Buenas Hermanas

Ye Li y la madre de Xiang Huai se miraron.

Ambas abrieron mucho los ojos.

La señora Xiang tartamudeó:

—Esa... ¿Esa persona de cabello rojo es tu hija?

Ye Li asintió con la cabeza sin expresión y se sintió un poco sorprendida. —¿Quiénes son tu hijo y tu nuera?

¿Por qué parecía que esta persona estaba saludando en la misma dirección que ella?

Justo cuando ambas hablaban, Xue Xi y Xiang Huai ya habían llegado frente a ellas. No se habían visto por una semana, y al ver de nuevo el rostro de Ye Li, Xue Xi sintió que era muy familiar. Ella dijo:

—Mamá.

Ye Li exclamó.

Inmediatamente, Xue Xi miró a su madre con confusión. Aunque no hablaba mucho, en su rostro estaba escrito: ¿Quién es esta?

Xue Xi no hablaba mucho y no le gustaba tomar la iniciativa para saludar a los demás. Sin embargo, Ye Li había comprendido hace tiempo que Xue Xi todavía era muy educada con cualquiera que fuera amable con ella.

Por lo tanto, Ye Li dijo: