Sun Hee fulminaba continuamente con la mirada a su esposo.
Sus orejas se volvieron rojas y su rostro también se sonrojó, fácilmente pudo notar que sus mejillas ardían y que su esposo pudo ver lo sonrojada que estaba ella.
Como si un rayo hubiera impactado contra su cerebro, logró volver a si misma y fue capaz de hablar.
—T-t-tú, ¿q-quién demonios te dijo que podías hacer eso? Es realmente asqueroso, ¿cómo te atreves?— Sun Hee intentaba hablar seria, pero era incapaz ya que su tartamudez se lo impedía.
En cambio, su esposo simplemente la miró con una mirada inocente.
—¿Qué he hecho? Simplemente te alimente, tú misma confirmaste que no desayunaste.
De todas formas, yo no lo hubiera hecho si tú hubieras aceptado a la primera comerte el desayuno.
Además, no fui él único que insistió, tú también me dijiste que debía dormir, es un buen trato, ¿verdad?
De alguna forma... Seong-Jin en parte tenía razón, pero seguía sin ser una buena excusa para Sun Hee.
En verdad, ella necesita un buen motivo para aquél espontáneo beso, incluso intentó no enfadarse por aquella situación.
Había algo que ella no lograba comprender... ¿porqué su corazón latía tan fuertemente y notaba que en cualquier momento saldría de su pecho? Últimamente temía que realmente su corazón explotara.
—Supongo que de cierta forma tienes razón, pero eso no te da derecho a hacer eso.
Bueno, como tú dijiste que esto era un trato... entoces vete a dormir.
Seong-Jin asintió, rápidamente su rostro volvió a tener la misma expresión de siempre, fría y indescifrable, aquélla expresión ya era demasiado habitual para Sun Hee, es más, si algún día era capaz de verle con otra expresión tenía claro que le parecería extraño.
Decidió que ella también saldría del despacho, lentamente fue a levantarse de la silla pero la voz de su esposo la detuvo en ese mismo instante, como si hubieran vuelto a pulsar el botón de pausa.
—No terminaste de comer, hasta que no termines no salgas, si intentas irte sin terminar entoces... volveré a hacer lo mismo de antes... continuamente.
Nada más escuchar aquéllas palabras, Sun Hee se abalanzó sobre la silla y se aferró a la silla como si la hubieran pegado con un pegamento ultra fuerte.
Ni siquiera dudo un instante, enseguida término la poca comida que quedaba en el plato, lo había dejado impecable y reluciente.
Cuando finalmente levantó su cabeza para observar a su esposo se percató de que ya estaba apunto de salir del despacho, claramente Sun Hee seguía avergonzada, pero de alguna forma sintió que todo valió la pena ya que finalmente logró que su esposo se fuera a descansar.
También considero que aquél plató con tortitas era una pequeña recompensa por lo que acababa de hacer.
Sin duda, ella estaba feliz por haber logrado su objetivo.
***
Un rato después, Sun Hee estaba sentada en el salón, finalmente había logrado calmar aquellos nervios que la consumían velozmente por dentro.
Decidió que lo mejor por ahora era llamar a Wu Xiang para saber la fecha del programa, sabía que en cualquier momento aquellos nervios vendrían nuevamente para volver a enfrentarla.
Sun Hee sabía perfectamente que si llamaba ahora nada sería capaz de detenerla después, ni una pared de cemento lograría frenarla.
Suspiró profundamente y con sus dos manos temblorosas marcó el número de Wu Xiang.
Lo único que le arruinaba aquél momento pequeño de paz era el mensaje que recibió en su teléfono, prefería mirarlo después y centrarse principalmente en la llamada.
Desgraciadamente, su teléfono comenzó a vibrar continuamente como si estuviera a punto de estallar, casi asustó a Sun Hee.