino rió aferrándose a sus hombros, Panther sintió cálido su interior por ese sonido, besó su mejilla y entró a su habitación dejando la puerta abierta, depositó a su compañero sobre la cama con cuidado, se acostó tras él para estrecharlo entre sus brazos.
Captó el aroma dulce de su aún húmedo cabello y piel, movió su cabello, fue más allá tentado, olfateando y besando su nuca, Carino siempre olía muy bien, pero ahora por alguna razón olía aun mejor.
«Su olor es dulce, ¿sabrá también así?»
Antes de saber lo que estaba haciendo, Panther pasó la lengua por la nuca de su compañero.
A él le pareció dulce. Ronroneo y volvió a lamer la suave y un poco dorada piel.
Carino dejó salir un gracioso y tierno chillido mientras saltaba, un momento después estaba completamente quieto.
Panther se lamentó, había asustado a su compañero.
Se retiró.
—Lo siento.
Carino se giró y negó, sus mejillas rojas, Panther quiso morderlas.
—Me gusta… mucho.
Tragó saliva.
—Bien.
Agachó su cabeza, Carino expuso inmediatamente su cuello, Panther olfateo y entonces lamió la extensión de piel con gusto.
Escuchó al otro macho suspirar, volvió a pasar su lengua y al final besó con la boca abierta su cuello, Carino respondió gimiendo.
Su compañero olía bien, sabía aún mejor.
Panther besó su barbilla, segundos después su boca, cuando Carino lamio y separó sus labios, Panther quiso introducir su lengua y…
«Alto». Respiró con fuerza alejándose, al moverse se dio cuenta de como su pene comenzaba a estar duro.
«Prometí no lastimarlo, no debo querer sexo».
—Panther —susurró su pequeño macho, también alejándose—, hablé Tammy antes, hable con ella sobre el apareamiento.
Parpadeo.
—¿Oh?
—Ella dice que no todo el sexo es doloroso, que hay muchas formas de sexo, que podemos aparearnos si somos cuidadosos…
—No. —Panther se sentó y dejó la cama.
Carino también se sentó.
—¿No?
—No te haré daño, nunca.
—No sería sexo doloroso, sería sexo cuidadoso y-
—No —gruñó, pensando en lo que había pasado la última vez.
Carino bajo la mirada.
—Mmm, bien.
Escuchó el dolor en su voz, minutos después vio sus hombros agitarse, alarmado volvió a la cama y levantó la barbilla de su compañero, encontró lágrimas cayendo por sus mejillas.
Confundido preocupado se apresuró a preguntar.
—¿Por qué?
—Quiero ser un buen compañero, quiero aparearme contigo —susurró—, perdón por llorar.
Panther lo atrajo hacia si, abrazándolo.
«Volví a lastimarlo», se lamentó.
—No pidas perdón, no llores mi Carino, no quiero lastimarte.
—Si somos cuidadosos no lo harás —dijo apartándose y limpiando sus ojos—, usa el regalo de Tammy.
Panther dudo, Carino parecía convencido, al final suspiró y asintió, también quería intentarlo a pesar de su miedo. Deseaba intentarlo, se apartó para tomar la botellita de lubricante de un cajón, volvió a la cama recordando las palabras de la compañera de Valiant.
—Voy a prepararte… necesito que te quites los pantalones.
Carino se sonrojo y abandonó la cama, luego de segundos se deshizo de la camisa y pantalones, desnudo miró alrededor confundido.
—¿Piso?
Panther negó y no quiso pensar en lo que eso significaba, solo quería hacer sentir bien a Carino.
—Cama, sobre tu espalda.
Su compañero lo miró sorprendido, pero asintió.
Valiant le había dicho que no tenía porque montar a Carino, que había muchas posiciones para el sexo, mejores y más satisfactorias, como hacerlo mirándose a los ojos, esperaba el macho tuviera razón. No quería recordarle a Carino a aquel hombre otra vez.
Dejando la botella en la cama, se desnudo viendo a Carino, acercándose dobló las piernas de su compañero y también las separó, vio el rostro del especie enrojecer tiernamente, a pesar de todo no había miedo en sus ojos color miel.
—Eres muy valiente mi pequeño compañero. —Bajó su rostro y cuerpo besando el muslo de Carino.
Su compañero saltó y solo lo miró, esperando.
Panther se tomó el tiempo para apreciar lo hermoso que era Carino, le gustaba mucho el cuerpo delgado del otro macho, mucho.
Y podía decir lo mismo observando la mirada apreciativa de su compañero.
Panther tomó la botella, abriéndola vacío un poco del liquido en sus dedos, con lentitud los llevó hacía el hermoso trasero de su compañero.
—Voy a comenzar.
Carino asintió. Panther tocó su pequeña entrada con suavidad, Carino saltó.
—Frío.
—Lo siento.
Panther introdujo un solo dedo dentro de Carino, lo vio hacer una mueca, pero no le dijo que lo sacara, Carino estaba tenso, apretado, caliente. Esperó pacientemente, al sentirlo relajar comenzó a mover ese dedo.
Muchos minutos después su compañero lo alentó a introducir otro, se mantuvo quieto, con dos de sus dedos en el interior de Carino.
Observó atentamente el rostro del pequeño macho buscando algún gesto que le hiciera saber si lo incomodaba, no encontró nada más que curiosidad.
Comenzó a mover esos dedos, tiempo después agregó otro, Carino saltó y dejó salir un grito de sorpresa no de dolor, con más lubricante Panther decidió agregar otro más pasado otro buen rato, esperó y movió sin quitar la mirada del rostro de Carino, buscando dolor o miedo, no había nada más que interés, esperanza y emoción.
Su compañero respiraba con fuerza igual que él, lanzando la botellita a alguna parte, Panther colocó su mano libre en el muslo de su compañero y acarició.
Carino suspiró y lamio sus labios, retiró con cuidado sus cuatro dedos para inclinarse y besar a su compañero, un beso lleno de gratitud, lleno de la misma emoción y esperanza que transmitían los ojos color miel.
—¿Vas a meterlo ya?
Panther besó su cuello muchas veces, también su pecho, lamio y chupo sus pezones sin poderse resistir, la piel de su compañero era dulce, le fascinaba, escuchó a Carino gemir de gusto.
—¿Si?
Carino lo miró con confianza.
—Si.
Panther trago saliva, tomó la base de su pene y lo acercó a la entrada de Carino, con cuidado comenzó a introducirse dentro de su caliente, apretado y suave compañero.
Panther gruñó en apreciación por lo perfecto que sentía estar dentro de Carino, Carino gimió de placer y solo lo miró esperanzado, con amor.
Carino era el único que alguna vez lo había visto asi, hacía que su corazón latiera aún más de prisa.
No se movió inmediatamente, permaneció quieto respirando con fuerza hasta que Carino fue quién busco moverse, Panther apretó su agarre en la cintura de Carino, respiró saliendo con cuidado de su compañero antes de volver a entrar con el mismo cuidado.
«Es perfecto». Ambos jadearon sin aliento.
Gruñó de placer y repitió el movimiento, Carino gimió con los ojos muy abiertos de asombro, Panther sentía lo mismo ante las sensaciones maravillosas que lo embargaban.
Carino entonces sonrió feliz, en el siguiente movimiento bajó su cuerpo a su encuentro, Carino movió las manos sobre su pecho, se aferró a sus hombros, Panther aplicó mayor fuerza, Carino asintió gimiendo con entusiasmo.
«Tan bueno». No se parecía a nada que hubiera sentido antes.
—Me gusta —jadeo Carino—, me gusta, Panther, más.
Él le dio más, más y más, con mayor fuerza, pero también con cuidado, apretó sus manos en su cintura, vio el pene de Carino duro y gotear, gruñó de placer y continuó moviéndose, vio el asombro, el placer en los ojos de su compañero, sus ojos casi brillaban de alegría.
El corazón de Panther parecía temblar ante la vista de su compañero, tan lindo, tan precioso, sonrió escuchando sus gemidos, sus jadeos de placer, escuchó su nombre ser gritado, y él también gimió y gruñó el nombre de su compañero, entrando y saliendo una y otra y otra vez. Disfrutando tanto que casi lloro.
El interior de Carino era apretado, caliente y suave. Maravilloso.
Un ronroneo retumbó en su pecho debido al placer, su pecho se apretó ante la vista de su pene dentro del otro macho, completamente cautivado vio y sintió a Carino venir, le pareció hermoso, increíble.
Perfecto.
Posicionándose encima de él, sin dejar de ver los ojos color miel, Panther lo siguió con fuerza sin salir de su interior. La combinación de sus aromas que demostraba ahora se pertenecían el uno al otro lo hizo sentir como nunca antes, tan feliz y complacido.
Aún unidos, miró a Carino mojar sus labios, su pequeño compañero parecía asombrado, aliviado, su mirada solo transmitía admiración y felicidad.
Se sentía exactamente igual. Lo levantó, atrayéndolo hacia sí para besarlo, frotó su mejilla sobre la de su compañero y lo escuchó ronronear mientras le rodeaba el cuello con los brazos, ambos se miraron fijamente sin querer separarse.
—Otra vez. —Carino pidió sin aliento, sus ojos mirándolo con deseo y amor.
Panther gruñó en acuerdo.
— Si, mi pequeño compañero, otra vez.
FIN.
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Esto no fue muy profundo, solo fluff.
Por si se preguntaba alguien, Panther tiene 25 años. Carino 22. Carino fue regalado a los 17. Panther inicio todo "eso" a los 17. Detalles dolorosos que se debían conocer.
Muchas gracias por leer.