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Capítulo 88 - Liz despierta el Gen X

Mientras Aegon y los 3 mutantes externos luchaban a muerte todos los X-Men se habían reagrupado en la mansión junto a los miembros del Club Hellfire y la Hermandad. Había un poco de tensión en el patio de la mansión que era donde se encontraban todos, pero ahora solo querían saber el resultado del combate.

"Charles." Hacían años desde la última vez que Erick había visto a su viejo amigo. "Erick, me alegra ver que gozas de buena salud amigo mío." Nadie dijo nada al respecto todos sabían que si bien ambos lideres mutantes se encontraban en bandos opuestos su amistad, aunque algo retorcida era algo que duraría para siempre. "¿Quién es ese chico Charles? Apocalipsis le llamó un dios. ¿Ahora existen los dioses?" Erick continuó narrándole todo lo que había ocurrido en Egipto a Charles, este ya estaba informado, pero prefirió escucharlo todo desde el punto de vista de Erick.

Charles no respondió de inmediato y se quedó pensando por un tiempo. "Aegon es un misterio para todos aquí. Lo que he podido averiguar sobre él no es mucho, primero porque no creo que haya mucho que averiguar. Él es un huérfano que creció en un orfanato en New York y desde muy pequeño mostró gran inteligencia, cuando empezó la Secundaria comenzó a hacer inversiones en varios negocios a través de una tercera persona. Todos los negocios en los que invirtió resultaron exitosos y hace unos años inició su propia compañía que ahora está ganando fama y prestigio alrededor del mundo."

"Eso es todo lo que sabemos de él." Viendo la duda en los rostros de todos en la Hermandad y el club Hellfire podía entender que nadie creía que eso fuera todo. "Su relación no es con esta academia sino con algunas chicas aquí." Charles dejaría que fueran Rogue o Ororo quienes decidieran que compartir de su novio.

Ororo aún estaba confundida con todo lo que había pasado y no prestó atención a nada de lo que estaban hablando, fue Rogue quien habló por ellas. "No hay mucho que agregar a las palabras del profesor. Aegon nació con esos poderes, pero hemos comprobado que él no es un mutante. Ya nos había dicho antes que era un dios, pero todas pensamos que era una broma de su parte."

Todos permanecieron en el patio de la mansión por un largo tiempo olvidando por el momento las diferencias entre sus organizaciones hasta que las 2 personas que esperaban aparecieron. Las primeras en tomar acciones fueron Rogue y Ororo que corrieron hacia él. Todos notaron como el joven no parecía venir de combatir con un poderoso mutante de nivel omega, las mujeres más experimentadas notaron el estado agitado de la hechicera y como estaba algo desarreglada, pero no dijeron nada al respecto.

No queriendo continuar esperando y tener que ver a Aegon ser apretujado entre Rogue y Ororo, Logan fue el que preguntó lo que todos querían saber. "¿Y bien? ¿Cómo terminó todo?"

Rogue y Ororo se separaron y le dieron espacio a Aegon. "El apocalipsis ocurrió y 3 personas no sobrevivieron a ello." Se giró hacia Emma. "Espero que esto no sea un problema para nuestra amistad." Emma negó con la cabeza. "Para nada, pero espero algo de compensación. No olvides esa cena que me prometiste y esta vez espero no tener que esperar meses antes de oír de ti nuevamente." Aegon asintió. "¿Mañana?" La mujer sonrió. "Estaré esperando."

Jean pensaba que Ororo o Rogue dirían algo, pero ellas ya habían aceptado la realidad.

"¿Ok, nadie va preguntar?" Esta era la primera vez que Aegon le prestaba atención a la mujer de cabello castaño. Recordaba que ella era posiblemente la hermana de Emma. "Muy bien, yo le preguntaré." La mujer se acercó a Aegon de manera seductora. "Hola precioso, mi nombre es Adrienne Frost, pero tú puedes llamarme Adrienne. Todos aquí queremos saber si lo que ese mutante gris dijo es cierto. ¿Eres un dios?"

"Aegon Targaryen, pero puedes llamarme solo Aegon. Y sí, soy un dios." Eso no fue suficiente para eliminar la confusión entre los presentes. "Pero hemos escuchado por tus novias que naciste aquí en New York hace menos de 2 décadas. ¿A caso eres el hijo de algún dios que es mencionado en alguna mitología?"

Aegon no le respondió y miró a Emma. "Tu hermana es bastante curiosa." Emma permaneció en silencio, ella y su hermana no tenían la mejor relación. "Adrienne, tal vez en otra ocasión podamos hablar un poco más, pero creo que es mejor si ahora se marchan, no quiero ocasionarle molestias al profesor." Adrienne iba a decir algo, pero Emma la interrumpió. "Vamos." Emma se dirigió a la chica de piel rosa. "Crees que podrías abrir uno de esos portales a Boston, no tengo deseos de tomar un avión en estos momentos."

Blind miró en la dirección del profesor buscando la aprobación de este quien asintió dándole permiso. Con la aprobación del profesor Blind creó un portal hasta una de las oficinas de la Compañía Frost. "Bien, creo que fue algo divertido y diferente. Estoy seguro de que esta no es la última vez que nos veremos." Shaw indicó a todos que continuaran detrás de Emma mientras él se aproximó a Aegon y le entregó una tarjeta. "Ahora sé que eres un hombre de negocio así que el club podría ser un lugar de interés para ti. Solo danos una visita y mira si te interesa o no, podrías sorprenderte." Aegon solo asintió y tomó la tarjeta, Shaw no dijo más y se marchó por el portal.

Magneto y el profesor intercambiaron unas palabras de despedida y luego el grupo de la Hermandad se marchó. La siguiente en irse fue Morgana quien mencionó que estaba agotada después de tanta emoción.

Después de que todos se hubieran marchado Aegon se quedó por un rato más donde observó como el profesor regañaba a Jean por sus acciones imprudentes. A estas horas el resto de sus mujeres estaban en clases y otras estaban trabajando así que Aegon decidió quedarse hasta la tarde en la academia y tomarse en secreto unas cervezas con Logan. Rogue tuvo que salir, era su turno de realizar las compras junto a Sean y un par de hermanos rusos Nikolai y Laynia, además así le daba tiempo a solas a Ororo con Aegon. Ororo se sentía un poco culpable de que por ella Aegon había tomado la vida de 3 mutantes. Shaw había explicado un poco qué tipo de mutantes eran los Externos antes de marcharse y que eventualmente volverían a la vida, Aegon por su parte no hizo nada por corregirlo y explicarle que esta vez no habría retorno. Aun así, Ororo estaba algo afectada.

Después de tomar un par de cervezas con Logan, Hank y milagrosamente el profesor que también se les había unido Aegon se marchó hacia la habitación de Ororo para levantarle los ánimos a su bella morena. Cuando entró y cerró la puerta puso un sello para aislar los sonidos. Ororo estaba acosada en la cama y solo llevaba su ropa interior. "He venido a elevar la moral por aquí." La morena comenzó a devorarlo con la vista mientras se desvestía. "No creo que el sexo es la respuesta a todos nuestros problemas."

"Descuidad hablaremos sobre ello. Sobre cómo no te sientes cómoda en que haya tomado más de una vida por ti o que pienses que creo que no puedes protegerte por ti misma. Si, hablaremos sobre ello, pero primero voy a dejar en claro a quien pertenece ese delicioso cuerpo."

Pasó una hora donde Aegon no solo escuchó lo que tenía que decir Ororo, también la ahogó en el placer carnal. Y toda la acción fue vista por la cerradura de la puerta por una niña de piel azul y cabello rojo que nadie imaginaria que podría hacer una sonrisa tan pervertida, pero cuando sintió que alguien se aproximaba a la habitación se marchó rápidamente. Quien venía hacia la habitación no era más que Jean ignorante de lo que estaba ocurriendo en ese momento dentro de la habitación.

Cuando Jean entró a la habitación quedó congelada al ver a Aegon desnudo sentado al borde la cama con Ororo sobre él moviendo sus caderas tan rápido como podía mientras ambos se besaban. Jean no podía quitar la vista del erótico espectáculo que se desarrollaba en la habitación que compartía con Ororo (la divinidad de Aegon está activada, esto es algo inconsciente). No fue hasta que Ororo se detuvo y la miró que Jean volvió a la realidad. "Lo siento no sabía que estaban ocupados." Rápidamente trató de salir de la habitación, pero Ororo fue más rápida que ella y la detuvo. "Descuida no tienes porque marcharte creo que ya va siendo hora para ti. Sabes siempre he sentido curiosidad al ver lo tímida que eres en la expresión que mostrarías una vez que estés en las manos de Aegon." Nadie sabría más de Jean por el resto de la tarde, ella perdería su virginidad en las manos de Aegon y Ororo.

Eran cerca de las 5 cuando Aegon se marchó de regreso a la torre Targaryen. "Creo que podría dormir el resto del día. Quien hubiera imaginado que luchar contra Apocalipsis me trajera tantas recompensas. Ahora tengo una pelirroja más."

[UN RATO DESPUÉS]

Se suponía que el resto de la tarde sería tranquila cuando sintió que algo no estaba bien con Liz. Él solo llevaba puesto un short, pero no perdió tiempo buscando ropa que ponerse, las emociones que podía sentir de Liz eran miedo y ansiedad. Llegar hasta Liz fue cuestión de un pestañazo, ahora el sello que estaba en cada una de sus chicas le permitía invocarlas a su posición o realizar una invocación en reversa e ir hacia ellas.

Lo que encontró cuando llegó al lugar fueron a personas corriendo asustadas y Gwen, MJ y Felicia observaban a Liz sin saber que hacer al respecto. El problema con Liz era que sus piernas y brazos estaban en llamas. Un policía incluso había sacado su arma y le apuntaba a Liz ordenándole que apagaras las llamas lo que solo hacía asustarla aún más.

Aegon no perdió más tiempo y rápidamente noqueó al policía antes de que hiciera algo estúpido y luego se acercó a Liz. "Tranquila, asustarte no va a ayudarte en nada." No era que sus palabras tuvieran gran pesar, era que su sola presencia la tranquilizaba, Liz creía que si había alguien que podía lidiar con todo lo que estaba pasando era Aegon. Él tomó sus manos, el fuego ni siquiera le producía cosquillas. "Parece que has despertado el gen mutante." Él podía sentir el cambio que había sufrido el alma de Liz.

Escuchando las sirenas que se aproximaban Aegon abrió una Garganta hasta la torre Targaryen y todos se marcharon. Ya enviaría a alguien más tarde a lidiar con los testigos, por ahora Liz era la única prioridad. Aegon sabía que los poderes de los mutantes eran afectados por el estado emocional en el que se encontraban y resultó estar en lo correcto pues una vez que estuvieron en casa Liz comenzó a relajarse y las llamas desaparecieron.

[AEGON POV]

Dejé que Liz descansara por ahora, ella no ha querido decirle nada a su padre todavía. Mañana iremos a la academia mutante y hablaré con el profesor para que ayude a Liz a controlar sus poderes, es mejor dejar esto en manos de alguien con experiencia que lleva años entrenado a otros mutantes en el uso y control de sus poderes.

Tengo que admitir que me tomó por sorpresa que Liz sea una mutante en este mundo. Me pregunto si algo de esto se debe a mi existencia. De todos modos, el poder no es algo malo, es un don que debe ser apreciado. Estoy seguro de que ella estará bien.

Con Liz ahora dormida dejé a D'Narda cuidándola y me dirigí a ver a Ophelia, pronto el turno de sus chicas terminará y será el turno del grupo Siren. Cuando llegué al piso de Ophelia la encontré de muy mal humor, puedo decirlo solo con verla. Solo espero que no sea otro problema con el que tenga que lidiar. "¿Ophelia ocurre algo de lo que tenga que estar enterado?" Noté como algunas chicas lucen nerviosas y no entiendo que puede estar ocurriendo.

Las chicas no son las únicas algo nerviosas Ophelia también lo está. Después de dejar escapar un suspiro me miró directamente a los ojos. "Hemos sido traicionadas." Ahora estaba sorprendido, no por el tema de la traición, sino porque puedo ver a Superia aquí y si hay alguien que pensé que podría traicionar a Ophelia era ella. Parece que mis pensamientos fueron vistos fácilmente.

"¡Púdrete! ¡Yo no soy ninguna traidora!" Tal vez estoy siendo injusto con ella. Superia es la única mujer que no parece verse afectada por mi encanto. Ya he dormido con el resto, pero mis encantos no la afectan en lo más mínimo. "Mi error." No le presté más atención y volví a concentrarme en Ophelia. "¿Me dirás más al respecto?"

"Hace unas horas descubrí que Sinthea, Beatta, Sapphire, Elizabeth y Danielle se largaron llevándose algo de dinero y parte de la información que tenía en mi poder sobre Hydra." Solo recuerdo a Sinthea entre los nombres que me ha dado Ophelia, es una de las chicas que me cogí en el bar aquella noche. Eso fue divertido. "Si necesitas ayuda puedes decírmelo." Hydra podría convertirse en un problema, tal vez ya va siendo hora de poner sobre aviso a Fury. Es solo que quería utilizar esta información cuando fueran ellos los que se acercaran a mí.

"No hay necesidad, puedo lidiar con este problema, pero aprecio que estés dispuesto a ayudarme. Ahora ¿por qué no me dices a que viniste tan tarde?"

"Pensé que cualquier horario era bueno para visitar a mis mujeres."

"¿Quién rayos es tu mujer?" No necesito mirar para saber que fue Superia quien gritó. "Deberías cogértela de una vez así no tenemos que estar escuchándola quejándose de la clase de mujeres fáciles que somos. En serio nunca pensé que tuviera ese tipo de sentimientos tan reprimidos." De todas mis mujeres solo Ophelia puede decirme que me acueste con otra sin darle una pisca de importancia.

"Deja de decir ridiculeces yo no soy como el resto de ustedes. Yo no voy abrir mis piernas para este pervertido…"

Será mejor que deje de prestarle atención, puedo ver que el resto ya lo hacen. "Bien a lo que vine. Ophelia hace unas horas regresé de traer a Liz de una cafetería donde sus poderes mutantes despertaron." Ophelia que estaba mirando algunos papeles se detuvo y me prestó toda su atención. "Necesito que revises si hay alguna cinta de seguridad y busques cualquier testigo, trata de no usar la violencia, solo asegurarte de que no recuerden nada. También hubo un policía." Ella se quedó pensando por un momento. "Será difícil sin poder disponer de ellos, pero algo se podrá hacer."

Este es el tipo de chicas que prefiere hacerte desaparecer antes de hablar y llegar a un acuerdo.

Conversamos por un rato más, las chicas querían que me quedara y pasara un poco más de tiempo con ellas, pero quiero regresar con Liz. "Descuiden vendré otro día con más tiempo y me aseguraré de complacerlas a todas." Antes de irme decidí molestarla un poco. "Superia, si te esfuerzas en la misión que le di a Ophelia voy a recompensarte personalmente." Antes de que pudiera contestarme yo ya había desaparecido del lugar.