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Nanahoshi la Quisquillosa

Me llamo Nanahoshi Shizuka. Llegué a este mundo hace algunos años.

Estaba lleno de cosas ridículas. Las personas tenían una ética extraña. Criaturas enormes

caminaban por doquier, viéndose casi como si fueran a colapsar a causa de su propio peso.

Y, por alguna razón, yo no envejecía.

¿Creen que ir a otro mundo es pura diversión? ¿Celosos de que yo no envejezca? No me

hagan reír. Yo estaba muy consciente de que mi existencia en este mundo no era más que

una aberración.

Quería regresar a mi casa tan pronto como fuese posible. Pensaba en ello cada día. Y

bueno, a pesar de mi cuerpo que no envejece, yo aún sentía hambre. Si no comía, moriría de

inanición.

Aunque este es el asunto: la comida de este mundo tenía un sabor horrible. Ya que yo

había nacido y sido criada dentro de la comida de Japón, esta comida era indudablemente

mala para mí. Frijoles astringentes, carne olorosa, vegetales amargos —las personas los

freían o los lanzaban dentro de una olla sin siquiera hacer los preparativos básicos. Por

supuesto que sabría rancio.

Naturalmente, yo no estaba tratando de reemplazar la comida de aquí, pero le pedí a

chefs profesionales preparar algunos platillos basándose en recetas de mi antiguo mundo. Por

desgracia, mi experiencia personal cocinando había estado restringida a las clases. Yo ni

siquiera había preparado chocolate de San Valentín. Ya que no podía expresar claramente lo

que quería, los chefs solo fracasaron con los platillos.

"Aquí vamos…"

Suspiré, no por primera vez, mientras tomaba una sopa a base de curry. No es por insultar

al chef, pero me dio ganas de vomitar.

Seguí con una hamburguesa, esperando experimentar el sabor de la comida chatarra una

vez más. Ese pensamiento desesperado estaba muy presente mientras tragaba la sopa,

teniendo cuidado de que nada de ella tocara mi lengua.

En ese momento, un hombre se sentó frente a mí —Rudeus. "Permiso."

Él había llenado su bandeja con el mismo platillo que yo elegí y se unió a la mesa

abruptamente, con Zanoba y Julie a su lado. Cliff también se sentó junto a mí.

"Oye, esta es mi mesa," destaqué.

Rudeus miró alrededor y se encogió de hombros. "Vamos, no seas así. Todas las demás

están llenas."

Ahora que él lo menciona, sí, el resto de la cafetería estaba llena. Esta era la única mesa

con asientos vacíos. Aun así, estos tipos normalmente comían en otro lugar. Yo estaba

bastante segura de que había una terraza exterior…

Mientras yo estaba a punto de expresar mi molestia, Cliff desenrolló un dibujo sobre la

mesa. Qué grosero. "Den un vistazo a esto," dijo él. "Es un círculo mágico para suprimir

maldiciones. Conectar estas partes reduce el poder de una maldición un par de veces."

"Genial."

"¿Dónde? ¿Dónde?"

Rudeus y Zanoba me ignoraron, concentrándose en el dibujo. Ellos comenzaron a

intercambiar opiniones mientras yo estaba en silencio. Comer junto a tres personas que me

ignoraban se sentía horrible. Quería terminar rápido para poder volver a mi habitación.

Sin embargo, ya que yo había pasado los últimos años investigando círculos mágicos,

pude entender el dibujo. Al canalizar poder mágico al anillo exterior, y después al interior,

podías anular algo así como un objeto mágico. También me di cuenta de que dibujar el círculo

mágico con anillos más pequeños produciría irregularidades entre los dos círculos.

"Los resultados no fueron los esperados," dijo Cliff. "Quiero escuchar sus opiniones."

"Veamos," dijo Zanoba. "Es algo difícil. Para mí el diseño se ve conectado

adecuadamente."

"Solo soy un principiante en círculos mágicos, pero tal vez hay una barrera que no puedes

ver," destacó Rudeus.

"¿Acaso el uso de ese desvío no causa que el exceso de poder mágico de tu círculo sea

incontenible?" Yo solo estaba murmurando para mí misma, pero los ojos de todos se posaron

sobre mí.

Cliff se congeló por un momento. Su rostro se puso rojo en solo segundos. "¡No puede

ser posible! ¡Yo no cometería un error tan infantil!" exclamó él.

Cliff miró intensamente hacia el lugar donde yo apunté. No mucho después, su rostro

rojo palideció. Sus cejas, anteriormente retorcidas de la ira, pasaron a mostrar una expresión

seria.

"Es cierto. Hay un exceso," reconoció él, con una voz evidentemente frustrada. Él se dio

la vuelta hacia mí. "Heh. Ahora entiendo tu reputación, Silent Sevenstar. Tal parece que eres

ligeramente superior cuando se trata de círculos mágicos."

Ser halagada se sentía extraño. "Bueno, los investigo a diario." Llevé algo más de sopa

hacia mi boca mientras apartaba la mirada.

Los ojos de Cliff se posaron sobre el dibujo una vez más. "Si hay un exceso ahí, no

puedo usar este diseño," se quejó él. "No tengo uno alternativo, así que toda esta línea

investigativa es un fracaso."

"Para nada. Si usas un desvío en estos dos lugares, podrías crear un círculo mágico

adicional que se encargue del exceso de poder mágico."

Cliff parpadeó. "¡Vaya! ¡Eso tiene sentido!"

Después de eso, Cliff me pidió mi opinión sobre partes del diagrama en las que él estaba

trabajando. Yo respondí sus preguntas mientras tomaba mi sopa. Para bien o para mal, los

años que yo había pasado investigando este tema se transformaron en un gran conocimiento.

"Ah…"

De pronto me di cuenta de que me había quedado sin sopa. Yo normalmente dejaba un

poco de comida en mi bandeja, pero esta vez fue diferente —en algún momento me la había

terminado.

Sentía la mirada silenciosa de alguien sobre mí. Cuando levanté mi cabeza, Rudeus me

estaba mirando con una sonrisa. "¿Acaso la comida no sabe mejor cuando comes en

compañía?"

Aparté la mirada ante sus palabras. De alguna forma, tuve la sensación de que él había

visto a través de mí. Aun así, era cierto que pude terminar toda mi comida.

En compañía, incluso esta horrible comida tiene buen sabor," pensé mientras salía de la

cafetería ese día.