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No debiste haber hecho eso - Parte 4

Un nuevo día llego. El sol de la temprana mañana era apacible, mientras que el aire frío se zambullía en la atmosfera.

La Academia Canvas se encontraba en un buen tiempo; todos los estudiantes que llegaban parecían estar de buen humor, o más bien emocionados.

Hoy iba a ser un día muy diferente.

La Renew Entis que solo se celebraba una vez al año, daría comienzo en unas horas. Las voces alegres se desbordaban por los pasillos, hasta que terminen las primeras clases todos estaban dirigiéndose a sus salones.

En medio de eso, un joven de hebras doradas y ojos color cielo se encontraba regresando del baño. Chris permanecía relajado, ignorando miradas soñadoras de personas que cruzaban a su lado, cuando de pronto, su atención fue tomada por una persona que estaba parado en unas escaleras.

No era otro más que Ryuji. Aunque se preguntaba de por qué estaba ahí y no en su salón de clase. Solo sonrió y se acercó a saludarlo.

-Ry, que sorpresa verte aquí. ¿Qué estás haciendo?

-...

-¿Ry…?

A pesar de haberle hablado tan cerca, no hubo ninguna respuesta devuelta.

Ryuji estaba parado frente a unas escaleras que llevan a los pisos superiores, o más específicamente. A los salones de 2do año.

Chris no entendía lo que pasaba y quiso seguir llamándolo, pero al ver el rostro de su amigo.

Lo que vio fue un rostro simple e indiferente, con ojos vacíos y profundos que parecía mirar a la nada. Fue la primera vez que veía un rostro así en Ryuji.

Haciendo que Chris se sintiera algo perturbado, pero sin perder la calma.

Cuando quiso preguntar lo que le pasaba. Ryuji exclamo con simpleza.

-Oye, Chris. ¿Alguna vez has visitado los salones de segundo año?

- ¿Los de segundo…?

Sin siquiera moverse él o su vista. Ryuji le da esa pregunta.

Chris intentaba comprender el verdadero sentido de esas palabras, le dio un mal presentimiento y se sentía algo ansioso, pero aun así. Respondió lo siguiente.

-Sí, he ido algunas veces con Ari… ¿Por qué preguntas, Ry?

-Necesito que me guíes al salón en donde está Max Saifer.

-¡¿…?! …¿Por qué…? ¿Qué piensas hacer?

Una alerta de peligro resonó en la cabeza de Chris. Él era muy consiente que Max Saifer era el oponente de Ryuji en este día, ¿Por qué razón quiere verlo antes de eso? ¿Qué clase de locura piensa hacer con el estado de ánimo que tiene ahora mismo?

Era muy preocupante, si hace algo, aunque sea una falta grave antes del encuentro podría ser penalizado, y eso sería lo peor. No obstante, Ryuji debería de ser la persona más consciente de eso, ¿así que por qué…?

Sin embargo, Ryuji solo hablo con normalidad.

-Solo quiero hablar con él. Solamente eso, ¿vas a decirme o tendré que buscarlo por mi cuenta?

-...

En ese instante, fue la primera vez que Ryuji miro a Chris. Aún tenía esa expresión oscura y nefasta.

Sara Araroza menciono vagamente una vez, que Ryuji algunas veces suele actuar diferente a como de costumbre. Como otra persona.

Ariana le dijo que eso era muy extraño y no le pareció muy creíble, Chris también pensó eso en ese momento, pero ahora…

-Haaa… como quieras, te llevaré a su salón. Solo… no hagas una locura, ¿vale?

-Gracias, Chris.

Dicho eso, Chris guio a Ryuji hacia los pisos superiores, tomando camino por un largo pasillo, no diferentes a los de 1er año. Cuanto más caminaban, más llamaban la atención, podrían ser identificados fácilmente por las bandas de su brazo.

Los estudiantes de 2do miraban con incógnitas de saber que hacían esos chicos en su piso, pero tanto Chris como Ryuji ignoraron todo eso y seguían su camino.

Hasta que por fin se detuvieron.

-Es aquí, Saifer está en el salón 2-C, ¿Ahora qué?

-Ya veo. Voy a ir solo, puedes quedarte o marcharte si quieres.

Mientras Ryuji decía eso, se quitó sus anteojos y los guardo en el bolsillo de su pantalón. Chris se mantuvo estático al oír eso y solo observo él cómo Ryuji camino hacia uno de las dos puertas cerradas del salón.

Se acercó a la puerta inferior, lejos de la principal.

Las clases aún no habían comenzado, así que se escuchaba bullicios y ruidos de personas hablando adentro.

Sin perder el tiempo, Ryuji abrió la puerta.

*¡Clac!*

La conmoción fue interrumpida de repente. Las voces fueron silenciadas, miradas acomplejadas y de confusión fueron dirigidas a la persona que había entrado.

Ryuji observo detenidamente todo el lugar, buscando entre todas las caras que había ahí. Hasta que encontró a la persona que buscaba. Max Saifer, estaba sentado en uno de los asientos al final de la fila cerca de la ventana. Estaba ahí relajado con una mano sosteniendo su cabeza como si estuviera aburrido o cansado. Y al ver que la persona que había aparecido era Ryuji. Sus cejas se estrecharon sutilmente al verlo.

En medio del silencio ensordecedor, una de las personas que estaba junto a Max, hablo con molestia y estrés.

-¡¿Hah?! ¡¿Qué carajos hace un novato de primer año aquí?! ¡¿Te perdiste?!

-...

Ryuji no dijo nada. Y los demás estudiantes, aparentemente delincuentes que acompañaban a Max Saifer, se agruparon para repeler a Ryuji.

-Ah, me acuerdo de ti, ¿no eres el Singular que peleara con Saifer más tarde?

-¡¿Cuáles son tus asuntos aquí, Ah?!

-¿Acaso viniste a suplicar misericordia tan temprano? ¡Hahaha!

Voces burlonas y palabras para deplorar la imagen de Ryuji se escuchaban. Casi un total de 6 personas estaban frente a Ryuji diciendo frases como esas sin detenerse, los demás estudiantes del salón solo se quedaron mirando sin decir nada. Unos se reían, otra se unían en las burlas, y otros solo se mantenía observando acomplejados.

Conforme continuaban, la vista de Ryuji estaba siendo bloqueada y no podía ver a Max por tantas personas en frente de él.

Así que solo empezó a caminar.

-¡¿Eh?! ¡¿Oye?!

-...

Sin importarle o interesarse en quien estaba ahí.

Ryuji atravesó ese muro de personas como si nada. Cargando con fuerza, los sujetos se apartaron confundidos por lo repentino que fue su movimiento. Una gran frustración y enojo se apoderó de ellos y quisieron detenerlo.

-¡Bastardo!

-¡¿Adónde piensas que vas?!

La ropa de Ryuji fue sujetada con fuerza deteniéndolo. La tela fue jalada y una sonrisa tenue de victoria salió de sus bocas, pero aun así…

-¡¿Ah?!

-¡¿Q-Que demonios?!

Ryuji siguió avanzando sin prestarle atención a sus intentos de pararlo. Continúo caminando, incluso si más personas llegaron a detenerlo. 3, 4, 5, 6 personas lo estaban sujetando, pero fue inútil.

Demostrando una abrumadora fuerza hasta que por fin llego hasta estar frente de Max Saifer.

-...

-...

Con la distancia reducida, ambos se miraron sin decir nada. Max actuaba natural bajo los intensos ojos vacíos de Ryuji.

Y entonces Ryuji exclamo.

-Saifer, tú y yo tenemos que arreglar algo primero.

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-Desde el punto de vista de Ryuji-

-¿De qué estás hablando, Singular?

-No te hagas el tonto. Sabes que estoy hablando de Collins.

Doy todo de mí para mantener la calma mientras hablaba. Habiendo irrumpido en uno de los salones de clase de 2do año, la mayoría se encontraba absorta en nuestra discusión. No tena ninguna intención de dejar pasar lo que le hizo este tipo a Collins.

Pero no vine aquí a pelear, este no es el momento…

-Ya veo. Así que Jack termino por delatarme, eso realmente es una sorpresa. Aunque últimamente no deja de hacerlo, me pregunto si juntarse contigo, lo volvió así de-

-¿Por qué tenías que lastimarlo?

-¿Ah…?

Lo interrumpí antes de que hablara de cosas que no me interesaban. Me miró fijamente por un momento, y se levantó de su asiento, parándose frente a mí. Tenía una sonrisa soberbia en su rostro que no me gustaba.

-Creo que eso ya lo sabes. Solo tenía que darme información acerca de ti y nada más. No tengo ninguna razón para dejarme llevar por la suerte y tomar las cosas a la ligera, no tengo tiempo para eso, así que hice lo que tenía que hacer.

-Eso no me importa. ¿Por qué tuviste que lastimarlo a tal grado?

-¿Qué no estoy siendo claro, imbécil? Él no me dijo absolutamente nada. Incluso cuando sabía que tenía algo, él se rehusó a contarme. De haberlo hecho no hubiera sido tan rudo con él. Si eso es todo lo que querías saber, te puedes ir, ya me encargaré de ti más tarde.

Con sus agobiantes palabras me di cuenta de que no tiene ningún ápice de arrepentimiento por lo que hizo. Para él fue solo un asunto trivial y sin importancia.

No había por qué ser comprensivo en este momento.

Tampoco voy a entender sus acciones.

Me tragué mi ira y la impotencia que inundaba mi cuerpo, y comencé a hablar.

-Mi estilo de combate es de cuerpo a cuerpo. Solamente uso artes marciales. No utilizo armas de ningún tipo y tampoco pienso utilizarlas. Creo que eso te será útil, ¿no?

-… Tú… ¿Hablas en serio?

-Muy en serio. Esa es la información por la que tuviste que lastimar a Collins, ¿te hace feliz?

-Jejeje… ¡Hahahahahahahaha! ¿¡Es en serio!? ¡¿Entonces Jack tuvo que ir al hospital por ti?! ¡Qué gran amigo eres, me compadezco de Jack por tener que proteger a un idiota como tú!

Saifer siguió riendo hasta que le salieron lágrimas. Estaba realmente tranquilo y hacía todo lo posible para seguir de esa forma.

-Realmente me da igual si sabes de esto, de todas maneras se sabrá tarde o temprano. Así que no tiene caso ocultarlo.

Cuando dije eso, Saifer dejo de reír y reacciono con insatisfacción y respondió.

-Oye, oye… esa forma de decirlo, ¿acaso ya sabes que vas a ganar?

-Claro, de eso no tengo dudas.

-Oh… ¿Es eso?

-¿Quieres apostar?

Me las arreglé para llevar la conversación al punto en donde quería, cuando Saifer se dio cuenta de mis intenciones sonrió sutilmente, pero mantuvo su guardia arriba.

-¿Una apuesta, eh? Eso es interesante, ¿pero qué puedo ganar de ti de todas maneras? No sé exactamente quién eres y lo que quieres.

-Veamos… supongo que eres la clase de persona que al ver a los demás siendo más miserables que tú lo hace feliz.

-Sí que te gusta hablar, eh.

-… Lo tengo.

Luego de pensarlo unos momentos, me atreví de encontrar algo que pudiera interesarle a Saifer para hacerme caer en la desesperación.

Solo había una cosa que pudiera hacerme sentir de esa forma.

-Si tú ganas, abandonaré la Academia.

-¿Qué la abandonarás…? ¿Eso es lo que quieres apostar?

-Sí. Siendo un Singular, la manera para ser un Ripper seria ganando este torneo. Ese es mi deseo. Te doy mi palabra de que si me vences me iré de aquí, y tampoco ingresaré a otra Academia. Abandonaré mis esfuerzos y mi sueño en ese momento, ¿Qué tal suena eso?

-...

Saifer acaricio su mentón como si lo estuviera pensando seriamente. Después, solo pude ver una sonrisa arrogante formándose.

-Muy bien, acepto. ¿Y qué quieres que apueste? ¿También quieres que abandone la Academia?

-No. Lo que quiero es otra cosa…

Al venir aquí… no, en el momento que supe lo que ocurrió ya tenía bien claro lo que iba a pedir.

Solo la imagen de un malherido Collins sangrando en el suelo formándose en el fondo de mi mente me hizo templar mi coraje.

-Quiero una disculpa hacia Collins por lo que hiciste.

La expresión de Saifer se contrajo un poco. Mientras seguía riendo y mirándome con tranquilidad.

-¿Eso es lo que quieres, una disculpa nada más? Y yo que esperaba algo más, que decepción.

-No estoy pidiendo solo una disculpa. Quiero una verdadera disculpa. Vas a arrodillarte y clavar tu cabeza en el suelo y te disculpará frente a él. Las personas como tú suelen tener un ego tan grande que el solo pensar en caer tan bajo de esa forma sería mucho peor que morir.

-...

Mientras que Saifer se encontraba extrañamente serio, me di la vuelta y observo a los chicos que estaban en silencio detrás de mí. Había casi 10 de ellos, pueden ser lo que siempre estaban con Saifer, y posiblemente también sus cómplices. Agravando más mi tono de voz me dirijo a hablarles.

-Para ustedes también, si le gano a Saifer van a disculparse por lo que le hicieron a Collins. No van a escaparse de esta, y tampoco piensen en huir. Sin ustedes creen que son los únicos que pueden emboscar a alguien y darle una paliza, están muy equivocados.

Un claro miedo fue puesto en sus miradas cuando declare eso. Llegando a palidecer y sudar levemente.

Entiendo muy bien sus métodos, y también soy capaz de hacer lo mismo, pero realmente no quiero hacer algo como eso. Sin embargo, no voy a ser benevolente ni imparcial con ellos.

No dejaré escapar a ninguno.

-¿Y bien? ¿Aceptas la apuesta o vas a huir?

Regrese otra vez con Saifer y lo golpeo con esas preguntas. Ya no tenía esa sonrisa agobiante de antes, ahora estaba infeliz e irritado. Pero de igual forma respondió.

-Muy bien. Tienes una apuesta.

-Bien, espero que mantengas tu palabra, yo haré lo mismo.

No hubo apretón de manos ni nada parecido. Solamente un acuerdo verbal. Eso debe ser suficiente.

Con frustración en su rostro, Saifer menciono algo más.

-… Sabes, no puedo creer que llegues a tanto por ese tonto de Collins. Si hubiera hecho lo que le pedí no hubiera pasado esto.

-Si… en serio que es un tonto.

Lo había pensado tantas veces. Si él hubiera dicho algo, no me hubiera molestado. No tiene ningún caso protegerme, lo único que ganó fue salir lastimado. De cierta forma, solo puedo culparme por lo que paso… si él no me hubiese conocido, no hubiera pasado nada esto…. Pero aun así, él… fue mucho más estúpido de lo que supuse.

Y eso me hace sentir irritado por todo.

-Pero ese tonto, es mi amigo.

-¿Amigo, eh…? En serio que ambos son unos idiotas.

Su sonrisa gastada volvió a aparecer, y pareció que la conversación había terminado, pero aún tenía algo que mencionar.

-Contusiones varias en la cara y fracturas nasales. Lesiones oculares y orejas. Fracturas en la mandíbula y dos costillas fracturadas. Traumatismo cerrado en la clavícula y abdomen. Lesiones en los brazos y muñeca. Y también varias facturaciones en la cadera y piernas.

-¿Hah? ¿De qué estás hablando de repente?

-Esas son algunas de las heridas que le hicieron a Collins.

-¿Y eso que?

Tenía el recuerdo de la bitácora de Collins en el hospital. Quería saber todo lo que le habían provocado a causa mía.

Para poder entender la gravedad de lo que tenía que cobrar.

Sin despegar mi vista de Saifer, se le veía un rostro inexpresivo y atemorizante, pero de todas maneras lo reté de frente sin retroceder.

-Recuérdalo bien. Por qué eso no es nada comparado a como terminaras cuando me enfrentes.

Al escuchar mis palabras, sus ojos se volvieron más intensos y violentos. No pude evitar estar alerta ante eso.

También me di cuenta de que su mano derecha provoco un ligero chasquido. Desde esta distancia podría llegar a alcanzarme si me atacara.

Estaba listo por si decidiera comenzar una pelea en este lugar, pero tenía que esperar que él empezara para tener el beneficio de que solo me defendía.

Pero espera… estoy en su salón, ¿sus compañeros no justificaran en mi contra si eso llegara a pasar…? Creo que estoy en problemas…

*¡Clac!*

La otra puerta del salón se abrió de pronto y de ella entro un hombre con un cuaderno en sus manos.

-Muy bien, regresen a sus asientos. Voy a suplantar a su profesor hasta que regrese de unos asuntos, así que… ¿Qué está ocurriendo?

El hombre que había aparecido era el entrenador del Club de Rippers, Alan Koznet. Vestía su mismo uniforme deportivo de siempre y lucia con firmeza en medio de la clase.

Pero cuando vio que todos no le prestaban atención, de inmediato me reconoce en el lugar.

-¿Qué haces aquí, Narukami?

Con una expresión confusa me pregunto enseguida.

-Oh, solo hablaba unas cosas con mi superior nada más, ¿verdad?

-....

Les mostré una sonrisa animada interrumpiendo el ambiente tan trágico que antes había. El entrenador estaba aún más extrañado, y la persona que tenía delante de mí no dejaba de mirarme con una expresión escalofriante.

-Bueno, tengo que ir a mi clase. Bye, bye.

Sin mucho que hacer me fui de ese sitio, ya había hecho lo que vine hacer y estaba satisfecho con el resultado. Ahora solo queda esperar al combate.

Cuando salí y entre a los pasillos, lo primero que note fue ver a Chris recostado en la pared en silencio.

Me observo con serenidad, y camino unos pasos hacia mí y exclama.

-Veo que… regresaste a la normalidad.

-¿Uh? ¿A qué te refieres?

-Aún no estoy seguro, pero más importante, ¿estás seguro de lo que has hecho? Si pierdes te vas a ir. A Ari no le gustará algo como eso.

-Estuviste escuchando, ¿no? Entonces debes saber que tengo un objetivo claro. Y no te preocupes, puedo hacerlo.

-Muy bien… Eso está bien.

Llegando a este punto ya no había marcha atrás.

Ahora solo quedaba esperar el momento para llevar a cabo lo planeado.