webnovel

Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
Not enough ratings
132 Chs

Capítulo 128: No estaba animada

Dentro de la villa.

En el dormitorio no se podía escuchar siquiera un pequeño ruido, todo estaba tan calmado que incluso un débil paso sería capaz de hacer un ruido ensordecedor.

De vez en cuando, el ruido que provenía de la cama era lo único que rompía aquél silencio.

Seong-Jin estaba tumbado tranquilamente, solo había un problema, era incapaz de dormir y por eso se movía un poco de vez en cuando.

Él lo tenía claro, no se hubiera movido ni un poco del despacho si su esposa no hubiera insistido de esa manera, realmente no quería seguir allí tumbado sin hacer nada, pensaba que sería mejor haber aprovechado la mañana.

Enseguida escuchó como alguien abría lentamente la puerta, parecía que aquélla persona temía despertarle, lo que aquella persona no sabía es que él ya estaba despierto desde hace mucho tiempo.

Sorprendentemente, no tuvo la necesidad de girarse para comprobar que aquella silenciosa persona era su esposa.

Sin dudarlo se giró rápidamente como si hubiera estado esperando a que Sun Hee llegará desde hace mucho tiempo.

No pudo evitar fruncir el ceño cuando vio detalladamente el rostro de su esposa.

Aquella apagada expresión provocaba que cualquier persona se desanimase de inmediato, incluso parecía que alguien había apagado la luz del dormitorio.

El brillo que solía tener siempre Sun Hee en sus ojos ahora era exactamente la descripción de un tenebroso y inmenso mar negro.

Seong-Jin no fue una exepcion, ¡incluso él fue contagiado por el aura que emanaba Sun Hee!

Era como si alguien hubiera decidido burlarse de ellos y destrozar aquél soleado día, en cualquier momento podía empezar a haber una tormenta capaz de arrasar con todo.

Sun Hee arrastró sus pies por todo el dormitorio hasta llegar a una mesita de noche que había junto a la cama, ni siquiera saludo a su esposo, simplemente... no estaba animada para hacer nada.

En verdad, su madre fue capaz de arruinar su día... mejor dicho, toda su semana con ese simple mensaje.

Sun Hee tenía algo claro, ese mensaje no había sido enviado para dar una noticia buena, seguramente sería otra de sus provocaciones o incluso alguno de sus malvados planes.

Nuevamente, el chirrido de la cama rompió el silencio del dormitorio, causando que finalmente Sun Hee despertara de sus interminables pensamientos desagradables.

Enseguida se giró para poder ver a su esposo, él cual tenía una expresión curiosa y a la vez un poco preocupada.

Sinceramente Sun Hee no había prestado atención a lo que había a su alrededor, por eso se le olvidó completamente que el hombre junto a ella estaba siendo ignorado de una manera muy clara.

—¿Eh? Lo siento, se me olvidó que no estaba sola en el dormitorio—Sun Hee rápidamente cambió de tema al darse cuenta de que la expresión de su esposo todavía no cambiaba.

—Mmm... ¿dormiste un poco, ahora te sientes mejor? Deberías descansar un rato más, incluso parece que tus ojos se van a cerrar en cualquier momento.

Yo debo de ocuparme de algunos asuntos, por eso debo irme ahora—explicó Sun Hee mientras sacaba algunos de sus guiones.

Sin embargo, las palabras de su esposa solamente lograron que Seong-Jin se sintiera más curioso, aquello para él era una extraña sensación... claramente las palabras de su esposa y su expresión eran incompatibles. No era necesario ser inteligente para averiguar que ella había tenido alguna dificultad antes.

Seong-Jin suspiró y apoyo su brazo sobre la cama para poder impulsarse y levantarse.

En un segundo ya se encontraba de pié y completamente firme, sus ojos ya no parecían cansados.

Observó los guiones que sostenía su esposa y luego dejó toda su atención en Sun Hee.