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Mis Ultimos Dias Junto A Ti

una historia de amor tragedias y tristeza que encabeza un chico solitario

IsaiasDG · Realistic
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5 Chs

El Dia De Mi Primer Cita

–Si mi abuelo me lo regalo cuando aun era una niña. – oh valla entonces esto debe de ser muy importante para ti le dije con mi rostro mirando hacia abajo.

¿Te puedo pedir un favor? –A lo que me contesto

–Esta bien.

¿Puedo quedarme el libro hasta que lo termine de leer? –Es que el libro me pareció muy interesante y me gustaría termínalo de leer, juro que lo cuidare muy bien, bien lo termine de leerlo iré a entregártelo.

A lo que ella respondió

–De acuerdo te lo prestare pero con una condición. – en eso le pregunto

¿Y cual es esa condición? A lo que ella dijo con una voz baja suave

–Que el próximo sábado vallamos junto al parque nuevo que ase poco se termino de inaugurar.

¿Acaso me esta invitando a una cita? Me pregunte.

–De acuerdo. – Afirme

¿En que lugar nos veremos? Le pregunte algo avergonzado.

–Mañana en la cafetería que esta a una cuadra de aquí a las 14:30. ¿Te parece bien?

A lo que respondí algo nervioso.

–Si es me parece excelente.

–Buenos nos vemos mañana john. –Me dijo con un rostro alegre.

En eso volvieron mis compañeros al salón de clases, para la siguiente clase.

Mientras el profesor dictaba la clase las horas pasaron y así termino la clase, todos agarraron sus cosas y se marcharon a sus casas. Y yo como siempre siendo el ultimo en irse del salón debía guardar las tizas, borrador y afiches que usaba el profesor en la clase.

Luego me marche a mi casa y como era de costumbre fui a la tienda que quedaba cerca de la escuela a comprar sándwich y otras cosas para llevar y cocinar. Compre las cosas que necesitaba y fui a mi casa, al llegar veo un camión de mudanza que estaba estacionado en la casa de al lado, pero no le di mucha importancia y entre.

Fui y prepare el baño para bañarme, luego de haberme bañado empecé a preparar el almuerzo que era unas milanesas de pollo con puré, a la hora terminar de cocinar me siente a comer solo como de costumbre, termine de comer y lave los servicios. Y me senté nuevamente y recordé.

–Cierto que Isabel si me presto el libro. –Me dije mientras iba a buscar el libro para leerlo, en eso.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

Tocaba la puerta de mi casa.

¿Quien será? ¿Mi padre?

–Voy y abro la puerta.