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Mi esposa inesperada es una jefa secreta!

Todos sabían que la hija mayor de los Shen había caído en desgracia tras ser abandonada por un sinvergüenza, quedarse embarazada fuera del matrimonio y luego ser expulsada por su familia, desamparada y desesperada. La infame Shen Ruojing hizo acto de presencia en el banquete de cumpleaños de la Matrona de la primera familia, los Chus, donde la multitud se burló: —Aquellos que dan un millón en dinero de regalo se sientan en una mesa. —Aquellos que dan diez millones en dinero de regalo se sientan en una mesa. —Señorita Shen, ¿podría decirnos cuánto dinero de regalo ha traído? La multitud esperaba reírse de ella, pero entonces vieron a Shen Ruojing avanzar con un niño pequeño y delicadamente hermoso, —¿Podrían preguntarle a la Matrona dónde sentarse si uno trae un bisnieto? *** Admitida en la casa de los Chus solo por el valor de su hijo, Shen Ruojing solo quería dejarse llevar, contenta de ser un pez ocioso, pero enfrentaba el desdén de todos los lados dentro de la familia: —Nuestra familia cuenta con un hacker de primera, un maestro de la música, un genio artístico, un loco de la tecnología, cada uno renombrado en sus respectivos campos. ¿Y tú? ¿Qué sabes hacer? Shen Ruojing se tocó la barbilla: —Todas esas cosas que mencionan... sé un poco de cada una. Tres adorables niños estaban a su lado y asintieron al unísono: Testificamos que Mamá en efecto sabe un poco de todo.

Mr. Yan · Urban
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814 Chs

Capítulo 32

—El pequeño cuerpo de Chu Yu temblaba ligeramente.

Miró atrás, hacia Lin Wanru y la Señora Lin, luego hacia Shen Bijun y Shen Qianhui.

De un lado estaban su mamá y abuela, del otro la mamá y abuela de Chu Tianye.

Recordó una historia que una vez leyó. En la antigüedad, durante un juicio, dos mujeres reclamaban a un niño como propio, cada una diciendo que era la madre. El magistrado ordenó que tiraran del niño hacia ellas, dictaminando que aquella que lo atrajera sería la madre... Resultó que la madre biológica soltó su agarre por pena hacia el niño.

El magistrado concedió el niño a la que había perdido el tira y afloja.

Sin embargo, su mamá no había vacilado ni un momento justo ahora, sin importarle lo más mínimo si su brazo se dislocaría...

Lentamente bajó la cabeza y dijo —pretty auntie, yo, yo iré con ella...

¡No quería que la pretty auntie fuera a la cárcel!

La luz en los ojos de Chu Yu se apagaba lentamente.