—Ocho subordinados, un pico de rango —pensó Noah mientras corría a través de las tierras congeladas.
El conteo de bajas en su mente todavía era demasiado pequeño para dar por terminada la cacería. Noah necesitaba deshacerse de más Serpientes Eternas si quería tener una batalla final con el líder de cuasi-rango 7.
El líder rugió de ira cuando perdió visión de Noah. Sin habilidades especiales, las bestias mágicas no podían seguir sus movimientos cuando él entraba en su dimensión, pero eso no lo detuvo de perseguirlo.
La criatura de cuasi-rango 7 saltó en el cielo y creó un camino de hielo para deslizarse hacia la ubicación anterior de Noah. No le importaba que ya no pudiera detectar al invasor. Alcanzar a sus subordinados caídos le daría la ventaja cuando Noah reapareciera.
El líder no podía creer que Noah pudiera escapar de él. Seguir sus rastros eventualmente haría que ambos se encontraran.
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