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Numb |MIKE SHINODA|

Las amistades verdaderas son inquebrantables. No importa cuánto tiempo pase, o cuanta distancia los separe, la amistad seguirá existiendo. Ese tipo de amistad tenían Hannah Donovan y Chester Bennington. Tras muchos años sin verse, deciden reencontrarse, y rápidamente Hannah se verá envuelta de regreso en la vida de Chester, y todos quienes lo rodean. Entre esas personas está Mike Shinoda, compañero de banda y prácticamente hermano de Chester. Hannah tiene metas definidas para su vida, pero estas se verán cada vez más inalcanzables a medida que el tiempo avanza, y ella se ve involucrada en la vida de Mike, quien no lleva una vida fácil.

xlildixonx · Teen
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44 Chs

29.

Desperté debido a un ruido que me pareció correspondía a globos siendo inflados. Abrí los ojos y me senté en la cama, notando que la habitación estaba llena de globos con formas de corazones, varios peluches en distintas partes, y a Mike acomodando un globo.

- ¿Mike?- llamé en tono de pregunta. Él se volteó y sonrió al ver que estaba despierta.- ¿de qué me perdí?- pregunté confusa. Él se acercó a mi, tomando dos copas que había en la mesa de noche a mi lado, y sirviendo champaña en éstos.

- Hay algo que me quedó pendiente, algo que le prometí a Chester que haría.- explicó. Yo fruncí el ceño, totalmente confundida respecto a la situación.

- ¿qué cosa?- lo miré. Él se sentó a mi lado en la cama.

- Primero quiero decir unas cosas.- pidió, a lo que yo asentí un par de veces con la cabeza.- Jamás he sentido lo que siento en este momento, lo que siento contigo y por ti. Jamás creí que podría encontrar un amor tan profundo y sincero, y ciertamente jamás esperé que ese amor fuera correspondido. Si algún día el destino quiere separarnos, haré lo imposible porque eso no pase, porque no puedo perderte, Hannah. Porque eres tan necesaria para mi como el aire que respiro. Porque sin ti, mi vida no tiene sentido. Porque por más que sepa que no te merezco, me rehúso a dejarte ir. Y porque me da satisfacción intentar todos los días hacerte feliz.- habló, y yo sentí mis ojos humedecerse, aunque seguía sin entender a qué venía todo esto.- Y por eso quiero unirnos de una forma mucho más importante.- continuó.

- ¿de qué hablas?- pregunté. Él sonrió y a continuación se levantó. Yo levanté la vista en su dirección, frunciendo el ceño. Él se apoyó sobre una rodilla, y yo entendí todo al instante. Mi expresión pasó de confusión a sorpresa. Mis labios se separaron un poco, y sentí las lágrimas amenazando con salir.

- Hannah Donovan.- empezó Mike.

- Michael.- respondí yo, incrédula de la situación. Él rió, bajando la vista, para luego volver a verme. Acercó su mano a su bolsillo y tomó una pequeña cajita, para luego alzarla y abrirla.

- ¿te casarías conmigo?- preguntó finalmente, y yo lo observé, aún sin creerme que todo esto estaba pasando. Desvié mi vista al anillo, el cual tenía un radiante diamante incrustado, y unos pequeños detalles a sus costados. Volví a ver a Mike, para luego llevarme ambas manos a la boca, y asentir repetidas veces con la cabeza. Me levanté de la cama.

- Claro que si.- dije, con la voz quebrada y las lágrimas cayendo. Él se levantó y se acercó a mi, con una sonrisa plasmada en su rostro. Yo rodeé su cuello con mis brazos y lo acerqué a mi, besándolo apasionadamente. Sentí una de sus manos posarse en mi cintura, para luego deslizarse hacia mi espalda, rodeándome y atrayéndome con fuerza hacia él. Nos separamos y él tomó el anillo de la cajita, para luego levantar su mano, indicándome que le diera la mía, lo cuál hice. Él colocó el anillo en el dedo correspondiente, y sonreí al ver como calzaba perfecto. Levanté mi vista hacia sus ojos, y apoyé mi frente contra la suya.

- Te amo, Shinoda.- susurré.

- Yo te amo mucho más.-