¡Una Excusa!

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—En realidad, podemos usar un sedante para interrogarlos a los dos. Sin embargo, hacerlo también les causaría a ambos lesiones irrecuperables —dijo Ling Lan tranquilamente con las piernas cruzadas—. Así que, por favor, ahorren mi tiempo y hablen por ustedes mismos. Solo les daré una oportunidad de explicarme lo más claramente posible. Dependerá de ustedes mismos ver si pueden sobrevivir después de que todo esto termine.

Después de decir su parte, Ling Lan no les dio ni una mirada más y empezó a leer los documentos que Luo Chao había preparado antes cerca de su asiento.

No le gustaba hacer un trabajo tan tedioso. Solo mirando los numerosos documentos diferentes ya le daba vueltas la cabeza. Desafortunadamente, en su posición, no podía evitarlo.

Zhang Han pensó por un momento antes de levantar la cabeza y decir cuidadosamente: —En realidad, no queríamos hacer nada. Solo estábamos interesados en Lingtiano, eso es todo.