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Ceciro llegó al primer piso del Dungeon, un lugar que ya le era familiar. Las paredes de un azul claro, que casi brillaban bajo la tenue luz mágica del lugar, le daban al entorno una apariencia casi serena, pero él sabía bien que esa tranquilidad era engañosa. Aunque este piso era uno de los más seguros del Dungeon, también era una trampa mortal para los aventureros desprevenidos.
Recordaba cómo apenas un día antes había masacrado a 50 goblins en estos mismos pasillos para actualizar su sistema. Ahora, mientras caminaba por el Camino del Inicio, un amplio pasillo frecuentado por los aventureros novatos, no podía evitar sentir que este lugar ya no tenía desafíos para él. Sin embargo, Ceciro sabía que no debía subestimar al Dungeon. La familiaridad podía ser un enemigo tan peligroso como cualquier monstruo.
El sonido de pequeños pasos resonó a lo lejos, interrumpiendo sus pensamientos. Goblins y Kobolds, las criaturas más comunes en estos pisos, se acercaban. Aunque estos monstruos eran considerados un desafío menor para los aventureros de nivel 1 con habilidades en los estados de I a H, Ceciro los veía como una oportunidad más para afinar sus habilidades y probar su nuevo poder.
Con la espada en mano, Ceciro se preparó para el combate. La primera criatura en aparecer fue un goblin, de piel verdosa y ojos llenos de odio. Ceciro lo despachó con un solo golpe, su espada cortando el aire con precisión. Dos Kobolds surgieron detrás, con sus colmillos al descubierto. A pesar de su velocidad y agresividad, no fueron rivales para Ceciro. Un giro rápido, un corte horizontal, y los dos cuerpos cayeron al suelo con un golpe seco.
El Camino del Inicio se llenó rápidamente con los cuerpos de los monstruos caídos. Para Ceciro, no era más que un recordatorio de su creciente poder. Con cada combate, su sistema registraba las muertes y calculaba la experiencia ganada, avanzando hacia la próxima mejora.
**"Felicidades, has completado la misión 'Limpiar el Primer Piso'. Recompensas: 500 XP, 10 puntos de habilidad."**
El familiar sonido de un "Ding" resonó en su mente, notificándole que había cumplido su tarea. Sin embargo, Ceciro no se detuvo a celebrar. Había aprendido algo valioso desde su llegada a este mundo: el poder no es algo que se disfruta, sino algo que se utiliza. Y él estaba decidido a usar cada onza del suyo para sobrevivir.
Miró hacia el final del pasillo, donde las escaleras descendían al segundo piso del Dungeon. Sabía que su verdadero desafío aún estaba por venir. Guardó su espada y comenzó a caminar en esa dirección, con la determinación de alguien que ya ha decidido su destino.
El primer piso del Dungeon, con sus paredes de azul claro y sus monstruos menores, ya no tenía nada para ofrecerle. Su vista estaba puesta en desafíos mayores, en la conquista del Dungeon, y en su camino hacia el poder absoluto.
Mientras avanzaba, la oscuridad del Dungeon parecía abrazarlo, como si reconociera a un depredador entre sus sombras.
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Ceciro continuaba descendiendo por las escaleras hacia el segundo piso del Dungeon, su mente analítica repasando los sucesos recientes. A pesar de que ya había enfrentado a varios goblins el día anterior, su pensamiento estaba ahora enfocado en algo más: los 10 puntos de habilidad que había ganado.
**"¿Puntos de habilidad?"** pensó para sí mismo, recordando cómo funcionaban en los videojuegos que solía jugar en su vida anterior. Sabía que estos puntos eran fundamentales para mejorar sus atributos, pero quería estar seguro de que funcionaban como él esperaba en este mundo.
Sin detenerse ni mostrar ninguna expresión que pudiera delatar su atención dividida, Ceciro se concentró en comunicarse mentalmente con el sistema, evitando cualquier gesto o movimiento que pudiera levantar sospechas. **"¿Esos puntos son como en los juegos? ¿Puedo distribuirlos para aumentar mis estadísticas?"** pensó, esperando la respuesta del sistema.
La voz del sistema resonó en su mente, clara y directa. **"Correcto. Los puntos de habilidad pueden ser distribuidos para mejorar tus atributos o habilidades específicas. Tienes un total de 10 puntos de habilidad disponibles. Estos pueden ser asignados a fuerza, defensa, agilidad, destreza o magia. Cada punto incrementará el atributo en un valor determinado."**
Ceciro asintió internamente, confirmando que su intuición era correcta. Podía usar estos puntos para fortalecerse, y sabía exactamente cómo proceder. Pero no era el momento de hacerlo ahora; aún tenía que evaluar el entorno y sus necesidades inmediatas.
**"No hay prisa,"** pensó mientras seguía descendiendo. **"Puedo distribuirlos cuando realmente lo necesite. Por ahora, es mejor seguir avanzando y analizar la situación del segundo piso antes de hacer cualquier cambio irreversible."**
Guardó la información en su mente, sin permitir que ningún rastro de su reflexión apareciera en su rostro. Ceciro sabía que en este mundo había seres, tanto dioses como humanos, con habilidades sensoriales excepcionales. No podía permitirse el lujo de mostrarse desprevenido o de dejar que otros adivinaran sus pensamientos.
Con su mente centrada y sus sentidos alerta, llegó finalmente al segundo piso. Las paredes de un azul pálido lo rodeaban, el aire denso y cargado con la energía del Dungeon. Recordaba bien las criaturas que rondaban este nivel: goblins y kobolds. Monstruos que ya había enfrentado, pero que aún representaban un desafío para un aventurero novato.
**"Es hora de ver qué puedo hacer aquí,"** pensó, dejando que una pequeña sonrisa se formara en sus labios mientras se preparaba para enfrentar lo que el Dungeon le tenía reservado.
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Ceciro descendió las escaleras que conectaban el primer y segundo piso del Dungeon. Mientras lo hacía, su mente estaba enfocada en la reciente conversación con el sistema, que le había aclarado cómo funcionaban los puntos de habilidad y la forma en que podía mejorar sus estados.
Al llegar al segundo piso, se tomó un momento para observar su entorno. Las paredes seguían siendo de un azul claro, pero había una sensación diferente en el aire. El peligro se sentía más palpable, como si el Dungeon estuviera preparándose para lanzarle un desafío mayor.
*Aquí es donde la verdadera prueba comienza,* pensó mientras avanzaba con cautela, consciente de que los monstruos en este nivel podrían ser más fuertes y numerosos.
Mientras exploraba el segundo piso, se encontró con un par de kobolds, criaturas un poco más grandes y ágiles que los goblins. Con movimientos rápidos, Ceciro los enfrentó, esquivando sus ataques y contraatacando con precisión. En medio de la pelea, notó otro *ding* en su mente:
**[Agilidad +1]**
El aumento de agilidad le permitió moverse con mayor fluidez, esquivando los ataques de los kobolds y atacando en el momento preciso. Tras derrotar a las criaturas, sintió otra notificación:
**[Fuerza +1]**
Ceciro observó los cuerpos de los kobolds disolverse en polvo, tal como había sucedido con los goblins el día anterior. Aunque algunos dejaban tras de sí dientes o armas rudimentarias, Ceciro estaba más interesado en cómo su cuerpo y habilidades estaban evolucionando a través de estas batallas.
Consciente de que necesitaba seguir avanzando y probando sus habilidades, Ceciro se adentró más en el segundo piso. Mientras corría para reposicionarse antes del próximo combate, sintió un ligero aumento en su agilidad, algo que confirmó cuando el sistema le notificó nuevamente:
**[Agilidad +1]**
*Definitivamente, puedo mejorar mis estados no solo asignando puntos, sino también entrenando directamente en combate,* pensó mientras avanzaba con confianza.
Finalmente, llegó a una zona relativamente segura donde decidió tomar un breve descanso. Aún no había utilizado magia, y sabía que era un recurso valioso que debía explorar. Sin embargo, decidió dejarlo para después, enfocándose primero en enfrentar los monstruos del segundo piso y entender mejor cómo funcionaban sus habilidades.
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Ceciro, aún sintiendo la adrenalina del combate reciente, se encontraba en un rincón del dungeon que le parecía seguro, al menos por el momento. Era un pequeño respiro antes de enfrentarse nuevamente a los horrores que acechaban en los niveles inferiores. Decidió aprovechar ese instante para revisar su sistema y ver cuánto había avanzado desde su última batalla.
**Vista en Primera Persona:**
Abrió la interfaz mentalmente, observando los progresos que había hecho en sus estados. La sensación de logro le trajo una satisfacción silenciosa; cada punto ganado se traducía en una mayor probabilidad de supervivencia. Su agilidad había mejorado levemente, un pequeño pero significativo incremento que marcaba la diferencia en su capacidad para esquivar los ataques de los monstruos.
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**Estado del Sistema Actualizado**:
- **Nombre:** Ceciro
- **Nivel:** 2
- **Experiencia:** 500/1000
- **Puntos de Estado:** 20
**HP:** 30
**MP:** 11
**Atributos:**
- **Fuerza:** 11
- **Defensa:** 10
- **Agilidad:** 11
- **Destreza:** 10
- **Mana:** 1
- **Suerte:** 10
**Habilidades:**
- **Mente de Jugador (Pasiva)**
- **Cuerpo de Jugador (Pasiva)**
- **Cocina (Principiante)**
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A continuación, dirigió su atención al minimapa en la esquina superior derecha de su visión. El pequeño mapa parecía útil, pero de repente, una idea le cruzó la mente: *¿Y si pudiera agrandarlo?*
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**Vista en Tercera Persona:**
Ceciro se concentró en el minimapa y, como si respondiera a sus pensamientos, la imagen se expandió frente a él, transformándose en un holograma 3D detallado que mostraba los lugares por los que había pasado en este piso del dungeon. Podía ver claramente los corredores que había explorado y las habitaciones en las que había luchado.
A su izquierda, notó una flecha hacia arriba y, con un pensamiento, la "pulsó". De inmediato, aparecieron dos opciones: "Primer Nivel" y "Superficie". Ceciro probó ambas.
Al seleccionar "Primer Nivel", el mapa se reconfiguró, mostrando el diseño del nivel en el que se encontraba, incluyendo los caminos que había tomado. El detalle era impresionante, como si pudiera ver cada piedra y grieta que había pasado.
Luego, al seleccionar "Superficie", el mapa cambió nuevamente. Esta vez, mostró una vista en 3D de Orario, la gran ciudad que rodeaba la Torre de Babel. Sin embargo, notó que gran parte de la ciudad estaba oscura en el mapa, probablemente porque eran zonas que aún no había visitado.
Mientras examinaba el mapa de la ciudad, su atención se dirigió a dos puntos azules, uno de los cuales estaba marcado con el nombre "Hestia" y el otro con "Misha". Esto le dio un extraño sentido de tranquilidad; al menos sabía dónde estaban aquellas en quienes confiaba. Sin embargo, también notó un grupo de puntos rojos con nombres enigmáticos, marcados con signos de interrogación, que se movían por la ciudad. Esta visión lo hizo fruncir el ceño. *¿Quiénes serían esos individuos?* Su instinto le decía que debía estar en guardia.
Cerró el mapa con un pensamiento, volviendo a concentrarse en su entorno inmediato. Sabía que no podía quedarse quieto por mucho tiempo. El dungeon tenía vida propia, y quedarse quieto significaba invitar a la muerte.
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Ceciro, con su visión estratégica, decidió aprovechar al máximo el minimapa que había descubierto. Le pidió al sistema que lo mantuviera visible pero más transparente, para que pudiera ver a través de él y no ser sorprendido por algún enemigo mientras avanzaba por el segundo piso del dungeon.
Mientras exploraba, eliminaba a cada goblin y kobold que se encontraba en su camino, notando cómo el porcentaje de la zona completada iba incrementando en la esquina superior derecha de su minimapa. Ahora el indicador marcaba un 59%, lo que significaba que había explorado más de la mitad de esta área del dungeon.
En medio de su avance, recibió un mensaje del sistema acompañado por un sonido familiar:
**"¡Ding! Has alcanzado el Nivel 3."**
Ceciro se detuvo un momento, abriendo su ventana de estado para confirmar la actualización. Allí estaba, el número tres al lado de su nivel, una prueba de su progreso y esfuerzo.
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### Estado del Sistema
- **Nombre:** Ceciro
- **Nivel:** 3
- **HP:** 120/120
- **MP:** 12/12
- **EP:** 20
- **Fuerza:** 12
- **Defensa:** 10
- **Agilidad:** 11
- **Destreza:** 10
- **Magia:** 10
- **Suerte:** 10
- **Habilidades:**
- **Mente de Jugador (Pasiva)**
- **Cuerpo de Jugador (Pasiva)**
- **Cocina (Principiante, 2/4)**
- **Puntos de Estado:** 20
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Ceciro se encontraba en una posición estratégica, usando su visión periférica para mantenerse alerta mientras recorría el segundo piso del dungeon. Sentía el peso de las decisiones que había tomado hasta ahora y la importancia de cada punto que distribuía en sus estados. Sabía que cada elección lo acercaba más a su objetivo, y no podía permitirse el lujo de errar.
Mientras avanzaba, Ceciro notó que sus puntos de estado acumulados estaban listos para ser asignados. Había estado considerando cuidadosamente dónde invertirlos. Pensó en la importancia de la suerte en un mundo donde el azar podía significar la diferencia entre la vida y la muerte. La suerte no era solo un estado trivial; podía influir en todo, desde la aparición de enemigos hasta las recompensas obtenidas de ellos.
**"La suerte siempre ha sido un factor crucial en los juegos... pero en este mundo, puede ser la clave para sobrevivir y prosperar,"** reflexionó Ceciro. **"Veamos si la fortuna está realmente de mi lado."**
Con una decisión firme, Ceciro distribuyó los 20 puntos en el estado de suerte, sintiendo una leve vibración en su cuerpo mientras el cambio se producía. La energía que impregnaba el dungeon parecía responder a su acción, como si el propio entorno reconociera la alteración en su destino.
Un momento después, un suave *ding* resonó en su mente. Ceciro parpadeó al recibir una notificación del sistema.
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**[Notificación del Sistema]**
**¡Felicidades! Al alcanzar 20 puntos en el estado de Suerte, has desbloqueado una nueva habilidad: "Mano del Destino".**
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**"Mano del Destino..."** repitió Ceciro en su mente, dejando que las palabras resonaran mientras intentaba descifrar el significado detrás del nombre. Se centró en la notificación y, con solo un pensamiento, abrió la descripción de la habilidad.
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**[Habilidad Adquirida: Mano del Destino]**
*Descripción:* Esta habilidad pasiva permite a su portador influir sutilmente en las probabilidades a su favor. Las situaciones de riesgo extremo, como evadir ataques mortales o encontrar objetos raros, tienen un pequeño pero significativo incremento en favor del usuario. La suerte ya no es solo un número; es una fuerza activa que interviene en momentos clave.
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Ceciro no pudo evitar una pequeña sonrisa de satisfacción. **"Esto será útil... muy útil,"** pensó mientras cerraba la ventana del sistema. La suerte ahora no solo sería un factor de azar; era un aliado tangible en su lucha por sobrevivir y ascender en este mundo peligroso.
El dungeon seguía siendo un lugar lleno de peligros, pero ahora, con la "Mano del Destino" a su favor, Ceciro sentía que las cosas podrían comenzar a girar a su favor. Mientras avanzaba, su mente ya comenzaba a tejer nuevas estrategias, integrando su nueva habilidad en sus planes.
**"Ahora, sigamos adelante. Este dungeon no se limpiará solo,"** pensó Ceciro, mientras su mirada volvía a enfocar los pasillos oscuros y misteriosos que tenía por delante.
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Ceciro continuaba avanzando por el dungeon, cortando con precisión a los goblins y kobolds que se interponían en su camino. Cada golpe era calculado, cada movimiento preciso. Su mente estaba ocupada, no solo con la batalla, sino con un pensamiento persistente: las piedras mágicas. Desde que había vuelto a entrar al dungeon, no había recibido ni una sola. Esto lo inquietaba profundamente. ¿Cómo iba a conseguir Valis sin piedras mágicas? ¿Cómo iba a financiar su supervivencia y su ascenso en este mundo?
La pregunta rondaba en su mente mientras un kobold caía a sus pies, sin dejar rastro de una piedra mágica. Ceciro frunció el ceño, su frustración aumentando.
De repente, su habilidad pasiva, *Mente de Jugador*, se activó. Los pensamientos caóticos comenzaron a ordenarse, y su mente se aclaró. La lógica prevaleció. Si el sistema estaba absorbiendo las piedras mágicas para mejorarse y, por ende, mejorarlo a él, quizás había una forma de obtener una respuesta más clara. Entonces, sin detenerse, Ceciro decidió preguntarle directamente al sistema.
**Ceciro (pensando):** "Sistema, ¿qué está pasando con las piedras mágicas? ¿Por qué no he recibido ninguna desde que volví al dungeon?"
El sistema permaneció en silencio por un momento, como si estuviera procesando la pregunta, y luego apareció un mensaje en su visión.
**Sistema:** _"Las piedras mágicas se están utilizando para mejorar el sistema y aumentar tus capacidades. Sin embargo, puedo detectar tu preocupación. He calculado que un método para optimizar tu rendimiento y restaurar el flujo de piedras mágicas sería completar una misión especial. Misión: 'Alcanza el Quinto Piso en una Semana'. Recompensa: 'Manual de Cultivo'. ¿Aceptas esta misión?"_
Los ojos de Ceciro se abrieron de par en par al leer las palabras "Manual de Cultivo". Inmediatamente, su mente se llenó de recuerdos de las muchas historias Wuxia que había leído en su vida pasada. Sabía lo que significaba un "Manual de Cultivo". Era una de las cosas más valiosas que uno podía obtener en esos mundos: la llave para convertirse en un inmortal, en un ser superior. Pero también recordaba lo que solía pasar con aquellos que poseían tales tesoros. En las novelas, los jóvenes maestros eran arrogantes, confiados y a menudo terminaban arruinando sus vidas por la codicia y la imprudencia.
**Ceciro (pensando):** "Esto… un Manual de Cultivo. Si las historias que leí son ciertas, este podría ser el camino para superar los límites de este mundo. Pero también podría ser una trampa… El sistema está claramente incentivándome a avanzar rápido. Podría ser una oportunidad única, o podría estar corriendo hacia mi muerte."
Ceciro consideró sus opciones. Sabía que podría tomar el camino lento, luchar contra cada piso del dungeon hasta que las piedras mágicas comenzaran a aparecer de nuevo. Pero también sabía que ese enfoque tomaría tiempo, y en este mundo, el tiempo era un recurso precioso.
**Ceciro (pensando):** "Conozco los riesgos, pero también conozco las recompensas. No puedo permitirme quedarme atrás, no cuando el poder está a mi alcance. Además, puedo ser más inteligente que esos jóvenes maestros. No seré un tonto arrogante."
Con determinación renovada, Ceciro aceptó la misión. Su plan estaba claro: avanzar lo más rápido posible hacia el quinto piso, evitando cualquier distracción. Mientras calculaba sus movimientos futuros, se dio cuenta de algo más: su habilidad de *Mente de Jugador* podría ayudarle a maximizar su eficiencia, asegurándose de que cada movimiento, cada batalla, lo acercara un poco más a su objetivo.
**Ceciro (pensando):** "Si juego bien mis cartas, puedo tener lo mejor de ambos mundos. Pero tengo que ser cauteloso. No debo dejar que el poder me nuble la mente."
Y con eso, su decisión estaba tomada. Ceciro se lanzó nuevamente al combate, su mente fija en un solo objetivo: el quinto piso. Con cada golpe que daba, sentía que el tiempo se acortaba, pero también que el poder que ansiaba estaba a su alcance. Sabía que el camino sería duro, pero no había vuelta atrás. El sistema lo había empujado en esta dirección, y Ceciro estaba decidido a aprovecharlo al máximo.
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Ceciro avanzaba por el segundo piso del dungeon, cada paso más calculado que el anterior. Después de aceptar la misión del sistema, su enfoque era total. Debía llegar al quinto piso en una semana, y cada segundo contaba. Mientras ajustaba su estrategia mentalmente, algo llamó su atención en el minimapa. Un punto morado apareció de repente, destacándose entre el mar de puntos rojos y azules que representaban a los monstruos y a sí mismo.
Antes de que pudiera pensar demasiado en ello, el sistema le envió un mensaje:
**Sistema:** _"Alerta: El dungeon ha creado un monstruo mejorado. El Kobold Negro ha sido generado con el propósito de eliminarte. Misión: Derrota al Kobold Negro y completa el segundo piso. Recompensa: Aumento de experiencia y recursos adicionales. ¿Aceptas?"_
Ceciro no tuvo que pensarlo dos veces. Sabía que los monstruos en los videojuegos solían evolucionar para representar desafíos mayores, y en este mundo, no era diferente. Si el dungeon estaba tratando de deshacerse de él, significaba que lo consideraba una amenaza. Y si era una amenaza para el dungeon, estaba en el camino correcto.
**Ceciro (pensando):** "Acepto. Si tengo que enfrentarme a esto para avanzar, entonces lo haré."
El punto morado en su mapa comenzó a moverse hacia él, y Ceciro lo observó con atención. Sabía que este no sería un combate sencillo. Este Kobold Negro no era como los demás, y necesitaría de todas sus habilidades, estrategia y astucia para sobrevivir. Decidió que no podía dejar que la criatura lo sorprendiera, así que se movió rápidamente, buscando el mejor terreno para enfrentar al enemigo.
Encontró un área más amplia, con paredes y rocas que podría usar para cubrirse y maniobrar. Se preparó, respirando profundamente y concentrándose en el combate que se avecinaba. No tendría la ventaja del tiempo, pero sí la de la preparación.
El Kobold Negro apareció, su figura completamente oscura emergiendo de las sombras. Era más grande, más musculoso, y sus ojos brillaban con una inteligencia cruel. Ceciro pudo sentir la tensión en el aire, como si el dungeon mismo estuviera observando, esperando a ver si su campeón podía derrotarlo.
La criatura no esperó. Cargó hacia Ceciro con una velocidad impresionante, sus garras extendidas y sus colmillos reluciendo. Ceciro esquivó por poco el primer ataque, sintiendo el viento de las garras al pasar peligrosamente cerca de su rostro.
**Ceciro (pensando):** "Este tipo es rápido, pero puedo usar eso en su contra."
Aprovechando su agilidad, Ceciro se lanzó hacia un lado, dirigiendo al Kobold Negro hacia una trampa improvisada que había preparado: una roca suelta que había dejado en el borde de una pendiente. El Kobold la golpeó de lleno, tambaleándose, pero no cayó. En lugar de eso, se recuperó rápidamente y volvió a la carga, más enfurecido que antes.
**Ceciro (pensando):** "Esto va a ser más difícil de lo que pensaba."
La batalla continuó, cada golpe intercambiado con una brutalidad que Ceciro no había experimentado antes. Usó su minimapa para anticipar los movimientos del Kobold, esquivando y contratacando cuando veía una apertura. Aun así, no pudo evitar varios golpes; las garras del Kobold se hundieron en su brazo en un momento, y una patada lo lanzó contra la pared, haciéndole sentir cómo una de sus costillas se rompía.
El dolor era intenso, pero *Mente de Jugador* le ayudó a mantener la calma. No podía permitirse el lujo de perder la concentración ahora. Respiró hondo y se obligó a seguir luchando. Usó el terreno a su favor, haciendo que el Kobold se enredara en su propia velocidad, lo que le permitió lanzar un ataque directo a su cuello. La criatura se tambaleó, herida, pero no cayó.
Finalmente, en un último esfuerzo, Ceciro corrió hacia el Kobold, usando toda su fuerza y velocidad restantes. Saltó sobre la criatura, usando su cuchillo para clavarlo profundamente en su costado. El Kobold aulló de dolor, intentando sacudirse, pero Ceciro mantuvo su agarre. Con un último esfuerzo, desgarró el cuchillo hacia abajo, abriendo una herida letal.
El Kobold cayó al suelo, su cuerpo negro derramando un líquido oscuro que se evaporó rápidamente. Ceciro, herido y exhausto, cayó de rodillas junto a la criatura, jadeando por el esfuerzo. El sistema emitió un suave "ding" y un mensaje apareció en su visión.
**Sistema:** _"Misión cumplida: Derrota al Kobold Negro y completa el segundo piso. Recompensa: Aumento de experiencia, 20 puntos de estado, 1000 de experiencia."_
Ceciro se permitió una sonrisa cansada mientras leía el mensaje. Había ganado. Pero no podía relajarse aún. Aún tenía que llegar al quinto piso, y este era solo el comienzo.
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Aquí está el estado actualizado de Ceciro después de la batalla contra el Kobold negro:
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### Estado del Sistema
- **Nombre:** Ceciro
- **Nivel:** 4 (Exp: 950/1600)
- **HP:** 130/130
- **MP:** 13/13
- **EP:** 30
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- **Fuerza:** 13
- **Defensa:** 12
- **Agilidad:** 14
- **Destreza:** 12
- **Magia:** 11
- **Suerte:** 20 (Habilidad desbloqueada)
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**Habilidades:**
- **Mente de Jugador (Pasiva)**
- **Cuerpo de Jugador (Pasiva)**
- **Cocina (Principiante, 1/4)**
- **Correr (Principiante, 2/4)**
- **Mano del Destino (Pasiva)** - Desbloqueada al alcanzar 20 puntos en Suerte.
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**Ceciro avanzó con cautela por los pasillos del dungeon.** La adrenalina de la reciente batalla contra el Kobold negro aún recorría sus venas, pero había aprendido a controlar sus emociones gracias a la habilidad *Mente de Jugador*. A medida que subía hacia la superficie, se dio cuenta de que los monstruos que encontraba en su camino parecían más débiles que antes. Incluso con movimientos básicos, los despachaba con facilidad. Aunque la diferencia en sus estadísticas no era inmensa, ya comenzaba a notar cómo estos pequeños incrementos se traducían en una ventaja significativa en combate.
Durante su regreso, enfrentó y derrotó a varios Goblins y Kobolds, lo que le permitió ganar algunos puntos de experiencia y mejorar sus estadísticas ligeramente:
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### Estado del Sistema
- **Nombre:** Ceciro
- **Nivel:** 4 (Exp: 1030/1600)
- **HP:** 130/130
- **MP:** 13/13
- **EP:** 30
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- **Fuerza:** 13
- **Defensa:** 12
- **Agilidad:** 15 (1 punto ganado durante el regreso)
- **Destreza:** 12
- **Magia:** 11
- **Suerte:** 20
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**Habilidades:**
- **Mente de Jugador (Pasiva)**
- **Cuerpo de Jugador (Pasiva)**
- **Cocina (Principiante, 1/4)**
- **Correr (Principiante, 2/4)**
- **Mano del Destino (Pasiva)** - Desbloqueada al alcanzar 20 puntos en Suerte.
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**Finalmente, Ceciro llegó al gremio.** Las calles de Orario estaban llenas de actividad, pero él se movió con propósito hacia la entrada del edificio. Al entrar, divisó a Misha detrás del mostrador, atendiendo a otro aventurero. Cuando ella lo vio, sonrió y lo saludó con una calidez que contrastaba con la frialdad de su entorno.
—¡Ceciro! ¿Cómo te fue en el dungeon? —preguntó Misha mientras terminaba de atender al otro aventurero.
—Necesito vender unos botines que conseguí, pero prefiero hacerlo en privado —respondió Ceciro, su tono calmado y sin dejar entrever emoción alguna.
Misha levantó una ceja, intrigada, pero asintió y lo guió hacia una habitación en la parte trasera del gremio. Una vez allí, Ceciro sacó varios objetos de su inventario, incluyendo algunas piedras mágicas de ayer y materiales raros obtenidos en la batalla contra el Kobold negro. Al verlos aparecer de la nada, Misha no pudo evitar mostrar sorpresa.
—¿Tienes una habilidad espacial? —preguntó, sus ojos abriéndose con incredulidad.
Ceciro simplemente sonrió de manera enigmática, sin confirmar ni negar la suposición. Misha, acostumbrada a tratar con aventureros de todo tipo, dejó de lado su curiosidad y comenzó a evaluar los botines que Ceciro había traído.
Después de completar la transacción y recibir una buena cantidad de valis, Ceciro se despidió de Misha y se dirigió de inmediato a la iglesia donde Hestia lo esperaba. Al llegar, notó la preocupación en sus ojos, así que decidió no darle demasiados detalles.
—Todo fue bien. El dungeon fue un desafío, pero lo superé —dijo Ceciro con una sonrisa tranquilizadora.
Hestia lo miró con una mezcla de alivio y orgullo, pero no lo presionó por más detalles. Ella confiaba en él, y eso era suficiente.
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Así, con la noche cayendo sobre Orario, Ceciro decidió que había hecho suficiente por un día. Sabía que el camino hacia el poder era largo, pero estaba dispuesto a recorrerlo, paso a paso.