El honor de Jane Stirling, hija del séptimo conde de Kilmartin, fue manchado por un joven jardinero en el hogar Kilmartin en Escocia, tanto su padre como su hermano mayor prácticamente la querían obligar a casarse con un hombre que le triplicaba su edad para evitar que el honor familiar quedara en la basura. Más, no todos los hombres Stirling pensaban que la joven rubia de, en ese entonces, dieciséis años debía casarse, la esperanza fue traída por el Libertino Alegre, apodo con el cual Michael Stirling se le conocía más, con su propuesta ideal: Nadie debía saber que el honor Stirling fue mancillado, ¿cierto?, entonces nadie debía casarse o comprometerse con Jane.