Prácticamente, todo el cuarto libro fue un teatro montado por él.
Rhian, para quién era la obra y quién era el protagonista, en el mejor de los casos aparecía para ejecutar su papel, pero realmente no planeó nada.
Sophie recordó porque le encantaba el personaje a pesar de que, en el diccionario de este mundo, junto a maldad probablemente había una foto del Rafal como primer significado, Japeth como segundo y Aric como tercero.
Era la misma razón por la que le gustaban los otros dos personajes.
Los tres eran increíblemente leales, no solo a la causa, para ellos eso era secundario, sino a las personas que amaban y apreciaban.
Para su desgracia, las personas que amaban y apreciaban nunca les habían devuelto la misma lealtad.
Con la única excepción de Aric cuya persona más apreciada era Japeth su mejor amigo.
Pero, a Aric murió en el tercer libro, dejando solo a Japeth quién le pidió a Rhian, su hermano gemelo, que le ayudara a traer de vuelta a la "persona que más amaba".
Sin embargo, Rhian creyó qué esa persona era a su madre, a quien el mismo quería traer.
Nunca fue muy bueno para discernir los sentimientos de Japeth o mejor dicho nunca lo intentó.
Juzgó que lo que él quería, era lo que Japeth quería y cuando sabía lo que Japeth quería, aun así no se lo daba porque consideraba que era malo para él.
Nunca se detenía a considerar los deseos de su gemelo, pues, pensaba que lo que él quería era lo mejor para los dos.
Y cuando se enteró de que, era Aric a quien su hermano quería traer de vuelta, traiciono la confianza de Japeth y se negó a cumplir su promesa.
Esto provocó una pelea entre hermanos a muerte, que acabó con la victoria de Japeth.
Sophie suspiró el recordar los sucesos del libro.
Sacudió la cabeza y decidió olvidarlo.
Procuraría que, en esta ocasión, ni Rafal, ni Japeth, acabaran matando a sus gemelos.
O bueno, haría lo que se pudiera porque por lo que recordaba del libro, de hecho los chicos tenían excelentes razones para deshacerse de su mitad menos considerada.
Por qué habría que admitirlo puede que fueran los buenos y todo eso, pero realmente los dos Rhian eran unos desconsiderados y un par de malagradecidos.
Lo admitía, estaba siendo parcial, pero no iba a cambiar de opinión.
Los chicos estaban felices con sus uniformes a pesar de las chicas frente a ellos que estaban comiendo juntas chocolates mientras los veían vestirse.
Obviamente, estaba disfrutando vestirlos como sus muñecas para el té, al ver los otros uniformes espantosos, los dos chicos con un sentido de la estética mucho mayor a sus congéneres de la escuela del mal no pudieron evitar pensar que tomaron la decisión correcta.
Pero, aunque estaban agradecidos, se cobrarían el chistecito a la primera oportunidad.
— ¿Disfrutando la vista? - dijo Aric subiéndose los pantalones con el torso aún descubierto.
— Evaluando los potenciales futuros - dijo Sophie llevándose trozo de hoja convertida en chocolate por Dot a la boca.
Al oír esto, por muy sinvergüenzas que fueran Aric y Japeth al cambiarse frente a las chicas, decidieron darse la vuelta y subirse el cierre del pantalón rápidamente.
Sophie sonrió con malicia mientras volvía a la máquina de coser para terminar los últimos toques a su propio uniforme.
Este acabó siendo un traje de Loli gótica al estilo Misa Amane solo que Sophie dejó la falda ligeramente más larga, por lo demás era el clásico vestido de Misa Misa de Death Note, así que para completarlo tomó dos listones negros y consideró hacerse dos olas altas.
Se miró un momento al espejo de cuerpo entero que había traído desde su habitación mientras las chicas y los chicos seguían viendo incrédulos cómo sacaba y sacaba cosas de "Dios sabe dónde", pero como este mundo era mágico no le dieron tantas vueltas y supusieron que la chica tendría sangre de hada o de hechicera.
Cosa que confirmaron en cierta forma cuando el que decía ser su hermano, que ellos suponían, tenía la misma sangre que ella, también empezó a sacar cosas de la nada.
Esta vez eran juguetes que el chico con el fin de probar el sistema había metido rápidamente en su inventario mientras su nuevo amigo sistema le explicaba cómo funcionaba.
Adam solo había guardado los juguetes que había llevado a casa de Sophie, como la espada de madera, cochecitos y otras cosas, pero no estaba tan equipado como ella.
Sophie al final decidió que las colas eran demasiado y era mejor dejar su cabello suelto, en su lugar tomó los materiales de costura para hacer flores que la Sophie original tenía e hizo dos rosas negras.
Para la primera tomó uno de los listones rojos más gruesos y la colocó en el centro para luego unirla a un costado del vestido.
La segunda con la ayuda de un broche fue colocada en su cabello.
El vestido de Lolita de misa siempre había recordado un poco a una bailarina de ballet, con estos adornos Sophie recordaba a un cisne negro.
Esto hacía que el atuendo fuera perfecto para la presentación escolar.
Después de todo, qué mayor espíritu escolar que representar el escudo de la escuela.
— ¿Tratas de demostrar espíritu estudiantil? - preguntó a Aric viendo el atuendo.
— ¡Ah! ¿Cómo lo supiste? - dijo Sophie entre sensual y divertida.
Dio unas vueltas y se inclinó como una bailarina para que el vestido se apreciara en todo su esplendor.
Una vez más Japeth y Aric se la quedaron mirando por su descaro y esta vez se añadieron Hesper y Anadil.
Adam y Dot Por su parte, comenzaron una ronda de aplausos, totalmente admirados por el diseño del atuendo.
Sophie realizó varias reverencias teatrales de ballerina hacia ellos.
—¿Estás segura de que no podemos matarla? —quiso saber Anadil, viendo cómo sus ratas devoraban a un ratón.
—¿De qué parte del bosque vienen, encantos? —Dot preguntó a Sophie y Adam, mientras compartía chocolate con el niño.
—No vinimos del bosque —respondió Sophie.
—¿Qué quieres decir con eso de que «no vienes del bosque»? —quiso saber Hester.
—Vengo de Gavaldon —explicó.
—¿Eso es cerca de las Montañas Murmuradoras? —interpeló Dot.
—Solo los "Nuncas" viven en las Montañas Murmuradoras, tonta —refunfuñó Hester.
—Apuesto a que es cerca del Vendaval del Arcoíris —aportó Anadil—. De allí vienen los "Siempres" más fastidiosos.
—Disculpen, estoy perdido —objetó Adam —. ¿Qué significa "Siempres"? ¿Y "Nuncas"?
— Ellos son una especie de Rapunzel y su mascota que viven en un mundo aparte —añadió Anadil—. Eso lo explica todo.
—Los "Siempres" son los que llamamos bienhechores, encanto —le explicó Dot a Adam —. Ya sabes, todas esas tonterías sobre ser felices para siempre.
—¿Entonces ustedes son "Nuncas"? —preguntó Adam, al recordar las columnas con leyendas en el salón de las escaleras.
—Es la abreviatura de «Nunca Más» —respondió Hester, complacida—. El paraíso de los malhechores. En Nunca Más tendremos poder infinito.
—Controlaremos el tiempo y el espacio—observó Anadil.
—Adoptaremos nuevas formas —añadió Hester —Escindiremos nuestras almas, Conquistaremos la muerte.
—Allí solo ingresan los villanos más malvados —explicó Anadil.
—Y lo mejor es que no hay nadie más, Cada villano tiene su propio reino privado.
—La soledad eterna —proclamó Anadil.
—Parece un suplicio—opinó Sophie.
—El resto de las personas es un suplicio—objetó Hester.
—Gavaldon… ¿Está cerca de las colinas de Pifflepaff? —preguntó Dot con displicencia.
— No queda cerca de nada - aclaró Sophie Gavaldon está más allá del bosque, lo que llaman el bosque lejano.