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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
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132 Chs

Capítulo 96: El café más peligroso de todos

Min Ho se levantó poco después.

—Señorita, por favor venga conmigo.

Sun Hee estaba intrigada por lo que iban a hacer, sin pensarlo dos veces siguió al mayordomo Min Ho.

Haría lo que fuese para poder avergonzar a su esposo, no pasaría por alto todos los momentos vergonzosos que tuvo que pasar.

Todos estaban en la cocina, Shaoran cogía lo que era necesario para preparar el plan.

Min Ho seguía con su gigantesca sonrisa maliciosa y Sun Hee estaba sentada en una silla esperando ansiosa, quería que le explicarán el plan.

Cuando finalmente Shaoran encontró todo lo necesario aviso a Min Ho.

Enseguida Min Ho comenzó a explicarle el plan.

—Señorita, lo que tiene que hacer es muy simple, solo tiene que prepararle una taza de café y luego llevársela.

Sun Hee parecía decepcionada, ¿una taza de café?

—¿Como puede avergonzarse Seong-Jin por una simple taza de café?

La sonrisa de Min Ho todavía no habia desaparecido.

—Señorita confíe en mi, el joven amo nunca ha recibido algo echo por alguien, siempre le regalan regalos caros...

Si usted le da una taza de café seguro que se sonroja, nunca se lo esperaría, además, el café lo hará usted.

Las posibilidades de hacer que se sonroje son muy elevadas, tenemos que aprovechar esta oportunidad.

Sun Hee se aburría bastante, no le desagradaba tanto la idea.

Lo pensó un poco y después aceptó.

Empezó ha preparar el café felizmente, la idea de ver a su esposo sonrojado no desaparecía de sus pensamientos.

Finalmente, término de preparar el café.

Esperaron durante unos minutos y luego Sun Hee cogió la taza de café.

Comenzó a caminar hacia el despacho de su esposo. Min Ho y Shaoran iban detrás de ella, parecía que estaban escoltando un objeto muy valioso.

Sun Hee entró al despacho y intento llamar la atención de su esposo.

—Seong-Jin.

Inmediatamente, Seong-Jin se giró.

Cuando vio a Sun Hee sosteniendo una taza de café y a ellos dos detrás... No puedo evitar pensar en lo que ellos estaban tramando.

—¿Porqué llevas eso?—preguntó arqueando una ceja.

—Es para tí, últimamente estas trabajando mucho y te mereces una recompensa, lo prepare yo, me gustaría que lo tomarás.

Rápidamente se acercó a dónde estaba él y dejo la taza de café sobre la mesa.

Seong-Jin miró una última vez a su esposa y luego escaneo la taza de café, dudaba si debía tomarla o no.

Mientras tanto las tres personas que prepararon el plan se miraban entre ellos, esperaban a que Seong-Jin reaccionara ya que la intriga los estaba matando.

Finalmente, Seong-Jin decidió tomarse la taza de café.

Suspiró y comenzó a beberse la taza de café.

Sun Hee estaba decepcionada, no vio ninguna reacción en su esposo.

Simplemente, él estaba quieto como una estatua.

—Seong-Jin, ¿no te gusta?—preguntó decepcionada Sun Hee, ahora le daba igual el plan, se entristecio al pensar que a él no le gustaba lo que le había preparado.

Derepente todos observaron a Seong-Jin asustados.

Seong-Jin había soltado la taza de café y apoyo su cabeza sobre la mesa, luego puso sus manos sobre su estómago.

Todos estaban sorprendidos y callados, ¿le había sentado mal la taza de café?

Sun Hee comenzó a entrar en pánico, no se podía escuchar ningún ruido.

Nadie se atrevía a romper el silencio.

Luego de que todos volvieran a la normalidad, se acercaron rápidamente a Seong-Jin.

—¿Seong-Jin?—dijo Shaoran preocupado.

—¡Joven amo por favor responda! Solo queríamos gastarle una broma, por favor diga algo.

Sun Hee se sentía culpable, cuando vio que su esposo seguía sin moverse se acercó todavía más a él.

—Seong-Jin... Seong-Jin...