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Mi Reino Fue Transportado A Otro Mundo

La historia trata de Aki, un humano normal y corriente que cuando estaba a punto de entrar a su casa después de haberse quedado a observando la lluvia es asesinado por un desconocido de ojos sobrenaturales. Al borde la muerte decide Activar su collar para poder ver por última vez el juego que tanto ama y considera su única realidad. Sin embargo, al reconectar con el juego Stelaris y aparecer en el último lugar en que dejó su personaje decide ver la hermosa vista del cielo fantástico y a esperar por la muerte de su cuerpo en su mundo real. No obstante, por algún motivo no muere y todos los NPC de su país cobran vida. Esta es la Historia del Emperador Yossu y su reino Orbis en otro mundo. Tendrá aventuras, enfrentamientos, reencuentros y formara nuevas relaciones mientras enfrenta las situaciones de riesgo que Yossu y su reino tendrán durante su conquista mundial de este nuevo mundo. También, deberá descubrir los misterios que lo rodean y giran en torno a el y a este mundo. Sin embargo, no todo es color de rosas.

SlukZero · Fantasy
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206 Chs

Volumen 2: Capitulo 20

En la parte de atrás del ejército elfo se encontraba la familia real.

Allí estaban Luprel, Alen y Lisa aplaudiendo emocionados y contentos al ver desde donde estaban la derrota aplastante de los dos hijos del emperatriz loca.

Ahora que su comando había caído, los soldados tendrían que retirarse y volver a Leville.

No iba a haber necesidad de enfrentarse a los humanos y nadie iba a perder su vida en vano.

"Al fin pudimos vengar la muerte de la reina elfa. Todo gracias a Orbis"

Entre la alegría dejaba salir las lágrimas.

Al fin podía vengar la muerte de su amada y ya podía dejar de sentirse deprimido por ello.

Luprel podía estar en paz con su fallecida esposa.

Esas lágrimas de felicidad eran muy contagiosas.

Tanto así, que Lisa y Alen al verlo no pudieron contenerse.

No hizo falta que su padre dijera el motivo de su llanto para saber que se trataba de su querida madre.

Entre sentimientos se llenaban de recuerdos de su querida madre que murió por el bien de los elfos.

Lisa al terminar de llorar se seca las lágrimas y aprovecha para decirle algo a su padre.

Se sonroja y traga saliva.

"Padre, perdón por ser grosera en estos momentos de recuerdos, pero….pero….yo quisiera saber…si….¿Podría comprometerme con Yossu?"

"Desde que lo vi me sentí atraída a el"

"Mi corazón no deja de latir al escuchar o decir su nombre"

"No quiero despegarme de su cuerpo, quiero estar pegada a él."

"Si no estoy con Yossu siento que todo el mundo se va a derrumbar"

"Además quiero ir a conocer su país, quiero ver el lugar que reina la persona que nos trajo tanta alegrías"

"Tengo una fuerte intriga sobre los tipos de razas que gobierna, deseo ver todo sobre Orbis"

"Sería maravilloso hacerme amigo de todas las razas de ese país."

Mencionaba con una alegría y sonrisa que sorprendieron a su hermano y padre.

Era difícil verla así.

Siempre era seria o fría debido a que la mayor parte del tiempo se la pasaba encerrada.

"¡Vaya!, mi hija es tan curiosa como siempre"

"Me alegra que te guste alguien como el"

"Desde el primero momento en que lo conocimos fue algo que  el dios Apotros preparo para nuestra salvación"

"Intentare cumplir tu deseo, pero antes tengo que pedirle algo a el"

Tras eso, los tres vieron como los soldados que creyeron rendidos se lanzaron contra los elfos.

Eso no les gustó nada.

Pensó que todo se había acabado.

Ante ello Luprel se lanzo a la batalla.

XXX

Tras la muerte de los príncipes, Yossu agarra las dos cabezas y las levanto por los aires.

"¡Los príncipes de Leville han caído!"

"Es una lastima, esperaba más de todos, pensé que a penas terminara todo este juego ellos se lanzarían como locos contra nosotros, sin embargo, nada a ocurrido, sus expresiones derrotadas me dicen que no van a hacer nada"

"Mmmm…"

"…¡Entonces que tal si hacemos las cosas más divertidas!"

Piensa con una sonrisa desbordante de emoción.

Desde detrás se escucha el rugido de los elfos levantando las armas.

Mucho de los humanos planeaban rendirse, se notaba en sus caras y expresiones que aún no creían como sus representantes acababan de morir.

Uno de los tantos soldados que estaban en la línea de frente repentinamente se lanza con su espada contra el rey de Orbis.

Este se movía en llanto y con las partes de su cuerpo tiritando.

Incluso gritaba "¡Mi cuerpo se mueve solo!"

No obstante, no llego a decir nada más porque Yossu de un solo movimiento hizo que su cuerpo explotara, dejando solo sangre en el suelo.

"¡Los humanos decidieron atacarnos y no rendirse!"

"¡¡ATAQUEN, ELFOS!!"

"Parece que alguien intento atacarme y yo solo me defendí"pensaba en tanto reía por dentro.

Los elfos estaban llenos de adrenalina, no pensaron dos veces en lo que tenían que hacer y corrieron en dirección a los humanos, que aún estaban conmocionados.

Todos los elfos se abrieron y pasaron por el costado de Yossu.

Mientras miraba hacia los soldados enemigos, su sonrisa se desbordaba de emoción.

"¡Qué hermoso sentimiento!"

"Me había olvidado lo que era sentir esto, hace tiempo que no estaba en una guerra de reinos"

Los dos ejércitos dieron inicio a su cruce de armas.

Si bien los humanos eran más, los elfos estaban llenos de Sed de sangre y en cuestión de segundos se infiltraban en las líneas enemigas.

Los elfos saltaban y se metían entre medio de los escuderos.

Su velocidad y movimiento de armas rápida era inmensa.

En comparación con las armaduras pesadas los elfos eran muy superiores en velocidad, pero muy débiles a la hora de golpear.

En tanto se daba la batalla, Yossu le dio la orden a su lobo de moverse y matar con total albedrío.

También llamo a Izet en los cielos y permitió dar inicio con el fuego antiaéreo contra la fuerza aérea imperial, además, le dio la orden de disparar con algunos cañones a las líneas traseras del enemigo.

Eran muchos, así que de alguna forma había que hacerlos disminuir con rapidez, sino los elfos podrían terminar perdiendo la batalla.

A lo lejos y en diversos lares sentía miradas sobre el, pero no le importo mucho.

Para el algo como eso era bueno.

De esta manera le mostraba su poder al mundo.

Los wyvern desde arriba atacaban al buque, pero no traspasaban por nada en el mundo esa capa o escudo que había alrededor del barco.

Los wyvern simplemente caen congelados, hechos ceniza o con un rayo atravesado en el cuerpo.

Al mismo tiempo que se ocupaban de la fuerza aérea, el buque disparaba hacia abajo.

En las últimas filas del imperio había un gran descontrol por el intento de tratar de huir y sobrevivir.

Cuando las balas de los cañones tocaban con algo, entraban en reacción y la magia explotaba.

Explotaban de varias maneras, algunas provocaban el crecimiento de arboles que se comían a los humanos de adentro hacia afuera, otras lanzaban varias ráfagas de viento que se dispersaban hacia los alrededores de donde explotara, provocando que varios sean cortados por esas filosas ráfagas.

Y a si con un montón de otras magias.

Luego de ver un poco el campo de batalla, logra observar como de entre tres o cinco elfos de la parte de atrás invocan bestias mágicas, que por lo general median entre un metro y cinco metros.

Esas bestias le llamaron la atención, ya que algunas de ellas eran grandes y parecían servir para cargar cosas de gran magnitud.

A los segundos de estar viendo los alrededores, decide ir a luchar.

Gracias a los encantamientos que se había lanzado en su cuerpo, se infiltro entre las filas enemigas a una gran velocidad.

Pasaba por el medio de esas filas de humanos a gran velocidad y destrozaba a cualquiera que estuviera a su alrededor, los cuerpos volaban hacia arriba como carne picada.

Los minutos habían pasado y se podría decir que había matado más de veinte mil soldados de esa manera.

Para terminar con eso deja de correr y se detiene.

Al hacerlo lanza una onda oscura de su cuerpo, que mata a la mayoría de los que tenia adelante, atrás y a los costados.

Caen con normalidad y sin ningún rasguño.

Los cuerpos de los caídos se empiezan a levantar de manera retorcida.

Seguido comienzan a morder a sus compañeros y a comerlos.

Cuando esos no-muertos dieron inicio a eso, muchos soldados gritaban vivos en tanto eran comidos.

En ese campo de batalla no había peor forma de morir que esta, ser comido mientras seguías consciente era horrible.

"¿¡Eh!?"

"¿Qué significa esto?"

"Se supone que esa magia en Stelaris los mataba y ya, pero, se levantaron como algo similar a un No-muerto y cometieron canibalismo"

"Es una sorpresa y espero que no ataquen a los elfos"

Tras ello y con los alrededores libres de enemigos, deja salir sus inmensas alas.

Estelas de color negro y blanco que salían de las alas se esparcen por los alrededores.

Yossu expande sus alas y sale a gran velocidad hacia el cielo.

Se pone a una altura aceptable para poder ver todo desde arriba.

Estaba un poco más arriba que el Buque.

"El enemigo pierde drásticamente"

"Diría que quedan la misma cantidad que los elfos tenían al inicio de la batalla"

"Los elfos siguen peleando duramente, el buque mata un montón de soldados con cada disparo ya que ahora lo único que hacen es abrir fuego contra los soldados debido a que ya dejó de existir la fuerza aérea de Leville o al menos en este campo de batalla y los no-muertos que solté hace un rato se expanden con rapidez"

"¿Cómo se eso último?"

"Es fácil, los soldados no-muertos están rodeados por auras visibles de color negro y celeste"

"Ya me divertí bastante, voy a acabar con esto usando una magia de mi clase ángel"

Dice con una sonrisa de diversión.

"¡PURGA DE LOS INFIELES!"

Con ese grito activo su habilidad.

Un sinfín de flechas de luz con el tamaño de una lanza aparecieron en el cielo y provocaron que la batalla se detuviera abajo.

Todos miraban hacia arriba.

No había palabras para describir lo que había en el cielo.

[Humano] "¡Qué significa eso!"

[Humano] "Dios acaba de descender en el campo de batalla"

[Humano] "¡Que ser más bello e inmenso!"

Los humanos decían este tipo de cosas en el campo de batalla.

El miedo no solo lo sintieron los humanos, los elfos también se abrumaron.

Luprel se asombró y sintió un poco de miedo al igual que su hijo.

[Luprel] "No merezco llamarme rey, no hice nada en esta batalla"

"Pensar que ese es el poder del gobernante en que creen los ciudadanos de Orbis. Impresionante."

"Yossu es digno de ser considerado una deidad"

En cambio, Lisa no dejaba de reír y sentirse orgulloso de Yossu por más que no se tratara de ella.

"¡Ese es mi Yossu!"

Grita emocionada desde fuera del campo de batalla.

Mientras tanto, Yossu desde arriba se preparaba para su ataque abismal.

"Ya cumplí con mis objetivos, es momento de ponerle fin a esta guerra"

Una vez terminaron de salir las grandes flechas de los círculos mágicos, Yossu levantó la mano y luego la bajo.

Esa fue la orden para que la magia se pusiera en proceso

Las flechas dieron inicio y cayeron contra el enemigo.

No fue una simple magia, las flechas distinguían de aliados y enemigos.

En tan solo segundos esa magia aniquilo a la mayoría de los humanos.

Los elfos se quedaban asombrados por el rey de Orbis.

Estaban felices de que alguien de otra nación los valore tanto como para mostrar semejante poder.

Muchos de ellos se tiraron al suelo y bajaron la cabeza para agradecerle.

La admiración elfa hacia Yossu era la de un ciervo hacia su dios.

Los únicos sobrevivientes humanos eran los nobles y soldados que estaban en el campamento, es decir, unos pocos.

Luego de la eliminación completa de la mayoría de humanos, Yossu descendió y se acerco a Luprel.

Luprel con una sonrisa de alegría y confianza se arrodilla en el suelo de tierra.

Los soldados tampoco lo dudan y desde detrás de su rey hacen lo mismo.

"Gracias por todo, Rey de Orbis"

"Si no fuera por usted ahora mismo el reino elfo ya no existiría"

"Nuestra población hubiera sido vendida como objetos y nuestras mujeres violadas y torturadas."

"En nombre del pueblo elfo le agradecemos a todo el reino Orbis."

Mientras Luprel mostraba esa felicidad en frente de Yossu, este no podía creer como Luprel se estaba arrodillando ante otro gobernante.

"Después de todo los elfos son personas bastante respetables y esto me lo dejo claro"

Medita un poco sorprendido.

"Ya que estamos me gustaría pedirle algo, su majestad Yossu"

Esas palabras intrigan a Yossu.

"Tras conocerlo en persona y ver el inmenso poder que tiene, me gustaría formar parte del país que construirá en el futuro"

Expreso Luprel dejando bastante sorprendido a todos.

La familia real estaba boquiabierta.

Los soldados no podían creer lo que escuchaban.

Por la parte de Yossu era el más sorprendido.

Incluso dudaba de haber oído eso.

"En un futuro gobernare sobre todas las razas de este mundo y eso incluye a los humanos, ¿Están de acuerdos en algún futuro tener que relacionarse con los humanos?"

Dijo con una seriedad que abundaba.

Ningún elfo se negó.

"Esto es bastante sorprendente, jamás me espere algo como eso, ya tenía planeado hacer algo con este país, pero nunca pensé que se entregarían de esa forma a mi"

"Como nadie se negó y el rey está de acuerdo, de ahora en adelante los Elfos me obedecerán a mi, su rey."

Dijo Yossu nuevamente serio, pero por dentro brillaba de felicidad.

"Como usted diga, majestad" dijeron todos los elfos.

"A veces la vida te sorprende, ¿verdad?"

"Las cosas salieron con anillo al dedo"

-CONTINUARA-