24.

Luego de caminar un rato, decidimos que ya era hora de irnos, por lo cual nos dirigimos de vuelta al coche, y Mike condujo hasta casa de Chester. Al llegar, él nos abrió y nosotros pasamos. Yo miré a la sala, donde solo se encontraban Joe, Dave y Brad. Me volteé a ver a Chester con el ceño fruncido.

- ¿dónde está Rob?- pregunté.

- No ha venido.- me informó. Yo suspiré y asentí con la cabeza.

- Ya.- dije, sentándome en una de las sillas de la mesa. Mike saludó a los chicos y se sentó a mi lado. Al ver mi expresión se acercó a mi.

- ¿qué sucede?- preguntó. Yo no dije nada, simplemente me limité a mantener mi vista en el suelo.- Hannah.- insistió. Yo lo miré, para luego suspirar.

- ¿qué tan mal le pude haber hecho a Rob?- solté. Mike bajó la cabeza, para luego volver a levantarla.

- No lo sé, pero no es tu culpa.- respondió él.- si Rob no puede aceptar un no de alguien, es problema suyo.- añadió. Yo ladeé la cabeza, mirando a Mike.

- Eso supongo.- dije finalmente. Mike estiró un brazo y acarició mi mejilla con sus dedos.

- No estés mal, ¿si?- pidió en un tono calmo. Yo asentí con la cabeza, y él se levantó y se acercó a mi, besando mi frente para luego dirigirse a la cocina junto a Chester. Yo tomé mi móvil y revisé las notificaciones de mis redes sociales. Me encontraba leyendo los comentarios de Instagram, los cuales eran todos de felicitaciones por mi relación con Mike, pero frené al ver uno insultándome. Yo fruncí el ceño y me adentré en las respuestas a ese comentario. Leí como la gente me llamaba "zorra", "manipuladora", "falsa" y un montón de otros comentarios, todos relacionados con mi previa relación con Rob. Mis ojos se humedecieron y mi garganta se cerró. Jamás había leído tantos comentarios en mi contra ni tan hirientes. A medida que deslizaba mi dedo por la pantalla, los comentarios empeoraban, hasta que yo apagué mi móvil y lo apoyé sobre la mesa. Yo sentía mis ojos doler, y no pude evitar derramar un par de lágrimas.

Me levanté y me dirigí a la cocina, en donde Mike y Chester se encontraban charlando entretenidamente.

- Me quiero ir.- dije yo, como pude. Mike frunció el ceño y se acercó a mi.

- ¿estás bien?- preguntó tranquilo.

- ¿podemos irnos?- insistí, con la angustia creciendo en mi. Mike asintió rápidamente con la cabeza.

- Esta bien.- aceptó. Yo me dirigí a la sala de estar y tomé mis pertenencias, para luego salir de la casa y dirigirme al coche de Mike. Yo subí a éste y luego de unos minutos, Mike entró y condujo hasta su casa. Durante todo el trayecto yo me mantuve en silencio, con las lágrimas aún cayendo.