Oreki se levantó temprano. Este sería su tercer día en la escuela. Se dirigió a la heladera, esperando encontrar algo para desayunar. Al abrirla, se dio cuenta de que estaba completamente vacía.
Con un suspiro, fue a revisar los muebles. Para su sorpresa, también estaban vacíos.
"¿Cómo pude olvidarme de hacer las compras?", pensó, dándose cuenta de que ahora que vivía solo, no había nadie más para completar sus necesidades diarias.
Oreki se rascó la cabeza y decidió que hoy, después de clases, tendría que ir a comprar esas cosas esenciales que tanto le faltaban.
---
Durante las clases, Oreki no podía dejar de pensar en su despensa vacía. Mientras el profesor explicaba ecuaciones en la pizarra, su mente divagaba hacia listas de compras y recetas sencillas.
"Leche, pan, huevos, café," repetía mentalmente, intentando no olvidar lo básico. "Quizás algo de ramen instantáneo también."
Después de clases, Oreki salió del edificio con una determinación poco común en él. "Hoy, voy a hacer las compras," se dijo a sí mismo, casi como un mantra.
Justo cuando estaba saliendo del salón, una compañera lo llamó. Esta era Ichinose Honami, conocida como el "Ángel de la clase".
"¿Tienes planes para después?", preguntó Ichinose.
"Sí, voy a hacer las compras", respondió Oreki.
Ichinose asintió con interés y luego se le ocurrió una propuesta. "Ah, entiendo. ¿Te gustaría unirte al chat grupal que creamos ayer?"
Oreki frunció ligeramente el ceño, no muy familiarizado con la tecnología social. 'Bueno, la verdad es que... no sé mucho sobre aplicaciones sociales', pensó Oreki, sintiéndose incómodo.
Ichinose parecía sorprendida por un momento, pero luego su expresión cambió a una de comprensión y empatía. "Oh, lo siento. ¿Es por alguna razón en particular? ¿Quizás alguna dificultad para hacer amigos?", preguntó Ichinose con lástima.
Oreki negó con la cabeza con un suspiro leve, resignado ante otro malentendido potencial. "No, no es eso", respondió Oreki en voz baja.
Finalmente, Sin entender porque su cuerpo se movió involuntariamente. sacó su teléfono y se lo entregó a Ichinose. Ella procedió a agregar su número y lo incluyó en el grupo, mientras Oreki observaba su mano con cautela.
Ichinose notó que Oreki no llevaba su mochila habitual y su curiosidad le ganó. "¿Por qué hoy no llevas tu mochila?", inquirió Ichinose.
"Es demasiado pesada... me cansa mucho llevarla", respondió Oreki.
Ichinose se preocupó por su bienestar académico. "¿Y qué hay de tus notas? ¿Cómo planeas estudiar sin tus materiales?", preguntó Ichinose con preocupación.
"No te preocupes por eso. Puedo seguir la clase sin problemas. Siempre logro mantenerme por encima del promedio", respondió Oreki con confianza.
La confianza de Oreki sorprendió a Ichinose, quien se acercó involuntariamente a él, admirándolo. "¿Por encima del promedio? Debes ser muy inteligente", dijo Ichinose con admiración.
Oreki se sintió incómodo con la cercanía repentina y la atención que atraía. "No es gran cosa...", respondió Oreki, moviendo su cabeza hacia un lado con un leve sonrojo en su rostro.
Ichinose negó con la cabeza y su expresión se llenó de admiración mientras tomaba suavemente las manos de Oreki, tratando de motivarlo con sinceridad. "No deberías menospreciarte así. Muy pocos estudiantes pueden hacer lo que tú haces. Incluso yo, que tuve notas altas en todas las materias, tuve que esforzarme mucho", dijo Ichinose con sinceridad.
La vergüenza de Oreki aumentó al sentir las miradas curiosas de sus compañeros. Intentó liberar sus manos educadamente. "Gracias por tus palabras, pero realmente debo irme a hacer las compras...", dijo Oreki, tratando de escapar de la situación incómoda.
Con una sonrisa comprensiva, Ichinose notó el leve rubor en las mejillas de Oreki. "Parece que tienes un poco de fiebre. Cuídate mucho, ¿de acuerdo?", dijo Ichinose con una sonrisa cálida.
Oreki asintió rápidamente y se alejó, aliviado de haber evitado otro momento incómodo. Desde lejos, vio a Ichinose observándolo con una sonrisa antes de desaparecer de su vista.
---
De camino al supermercado, pensaba en cómo se las arreglarían otros estudiantes viviendo solos. "¿Todos tienen este tipo de problemas?", se preguntó. "¿O soy el único que se olvida de cosas básicas como comprar comida?". En ese momento recordó lo que había pasado hace un momento con su compañera." ¿Y que pasa con la habilidad social de Ichinose? sabía que era un imán de personas, pero que mi mano se mueva inconscientemente es realmente aterrador".
Entrando a la tienda de conveniencia.
Agarró unas bolsas de plásticos y fue a buscar sus necesidades
---
Mientras hacía las compras, Oreki notó a una chica con el pelo largo y morado, adornado con una orquídea, que se estaba metiendo unas botellas de cerveza en su bolso. Intrigado, decidió observarla un poco más.
La chica estaba a punto de salir de la tienda cuando Oreki, con rapidez, le agarró de la muñeca para evitar que escapara.
"Tienes que pagar eso," le dijo firmemente. "Hay cámaras y te pueden sancionar o, peor, expulsar."
La chica, sorprendida y visiblemente nerviosa, devolvió las cervezas a su lugar en los estantes. Oreki la acompañó fuera de la tienda, y caminaron en silencio hasta un banco cercano donde se sentaron.
"Gracias por no denunciarme," dijo la chica finalmente, con voz temblorosa.
"¿Cómo te llamas y de qué clase eres?" preguntó Oreki, mirándola con curiosidad.
"Soy Kamuro Masumi y estoy en la clase A," respondió, evitando su mirada. "¿Y tú?"
"Oreki Houtarou, estoy en la clase B," dijo él, con una leve sonrisa. "Tengo una propuesta para ti."
"¿Propuesta?" Kamuro lo miró con desconfianza.
"No te denunciaré si haces algunas cosas por mí," explicó Oreki. "Nada ilegal, solo necesito ayuda con algunas tareas y recados. ¿Trato hecho?"
Kamuro, aunque dudosa, asintió lentamente. "Está bien. Trato hecho."
"Antes que nada, ¿sabes acerca de las reglas de la escuela?" Preguntó Oreki para ver si la clase A estaba a un nivel diferente. Al ver la expresión de Kamuro, supo que ella estaba al tanto de las reglas.
"Oh, así que lo sabes. ¿O lo saben todos en tu clase?" Curioso, Oreki notó un cambio de expresión cuando mencionó a la clase. 'Así que toda la clase A ya lo sabe,' pensó para sí mismo.
"No te puedo decir las reglas, si eso es lo que quieres saber," dijo Kamuro con una expresión de preocupación.
"No te preocupes, ya conozco las reglas, o la mayoría. Entiendo que nuestras clases están en una clasificación cercana, lo cual es arriesgado para tu clase," asintió, comprendiendo la otra parte.
"Pero yo quiero vender la información a la clase D, y tú, Kamuro-san, has sido seleccionada para hacer el trato entre clases."
Kamuro estaba pensando: 'No debe ser un problema venderle esta información a la clase D. Es muy probable que, aunque lo sepan, no consigan ni siquiera 300 puntos.'
"Bueno, si es la clase D, acepto, pero igual, aunque les diga, no creo que lo acepten, no tengo pruebas ni nada por el estilo," dijo con dudas sobre si el plan saldría bien.
Oreki sonrió, satisfecho. "Perfecto. Empezamos en dos días después de clases. No te preocupes, no será nada complicado."
Kamuro asintió de nuevo, todavía un poco nerviosa, pero aliviada de no enfrentarse a consecuencias más graves. Oreki, por su parte, se sintió contento de haber resuelto la situación de manera beneficiosa para ambos.
-----
De camino a casa después de hacer las compras, Oreki reflexionaba sobre el encuentro con Kamuro. 'Es interesante cómo todos aquí tienen sus propios secretos y estrategias,' pensó. 'Pero eso también significa que puedo usar sus debilidades a mi favor.'
Al llegar a su apartamento, Oreki se dio cuenta de algo importante: no tenía bolsas reutilizables y había terminado con una pila de bolsas de plástico.
"Bueno, al menos tendré bolsas para la basura," pensó con sarcasmo mientras comenzaba a guardar los productos.
Se dirigió a la cocina y abrió la heladera. Empezó a colocar los productos uno por uno, sintiendo una extraña satisfacción al ver los estantes llenarse.
"Por fin, algo de orden en mi vida," pensó mientras colocaba cuidadosamente los huevos en la bandeja.
A medida que iba organizando, recordó la vez que accidentalmente rompió una botella de leche en casa de sus padres. "Mejor ser cuidadoso con esto," se dijo, tratando de no repetir el accidente.
Finalmente, después de guardar todo, Oreki se permitió un pequeño descanso. Se recostó en el sofá, sintiéndose extrañamente satisfecho.
"Misión cumplida," pensó, cerrando los ojos. "Ahora, a esperar el próximo desafío."
Con una sonrisa, cerró los ojos, permitiendo que la fatiga del día lo envolviera. Aunque ser independiente tenía sus dificultades, Oreki sabía que para que Kamuro tenga la atención de varios alumnos de la clase D ,necesitaba plantar una semilla para que levantar la curiosidad de la mayoría de la clase,
Pero eso sería algo para otro día.
-----