Siete Corazones y Ocho Voluntades!

El Director Wang salió de la oficina y lamentó sus palabras fanfarronas.

Ciertamente tenía un libro que estaba en la lista que Hermana Xi le había dado, pero había invertido mucho esfuerzo para conseguir este libro.

Ni siquiera soportaba que otros lo vieran.

Incluso él mismo, al mirarlo, tenía que tratarlo como un tesoro. Encendía incienso y se lavaba las manos antes de sacarlo cuidadosamente, temiendo que se dañara.

En ese momento, se acercó a la estantería que tenía al lado y miró el libro. Apretó los dientes y mostró una expresión de reticencia.

Su estudiante de posgrado no pudo evitar preguntar:

—Profesor, ¿qué está haciendo?

—…Si no puedes desprenderte de un hijo, ¡no puedes ser un lobo! —respondió el Director Wang.

—… —el estudiante de posgrado no supo qué responder.

—¿De qué lobo estás hablando?

Después de decir eso, apretó los dientes y sacó la pequeña caja que contenía el libro. Había un candado en la caja.