Capítulo 358

Después de la resaca, la cabeza de Ellis todavía latía levemente.

Aturdido, buscó el vaso de agua a su lado, queriendo tomar un sorbo, solo para descubrir que inesperadamente era alcohol.

En el momento en que puso el vaso en la mesa de café, escuchó la voz del abogado y se detuvo ligeramente. Luego, dejó el vaso lentamente.

Bajó la mirada y preguntó con voz ronca —¿Cuál es el resultado?

Al pronunciar estas palabras, no notó la anticipación en su propia voz.

El abogado dudó un momento, aparentemente con miedo de responder, y solo después de una larga pausa respondió suavemente.

—Es... azoospermia.

...

Miedo teñía la voz del abogado, como si supiera de alguna dificultad ineludible de su propio jefe.

Ellis guardó silencio.

Después de un rato, respondió con calma —Ya veo.

Cortó la llamada.

La mano de Ellis cayó sin fuerza y luego soltó una risa autodespectiva.

¡Qué estúpido había sido!