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Un llamado de atención - Parte 2

-¡Estoy de vuelta!

Después de caminar un largo camino, había regresado a mi casa.

Gritando mi llegada como siempre, me dirijo a la sala solo para ver a Rena tendida en el sofá observando la televisión.

Por su aspecto desaliñado parece que es su día libre, ropa corta que dejaba expuesta, tanto sus piernas como su estómago eran claramente visibles al estar en una posición acostada a espaldas, y su cabello era también un desorden, muy diferente a la mujer que siempre se ve presentable y madura al ir a su trabajo. Si no la conociera, diría que es una holgazana.

Pero es la única que trabaja a diario y le provee los medicamentos a nuestra madre. Risa y yo sabemos muy bien esto, lo que hace que la respetemos y hagamos lo posible para aliviar un poco su carga.

Una vez que escuchó mi voz, hizo un giro con su cabeza levemente, y agitando su brazo en un minúsculo esfuerzo casi desesperado.

Esa no es más que la señal de que quiere pedirme algo.

-Qué bueno que regresaste, Ry. Ya no podía aguantar más.

-… ¿Qué quieres?

Cuando esa sonrisa resuelta apareció en su rostro, no pude evitar resignarme a preguntar lo que ya me esperaba.

-Como podrás ver, estoy superconcentrada en este maratón de películas, por lo que me es imposible atender otra cosa que no sea intentar entender la trama de la historia, así que podrías ser bueno de preparar el almuerzo, y ya que estás en eso pásame una cerveza, ¡¿En serio lo harás?! Gracias, te amo.

-…..

Esto me hizo recordar, que cada vez que Rena tiene días libres… la imagen de la hermana mayor que respeto, no son más que ideas mías.

Después de decir eso, no tuve de otra que ponerme manos a la obra. No solo porque no tengo de otra, sino que también estoy hambriento.

-Ayer comimos arroz… prepararé una pasta, ¿Está bien?

-¡Oki-doki!, y no te olvides de mi cerveza.

-Aguanta solo unos segundos más.

En medio de nuestra conversación, comienzo a calentar el agua en una olla y lo dejaré calentarse mientras que tomo una cerveza en lata y un refresco del refrigerador.

Me acerco a ella y le doy la cerveza fría en sus manos, estaba tumbada completamente en el sofá, y darle algo de beber no evito que cambiara su posición.

Destapo la lata de refresco e intento apartar sus piernas lo suficiente para darme espacio de sentarme, hubo un poco de forcejeo de ambos, pero al fin pude hacerme espacio y me senté con ella. Aunque casi enseguida estrello sus pies en mis piernas, algo que casi me hace derramar el refresco… lo dejaré pasar esta vez.

Tomando un gran trago de su cerveza con gran fervor dejando salir una gran sonrisa festiva. Nunca he tomado ninguna bebida alcohólica, así que tengo un poco de curiosidad por esas reacciones, ¿Acaso están bueno?, tengo prohibido tomar hasta que tenga cierta edad, así que no sé.

Con una sonrisa satisfecha y mejillas coloridas. Lanzo una mirada hacia mí que intentaba relajarse.

-Muy bien, ¿Cómo te fue hoy? ¿Ocurrió algo interesante?, ¿Salvaste otra chica en apuros o algo así? ¡Cuenta, cuenta!

-¿Ya estás borracha? No me la estoy pasando jugando todo el día, ¿sabes?, estoy entrenando.

-¡Oh vamos! Sabes que esta cantidad para mí no es suficiente, y no puedes culparme por tener curiosidad por lo que hace mi querido hermanito.

Sus palabras eran muy animadas, aunque al principio de todo ella era la primera en oponerse de mi decisión, al pasar el tiempo, su actitud conmigo era más gustosa y curiosa por lo que hacía. Talvez sea por el alcohol, pero que se sienta un poco preocupada por mí me hacía feliz… pero si se da cuenta de eso de seguro me fastidiara.

-El trato fue no ir a la escuela para poder entrenar por 5 años, ¿Cómo llevas esa parte por cierto? Te volverás un inepto a ese paso.

-Estoy bien… eso creo. Leo varios libros y notas a diario antes de dormir, pero no tengo como saber si en verdad estoy progresando…

-¡Haaa! Por estas cosas me desesperas, por supuesto que no sabrás si aprendes algo, si no tienes a nadie que te enseñe, necesitas ayuda de alguien más experta en ese tema, ¡incluso alguien que si reciba asesoría serviría!, pero para una persona que solo piensa en volverse un asesino de monstruos esas cosas son inútiles.

Mi hermana podrá ser ruda conmigo, pero a veces dice cosas que tienen mucho sentido, y no falta remarcar lo hipócrita y desconsiderado que es suponer que puedo concentrarme en varias cosas a la vez. Me quede pensando mucho en eso, que hasta vergüenza por mí mismo me hace sentir.

En medio de mis pensamientos, no pude evitar darme cuenta de algo que dijo.

-Alguien que si reciba clases también serviría…

-¿Uh?

-¿Eh?

Esas palabras salieron de mi boca, palabras que llegaron a oídos de mi hermana dando una reacción de intriga. Me callé de inmediato, pero era demasiado tarde.

-Oye… ¿Qué acabas de decir?

-...

-… Por cierto, ¿Qué tienes pensado hacer mañana?

-… Es un domingo, así que solo voy a correr…

-Hmm… ¿Solamente eso?

Tomando un sorbo de su cerveza mientras me interrogaba, sin quitarme en ningún momento su intensa mirada.

Sin importar que esté embriagada o no, ella pueda ser muy perspicaz en algunas ocasiones, es como si fuera mi mamá… pero son muy diferentes al fin y al cabo.

-Voy a reunirme con unos amigos que conocí hace unos días, así que...

-Oh, con que así eh. Estos amigos, ¿Cómo son?

-¿Uh? ¿Eso importa?

-¡Por supuesto que sí!, ¿Es un chico o una chica? ¿Qué actitudes tienen?, vamos, dime.

Llegando a este momento no sabía a qué quería llegar con esas preguntas, talvez crea que estoy con malas juntas o nada más curiosidad. Siendo ella la que pregunta podría ser ambas.

-Es una chica y un chico, y el cómo son… no creo que sean malas personas sinceramente, aunque pueden ser algo impredecibles a veces, pero no estoy seguro si es por qué no conozco muchas personas de mi edad y pienso que no podre encajar con ellos… lo que me hace sentir ansioso en algunas ocasiones.

-Ry, lo que sea que haya pasado ya no importa, no dejes que eso te impida llevar una vida feliz.

-… Talvez… tengas razón.

-¡Claro que la tengo! Ah, se acabó mi cerveza, tráeme otra, ¿sí?

Me levante del sofá y tome la lata vacía de cerveza de mi hermana, también me había dado cuenta de que el agua que había dejado hervir en la olla de la cocina, empezaba a recalentarse hasta salir vapor por los orificios de la tapa. Debería de comenzar a preparar el almuerzo de una vez.

-Oye, Ry…

-¿Qué? Ya te daré otra, solo espera.

-Aparte de eso, no tengo ningún problema con que salgas con tus amigos mañana, estaré aquí de todas maneras, pero procura no llegar tarde.

-¿Uh?

En ese momento me giré a verla y pude ver los ojos ligeramente perdidos y cansados de Rena, y de inmediato pude darme cuenta.

-¿Es por mamá?

-….

-¿Cómo está ella?

Rena empezó a acomodar su cuerpo en el sofá para estar en una mejor posición mientras rascaba su cabeza como si estuviera liberando frustración.

-Ella está bien, está durmiendo arriba después de tomar su medicina. Pero no se está poniendo mejor, arreglaré una cita en el hospital en donde trabajo que está cerca de aquí, estaré aquí para cuidarla, así que no te preocupes mañana. Aun así, procura estar aquí cuando termines tu rutina en los próximos días. En estos momentos, ella nos necesita más ahora, ¿entiendes?

-Sí, entiendo.

Me encontraba impotente ante estas cosas.

Me han permitido hacer lo que quiera, una promesa de llevar a cabo mi objetivo se había incrustado en mi corazón para no titubear. Pero a veces pienso… que no puedo hacer lo suficiente por ellos.

Son demasiadas cosas en que pensar.

Me pregunto… si estoy haciendo las cosas bien.

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Al día siguiente…

Estando a mediados de otoño la temperatura desciende haciendo los días más frescos.

Ya era pasado del medio día y había terminado mi rutina de correr 25 kilómetros, por lo que estaba esperando a mitad de una plaza de la ciudad.

-Hmmm….

No tengo teléfono, así que no puedo comunicarme con los demás, la espera se hacía estresante, ya que siempre estoy acostumbrado a estar en constante movimiento.

Me aburro….

Solo podía suspirar y pensar en cualquier cosa con tal de hacer tiempo mientras esperaba. La gran calle comenzaba a acumularse de personas desprendiendo una sensación de amplitud, pero por alguna razón estoy empezando a sentirme hambriento… a pesar de que desayune antes de venir.

-Aaahhh, ¿Dónde están esos idiotas?

-Espero que no te estés refiriendo a nosotros, idiota.

-¡¿Uh?!

Cambie mi postura de inmediato y me gire hacia la voz que venía de atrás. Estoy seguro de que parecí muy extraño por lo exagerado que fue mi reacción. En serio me asusté.

Delante de mí estaban Chris y Ari. Llevaban una ropa más cómoda y casual a diferencia de su uniforme escolar.

Chris llevaba una camisa blanca con una chaqueta de mangas largas de un color gris oscuro. Junto con unos jeans largos, no sé si es por la ropa o porque tengo un pésimo sentido de la moda, pero él daba una sensación muy elegante.

Y a su lado estaba Ari, con una blusa negra de botones y una falda hasta las rodillas de color marrón con un lazo en la cintura. Además de llevar unas botas altas acolchadas.

Su cabello castaño y largo que hacía contraste con el color de sus inocentes y lindos ojos que enmarcaban su rostro. Aunque en este momento me observaban con una mirada escalofriante por las palabras que dije.

-Te hemos estado buscando por media hora, ¿y cuándo por fin te hallamos, tienes las agallas para llamarnos idiotas?

-Tenía una leve sospecha de que estarías perdido y te buscamos por todas partes. Supongo que en serio fui un idiota por preocuparme.

-¡D-Déjenme en paz! ¿Qué quieren que haga? Me estaba muriendo del aburrimiento. ¡Lo siento! ¿¡De acuerdo!? ¡Así que dejen de verme así!

Me encontraba en un completo embrollo, tengo que tener cuidado en donde digo mis palabras.

Luego de disculparme varias veces con ambos, las miradas agrias que tenía habían disminuido un poco. Pero no del todo…

Ari, se acercó y apuntando con su dedo índice hacia mí, me habla alzando su voz.

-¡Ahora tendrás un castigo! ¡Tendrás que cumplir una petición de nosotros dos! ¡¿Entendido?!

-¿Un castigo?

¿Solo por llamarlos idiotas?

La palabra "castigo" me puso tenso. Sintiéndome resignado, y ver como toman las cosas tan difíciles… bueno, es cierto que a nadie le gusta que lo insulten, incluyéndome.

Aceptaré esto está vez… hasta la próxima vez que se las devuelva.

-… Muy bien, lo haré.

-Perfecto, entonces movámonos rápido, ya sé que quiero que hagas.

De inmediato, Ari, con una sonrisa que me hizo cuestionar mis planes de venganza contra ellos. Tomo la delantera jalándome del brazo mientras nos adentrábamos a la ciudad.